Bueno aqui estan estos nuevos capis ojala los hayan disfrrutado
Edward POV
Regresamos al hotel, cuando entramos ya pude ver a Emmett parado en el lobby esperándonos y empecé a protestar mentalmente. Incluso salió un pequeño gruñido que hizo a Bella reír.
-Hermanitos – cualquiera que lo escuchara pensaría mal -. ¿Dónde andaban? Hace rato esperamos – dijo.
-Dando una vuelta, hablando – conteste mientras me acercaba Rosalie. Y nos saludamos.
-Se los ve bien – dijo Rosalie y era cierto, estábamos muy bien.
-¿Qué tal si salimos a cenar los cuatro? - dijo Emmett. Y yo dude, solo quería que estuviéramos solos.
-Estoy cansada – dijo Bella -. Anoche no dormí casi y hoy dimos vueltas todo el día – dijo mirándome.
-Vamos chicos, es un ratito no más – insistió Emmett -. Sé que quieren estar solitos, pero es un ratito, una cena y nada más.
-Emmett, osito, déjalos tranquilos a Bella se le nota en la cara el cansancio – dijo Rosalie.
-Pero Rose, mañana se van seguro - protesto.
-Está bien – dijo Bella -, solo cenamos.
-Danos tiempo de cambiarnos y ducharnos – dije y Emmett sonrió como tarado y se para donde va su mente.
-Separados, sino se demoran mucho – Rosalie le pego en el hombro al igual que yo, y Bella solo agacho la cabeza, porque obviamente estaba sonrojada.
Subimos a mi habitación y deje que Bella se bañara sola, no porque no la deseara, sino porque nuestra primera vez juntos tenía que ser especial y memorable para poder tener esa conexión mística que pude traer al hacer el amor con la persona más importante y el amor de la vida.
Todavía faltaba una hora para reunirnos para la cena, por lo que nos acostamos a mirar televisión y descansar un poco el cuerpo, Bella acomodo su cabeza en mi pecho y la abrace. En verdad estaba cansada, porque apenas quedo acomodada sentí su cuerpo relajarse y se durmió.
-Bella, amor – la arrulle suavemente -. Cielo debemos irnos – insistí.
-Ed, estoy cansada – se acomodó de nuevo, apenas había abierto los ojos -. Nos quedemos – fue apenas un susurro.
-Vamos amor, necesitas comer, será rápido – levanto su torso y me miro, su carita de cansada no mentía.
-De acuerdo, vamos – dijo.
Fue a terminar de arreglarse y salimos de la habitación. Rosalie y Emmett ya estaban esperándonos, tanto ellos como yo conocíamos Seattle, pero mi niña no. Terminamos yendo a Bruno's Mexican-Italian Restaurant & Pizzería, era un lugar cálido y para gente joven. Emmett y Rosalie terminaron comiendo pasta, además de media pizza para Emmett, y con Bella comimos tacos. Cuando terminamos había ánimos para seguir por lo que terminamos en un bar con música pasable para tomar algo. El ratito se estaba haciendo largo, ya llevábamos cuatro horas de salida.
-Edward – se apoyó en mi cuerpo -, vamos – pidió y asentí.
Prácticamente la tuve que cargar, desde el ascensor hasta la puerta de la habitación e incluso desde ahí hasta la cama y definitivamente esta parecía no ser nuestra noche tampoco. Luego de desvestirla y envolverla en una de mis camisas, que debo aclarar le quedaba más que bien y de desearla con cada roce, me acosté a su lado, automáticamente se acomodó en mi pecho y la abrace. "Dormir, sino he deseado otra cosa más que hacerle el amor", pensé. Ella estaba cansada, muy cansada y se notaba. Yo debía cuidarla y protegerla, así que debía esperar.
Besos en mi cuello, deliciosa sensación, su mano caliente acariciando mi pecho, su respiración erizando mi piel.
-Edward – fue apenas un susurro en mi oído seguido de pequeños besos húmedos.
Luego despacio bajo por mi mandíbula mientas de a poco la sentí acomodarse arriba mío. Bajo lentamente por mi cuello dando besos hasta llegar a mi pecho y subió deprisa a buscar mi boca, cuando roce apenas la piel de sus piernas.
-Mi Bella – alcance a decir antes de que me besara con mucho deseo.
-Edward ahora – abrí mis ojos para mirarla y sus ojos negros de pasión me quemaron -. Te deseo tanto mi vida – dijo.
Me senté y ella quedo a horcajadas sobre mí, comencé a desprender la camisa hasta que finalmente la libere de ella. Me aleje solo para poder verla, necesitaba admirar su cuerpo, grabarlo en mis retinas y mente, la perfección no alcanza para describirla, ni siquiera decir que es una diosa la describe porque mi Bella esta mas allá de eso.
-Edward – me llamo y la mire, parecía triste -¿Qué pasa? – había cierto temblor en su voz.
-Solo te estoy admirando – dije y el rubor cubrió toda su piel y fue absolutamente toda su piel, hasta el último rincón -. Decir que eres hermosa, es poco para describirte amor – ahora sonrió.
La tome del mentón con mi mano derecha y me apoye sobre la otra, comencé a besarla mientras lenta y suavemente mi mano bajo de su mentón recorriendo y reconociendo el resto de su cuerpo y un leve temblor la sacudió. La tome de la cintura y la di vuelta para acostarla, me arrodille entre sus piernas y termine de desnudarla, me saque el bóxer y me acomode sobre ella. La bese suavemente recorriendo todo su cuerpo, iba a disfrutarla, mimarla, hacerla sentir como la hermosa mujer que es.
Bella cerró los ojos como preparándose para las sensaciones, baje lentamente por su cuello hasta llegar a esos dos diamantes que me esperaban para saborearlos. Lamí la piel blanca dejando el rastro de saliva que luego seque con suaves soplidos. Luego fui a un pezón y lo atrape entre mis labios mientras la punta de mi lengua lo acariciaba, hasta que su pecho y pezón quedaron duros. Después de hacer lo mismo con el otro pecho baje hasta llegar a su vientre la tome de las costillas y la vi arquear su espalda, su respiración estaba agitada y su lengua relamiendo sus labios entre medio de gemidos, mientras yo besa, lamia y soplaba la zona. Y finalmente llegue a mi tesoro, abrió mas sus piernas cuando baje y me instale entre medio de ellas y comencé lamiendo, después besando, chupando y saboreando su sexo y lo mejor era escucharla gozar de manera intensa.
-Aaahhh… Ed… - un gemido fuerte y eso fue por mi lengua penetrándola -. Edward… - música para mis oídos, mi nombre en sus labios con la excitación en cada silaba.
-Bella eres deliciosa amor – dije con la voz ronca y me instale de nuevo en su sexo.
-Edward, ven… aaahhh… - sonó a ruego – aaahhh… bésame… Ed… - se retorció más - ¡Edward! Ahaah… Bes… - y finalmente grito cuando llego su orgasmo, arqueo más su espalda y luego se relajo.
Subí despacio hasta quedar nuevamente encima de ella, la deje calmarse mientras besaba su cuello, hombros, mejillas y labios.
-Edward – dijo cuando disfrutaba de su cuello, su piel y su aroma. Me enderece un poco y la mire -. Ha sido la mejor experiencia de mi vida – dijo y la bese.
-Es solo el principio amor – dije y la bese mientras dejaba caer mi cuerpo sobre ella -. Esta noche es nuestra y la vamos a disfrutar.
-Te amo, ahora eres mi Edward – dijo y sonreí.
-Y tú siempre serás mi Bella – y comenzamos con los besos de nuevo. Miles de besos y caricias por su cuerpo y el mío. Yo besaba su cuello y ella el mío. Sus manos acariciaban mi espalda con suavidad mientras las mías codiciosas viajaban por su cuerpo.
-Edward, adoro tu cuerpo – sonreí -, el calor que emana, tu aroma – de nuevo besaba su cuello -. Como me hace sentir.
-Te amo mi Bella – de nuevo en su boca, besándola con fuerza -. ¿Estas lista para mí? – mordió su labio -. Es hora de que seas mía y para siempre.
-Te estoy esperando – contesto y comencé a refregar nuestros sexos.
Enrolló sus piernas en mi cintura y unos segundos después comencé a adentrarme en ella y el placer llego en forma de lava ardiente quemando mi cuerpo. Golpee con fuerza una y otra vez nuestros sexos, cada vez más adentro, apoderándome de su interior tan suave y tierno. Solo mía a partir de ahora. Sus paredes húmedas envolviendo mi pene cada vez más duro y erecto. Bella gimiendo una vez más por el placer que le brindaba, ahora mezclado con mis gemidos, diciéndonos cuantos nos amábamos, disfrutando y siendo uno. Una hora después o no sé cuánto tiempo me desplome sobre la cama de espaldas, Bella se acomodó en mi pecho nuevamente sin hablar. Acariciaba su espalda mientras ella acariciaba mi pecho hasta que finalmente nos dormimos.
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