Bella POV

Al fin había llegado, después de tanto tiempo de constantes amenazas o golpes que nos daba la vida había llegado la tranquilidad. Hacía dos semanas que estábamos tranquilos, lo que no hizo que mi salud cambiara mucho, porque aun sentía pequeñas descompostura, aunque no eran todos los días aun pasaba.

Pero trate de fingir lo mejor posible para que Edward no lo notara, no quería que se preocupara mas cuando apenas nos estábamos relajando de todo.

Era fin de semana y me parecía que lo mejor era tratar de volver a disfrutar de las cosas simples que hacía mucho no disfrutábamos. Hacía meses que no salía con Nessie a la plaza o íbamos a nuestro prado, por lo que este fin de semana pensé que lo mejor era retomar esos paseos simples pero que siempre disfrutábamos.

Eran las ocho de la mañana, Edward aun dormía y yo me sentía hambrienta, creo que podría devorarme una vaca yo solita y aun así tendría hambre. Me desprendí de su abrazo y fui a la cocina a preparar el desayuno. Me prepare una gran taza de leche chocolatada, toneladas de tostadas, dulce, manteca y algo de fiambre también. Media hora después estaba satisfecha y lista para volver a mi cama para dormir, pero Nessie no tenía los mismos planes que yo, la escuche llamarme y la fui a buscar. Volví a la cocina con ella en brazos, prepare su leche y luego la lleve a la habitación y la acosté entre Edward y yo.

-Bella, hermosa – sentía la voz de Edward lejana y arrulladora -. Despierta es hora de almorzar – solo esa palabra y ya sentía el ruido en mi estomago, fue audible y mucho lo que provoco una pequeña risa saliendo de Edward -. Creo que mejor te apuras, me parece que no te alimento lo suficiente, tu estomago ruge con furia – dijo entre risas.

-Si sigo así en pocas semanas voy a estar enorme – conteste -. Buenos días – dije sonriendo y mordiendo mi labio inferior, Edward sonrió y se acercó.

-Buenos días – contesto para luego fundirnos en un beso, suave, tierno y abrazador -. Vamos – dijo tomándome en brazos y me llevo a así a la cocina mientras me dedique a besar su cuello.

-Mami fema – pregunto Nessie. Cuando Edward me llevaba en brazos para ella era señal de que estaba enferma porque eso era lo que hacia él cuando me sentía mal.

-No estrellita, mama no está enferma – se acercó a ella y beso su frente.

-Estaba pensando en salir – dije. Ya estábamos los tres sentados a la mesa y empezamos a almorzar un exquisito pollo con arroz y especias -. ¡Oh dios esto esta exquisito! – exclame mirando la comida y Edward largo una carcajada.

-Bella parece que no comieras nunca – dijo. Le saque la lengua y seguí comiendo -. Preferiría nos quedemos en casa, solos todo el día – siguió con la conversación - ¿Tenias en mente algo en particular? – pregunto.

-Solo pensé que podíamos ir a la tarde a la plaza como solíamos hacer antes y mañana al prado y hacer un picnic – me encogí de hombros -. Tratar de hacer algo normal y los tres juntos.

-Solo si volvemos temprano, también quiero descansar un poco – sonreí.

-Es solo dar una vuelta y que Nessie pueda disfrutar un poco del día – dije y sonrió.

Nos quedamos en silencio y me dedique literalmente a devorar el plato de comida, aprovechando que Edward se hacía cargo de darle de comer a Nessie. En pocos minutos mi plato estuvo limpio y aun seguía con hambre.

-Bella por lo menos podrías masticar la comida – me miraba serio y rodé mis ojos. Me serví mas y volví a la mesa bajo su mirada atenta y creo que algo asombrada.

Termine mi segundo plato y ahora si me sentía totalmente satisfecha y completamente feliz. Solo eso y tenía una enorme sonrisa.

-En verdad creo que no te estoy alimentado bien – dijo mirándome con una sonrisa burlona -. Ahora que terminaste, parece que ese plato de comida puede hacerte más feliz que cualquier cosa en este mundo.

-Tenia hambre – dije estirando mis brazos -. Panza llena corazón contento –agregue acariciando mi panza. Me quede mirando el lugar, parecía que mi cabeza quería demostrarme algo que no terminaba de entender en ese movimiento.

-¿Pasa algo? – pregunto Edward ante mi cambio de semblante.

-No, creo que no – conteste no muy convencida.

-Me parece que tu celular está sonando – dijo Edward y escuche atenta el sonido.

-Ya vuelvo – el asintió y me miraba serio.

Para cuando llegue a mi habitación se había cortado la llamada, pero volvió a sonar, sonreí para mí, Alice podía ser insistente. Solo espero no se moleste cuando le diga que queremos estar solos este fin de semana.

-¡Alice! – exclame tirándome en la cama.

Suspiro -. Hola Bella – apenas fue perceptible el saludo. Lo que me llamo la atención porque ella no es así.

-¿Qué pasa? ¿Estás bien? – abra pasado algo con alguien de la familia.

-Acá estamos todos bien – afirmo aun en tono bajo y triste -. Llamaba porque quería saber si ustedes estaban bien – dijo -. Sobre todo si Nessie estaba bien – eso me sorprendió.

-Estamos todos perfectos, acabamos de almorzar – conteste -. ¿Alice que te pasa? – me senté en el borde de la cama.

-Es que no he dormido bien desde hace un par de días – contesto -. He tenido malos sueños y sensaciones…

-¿Sobre Nessie? – pregunte. Supuse era sobre mi niña por lo que me había preguntado.

-Le sueño llorando mucho, pide por ti y por Edward – sonó angustiada -. Y durante el día tengo esta sensación de vacío - eso podía ser porque ella y Jasper habían viajado y no la habían visto.

-Te dejaría más tranquila si vienes a verla – asegure -. Ven ahora y te quedas un rato con nosotros, veras que Nessie está perfecta y te vas a tranquilizar – la escuche suspirar profundamente.

-No los molesto ¿verdad? – rodé mis ojos -. A lo mejor tenían planes o algo que hacer – era así, pero se pueden atrasar un poco.

-No te preocupes por eso y ven, te espero – nos saludamos y cortamos.

Debo ser sincera, eso me dejo intranquila, después de todo Alice tiene habilidad de poder presentir en cierta forma algunas cosas, es como una brujita, pero me niego a que esto altere nuestra tranquilidad, todos la necesitábamos y hasta el momento todo iba bien. Nessie estaba en casa con sus padres y reía, no lloraba.

-¿Quién era? – pregunto Edward cuando volví a la cocina. Nessie y el estaban comiendo un pastel de chocolate que seguramente había salido a comprar cuando estaba durmiendo. Se largo a reír y lo mire asombrada -. Si vieras tu cara te reirías también, parece que te estuvieran torturando por no comer un pedazo de pastel – siguió riendo.

-Quiero – dije haciendo un puchero y poniendo mis ojos de perrito mojado.

-No hace falta que hagas eso – beso mi frente -, te iba a convidar sin necesidad de que me mires así – sonreí.

-Viene Alice – me miro mientras servía una porción demasiado pequeña del pastel -, quiere ver a Nessie – no brinde mas información.

-Pensé que querías que estuviéramos los tres solos este fin de semana – dijo mientras me acercaba el pastel.

-La extrañaba – me encogí de hombros -, ha tenido malos sueños y era mejor que la viera para que este tranquila.

-¿Malos sueños? - pregunto y asentí mientras devoraba mi pastel -. ¡Bella come más despacio! – me reto.

-Sino te gusta no me mires – reproche.

-Los malos sueños de Alice no son buen augurio – se había puesto serio y parecía preocupado.

-No pensemos en eso, hace poco que estamos tranquilos y lo único que deseo es seguir así – nos tomamos de la mano -. No te preocupes, seguro es porque no la ha visto.

Una hora después Alice y Jasper estuvieron en casa, luego de contarnos sobre su viaje y que Alice hablara sobre todos los modelos nuevos que había visto para Nessie nos pidieron llevarla a dar un paseo, no era lo que yo había pensado para el día de hoy, pero se me bajo la tensión una vez mas y eso termino de convencer a Edward de que no íbamos a salir a ningún lado, por lo menos nosotros dos.

-Estas exagerando – dije cuando una vez más en brazos me llevo hasta la cama.

-El lunes apenas lleguemos al hospital vemos a papá para que te revise, no voy a esperar más – dijo en tono autoritario.

-No es grave – ahora estaba furioso.

-Deja de repetir eso, ahora que logramos estar en paz no quiero tener que preocuparme por tu salud – quise sentarme en el borde de la cama ya que me dejo recostada -. No se te ocurra poner un pie fuera de la cama – rodé mis ojos y me senté apoyándome en el respaldo.

-Siéntate aquí – dije palmeando sobre la cama, me miro serio durante unos segundos y luego se sentó a mi lado -. No quiero verte enojado – tome su rostro entre mis manos y lo acerque hasta mi.

-Entonces hazme caso y deja que alguien te revise – pidió, nos miramos a los ojos y asentí.

-El lunes me hago ver – conteste y sonrió -. Ahora… - sonreí y lo mire por lo bajo. El comenzó a negar con la cabeza - ¿Unos mimos? – Pedí y siguió negando -, por favor… por favor… por favor… - rogué con mis manos juntas.

-Bella acabas de sentirte mal… – puse mi mejor puchero, ojitos tristes, mis manos juntas -… no hagas eso – suspiro.

-Muy poquitos mimos, por favor…. – volví a rogar. Volvió a negar con la cabeza y de pronto empecé a sentir una opresión en mi pecho y tuve muchas ganas de llorar -. Por favor Edward… solo un ratito… - insistí.

-Primero descansa y luego vemos como te sientes – y las lagrimas comenzaron a caer.

-Ya no te gusto, no te atraigo – acuse. Lo cual es una locura porque hace una noche atrás habíamos hecho el amor con mucha pasión y varias veces la misma noche.

-Bella eso es ridículo me…

-¡Y encima te parezco ridícula! – exclame entre sollozos.

-¿No entiendo qué pasa? – dijo mirándome con algo de ansiedad y yo tengo menos idea que él.

-No se… solo… tengo… ganas-de-llorar… - y mas lágrimas desesperadas salieron. Me acerco a él para abrazarme y durante un par de minutos me aferre a su cuerpo con la cabeza apoyada en su pecho mientras el besaba mi cabeza y acariciaba mi espalda. Busque sus labios a medida que aflojo el abrazo y comencé a besarlo con cierta desesperación y cada vez con más deseo.

-Bella aguarda… – dijo cuando me separe un poco para respirar.

-Solo un beso – dije aun con la voz alterada por el llanto -, por favor… por favor… – volví a sus labios y el beso fue con más insistencia mientras comencé a desprender su camisa sin preámbulo y con rapidez. Termine con la camisa, la saque y comencé a acariciar su pecho, y ¡oh dios como amo su cuerpo!, baje lentamente hasta llegar al borde de su pantalón y comencé a acariciar por encima de la ropa el bulto que se había formado, de arriba abajo con fuerza y note como fue creciendo cada vez mas. Su respiración se agito, tomo mi rostro entre sus manos y comenzó a meter su lengua con desesperación en mi boca.

Edward también tenía ganas de que pasara, de eso no había duda, porque tomo mi remera y la levanto rápido mientras eleve mis brazos y la quito tirándola luego para atrás. Se puso de pie y comenzó a desprender su pantalón y me miro con sus ojos casi negros por el deseo.

-Bella tu pantalón ya tendría que estar en el piso – dijo mientras sacaba el suyo y sonreí -. Rápido – insistió y lo hice lo más rápido posible.

Apenas estuve desnuda se abalanzo sobre mí y se coloco entre mis piernas, comenzó a lamer mi piel, el lóbulo de mi oreja y a dar pequeños mordiscos en mis hombros, clavícula y cuello. Bajo hasta el valle de mis senos y comenzó a besar, lamer y chupar.

Subió nuevamente para mirarme a los ojos y luego ataco una vez más mi cuello y ahí dejo la marca con un delicioso chupón. Se enterró en mi interior, comenzó con los movimientos frenéticos y desesperados, acariciando todo mi cuerpo, besando mis pechos mientras yo deje mi marca en su hombro. Finalmente terminamos y quedamos abrazados en silencio y dejando que la respiración se calmara.

-Tus ruegos cada vez te funcionan mejor – aun me tenia abrazada y apoyaba mi cabeza en su pecho, podía sentir los latidos de su corazón los cuales eran rítmicos y se había normalizado – Lo que no entiendo es el llanto, desde cuando lloras para chantajearme – reí.

-No lo hice a propósito, eso fue natural – dije. Escuchar el sonido de su corazón logra tranquilizarme, es la música más hermosa y tranquilizadora. Así como la risa de Nessie es lo que estimula mi alma.

-Bella – me llamo luego de unos minutos más que estuvimos en silencio - ¿En verdad estás bien? – pregunto y note en su voz la preocupación.

-El lunes sin falta voy al médico – dije. Baje un poco las sabanas y mire mi vientre, acaricie suavemente la zona -. Seguro me querrán hacer algunos análisis – seguí.

-Que no pase del lunes – pidió y asentí con la cabeza -. Duerme un poco amor, te hace falta – comenzó a dibujar formas en mi espalda desnuda con la punta de sus dedos con mucha suavidad por lo que en pocos minutos caí en un profundo sueño.

El lunes apenas llegamos pase al laboratorio para realizarme un estudio de sangre, estaría para la tarde, creo que sabía lo que pasaba, tantos cambios no eran porque si. Igual iba a esperar estuvieran los estudios para confirmarlo.

Cerca de las cuatro de la tarde comencé a sentirme mal. Edward había salido hacia unos minutos a una nueva reunión con Seth, antes de salir me pidió que no saliera sola, que lo esperara que regresara y eso me extraño. Intente localizarlo para avisarle que me iba a casa porque realmente estaba descompuesta, como su teléfono estaba apagado le deje un mensaje en el correo de voz y fui con Esme para buscar a Nessie.

-¡Bella! ¿Dónde estas? – Edward parecía ansioso.

-Con Esme…

-¡Te dije que me esperaras! ¡Nunca escuchas! ¿Está todo bien? – parecía muy alterado.

-Me sentía mal y vine a buscar a Nessie para ir a casa, pero…

-¡Quédate ahí las voy a buscar, no te muevas! – dijo cortándome de nuevo.

Me quede mirando el celular cuando corto la comunicación, me resulto extraño que me tratara de esa manera, como distante, ansioso u enojado y todo parecía ser conmigo, sé que le hago falta porque soy su asistente, pero es exagerar si por un día que me enfermo y me retiro antes se ponga de esa manera.

-¿Bella pasa algo? – pregunto Esme mirándome con cara de preocupación.

-Creo que Edward se molesto porque me fui sin su permiso – conteste y Esme pareció disgustarse.

-Si es así se va a ganar un reto de mi parte – dijo seria.

…

-¡Bella! – me di vuelta y Edward entraba muy serio.

-Me sentía mal, por eso me fui, no es para tanto – me ataje cuando lo vi acercarse.

-Mamá – saludo a Esme de lejos, otra cosa rara en Edward y me había ignorado -. Vamos a casa – dijo -. Estrellita ven con papi – dijo y Nessie corrió hasta él.

-Edward ¿Qué está pasando? – Esme se acercó y se paro frente a él.

-Ahora no hay tiempo mamá, tenemos que irnos – dijo esquivándola -. Papá viene en unos minutos y te explica – siguió -, ahora me las tengo que llevar lo antes posible.

-¿Edward? – ya me estaba asustando.

-Va a estar todo bien – dijo acariciando mi rostro.

-Hijo explícanos que pasa – insistió Esme.

-Ahora no mamá, por favor, necesito llevármelas – tomo mi bolso y me miro -. Vamos Bella, no hay tiempo - dijo y lo seguí hasta el auto.

Nos subimos al auto y comenzó a manejar sin hablar, solo apretaba su mandíbula y miraba fijo la carretera. Sonó su celular y parecía no escucharlo o a lo mejor solo lo ignoraba. Llegamos a casa y entramos en silencio.

-Necesito que esta vez me escuches y hagas lo que te pido sin decir nada – iba a protestar pero tapo mi boca -. No hay tiempo y tengo que ir a encontrarme con Emmett lo más rápido posible – siguió -. Prepara un bolso para cada uno de nosotros, no mucha ropa solo lo esencial, vuelvo en una hora como máximo – me soltó y empezó a caminar para irse.

-Edward, dime…

-Bella por favor, luego te explico, no hay tiempo…. – respiro profundo para calmarse -. Solo haz lo que te pido – asentí -. Cierra la puerta con llave y no dejes nada abierto – pidió y salió. Se sintió fuerte cuando acelero y el auto se alejó con rapidez. Cerré la puerta con llave como me pidió y me asegure que las ventanas estuvieran también cerradas.

Nessie estaba cansada así que rápido prepare su leche, la acosté en la cuna, seguro se dormía un rato. Luego busque los tres bolsos para guardar algo de ropa, como me pidió, aunque sería muy útil saber a dónde vamos, para saber qué tipo de ropa nos hace falta. Prepare todo, no fue mucho como me indico. Ya casi se cumplía la hora y decidí entrarme a duchar.

-¡BELLA! – sentí el grito desde la ducha y me apure a salir. Salí del baño y estaba parado esperándome en la puerta, su cara no auguraba nada bueno - ¡TE PEDI QUE CERRARAS CON LLAVE! – grito a penas me vio.

-¡Pero la cerré con llave! – exclame molesta y él se puso blanco - ¿Qué pasa? – pregunte ahora asustada por su expresión.

-La puerta estaba sin llave y entre abierta… - susurro.

-Edward… - mi corazón se aceleró – Nessie… - fui a la habitación de mi niña y mire su cuna. Fue lo último que vi antes de desmayarme.