Edward POV

La vi entrar con un cierto aire gatuno, como si quisiera parecer seductora. No me adelante en el escritorio porque seria una invitación a saludarla más íntimamente, y era lo que menos quería. Lo que la obligo a quedarse parada del otro lado, pero sonrió medio burlona, como si estuviera calculando algo.

-Jessica – dije a modo de saludo -, toma asiento – dije y señale con la mano la silla frente a mi escritorio.

-Eddie ¿Cómo has estado? – odio que me diga así, pero no dije nada.

-Muy bien, a decir verdad excelente – conteste.

-Hace cuanto llegaste… cuatro meses más o menos – solo asentí -. No me has llamado ni una sola vez ni me has buscado – dijo con voz melosa -. Todavía te estoy esperando – bufe.

-No tengo porque buscarte – conteste -, lo nuestro termino hace cuanto, como seis años – dije.

-Sino contamos las veces que viniste de vacaciones y me buscaste – dijo insinuante -, diría que si hace ese tiempo – sonrió. El año pasado fue el único año que no vine de vacaciones, fue mas una exigencia de Carlisle que una decisión propia, por mi hubiera venido. Mis padres no me querían acá porque sabían que saldría a buscarla como había hecho los años anteriores, pero aunque no recaí era demasiado el riesgo para ellos.

-Ahora todo es distinto – conteste -, ya nada nos une – asegure.

-¿Estas seguro? – pregunto -. Después de todo ni siquiera te animaste a acercarte – sonrió.

-Sera que ya no quiero ningún tipo de acercamiento contigo – conteste más molesto.

-Oh vamos, quieres hacerme creer que me olvidaste – dijo burlándose.

-Te olvide – asegure.

-Eres adicto a mí – una pequeña risa burlona -. O no te acuerdas como corrías a mi lado cada vez que te llamaba. Acaso no recuerdas cuanto estábamos juntos, los besos, el sexo, la diversión – siguió.

-Te olvide, te lo aseguro, ya no quiero sexo, ni besos contigo, tampoco eres una adicción - y hasta ahora, eran solo habladurías, no me decía para que había venido -. ¿A qué has venido? - pregunte algo molesto ya.

-Eddie, te has vuelto un cascarrabias, a lo mejor tengo algo aquí para ti – dijo y comenzó a revolver su bolso -, capaz y te alegra un rato.

Me puse de pie de repente – Si has venido para esa mierda mejor te largas – dije y me miro sorprendida -, hace mucho tiempo que estoy limpio y no me interesa volver a eso – seguí y ahora estaba enojado -. Algo que tendrías que hacer, o no te das cuenta que estas hecha mierda – me miro enojada.

-Eddie siéntate, no seas exagerado – seguí burlándose y me estaba hartando de esto - no te doy nada si no quieres.

-¿Qué quieres? – dije en forma brusca.

-Creo que si hubiera tenido ese bebe hubiera sido la señora Cullen - rodé mis ojos -. Vi a esa tal Isabella, creo que le dicen Bella – dijo con tono despectivo y me hirvió la sangre, podía sentir la rabia subiendo por todo mi cuerpo -. Tan desesperado estas por remplazar nuestro bebe que andas con una madre soltera.

-No te metas con ellas, ni se te ocurra acercárteles – advertí y mi voz estaba alterada, y soné amenazante -, no te va a ir bien si lo haces – me miro sorprendida, mi voz sonaba descolocada.

-¡Que susceptible por dios! – exclamo -. Igual no sé que le ves no es la gran cosa – esto ya no tiene sentido vino solo a molestar como había dicho mi Bella -, no sé que le ves – repitió.

-Es la mujer más hermosa, interesante, especial y radiante que he conocido, al igual que nuestra niña – dije y mas sorpresa hubo en su rostro - ¿Por qué no te marchas ya? Esto no tiene sentido - asegure.

-Sabes Eddie, que pensaría tu noviecita si le cuento sobre nosotros – sonreí -. ¿Cuánto quieres porque me mantenga alejada y callada? – dijo y ahí estaba, la realidad, la verdad sobre Jessica y mi relación con ella. El dinero, eso fue lo único que le intereso y lo único que le importa ahora de mí, yo era capaz de mantener todos sus caprichos y vicios, en el pasado lo hice y ahora venia por mas.

-No te voy a dar dinero – asegure.

-Puedo ser muy convincente cuando me lo propongo – dijo como amenaza -, después de todo tengo al pueblo convencido de que me obligaste a abortar y me pegaste por eso.

-No me interesa – conteste -, lo que la gente piense de mi es problema de ellos, mi familia y yo sabemos la verdad…

-Pero tu noviecita – "si supiera", pensé. Pero no me iba a rebajar, no iba a caer en su juego -, ya no la tendrías si la convenzo – de nuevo ese tono amenazante.

-Haz lo que quieras – conteste -, no me interesa – ahora estaba seria -. Creo que es hora de que te retires, y te pido que no vuelvas, entre nosotros no hay nada más que hablar – dije con firmeza y me puse de pie. Se quedo sentada sin moverse pero totalmente molesta. Rodee mis ojos y salí detrás del escritorio y abrí la puerta.

-Antes no eras así – se acercó y se pego a mi cuerpo hice unos pasos atrás para alejarme.

-Esta es la salida – dije.

-No te va a ser tan fácil deshacerte de mí - dijo y salió disparada de mi oficina.

Me senté frente mi escritorio nuevamente, recordando cómo era Jessica antes. Me di cuenta que solo era la sombra de esa chica que conocí, ya no me cegaba como antes. Su cercanía, su aroma, todo ella ya no me atraía, creo que hasta cierto punto me resultaba repulsivo. Seguía metida en las drogas y se notaba a la legua, sus ojeras, sus ojos, lo arruinada y consumida que estaba. Definitivamente no había rastros de la chica que supe conocer antaño, la chica que ame, idolatre y hasta incluso puse en un pedestal. Ella supo ser el centro de mi vida, mis males, mis vicios y mi desamor. Y ahora estaba libre del todo de ella, solo juro que si se acerca a mis niñas, no va a quedar un solo rastro de ella porque la voy a destrozar. Cuando se acercó a mi lo supe, solo sentía indiferencia por ella, ni siquiera había lastima.

Volví al trabajo, era lo mejor, además ni siquiera había quedado ese sabor amargo que queda en la boca cuando discutes con alguien y las cosas salen mal. Me sentía bien así que me pude concentrar y seguí en lo mío hasta que Bella entro con Nessie en brazos, cerca de las cuatro de la tarde.

-Mis niñas – dije y me levante a saludarlas. Bese a cada una, un beso en la mejilla y otro en esos tiernos labios.

-¿Cómo salió todo? – pregunto bajando a Nessie de sus brazos, quien fue hacia los sillones donde había unos crayones y algunas hojas para que ella dibujara en la mesa ratonera. Ahora mi oficina tenía algunas cosas para ella. Un par de veces la tuve que cuidar aquí.

-Muy bien – conteste -. Espero no haberte puesto nerviosa con mi llamada – se acercó y me dio un pequeño beso. Nos sentamos en los sillones y me acerque a Nessie.

-¿Le vas a dibujar algo a papá? – me miro sonriendo, su sonrisa siempre me deja sin aliento.

-¡Si! Auto papá – contesto.

-El auto de papá es más lindo que el de mamá ¿Verdad? – sentí la palmada en mi cabeza y reí.

-Auto mamá vejo – dijo y reí mas.

-Tengo que comprarte un auto nuevo – dije mirando a Bella -, a Nessie no le gusta el tuyo porque es viejo – dije.

-Porque le vives diciendo chatarra delante de ella – acuso y es cierto.

-Bella es una chatarra – dije y resoplo.

-Dejemos mi chatarra de lado y cuéntame que pasó con Jessica – dijo con ansiedad -. No me gusta que des vueltas – y le di un pequeño beso en los labios.

-La verdad creo que solo buscaba dinero – me miro sorprendida -, después de hablar de que no la busque ni la llame, termino amenazándome con decirte su versión de la historia, que pensó le ibas a creer y que si no quería que lo hiciera le diera dinero – resumí.

-Bueno por lo menos esa parte está cubierta – dijo y reímos -. ¿Crees que va a volver? – pregunto aun sonriendo -. Ojala no lo hiciera – se contesto ella mima y acaricie su rostro.

-Si lo hace va a resultar igual que ahora – le di un pequeño beso en los labios -, no va a conseguir nada. Estamos bien, nada nos va a tocar – asegure, mientras estuviera en mis manos nada nos iba a pasar.

-Papi – mire a Nessie que me tendía una hoja con su dibujo, era mi auto, pero solo eran miles de rayones, los más hermosos rayones -. Auto – dijo y reí.

-Ven – la tome en brazos -, donde lo vamos a colgar esta vez – dije. Las dos veces anteriores cuando vino dibujo y colgué en un pizarrón de corcho, todos sus dibujos. Ya no había lugar.

-Ahí – dijo señalando la ventana.

-¿En la ventana? – pregunte y asintió. Bella me ayudo con la cinta de pegar y lo colocamos en la ventana.

-Voy a casa a darle la merienda y después nos juntamos – dijo y asentí.

Nos despedimos y se fueron a casa. Decidí buscar a papá y contarle lo de Jessica, era mejor que lo escuchara de mi a que se enterara por terceros. Lo encontré en la sala de emergencias, estaba conversando con otro de los doctores y no parecía estar contento. A lo mejor no era buen momento, alcanzo a verme cuando retrocedí.

-¡Aguarda Edward! – exclamo cuando vio que me iba y asentí. Termino de hablar y camino hacia mi -. Te iba a ir a buscar – dijo.

-¿Pasaba algo? – pregunte e hice un movimiento con la cabeza como señalando al médico.

-Es el jefe de emergencias, tenemos uno de los doctores que hace una semana que no se presenta y nadie sabe nada – dijo -, ya sabíamos que tenía algunos problemas de adicciones – asentí y nos quedamos en silencio, seguramente los dos recordando cómo me encontraba hace unos años atrás.

-¿Me buscabas también? – pregunte y lo saque de sus pensamientos.

-Hablaste con Jessica – afirmo y lo mire sorprendido -. No te estoy vigilando – aclaro y sonreí -, es solo que la vi cuando salió, justo estaba en la recepción y llame a tu secretaria y me confirmo que estuvo contigo.

Suspire – Vamos a tu consulta – dije y asintió.

-¿Cómo están las cosas con Bella? – lo mire y note que solo buscaba conversar.

-Muy bien – conteste -. Cuando hablamos decidimos que nos apoyaríamos, así que recién estuvo y le conté sobre lo que hable con Jessica – dije y él me escuchaba atento -. El sábado vas a poder ir a la cena, Emmett se molestaría sino vas.

-Ya arregle todo – dijo -, pero si hay alguna emergencia tengo que venir, sabes como es. Emmett me tiene loco llamándome todos los días, para que recuerde dejar todo listo acá para que vaya – papá es un apasionado por su trabajo y se entrega totalmente a él, por lo que muchas veces estábamos a punto de salir y él debía quedarse, no nos gustaba, pero era su deber ayudar -. Si no hay emergencias estará toda la noche con ustedes.

Lleguemos a su consulta y dio un par de instrucciones a su secretaria mientras yo entre. Busque algo de tomar del refrigerador que tenía en su consulta, el siempre tenía jugo de naranja para tomar. Serví dos vasos y me senté a esperarlo.

-Bien – dijo cuanto se sentó y tomo el vaso -, cuéntame cómo fue todo con Jessica – dijo y tomo un trago de jugo.

-En realidad no fue mucho – me encogí de hombros -, solo me pregunto por qué no la había llamado o buscado y le deje en claro que entre nosotros no había nada ya – comencé -. Me ofreció algo para alegrarme – dije y se removió incomodo en el asiento -, la eche de la oficina, pero no se fue. Luego me dijo que sabía que estaba con alguien e intento amenazarme con decirle cosas sino le daba dinero – me miro serio.

-Te quiso chantajear – aseguro y asentí.

-Estaba drogada, papá, creo que ni se da cuenta ya de lo que hace – no es que la estuviera excusando, más bien me daba lástima que siguiera en ese mundo.

-Es una lástima que se perdiera de esta manera – dijo pensativo -. Pero… ¿definitivamente esta en el pasado? – pregunto con algo de duda.

-Totalmente enterrada en el pasado – conteste y note lo aliviado que estaba -. Así que ya no te preocupes – dije -, Jessica está olvidada.

Después de hablar con papá volví al trabajo hasta las siete que era mi horario de salir, no pase a ver a mamá, hoy solo quería estar con mis dos niñas y que podamos disfrutar el día juntos, como lo veníamos haciendo este último tiempo.

Nos fuimos a Port Angeles, en mi auto, según Nessie el más lindo. La llevamos a los juegos, cenamos, caminamos por el centro comercial mirando vidrieras y le compre algunos juguetes a mi pequeña, mientras Bella protestaba porque la malcriaba. No le hice caso, aun sigue siendo hija única.

El viernes paso tranquilo, envuelto en el trabajo como era habitual. Emmett y Alice me llamaron millones de veces para recordarme que nos juntábamos a las nueve de la noche y que debíamos ser muy puntuales. Llegue a casa y a Bella se la veía de mal humor.

-¿Qué pasa? – pregunte mientras la abrazaba por atrás.

-Alice me ha tenido loca hoy – protesto y reí -. Tampoco que esta cena ya fuera la boda, me tuvo dos horas probándome ropa y tratándome como una Barbie que vestía y desvestía a su antojo – y me perdí en esas últimas palabras -. Encima ya venía medio enojada, menos mal…

-¿Alice te tuvo desnuda? – me molesto bastante.

-¡Edward! – Exclamo molesta - ¿Cómo voy a dejar que Alice me vea desnuda? – bese su cuello.

-Dijiste que te vestía y desvestía – repetí sus palabras.

Resoplo – Me hacia vestir y desvestir – corrigió y reí -. Como te decía, estaba enojada con Mike porque hizo insinuaciones sobre Jessica y lo que había pasado entre ustedes en aquellas épocas – siguió y me tensione, pero no porque hubiera algo que no le conté, sino porque no soporto a Mike y que se meta donde no lo tiene que hacer -. Y finalmente antes de salir llego Jessica haciéndose la gran estrella y como si fuera la dueña del lugar.

-Jessica hablo contigo – dije y me miro.

-Si – confirmo -. Solo repetía las mismas mentiras que le había dicho a Mike, se molesto cuando le dije que me habías contado la verdad y que confiaba en tu palabra.