Bella POV

El martes a las doce del mediodía estaba entrando a casa.

-¡Mami volviste! – exclamo Nessie en cuanto me vio, se acercó corriendo y me abrazo. Kachiri salía de la cocina con Carlie.

-¡Mami, mami! – vino corriendo también a abrazarme.

-¡Mis pequeñas cuanto las extrañe! – exclame mientras les daba besos a las dos.

-Bella qué bueno que llegaste – Kachiri sonreía.

-¿Cómo estas Kachiri? Muchísimas gracias por la ayuda – dije.

-No hay problema Bella – contesto.

Termine de entrar mi equipaje, despedí a Kachiri que volvió a la oficina y les pedí a las niñas se quedaran en el living.

-Edward – me senté a su lado en la cama – Edward – volví a llamarlo bajito, abrió los ojos despacio y sonrió.

-Bella, me hiciste mucha falta amor – aun estaba con fiebre y estaba muy pálido.

-Ya estoy acá amor, me voy a encargar de cuidarte – sonrió un poco -. Te amo Edward – dije y su sonrisa fue más grande.

-Te amo mi Bella – respondió.

Lo deje seguir durmiendo para que descansara, en su mesa de noche estaba la recetas e indicaciones del médico, las leí y luego busque los medicamentos que le habían recetado que estaban en la cocina. Kachiri se había encargado de hacer que los tomara y me indico los horarios en los que le tocaban de nuevo.

-¿Mami vamos a hacer la comida juntas? – pregunto Nessie sonriendo.

-¿Quieren ayudarme? – pregunte y las dos asintieron -. De acuerdo ¿Qué tiene ganas de comer? – pregunte.

-Milanesas con papas – contesto Carlie.

-Y queso arriba de la milanesa – siguió Nessie.

Preparamos el almuerzo entre las tres y nos sentamos a comer, Edward estaba durmiendo profundamente y decidí que lo mejor era no despertarlo y dejarlo descansar. Limpie la cocine y luego me encargue de avisarle a Alice y Rosalie que no iría a trabajar hasta que Edward mejorara.

-Mami ¿estas bien? – pregunto Carlie del otro lado de la puerta del baño, había entrado corriendo y termine devolviendo lo que había almorzado.

Salí del baño luego de limpiarme – Si amor, estoy bien, solo algo que me cayó mal – dijo restándole importancia.

-Yo quería preguntarte algo – dijo con algo de timidez.

Me agache frente a ella - ¿Qué querías preguntarme? – miro al piso.

-¿Me trajiste algún regalo? – sonreí y bese su frente.

-Me había olvidado de dárselos – dije y sonrió -. Vamos a arriba a buscarlos porque están en mi maleta – asintió.

-Realmente mami eres la mejor del mundo, no hay otra mamá como tu – dijo y sonreí.

-¿Tu hermana donde esta? – pregunte.

-Creo que esta con papá – contesto -. Ahora es su papá de nuevo, me conto todo lo que habían hablado con papi, sobre porque le decía estrellita, como se conocieron, está muy contenta – a medida que me contaba sonreía mucho -. Papi es el mejor al igual que tu – afirmo.

-Gracias amor – volví a besar su frente.

Entremos a la habitación y efectivamente Nessie estaba acostado al lado de Edward solo mirándolo. Se sentó en la cama cuando nos escucho entrar, y me sonrió.

-Ssshhh… - con Carlie asentimos -, creo que aun le duele la cabeza y tiene fiebre – dijo muy bajito.

-Mami nos trajo regalos – dijo Carlie en el mismo tono y Nessie se bajo rápido de la cama.

-Yo quiero – dijo Nessie dando un saltito.

-Los busco en mi maleta y salimos de la habitación para no molestar a papi – dije y asintieron.

-Todas mis niñas juntas – se sintió la voz de Edward.

Las tres nos acercamos a la cama mientras él se sentaba apoyándose en el respaldar de la cama sonriendo, nos sentamos en la cama, Nessie bien a su lado por lo que la abrazo y Carlie en mi falta.

-¿Cómo te sientes? – arrugo un poco la frente.

-Aun me duele la cabeza pero estoy un poco mejor – contesto.

-Vamos a tomarte la fiebre – dije.

-¿Puedo hacerlo yo? – pregunto Carlie y asentí, solo había que ponerle un termómetro electrónico por lo que no era complicado.

-Toma – sabes que tienes que hacer.

Se acercó a Edward – A ver papi – dijo mientras tomaba su brazo -, levanta el bracito – Edward sonrió – muy bien, aprieta fuerte – me senté a observarla – un poquito más fuerte para que no se caiga – le dijo y luego se subió a la cama y le dio un beso en la mejilla -. Eres muy buen paciente – era imposible no reírse.

-Gracias enfermera – contesto Edward.

-Mami también está enferma – dijo Carlie y los tres me miraron.

-No, Carlie no estoy enferma – dije tratando de disimular, no me parecía el mejor momento para hacer el anuncio.

-Pero yo te escuche – protesto.

Me salvo el pitido del termómetro - ¡Yo lo saco! – exclamo bastante fuerte Carlie.

-Mas despacio que a papi le duele la cabeza todavía – pidió Nessie. Si antes lo miraba de manera especial ahora tenía adoración por Edward y se le notaba en la mirada.

-Perdón papi, ma acá esta – dijo dándome el termómetro.

-Tienes 37 – dije -, no es tanto… voy a traerte los remedios – estaba por salir de la habitación cuando Carlie me hablo.

-Mami y nuestros regalos – protesto -. Y no me olvido de la sorpresa, todavía la estoy esperando.

-Traigo los remedios y se los doy – dije y Carlie puso mala cara.

-Los puedo sacar… solo tienes que decirme en que maleta están – protesto.

-Carlie espera que mamá vuelva – le dijo Edward.

-Pero es que dijo que me lo daba ahora y se va de nuevo – siguió protestando -. Por fis mami… dime en que maleta… - rogaba -… por fis… por fis… por fis… - Edward se rascaba la cabeza, era señal de que él iba a ceder en cualquier momento.

-Carlie eso funciona con tu padre no conmigo, espera que ya vuelvo – dije y salí de la habitación.

Busque los remedios de Ed y volví al cuarto, Carlie estaba parada al lado de las maletas con los brazos cruzados y golpeaba con un pie en el piso con ansiedad. Le di los remedios, uno de ellos me revolvió un poco el estomago, respire profundo varias veces ante la mirada atenta de Edward. Luego fui hasta mi maleta y comencé a sacar los regalos, ropa para Carlie que salto de la alegría cuando vio el vestido, las remeras y campera que le traje con el consejo de Alice, ella es su madrina y se encargo de enseñarle su gusto por la ropa. A Nessie le compro los dos últimos libros de la colección de Narina, con esos completaba los siete y la tenia completa, en eso es igual a Edward a mí, nos encantan los libros.

-¿Y para mí? – mire a Edward y sonreía.

-Tengo un regalo especial para ti – mordí mi labio, ese regalo me incluía a mí, con una muy buena lencería -, pero hay que esperar que te mejores – dije y me mostro su sonrisa torcida, tuve que respirar profundo.

-Ven – dijo palmeando la cama a su lado, me senté y tomo mi mano -. Ahora dime como es eso de que estas enferma – rodé mis ojos, era obvio que no me lo iba a dejar pasar.

-Cuando la fui a buscar estaba en el baño descompuesta – dijo Carlie, con Nessie se subieron a la cama y me miraron los tres atentos.

-No fue nada, seguro algo me cayó mal – Edward me miro serio y eso quería decir que no me estaba creyendo. Y bueno no quedaba mas que decirlo, después de todo se tenían que enterar.

-Bella no mientas, dime que te paso – sonreí y me miro sorprendido. Las niñas solo me miraban atentas.

-Mmmm… - suspire – tengo muchas ganas de comer pastel de chocolate – dije y Edward sonrió mucho mas. Me pare -… Niñas, Edward… - su sonrisa ya me indico que sabía que pasaba – ¡Vamos a tener un bebe! – exclame. Las niñas empezaron a saltar en la cama y Edward se levanto acercándose a mí.

-Te amo Bella – dijo y me beso - ¿Estas bien? – "Ya empezó", pensé y luego asentí.

-¡Mami yo quiero ayudarte a decorar la pieza! – exclamo Nessie -. Puedo ir a dormir con Carlie para que él bebe tenga una para el – siguió mientras yo abrazaba a Edward.

-¡Un hermanito! ¡Aunque prefiero una hermanita! – exclamo y seguía saltando en la cama.

-¡Quiero elegir el nombre! – siguió Nessie y con Edward reímos.

-¡Yo también, yo también! – Exclamo Carlie – Yo quiero que se llame… - puso su dedo en su boca y su cara mostraba estar pensando – ¡Maggie! – Edward se acercó a ella y la alzo.

-Puedo que sea un varoncito y no una nena – Carlie negaba con la cabeza.

-No papi va a ser una nena… tus mujercitas… - sonreí.

-Mis mujercitas necesito lugar para acostarme de nuevo – dijo Edward y las dos se corrieron. Antes de acostarse se acercó de nuevo a mí -. Te amo… - beso mi frente -, te amo… - beso una mejilla – te amo… - beso la otra mejilla – te amo – me dio un pequeño beso en la boca, sentí las risas de las niñas.

-También te amo – dijo acariciando su rostro -. Ahora a la cama – dije y asintió.

-Papi ¿Dónde va a dormir él bebe? – pregunto Nessie.

-Bella deja las maletas luego les corro – dijo cuando me vio levantar una maleta -. Ni siquiera tendrías que haberlas subido – reprocho y sonreí. Miro a Nessie -. Voy a tener que construir otra habitación – contesto.

-Nessie, Carlie hay que dejar descansar a papi, aprovechen y llamen a sus compañeras para pedir la tarea, yo bajo enseguida – las dos asintieron y salieron de la habitación.

-Gracias – dijo y asentí, se le notaba en la cara que le dolía la cabeza.

-Descansa – dije dándole un pequeño beso.

El resto de la tarde paso en ayudar a las niñas con las tareas, que planearan todo sobre él bebe, donde iba a dormir, el nombre, la ropa que le hacía falta, donde íbamos a construir la otra habitación, como se iban a organizar para cuidarlo y aclararon que ellas nunca, pero nunca cambiarían sus pañales.

-¿Cómo te sientes? – las niñas ya estaban durmiendo y me había terminado de acomodar a su lado.

-Mucho mejor desde que llegaste – respondió. Estábamos acostados, de costado y enfrentados -. Te extrañe mucho, me hiciste mucha falta.

-Nessie te mira con adoración – dije acariciando su rostro.

-La misma que tengo por mis mujercitas – sonreí y le di un pequeño beso -. ¿Cómo te has sentido? – pregunto.

-Solo nauseas y vómitos – conteste -. Lo normal… mañana pido turno para el control médico – asegure al ver su cara.

-Bella – me miro con algo de nostalgia -, me has dado la vida mas increíble y maravillosa, me has hecho el hombre mas feliz del mundo y no es solo un decir, soy feliz… inmensamente feliz… mis mujercitas tan hermosas y especiales… te amo… las amo… - no puede evitar que las lagrimas se escaparan, pero eran lagrimas de completa felicidad.

Todo era perfecto, mi familia perfecta, mi vida perfecta. Los problemas podían volver, buscarnos y encontrarnos, pero no importaba a que nos enfrentáramos mientras siempre estuviéramos juntos e iba a ser así, esto era por siempre.