Bella POV

El miércoles llego rápido y estaba ansiosa, lo cual trajo un reto por parte de Edward antes de ir a buscar a mamá al aeropuerto en Port Angeles.

-Necesito que te calmes – dijo mirándome a los ojos con seriedad -, no te hace bien a ti ni a nuestra porotita – acaricio mi rostro -. Por favor Bella – pidió.

-Lo sé, lo sé… pero tengo muchas ganas de verla – dije con algunas lágrimas en los ojos.

-Lo sé mi amor, pero trata de estar tranquila – asentí -. Ahora es buen momento para practicar las respiraciones que te enseño la fisioterapeuta – comencé a realizar las respiraciones profundas y lentas -. Eso es mi amor – dijo sonriendo -. Que niña tan obediente – dijo levantando una ceja y no puede evitar reírme.

-Trae algo de comer de paso – dije parando las respiraciones -, así mamá no se pone a cocinar, no es buena en eso – aclare y Edward asintió mientras se ponía de pie.

-De acuerdo, primero dejo a Nessie en la guardería y luego voy a buscar a Renée – dijo -, creo que mamá va a venir cuando recoja a Nessie y se queda con ustedes – Esme y mamá se llevaban muy bien.

Estuve en cama por dos horas practicando mis respiraciones para tranquilizarme porque estaba muy ansiosa y mi pequeña porotita estaba sintiendo toda esa ansiedad.

-Perdón mi dulce Carlie, pero es que viene la abuelita hoy, la mama de tu mami y hace mucho que no la veo – dije acariciando mi barriga donde sentía el movimiento, una vez más cerca de mis costillas -. Vamos pequeña, tenemos que calmarnos – me puse de pie y baje al living para esperar ahí -. ¡Auch! Pequeña no tan fuerte – dije mientras me sentaba en el sillón y sentí la patadita fuerte -. Tu papi vuelve pronto y le vamos a pedir que nos toque algo – dije mirando el piano. Nuestro living no era muy grande, pero Esme había acomodado todo de tal manera que entrara un piano. Esa fue mi sorpresa para Edward. Se había puesto feliz cuando llegamos el primer día, ahora tocaba seguido sobre todo cuando Carlie estaba rebelde, además le estaba enseñando a tocar a Nessie y a ella le fascinaba -. Le vamos a pedir que nos toque la nana que compuso para mi, hasta que termine la que esta componiendo para ti y Nessie – seguía acariciando y parecía estar tranquilizándose -, sé que va a ser maravillosa porque mis dos pequeñas lo son, ahora quédate tranquilita, hazlo por mami que está cansada – luego de unos minutos se había quedado quieta.

Durante una hora más estuve sentada en el sillón mirando televisión mientras esperaba que llegaran y estaba muy tranquila, pero eso cambio totalmente cuando sentí que llegaba el auto. Nuevamente comencé a poner nerviosa, me acerque a la ventana y vi como estacionaba el auto frente a la casa y Carlie comenzó a patear de nuevo. Los vi subir las escaleras de entrada, Edward venia con dos maletas y mamá con un bolso grande colgado en su hombro, los dos charlaban y sonreían. Cuando abrieron la puerta y mamá entro me lance en sus brazos.

-¡Mami! – exclame abrazándola fuerte y ella correspondió.

-¡Bella, hija! – nos abrazamos más fuerte. No la veía desde el casamiento – Déjame verte - dijo soltándome y alejándose - ¡Oh por Dios! – Exclamo emocionada.

- ¡Estas bellísima! – sonreí y el rubor cubrió mis mejillas. Mamá tenía lágrimas en los ojos y algunas se escaparon -. ¿¡No está hermosa Edward!? – dijo mirándolo y el mostro una sonrisa grande.

-Increíblemente hermosa – contesto él -. Voy a llevar el equipaje a la habitación, tengo que irme a trabajar – las dos asentimos y él siguió camino.

-Este es el almuerzo para hoy – dijo mamá mostrándome una bolsa que tenía en la mano.

-Vamos a la cocina – dije y la tome de la mano para guiarla.

-Bella la casa esta hermosa – dijo y se paró en seco - ¡Tienen un piano! - exclamo y miraba asombrada - ¿Edward lo toca? – pregunto incrédula.

-Si y toca de maravilla – confirme -. Seguro lo vas a escuchar un día de estos porque le está enseñando a Nessie y a Carlie – dije tocando mi barriga – también le gusta.

-¿Carlie? – pregunto sonriendo.

-Edward lo eligió – conteste -. No podemos ponerle porotita, así la llamaba hasta que elegimos el nombre, aunque todavía le decimos así algunas veces – estaba tan feliz de tenerla acá, la había extrañado tanto.

-Te ves muy feliz hija – dijo acariciando mi rostro.

-Lo soy – confirme -. Edward es lo mejor que nos pudo pasar a Nessie y a mi – confirme.

-Pero me dijo que no debías estar mucho tiempo parada, que tenias que hacer reposo – rodé mis ojos, era obvio que se lo iba a advertir -. Mejor te sientas y yo llevo esto a la cocina – tomo la bolsa que ahora estaba en mi mano.

-Está bien – dije -. Ahí está la cocina – señale la puerta y ella asintió.

-Bella amor – mire a Edward que venía bajando las escaleras -. Me voy a trabajar, cualquier cosa que necesiten me avisan – asentí -. ¿Cómo se porto mi porotita hoy? – se estaba moviendo mucho.

-La puse nerviosa – dije agachando la cabeza -, realmente intente estar tranquila, pero fue difícil – se agacho y miro mi barriga. Sonrió cuando vio la piel elevarse un poco y apoyo su mano ahí.

-Carlie, mi dulce niña, tienes que estar tranquilita no queremos que nada te pase – habla cerca de mi barriga y lo mire sonriendo.

-Le prometí que ibas a tocar para ella – dije y me miro, luego volvió a mirar mi barriguita y acariciaba de nuevo.

-Prometo esta noche tocar para ti mi pequeña porotita, pero ahora papi se tiene que ir y mami necesita que estés quietita un poco – acaricie su cabello -. Las voy a extrañar todo el día – beso mi barriga y luego se elevo a besarme a mi -. Te veo más tarde – dijo -. Renée – mire y mamá estaba mirándonos desde la puerta de la cocina -, las dejo ahora por la noche hablamos – mamá asintió.

-Ve tranquilo que yo la cuido – Edward respiro aliviado, todas las tardes se iba preocupado por dejarme sola, hoy se iba más tranquilo.

Mamá se sentó a mi lado una vez se marcho Edward y tomo mis manos entre las suyas acariciándolas con suavidad.

-Ahora cuenta porque Edward esta tan preocupado y porque estas en reposo – sonreí y ella llevo ahora una de sus manos a mi barriga.

-El stress de todo lo que paso no me hizo bien – dije y mamá se puso seria -. La placenta estaba algo débil, empecé con contracciones ya casi a los tres meses y además estoy anémica – le conté. Todos los meses Carlisle controla mi anemia pero sigo igual -, pero no ha mejorada aunque tomo vitaminas, calcio, hierro y otros suplementos, así que están preocupados y me mandaron a hacer reposo.

-¿Y cómo te estás sintiendo? – pregunto aun seria.

-Muy cansada, todo el tiempo con sueño, pero eso es por la anemia y lo normal del embarazo, aun recuerdo que con Nessie estaba igual cuando estuvo en la misma etapa – según lo que me dijo Carlisle era normal.

-Pero Edward te está cuidando muy bien por lo que veo – aseguro y asentí con una gran sonrisa.

-Nos cuida a las tres – conteste algo emocionada. Estos cambios hormonales me hacen llorar por todo.

-Te felicito Bella – dijo abrazándome -. Edward se va a volver loco con tantas niñas en la casa – reímos las dos.

-Creo que ya lo estoy haciendo, pero él me tiene mucha paciencia – dije encogiéndome de hombros mientras suspiraba como resignada.

-Eso es bueno, me alegra que estés tan bien – parecía aliviada.

-¿Y Nessie? – pregunto mirando para todos lados.

-En la guardería – dije -, Esme la traerá a las tres de la tarde – asintió.

-Antes que me olvide… quería pedirte algunas fotos de la boda para llevarme… unas copias… quiero poner algunas en mi casa – dijo sonriendo mucho.

-Dame un segundo que las traigo para que las elijas – dije.

-Bella tenemos tiempo para hacerlo, queda tranquila – pidió.

-Quiero verlas de nuevo, me encanta verlas – dije. Fue uno de los días más felices de mi vida.

FLASH BACK

Durante quince días no pude hacer más que ver como Alice organizaba toda la boda y como Esme restauraba la que seria mi casa. Edward no me dejaba moverme de la cama, esa fue la condición para no suspender la boda.

-De acuerdo – dijo -, nos casamos como quieres en quince días solo si tú te quedas en cama todo ese tiempo, sino se suspende hasta que nazca el bebé.

No pude discutir, no hubiera ganado, así que solo asentí y deje que ellas organizaran todo viniendo a mostrarme todo en fotografías o diseños en papel. Lo único para lo que me dejaban poner de pie era para la prueba del vestido, que debo decir Alice se estaba luciendo. Era lo más hermoso que vi en mi vida, ceñido al cuerpo, con encaje en la espalda, la cual quedaba a la vista, una hilera de botones forrados de blanco. Nunca fui una chica desesperada por casarse, pero creo que el amor nos cambia porque ahora estaba más que ansiosa por hacerlo.

Alice estaba más que contenta organizando todo, andaba de acá para allá buscando todo lo que quería, y en diseños y fotos que me iba mostrando se notaba que todo estaba quedando maravilloso.

-Va a ser una boda de ensueño – dijo Alice emocionada y dando saltitos.

-Gracias Alice – dije abrazándola -. Estoy enamorada de este vestido y no veo la hora de ver como esta todo afuera – la sonrisa de mi cuñada era enorme por lo complacida que estaba.

-¡Te va a encantar! – dijo con mucha alegría –. Ahora quitemos esto porque va a llegar Edward en cualquier momento y nos ligamos un reto – me guiño un ojo y reí -. Además el novio no puede ver el vestido antes de la boda.

-Sé que debes haber hecho milagros, nada peor que el invierno para una boda – nos miramos serias.

-Está bien – contesto -, cuesta mantener la nieve lejos, pero toda esta bajo control – aseguro -. Ya instalaron la carpa con la calefacción y todo va a estar más que listo así que tú no te preocupes.

Finalmente llego el 13 de diciembre, el día de nuestra boda. Alice y Rosalie me ayudaron con el maquillaje y el peinado respectivamente. Mis padres habían llegado hacia una semana y me habían traído una peineta que había pertenecido a la abuela Swan, la cual Alice coloco en mi peinado. Cuando estuve lista con mi peinado, vestido y maquillaje tanto Rosalie como Alice fueron a terminar de arreglarse.

-Bella tranquila – dijo papá tomando mis manos entre las suyas -. Edward me pidió que te advirtiera que no te puedes poner nerviosa.

Rodé mis ojos -. Es inevitable me estoy por casar – dije y me quede pensativa -. ¡Charlie! - exclame y me miro con ojos asustados - ¡Me estoy por casar! – exclame.

-Bella hija – toco mi rostro - ¿Te sientes bien? – pregunto muy serio y preocupado.

-¿¡Que estoy haciendo Charlie!? – Creo que estoy teniendo un ataque de pánico - ¡Oh Dios Charlie me estoy por casar! – seguí.

-Bella tienes que tranquilizarte – insistió Charlie.

-Pero es que me estoy por casar – repetí.

-Voy a buscar a alguien – dijo Charlie y salió de la habitación a toda prisa. Me senté en mi cama y comencé a tomar respiraciones profundas para calmar mi respiración agitada.

-¿¡Bella que pasa!? – exclamo Alice entrando rápido a la habitación y se sentó a mi lado.

-No creo que pueda con esto Alice – dije con ansiedad.

-Si puedes, esto es lo que quieres – dijo segura y la mire con duda.

-Quiero ver a Edward – dije. No lo veía desde anoche porque querían que descansara bien por lo que lo hicieron dormir en otra habitación y en el día de hoy tampoco lo vi por todos los arreglos -. Necesito ver a Edward – insistí.

-Bella escúchame atenta – dijo Alice y la mire fijo a los ojos -. Respira profundo – le hice caso mientras ella me imitaba -. Bien, ahora piensa en Edward… - eso es lo que estaba haciendo -, piensa que él va a estar esperándote abajo, es mas hace unos minutos lo vi y está listo y esperando que llegue…

-¡Lo viste! – Exclame - ¿Cómo esta? – pregunte.

-Está bien, está esperando llegue el momento para decir acepto – dijo y reí.

-¿Está nervioso? – pregunte y ella sonrió.

-Nervioso, ansioso, preocupado por ti… - rodo sus ojos -, está desesperado por verte por lo que tuve que amenazarlo, cuando venia para acá, de que no entrara sino suspendía yo la boda – reí.

-¿Venia a verme? – ahora me sentía más tranquila.

-Se está muriendo por verte, está nervioso y mucho – aseguro.

-Creo que fue un estúpido ataque de pánico – dije y reímos -. Ya estoy bien – asegure.

-Perfecto porque ya es la hora – dijo y asentí.

Alice hizo entrar a Charlie en cuanto salió. Le asegure una y otra vez que estaba bien que no iba a tener otro ataque de pánico, Charlie no estaba muy convencido y estaba listo para salir corriendo por ayuda si volvía a estar igual. Finalmente salimos de la habitación y nos paramos en la escalera de la casa. El altar estaba preparado en el living de la casa Cullen y luego en la carpa calefaccionada seria la cena.

-¿Lista? – Pregunto Charlie y asentí luego de una respiración profunda -. Vamos despacio - asentí nuevamente.

-Charlie – me miro antes de dar el primer paso -. No dejes que me caiga – sonrió y asintió.

Bajamos lentamente las escaleras, todos voltearon a verme y el rubor subió a mis mejillas. Seguí respirando profundo y los nervios se concentraban en la boca de mi estomago. Pasamos una fila de sillas eran dos columnas separadas que dejaban un pasillo para que yo pasara hasta el altar. Cuando llegamos al pasillo pude ver a Edward, hermoso, sexi, tan deseable y apuesto que me quito el aliento, sonreí mas y el rubor volvió a subir. Todo estaba decorado con guirnaldas de flores blancas que caían desde el techo como cascadas, además de las sillas forradas de blanco con cintas gruesas con moños a lo largo de todo el pasillo. Al costado del altar dos enormes macetas con lirios y rosas blancas. Había más gente de la que imagine. Mucha gente del hospital, la familia Cullen completa, Jacob con su papá Billy, Seth con su gente, la familia Newton, los padres Hale, algunos colegas de Edward y Carlisle de Port Angeles y mis padres. Charlie había traído a Sue que era su novia ahora. El sacerdote realizo la ceremonia, los dos dijimos acepto con firmeza y decisión, no hubo duda en ningún momento, intercambiamos los anillos, dijimos nuestros votos y finalmente llego el final.

-Que lo que Dios a unido no lo separe el hombre – con Edward nos miramos y sonreímos -. Los pronuncio marido y mujer… Edward puedes besar a la novia – Edward se acercó lentamente y tomo mi rostro entre sus manos, yo lo tome de la nuca y comenzamos un beso suave.

Apenas nuestros labios se tocaron todo el mundo a mi alrededor desapareció solo éramos nosotros unidos para siempre, este era mi lugar. Edward era mi hogar, mi descanso, mi futuro y mi pasado. Estábamos unidos de por vida y para siempre. El beso fue largo y al final se torno un poco más apasionado hasta que él me obligo a separarme ya que si por mí fuera hubiera continuado varios minutos más.

Luego de la ceremonia pasamos a la carpa para la cena, mientras que desarmaban el altar para preparar la pista para bailar. Alice estuvo en movimiento toda la noche organizando todo, aunque no se perdió la oportunidad de bailar y divertirse. Llego el momento del brindis en el cual nos reímos con las insinuaciones de Emmett de todo lo que no podríamos hacer debido a mi reposo, pero que finalmente disfrutaríamos el doble cuando naciera el bebé. Lloramos con el discurso de Esme en el cual me agradeció por brindarle tanta felicidad a su niño, por amarlo y por haberlo traído de regreso a la familia. También me emocione con el de mamá que recordó cuando era su pequeña bebita que apenas podía hablar y como había crecido y me había convertido en una maravillosa mujer y madre, agradeciendo por haberle dado a Nessie como nieta. Rodee mis ojos cuando Alice me pidió que estuviera mas a la moda ahora que era una Cullen, que debía llenar mi placar como correspondía de millones de bolsos, vestidos y demás. Tampoco pude evitar reír cuando Charlie brindo y amenazo con cazar a Edward y clavarle una estaca en el corazón como si fuera un vampiro si alguna vez me hacia sufrir.

Ahora Edward estaba de pie a punto de realizar un brindis -. Quiero agradecerles a todos por compartir esta noche con nosotros – dijo mirándome – y quiero brindar por mi hermosa novia… mi Bella quien me saco de la oscuridad e hizo latir nuevamente mi corazón que por mucho tiempo no hizo más que dolerme y ahora palpita con fuerza y alegría al haber encontrado el hogar junto su corazón – siguió -. Bella eres la mujer más hermosa, fuerte, extraordinaria que conozco. Mi amiga, amante y compañera en la vida. Te amo mi Bella – estiro su mano hacia mí y la tome – ¡Brindo por mi esposa! ¡Por Bella! – dijo levantando su copa.

-¡Por Bella! – se escucho que exclamaron todos a la vez lo cual hizo que el rubor en mis mejillas fuera de un rojo furioso.

FIN FLASH BACK

Cuando terminamos de ver las fotos con mamá, ya era el mediodía por lo que nos dispusimos a almorzar.

-Oficina del señor Edward Cullen – contesto Kachiri cuando lo llame ya que en su celular no contestaba.

-Hola Kachiri, soy Bella – dije. Ella era su nueva secretaria, la contrato cuando yo tuve que dejar de ir. Era hermana de Zafrina, las dos son de Brasil, pero como tenían problemas familiares graves Zafrina se vino a probar suerte y consiguió el empleo en Forks hace unos dos años atrás, ahora la habían nombrado jefa de enfermeras y cuando quedo mi puesto presento la solicitud para su hermana que quería venirse con ella.

-¡Bella! – Exclamo - ¿Cómo te encuentras hoy? – dijo con alegría.

-Muy bien, más que eso porque esta mi mamá – conteste y sentía su risa del otro lado.

-Lo sé, Edward me conto ayer que iba a buscarla a Port Angeles hoy temprano – sonreí. Ellos se llevaban muy bien y Kachiri era inofensiva ya que Edward no era su tipo. Se podría decir que ningún hombre era su tipo -. Hoy estaba más aliviado porque no estarías sola por unos días – agrego.

-Si lo sé, cuando salió de casa después de dejar a mamá lo vi irse más relajado que antes - confirme.

-Dime en que puedo ayudarte – dijo.

-Él está libre, quería saber si venía a almorzar para esperarlo – conteste.

-Dame un segundo que te paso – solo aguarde y unos segundos después sentí su hermosa voz.

-Amor ¿me extrañas? – su voz sonaba tranquila como hace mucho no lo escuchaba.

-Como cada vez que no estás a mi lado – conteste y sentí su risa -. ¿Vienes a almorzar? - pregunte.

-Pensé en quedarme hoy – al mediodía siempre cortaba el trabajo por una hora y media para venir a almorzar a casa – y darles un poco de espacio a ustedes para que pudieran hablar tranquilas – siempre tan dulce.

-Gracias – dije -, pero quiero que me prometas que vas a comer algo – pedí.

-Lo prometo, es más corto contigo y le pido a Kachiri que me haga traer el menú del día – lo que menos necesitamos ahora es a Edward débil.

-Eso me gusta – dije -. Te amo mi Edward – no podía dejar de decírselo y a él le encanta escucharlo.

-Yo también te amo mi Bella – dijo -. A la tres quiero que subas y te recuestes en la cama, tu mamá te puede hacer compañía sin problemas ahí y no quiero protestas – advirtió al final.

-No te preocupes que ya pensé en almorzar y descansar un rato después – luego de decirnos una vez más cuanto nos amábamos cortamos.

-Almorzamos solas – dije cuando entre en la cocina. Mamá ya había puesto la mesa y estaba calentando la comida.

-Muy bien – dijo -, pero siéntate y ya te sirvo… Edward me pidió que no te dejara andar mucho y luego de almorzar te relajaras en tu cama – siguió.

Comimos en medio de charlas, recuerdos y risas. Terminamos de cenar y luego de limpiar la cocina hicimos la sobremesa en el living mirando algo de televisión. Cerca de las dos de la tarde le pedí me acompañara a mi habitación así descansaba porque me sentía exhausta. Mamá se sentó a mi lado una vez me acosté y comenzó a acariciar mi cabello lo cual me hizo relajar y se me empezaron a cerrar los ojos despacio.

-Bella quisiera hablarte de Jacob – dijo mamá. La escuche lejana porque estaba a punto de caer en un profundo sueño.

-Después – es lo único que alcance a decir y me dormí.