Bella POV
Ahora sí que íbamos a demostrar quién era. Tanya iba a saber con quién estaba Edward, iba a enseñarle que no debía meterse con el hombre de otra mujer y sobre todo el mío.
Y esta lección también iba a ser para Edward, para demostrarle que mujer tiene a su lado y que no desee a nadie más y va a aprender a ponerme por sobre todo. Llegamos con las chicas a Port Angeles, la verdad estaba con algo de miedo, porque las veía a Rosalie y Alice tan entusiasmadas con esto y a mí me asustaba porque no sé nada de seducción, nada de como atraer un hombre y sobre todo nunca he tenido ropa interior provocativa.
-Vamos a empezar – dijo Alice -, vamos directo a la tienda y vemos que cosas lindas hay, te vas a ver hermosa – suspire y era mejor entregarme y dejar que ellas hicieran lo que quisieran.
-Tranquila Bella – dijo Rosalie que traía a Nessie en brazos mientras yo la miraba con mis ojos de perrito mojado -, vas a ver que te vas a divertir y al final Edward también lo verá como un juego muy satisfactorio – dijo lo último en tono insinuante.
-Y la reconciliación al final va a ser memorable – dijo Alice golpeando sus manos y dando saltitos.
Caminas a toda prisa hacia la casa de Victoria Secret, cuando entramos vi sus caras, parecía que habían entrado al lugar más sagrado sobre la tierra, miraban con sus ojos de adoración el lugar y yo solo pensaba que era un lugar más donde había ropa interior no apta para mí.
-¡Bella! – exclamo Alice y me hizo seña con la mano para que me acercara a ella. Me había quedado parada en la entrada sin moverme -. Mira este - era un babydoll de color celeste con algo de puntillas, seguro solo cubría apenas mis nalgas. Lo puso delante de mi cuerpo -. Si, definitivamente este lo vamos a probar.
-Ven – Rosalie se había acercado y me tomo de la mano -, toma a Nessie – dijo entregándomela -. ¡Mira Alice! – ella se acercó -. Este tipo de ropa interior me encanta – mucho encaje, bordados y transparencia, muy transparente -. Voy a comprar algo para mí también – dijo Rosalie y comenzó a buscar de su talla y la mía.
-Bella – me llamo Alice -, solo déjate llevar, mira lo que hay trata de liberarte de no pensar, es solo ropa interior, braguitas, brasiers y algunos vestidos – dijo restándole importancia.
Respire hondo – De acuerdo – dije y comencé a dar vueltas por el local.
Comencé a dar vueltas por el local con Nessie que se había quedado dormida en brazos. Había miles de cosas y debo reconocer que unas más hermosas que las otras. Y ya tengo mis veinte años, pronto estoy cumpliendo la mayoría de edad por lo tanto tengo que animarme a mas cosas. No lo pensé mucho más y me puse a elegir lo que me gustaba.
No sabía lo que podía interesarle a Edward así que era adivinar que podía ser. Elegí un par de conjuntos en colores llamativos y bordados, vi unas medias largas algunas de red y otras también bordadas y elegí varias. Y encontré unas ligas que estaban combinadas con unos corsés que realmente al maniquí le quedaban más que bien, me quede mirándolo.
-¡Vas a llevar eso! – exclamo Alice emocionada y nuevamente dando saltitos.
-No lo sé – torcí mi cabeza como queriendo analizarlo. Era de color rojo, todo bordado con grandes flores y algo transparente.
-Mmm… Bella, eso sí que es hermoso – dijo Rosalie que también se acercó.
-Tendrías que comprarte unos tacones rojos – seguíamos las tres paradas mirando el conjunto, las medias también eran rojas y tenía un culotte con el mismo bordado. Torcí mi cabeza para el otro lado.
-¿Creen que le guste? – pregunte.
-Bella, te aseguro que eso – dije Rosalie señalando con la mano de arriba abajo -, lo volvería totalmente loco – aseguro.
-El problema no es llevarlo, el problema es que me anime a usarlo – dije aun mirando el conjunto.
-Te lo pones, no te miras en el espejo y sales después de tomar una respiración profunda – explico Alice.
-¿En negro seria mejor? – pregunte.
-No, no… ese rojo furioso es perfecto – Rosalie -. Creo que seria el remate si para el quinto día si no funciono lo otro te pones este y lo vas a tener comiendo de tus manos – sonreí y mordí mi labio. Me gustaba la idea, con Edward aun no habíamos hecho nada especial, siempre era hacer el amor, cuando mucho en distintas posiciones y distintos lugares de la casa, pero nada de juegos.
Respire profundo – Si llevo en rojo y otro en ese azul – dije con un movimiento de cabeza y las dos miraron.
-¡Si! – exclamaron la dos al mismo tiempo.
Dimos un par de vueltas mas buscando algunas cosas más, pagamos y salimos del local. Seis bolsas de ropa interior, nunca en mi vida habían tenido tanta.
-Bella, ¿Edward es de ver tus cajones o algo así? – la mire sorprendida por la pregunta. Alice por ahí me desconcierta, para que quiera saber eso.
-No lo creo, nunca lo he visto hacerlo – se quedo pensativa.
-Vamos a comprarte algo de ropa, unos vestidos y algunas remeras nuevas – dijo Rosalie - tenemos que pensar excusas para que vayas a ver a Edward a la oficina - asentí.
-En realidad no seria necesario inventar nada – dije bajo la mirada atenta de Rosalie y me miro como sino comprendiera -. Yo le di un ultimátum – asintió -, no me puede tocar hasta que Tanya no esté – volvió a asentir -, tengo derecho a ir a controlar y verificar que se fue – Rosalie sonrió -. Creo que es lo mejor, de paso me ve firme en mi decisión para que no piense que puedo dar el brazo a torcer en cualquier momento.
-¡Muy bien Bella! – exclamo Rosalie emocionada -. Ya estas aprendiendo el arte de manejar a tu hombre – me ruborice entera. Lo que menos quiero es manejar todas sus cosas o controlarlo, pero no voy a aguatar a esa rubia atrevida llena de colágeno y todo falso, quiera sacarme a mi Edward.
-Tengo otra idea – dijo Alice que parecía no haber escuchado lo que hablamos con Rosalie. Yo seguía con Nessie en brazos dormida y me estaba cansando.
-Ven entremos acá – Rosalie me tomo del brazo y entramos a un casa de ropa.
-Alguna me releva – dijo moviendo un poco a Nessie, ya me estaba matando su peso. Rosalie dejo las bolsas a un costado y tomo a la pequeña, que apenas si abrió los ojos.
-Vas a reordenar tu armario – anuncio Alice y la mire sin entender -. Calculo que Ed no ha cambiado su rutina, siempre se baña antes de dormir – aseguro y asentí -. Bueno vas a dejar que vea todo lo nuevo y para eso vamos a cambiar de lugar la ropa de ustedes, donde el guarda la suya ponemos la tuya – Alice tenía esa cara de malicia en la cara como cuando de niños planeas maldades.
-Es como darle una probadita – ella asintió -, mostrarle lo que se pierde – asegure y ella asintió.
-Ya estas aprendiendo – aseguro Alice.
Me hicieron medir miles de vestidos, remeras, musculosas, pantalones, mini vestidos, camperas nuevas y de todo lo que se les iba ocurriendo a medida que hacían probar y probar mas ropa. Terminamos con diez bolsas de ropa más.
-Vamos directo a tu casa Bella – dijo Alice -, tenemos que preparar el escenario.
-También decidimos como empiezas esta noche – agrego Rosalie.
-Se me había ocurrido que esta noche solo podía cambiar de lugar las cosas como propuso Alice para que él las vea – me miraron con dudas -, como una anticipación de lo que se le viene – dije con duda.
-Rose – dijo Alice – y después yo pensé que tú podías ser tan perversa solamente – las tres reímos.
-Creo que la compañía me está volviendo un poquito calculadora – dije y volvimos a reír.
Cuando llegamos a casa comenzó el operativo "Edward se rinde", ese era el nombre que le había dado Alice. Decía que cuando el terminara cediendo finalmente, se iba a rendir ante mi e iba a poder gozar del sexo de reconciliación.
Llegamos a casa y era bastante tarde, Nessie se despertó en el auto y tenía hambre, nos habíamos saltado su merienda por lo que prepare la cena temprano así mientras Alice reubicaba todo en los cajones, de paso tirando toda la ropa interior mía que según ella era digna de una adolescente inocente. Rosalie baño a Nessie y cuando termino nos sentamos a cenar, lo que iba a llevar que Edward cenara solo.
-Bien Bella – dijo Alice mientras cenábamos -, esta noche solo haces lo que tenias pensado, no lo hables, no lo beses y mucho menos le entregues tu cosita – rodé mis ojos y Rosalie reía -. Que vea la ropita que compramos y se vuelva loquito.
-Los ligeros – comenzó Rosalie - ¿Habías pensando en algo en especial para hacer con ello? – pregunto insinuante.
-La verdad solo pensé en ponérmelos y esconderme bajo las sabanas, hasta que él por algo que lo iluminara descubriera que están ahí – dije rápido sin respirar. Las dos me miraron y echaron a reír.
-Bella tienes que ser más atrevida – dijo Rosalie -, soltarte un poco, a los hombres les gustan las sorpresas y los juegos y después veras que a ti también comenzaran a gustarte.
-Lo estoy intentando – me defendí -, lo que hemos hecho hoy, nunca lo hubiera hecho sola – dije -. Créeme Rosalie es todo un avance.
Se escucho el auto de Edward estacionar en la entrada y unos segundos después la puerta de la casa. Entro en la cocina y nos miro algo serio, apenas lo mire y desvié mi vista. Tenía que empezar con mi papel de "estoy furiosamente enojada con Edward Cullen y no me va a tocar un puto pelo", así que me dedique a seguir comiendo.
-Podrían haberme esperado para cenar – reprocho y bufe sonoramente.
-Bella quería hacerlo temprano – dijo Alice y lo sentí resoplar.
-¿Que tal el viaje a Port Angeles? ¿Se relajaron? – pregunto y obviamente había doble sentido en esas palabras.
-Fue… como… Mmm… muy… como lo diría – decía Alice -, muy revelador… es como que nos conocimos de otra manera – sonreí mirando a Alice. Eso era cierto, a Rosalie la conocía poco, y no éramos de hablar mucho, pero últimamente desde "el accidente", es como que está más cercana.
-¿Quién tuvo la revelación? – pregunto Edward y me miro fijamente, se había sentado y lo mire. Generalmente él llegaba se sentaba y yo le servía la comida.
-¿No comes? – pregunte secamente y desvié mi mirada.
Se puso de pie – Me sirvo yo – dijo y me encogí de hombros.
-Nosotras nos vamos – dijo Alice mirando a Rosalie y luego a mí. Asentí.
-Las acompaño hasta la puerta – dije y me fui con ellas.
Salimos de la casa y las dos se pararon frente a mí. La verdad me estaba poniendo nerviosa porque no sabía si iba a aguatar. Convengamos, tengo a dios griego en mi cama, Edward se desnuda y parece que me derrito, me mira intensamente y me tiembla el cuerpo. Solo bastaría una mirada para aflojar todo esta frialdad con la que lo estoy tratando.
-No pienses en rendirte ahora – me reto Alice al ver mi cara.
-Es Edward – dije como un lamento.
-Pero necesita aprender – dijo Rosalie -. Él tiene que entender que no tendría que esperar un minuto en sacar a Tanya de su vida sino es sano para la relación de ustedes – agrego.
-Lo sé – conteste.
Luego de que las chicas se fueron decidí que lo mejor era no estar mucho tiempo cerca de él para que me hablara o intentara algo. Busque a Nessie y la prepare para dormir, luego de que estuvimos jugando en su habitación por más de una hora. Me entre a duchar, Edward estaba en el sillón mirando televisión pase directo a la cama después de la ducha y tome mi libro de cumbre borrascosas y comencé a leerlo por decima vigésima vez.
-Bella – me llamo desde la puerta y lo ignore, seguí leyendo -. En verdad no piensas hablarme – lo mire durante un segundo y volví a leer -. Esto es realmente…. – no dijo mas y lo vi buscar su toallón del armario para bañarse, se notaba lo molesto que estaba en la forma que se movía.
-Edward – dije y su mirada se ilumino cuando se dio vuelta antes de salir de la habitación -. ¿Limpiaste la cocina? – pregunte y su ceño se arrugo. Ahora estaba furioso.
-¡Por supuesto! – exclamo molesto y solo asentí.
Lo vi salir totalmente irritado y protestando por lo bajo. No pude evitar sonreír porque parecía un niño de esa manera.
Luego de una hora, que en realidad me pareció mucho para él ya que generalmente se ducha no en más de veinte minutos, volvió a la habitación solo envuelto en un toallón en la cintura. Mi respiración se entrecortó como solía pasar siempre cuando lo veía así. Fue directo al cajón de la cómoda donde solía estar guardada su ropa interior, por lo que me quede mirándolo, y cuando la abrió note en su espalda la tensión y como se corto su respiración. Sonreí satisfecha veía mis nuevas adquisiciones.
|