Edward POV
Al otro día empezamos con la que sería nuestra rutina, solo que con una variante, yo prepare el desayuno mientras Bella despertaba a Nessie con su leche ya lista. Me sentía como si este fuera mi lugar, mi hogar, estar acá los tres juntos era lo correcto.
-Estaba pensando - dije cuando nos sentamos a desayunar -, ¿En verdad quieres tu camioneta de nuevo? - me miro sorprendida.
-Si, la necesito para moverme con Nessie - contesto.
-¿Y si mejor te compro otro auto? - pregunte y ya estaba negando con la cabeza -. Bella cabe la posibilidad de que no podamos recuperarla, que no la quieran vender si recién la compran y me sentiría más cómodo y seguro sabiendo que tienen un auto mas nuevo.
-Edward no, yo quiero mi camioneta, a mi me gusta y funciona excelente - su voz fue firme -. No porque seamos solo novios me vas a mantener y comprar cosas caras - protesto y me molesto que dijera "solo novios".
-Bella no somos solo novios - dije y ella suspiro -, hay mucho mas entre nosotros y esa camioneta ni siquiera tiene una radio decente que funcione bien - largo una pequeña risa.
-Edward, amor - dijo y vino a sentarse a mi falda y abrace su cintura -, sé que hay mucho mas entre nosotros – sonreí y acaricio mi rostro, sus caricias siempre me estremecen -. Y podemos ponerle una radio nueva si recupero la camioneta - comenzó a besarme mientras seguía acariciando con una mano mi rostro. Obviamente fue otra batalla perdida.
Después del desayuno nos terminamos de prepararnos para salir. Primero lleve a Nessie a la guardería, después a Bella hasta la tienda para que viera lo de su trabajo y luego iría a mi trabajo.
-Bella – la llame mientras bajaba del auto y me miro -. Te amo – se acercó y me dio un pequeño beso -. Ten cuidado con Mike, trata de no escuchar lo que te diga – mire hacia la puerta del local, Mike estaba parado en la puerta mirando para donde estábamos nosotros.
-Edward, ya lo hablamos y creo en todo lo que me dijiste – aseguro -, nada de lo que diga puede hacerme dudar – asentí -. Y nunca lo deje acercarse, ahora tampoco lo voy a permitir – otro pequeño beso.
-Te amo – sonrió y se marcho. Mire de nuevo a la puerta del local y Mike ya no estaba.
Llegue a la oficina, no estaba tranquilo, después de todo hace solo dos días estamos juntos de nuevo y aunque estamos bien no quiero que nada empeña esto. Mike no me quiere era obvio, sé que esta con Jessica, pero también estuvo interesado en mi Bella y todo esto me pone ansioso.
-Buenos días Edward - saludo Tanya en cuanto entre, una sonrisa que calculo quería ser seductora.
-Buenos días Tanya - apenas sonreí -. ¿Muchos pendientes? - pregunte.
-Toneladas - contesto -. Te mandaron algunas carpetas desde el hospital de Port Angeles - venía detrás mío entrando a mi oficina -, dicen que es para que vayas viendo cómo se maneja todo haya. Están los pliegos de la licitación de la farmacia para que los revises, apenas lo hagas si está todo bien se publicaran - siguió -. Llamaron de NJC, dicen que quieren hablarte - esa era la empresa en la que iba a trabajar, ayer avise que rechazaba el trabajo -, piden que te comuniques - dijo estirando un papel con el número telefónico -, ahí te anote con quien tienes que hablar - recibí el papel - y eso es el principio.
-Bien - dije y resople -, ahora me organizo y luego me dices el resto - asintió.
-Te pido el desayuno o algo - sonrió como si algo pasara por su cabeza -. Desayunemos juntos - dijo juguetona.
-Ya desayune con mi pareja - dije y se sorprendió -, puedes retirarte.
Empecé a organizar mis cosas, para ver por donde empezaba si solo era el principio. En eso estaba cuando sonó mi celular y al mirar la pantalla todo mi cuerpo demostró la alegría que traía solo el ver su nombre en la pantalla.
-Hola hermosa, ¿como estas? - mi Bella llamaba.
-Muy bien amor - contesto - . Quería avisarte que tengo de nuevo mi trabajo - me quede en silencio -. Edward deja de fruncir el ceño y no te pongas de mal humor - y que espera, que me alegre porque está cerca de ese insufrible.
-Bella no...
-Por favor Ed - y esa voz de niñita dulce se hizo presente de nuevo, ablandando hasta la última célula molesta de mi cuerpo -, te lo ruego no te pongas mal, te amo mi vida - y ese fue el remate final, ya no iba a protestar.
-De acuerdo Bella - sentí su risita triunfal -, y espero que no le enseñes a mi hija esos trucos - dije sonriendo, esos ruegos hacen estragos en mi.
-A tu hija no le hacen falta - sonó a reproche -, creo que solo con mirarte ella conseguiría le des todo - sonreí.
-No me voy a sentir mal por eso - dije y sentí su risa.
-No debes, a mi me pasa igual, aunque yo puedo ser firme con ella también – dude algo sobre eso.
-¿Me extrañas? – pregunte y me apoye sobre el respaldar de mi silla.
-Demasiado – contesto - ¿Tu? – no podía dudarlo.
-Más que nunca – conteste -. Realmente estoy evaluando seriamente que nos tomemos un año de vacaciones y nos vayamos los tres a una isla perdida en medio de la nada.
Suspiro – Eso sería hermoso – dijo y sonreí más -. ¿Cómo empezó tu día? ¿Mucho trabajo? – mire de reojo las carpetas.
-Se atrasó todo – dije -, pero seguramente rápido lo pongo al día.
-Amor tengo que trabajar - dijo -. Nos vemos más tarde, esta noche vienes - aseguro y tenía toda la razón.
-Por supuesto, paso antes a ver a mamá y luego voy con ustedes - asegure.
-De acuerdo – contesto - Te amo – dulces palabras dichas por una de las personas más importantes de mi vida.
-También te amo – y cortamos.
Me dedique al trabajo durante casi dos horas sin dejar que nada me distrajeran luego de cortar con Bella. Había mucho y eso que solo falte dos días.
-Edward, tu hermano esta al teléfono en la línea uno – aviso Tanya.
Conteste en el acto – Emmett, hermano ¿Cómo estas? – sentí una risotada del otro lado y me sorprendió.
-Feliz, feliz, feliz – repitió riendo, mas sorpresa -. Hermano quería contarte primero, no sabes la felicidad que tengo, creo que exploto – siguió y se lo notaba ansioso.
-Se nota, dime rápido que pasa – y no pude evitar sonreír al sentir tan feliz.
-¡ME CASO! – grito y me aturdió.
-¿Cómo? – me sorprendió, no me imagina a él grandote de Emmett casado - ¿Cuándo se lo pediste? ¿Por qué no me contaste? – pregunte.
-Hace tiempo lo vengo pensado, es el amor de mi vida mi Rose – se lo notaba tan feliz -, anoche se lo pedí, a la mañana temprano salí a buscar el anillo y anoche la lleve a cenar, luego a bailar y a la noche una buena sesión en la que la deje agotadísima – rodé mis ojos – y esta mañana apenas la desperté con muchos besitos por muchos lados, incluso lugares no santos – ojala omitiera esa parte, no me gusta esas imágenes de mi cuñada en mi cabeza – saque el anillo y se lo pedí.
-Emmett, no te imagino un hombre de familia – dije y más risas del otro lado.
-Ni yo, pero la amo – y eso fue con mucha seriedad.
-Me imagino que Rosalie debe estar más que feliz – asegure.
-Salto de la cama luego de llorar – dijo riendo -, y llamo a sus padres, todavía está hablando con ellos, ahora tengo que llamar a mamá y el resto de la familia.
-¿Te imaginas a Alice? – Yo ya me la puedo imaginar, corriendo para organizar todo -, no los va a dejar ni respirar.
-Prefiero no preocuparme por ella ahora, me va a volver loco, que las pruebas del traje, la torta, los adornos y quien sabe cuánto más – reímos los dos -. ¿Con Bella como están? – pregunto cambiando de tema.
-Excelente – conteste -, es tan distinto todo Em, no es como cuando estaba con Jessica, este amor es dulce, puro y me hace sentir realmente bien – dije y Em solo escuchaba -, es sano y siento que es mi lugar.
-No sabes cuánto esperaba que te pasara algo así – dijo y sonreí -, cuando te vi sufrir tanto y como te estabas destruyendo me sentía tan inútil, no poder sacarte de todo eso, no poder protegerte – suspiramos los dos.
-Tantas veces tuve ganas de subirte en un avión y llevarte lejos, pero sabía que sería peor porque me odiarías y no podría tenerte lejos – esta es una de las pocas veces que escucho al oso Emmett sacar sus sentimientos de esta manera.
-Pero todo está bien ahora Em, ya todo eso paso – dije – y siempre estuviste a mi lado, por más de que yo me comporte como un idiota – tantas veces lo trate mal -. ¿Cuándo vuelven? – pregunte para no seguir con esta melancolía -. Tenemos que festejar.
-El próximo lunes – confirmo -, vamos a salir y festejar mucho.
-¿Van a vivir en Forks? – pregunte, no me gustaría tenerlo lejos, pero a lo mejor querían vivir cerca de su familia.
-Aun no lo sé, Rose es modelo y creo que no le convendría Forks, pero ninguno quiere estar lejos – dijo -. Estábamos pensando en vivir aquí en Seattle – dijo.
-Siempre tendrán mi apoyo, no importa donde este – confirme.
-Gracias hermanito – dijo.
-Em te dejo tengo mucho trabajo – el saludo y cortamos.
Me dedique lo que quedo de la mañana y el mediodía a trabajar sin parar, demasiado atrasado y si seguía distrayéndome nunca iba a dejar las cosas al día.
-Edward - sonó el intercomunicador -, el doctor Cullen esta acá - siguió.
-Hazlo pasar - me levante y papá entro en la oficina. Nos abrazamos.
-Que alegría verte de nuevo y... - me miro unos segundo - te veo feliz - sonreí.
-Lo estoy papá - conteste -. Estamos juntos y son todo lo que necesito - dije.
-Calculo entonces que ya no te vas a trabajar a Nueva Jersey - dijo y agache la cabeza avergonzado.
-Siento eso, fue demasiado impulsivo - sonrió.
-Siempre has sido impulsivo - dijo -, pero el amor nos pone peor - asentí -. ¿Mucho trabajo? - pregunto.
-Muchísimo - confirme -, pero seguro en un par de días esta todo en orden – asintió -. ¿Hablaste con Emmett? – su sonrisa fue más grande, eso indico que hablaron.
-No me imagino a ese niño casado, Rosalie va a tener mucho trabajo tratando de hacer crecer a ese bebé grandote – reímos los dos.
-Yo me lo imagine siendo un niño eterno – dije.
-Igual nunca va a perder ese espíritu de niño – y espero sea así, es tierno.
Habíamos quedado en silencio, seguro los dos pensando en el bebote Emmett - ¿Venias por algo en especial? – pregunte.
-Necesito que le des prioridad a la licitación de la farmacia - asentí -, no quisiera que estemos sin ninguna así sea por poco tiempo - siguió, pero vi en su cara un gesto de preocupación me hizo recordar a otras épocas, además su ceño estaba fruncido y sé que se debatía si decirme algo o no.
-¿Que pasa? - pregunte sacándolo de sus pensamientos y me miro sorprendido -. Tienes esa nota de preocupación en la cara, la conozco, pero quiero asegurarte que todo está bien, soy feliz - asegure y apenas sonrió.
-No quisiera arruinar eso - me puse serio también, eso no sonó bien.
-Dime que paso - exigí.
-No quiero que te vuelvas loco - dijo serio, esa frase la conocía, así empezaba todo cuando me hablaba... mi alma se helo... muchos minutos en silencio.
-Jessica - dije finalmente y papá asintió.
|