Bella POV

Cuando finalmente nos fuimos a acostar esa noche ya estaba más que cansada, como era habitual, si con seis meses estaba de esta manera no quería imaginar cómo seria para los nueve meses, seguramente estaría durmiendo todo el día.

-Tendríamos que habernos acostado antes, tienes cara de cansada – dijo Edward acariciando mis ojeras cuando ya estábamos en la cama abrazados.

-Estoy bien, duermo mucho y mañana me levanto como nueva – dije restándole importancia -. Además amo escucharte tocar – agregue y sonrió mucho.

-Nessie está aprendiendo rápido – afirmo -, va a ser una gran pianista – Edward ya la veía en el escenario tocando en un teatro totalmente repleto. Eso era seguro - ¿Hablaste mucho con Renée? – pregunto y beso mi frente.

-Mucho – conteste -. Vimos las fotos del casamiento y me dio muy buenas noticias – dije.

-Eso es bueno – podría estar años en sus brazos acariciándonos y seria perfecto - ¿Puedo saber que noticias? – sonreí.

-Jacob va a venir a verme – dije con naturalidad y el pareció molestarse.

-Jacob viene – definitivamente estaba molesto -. Prefiero que no lo haga – siguió y sonreí. Adoro a Edward celoso.

-Puedes tranquilizarte, solo viene como mi mejor amigo – su cara no cambio -. Viene a preséntame a la futura señora Black – su semblante se relajo -, se casa en seis meses – sonrió un poco, solo un poco.

-Me alegro haya encontrado a alguien que lo ame – eso fue muy sincero, realmente se alegraba.

-Yo también es bueno que tenga alguien que lo ame, él se lo merece – dije y sonreímos.

-¿Y cuando viene? – pregunto ahora más relajado.

-Mañana tiene que hablar mamá con él y te aviso – conteste. Se acercó lentamente hasta rozar mis labios, mi corazón se aceleró y los nervios se concentraron en la boca de mi estomago. Comenzó a besarme con suavidad y ternura mientras acariciaba mi rostro.

-Extraño tanto sentirte mía – dijo y sonreí.

-Estoy igual – conteste y reímos los dos -, pero falta muy poquito – dijo acariciando mi barriguita.

Los días que estuvo mamá en casa pasaron rapidísimo y la iba extrañar muchísimo, fue una lastima que no se pudiera quedar un día más para acompañarnos a la ecografía que nos tocaba ahora a los siete meses. Que tu suegro sea dueño de la clínica y tu marido el responsable del lugar tiene muchas ventajas, una de ellas era que todos los meses me hacían ecografías porque lo que teníamos un registro increíble del crecimiento de mi porotita.

-Bueno chicos una vez más puedo decirles que Carlie está perfecta, está creciendo sana y sin problemas – dijo Carlisle cuando terminamos con la ecografía.

-Es un alivio – dijo Edward -, pero hay que darle muchos créditos a Bella, es una buena niña y hace caso a todas las recomendaciones – se burlo y reímos.

-Porque mi esposo no deja de acosarme si no me comporto – replique.

-Acá esta el CD y la ecografía para ustedes – dijo entregándonos todo en un sobre.

-Gracias – contesto Edward tomando todo -. Vamos amor te llevo a casa – me ayudo a levantarme de la camilla. Ya tenía siete meses y había aumentado en total siete kilos.

-Carlisle seguro nos vemos más tarde – dije saludándolo con un beso en la mejilla.

Volvimos a casa luego de buscar a Nessie en lo de Esme, obviamente hablamos un poco con ella y vio la ecografía antes de irnos. Cuando lleguemos a casa decidí que era hora que Nessie viera a su hermanita en vivo y directo, o algo así.

-Nessie – la llame y se acercó, estaba sentada en la baqueta del piano esperando que Edward bajara de cambiarse porque seguro quería seguir con las lecciones -. ¿Quieres ver a tu hermanita? – pregunte y una sonrisa muy grande se dibujo en su rostro.

-¡Si! – Exclamo emocionada - ¿None está Potita? – pregunto.

-Te la voy a mostrar en foto y en la televisión – dije y me miro como sino entendiera y seguramente no lo hacía.

-¿No ta acá?– pregunto tocando mi barriga y sonreí.

-Si esta acá – conteste -, pero el médico le pudo sacar un foto ¿La quieres ver? – asintió con la cabeza y la hice sentar a mi lado. Edward bajaba las escaleras y se acercó a nosotras.

-¿Qué están haciendo mis niñas? – nos dio un beso en la frente a cada una.

-Nessie va a ver a Carlie – conteste y el sonrió mas.

-¿Vas a ver a tu hermanita? – le pregunto Edward mirándola a los ojos.

-¡Si! – exclamo con alegría.

-Bien vamos a poner esto – dijo tomando el CD, lo puso en el DVD, prendió la televisión y se sentó a nuestro lado.

-Mira ahí – le dije señalando el televisor a Nessie.

-¿Esa Potita? – pregunto y asentí. Se bajo del sillón y se acercó a la televisión miro durante uno segundos. Luego poso su mano en la pantalla y la acaricio. Lo más dulce y lo que hizo que mis lagrimas saliera fue cuando acerco su carita a la pantalla y le dio un beso justo donde se podía ver la mejilla de nuestra porotita – Hemanita - dijo acariciando nuevamente la pantalla.

-Nessie – la llamo Edward y ella lo miro sonriendo -. ¿Escuchas ese bum bum? – Dijo y ella asintió – Es el corazoncito de Carlie, esta latiendo fuerte como el tuyo – ella apoyo un poco su oído en el parlante del televisor y sonrió mas.

-Fuete – aseguro mirando a Edward y el asintió. Yo solo podía llorar. Luego se acercó a nosotros.

-¿Te gusta nuestra porotita? – pregunto Edward subiéndola al sillón y sentándola a mi lado entre los dos.

-Hemosa – dijo y reímos. Se acercó a mi barriguita y apoyo sus labios dando un beso, y mis hormonas se descontrolaron del todo porque más lágrimas cayeron -. ¡Potita! – Exclamo mirando la barriguita – te amo Potita – dijo y mis lagrimas cayeron sin control. Edward estiro una mano y acaricio mi rostro secando algunas lágrimas.

Otra semana más pasando volando y conmigo en la cama, esto realmente me estaba cansando. El problema de todo era que una vez naciera nuestra Carlie y que tuviera el tiempo necesario para que ya no esté tan pendiente de ella, ¿Qué iba a pasar conmigo?

Mi trabajo le pertenecía a alguien más, con los Newton no iba a volver porque sabía estaban buscando alguien de confianza, la señora Newton una par de veces que nos encontramos me dio bastantes indirectas insinuándome que podía volver a la tienda, pero no era una opción.

-¡Jake! – conteste cuando sonó mi celular, era sábado y estábamos en casa. El día estaba lindo y Edward me saco a tomar aire mientras Nessie jugaba en el jardín.

-Bells ¿Cómo estas? – pregunto y se sentí estaba feliz.

-Enorme, pesada y cansada – conteste y reímos -, pero muy feliz… pero mejor dime ¿Tu como estas? ¿Y cuando vienes? – supuestamente iba a venir quince días atrás pero por cosas del trabajo no pudo viajar.

-Con Vanessa estamos más que bien – contesto y seguro tenía esa sonrisa en su cara que siempre me fascino. Edward me miraba sonriendo, no parecía estar del todo conforme con esta amistad, pero ahora estamos casados y Jake se casa en cinco meses -. Te llamaba para avisarte y ver si estabas disponible para que nos veamos el lunes – dijo y sonríe más.

-Si Jake – conteste -, yo estoy disponible todos los días, con esto del reposo no me puedo mover – conté.

-¡Perfecto! – Exclamo complacido -, porque Vanessa quiere conocerte… esta algo desesperada por conocer a mi mejor amiga Bells – dijo riendo.

-¡Eso es genial, las dos estamos iguales! - los dos seguíamos riendo.

-Bien Bells, te quiero, cuídate y nos vemos el lunes… mmm… Saludos a Nessie y Edward – dijo y sonreí.

-Saluda a Vanessa – conteste y cortamos -. Jake te manda saludos – Edward me estaba mirando y calculo esperaba que le contara algo de la conversación.

-¿Y cuando viene? – pregunto con voz contenida y rodé mis ojos.

-El lunes están acá – conteste -. Viene con Vanessa – aclare y asintió - ¿Por qué estas tan molesto? – pregunte y me miro algo enojado.

-Sabes porque me molesta Jacob – dijo con tono de reproche.

-¡Edward por amor de dios! – exclame y parecía mas enojado – ¿Ves esto? – Dije señalando el anillo en mi dedo, su semblante se suavizo - ¿Y ves esto? – Toque mi barriguita - ¿Acoso estas dos cosas no te dan la seguridad de que soy toda tuya y solo tuya? – pregunte algo molesta yo.

-Pero es que Jacob sentí algo por ti – dijo apenado.

-El punto es que el "sentía" algo por mi – resalte la palaba sentía -. El está enamorado de Vanessa, viene a presentármela y se casa en cinco meses – dije - ¿Ves algún peligro ahí? – pregunte.

-Tienes razón pero es difícil aceptar ver a alguien que alguna vez sintió algo por ti – insistió y ahora la molesta era yo.

-Edward me alteras – dije levantándome rápido, me dirigí para adentro de la casa y comencé a subir las escaleras.

-Bella no te vayas – dijo y lo ignore, hay momentos que realmente no lo entiendo, ya no puedo darle más seguridad de que soy solo de él -. Bella perdón – insistió.

-¡Auch! – exclame, me recline un poco para adelante y apreté mi barriguita. Escuche a Edward corriendo hacia mi – pequeña no hagas eso – dije sobando mi barriga.

-¿¡Bella que paso!? – ojala dejara de preocuparse tanto. Arrugue justo mi nariz en señal de dolor ya que mi pequeña porotita se estaba acomodando.

-Solo se está acomodando – dije -. Carlie… pequeña… despacio cielo – dije sobando aun mi barriga -. Por favor pequeña – insistí.

-Mami ¿Potita pota mal? – pregunto Nessie mirándome seria.

-Bella vamos a recostarte – dijo Edward tomándome del brazo.

-Ya esta, ya termino – dije enderezándome -. Nessie, solo se estaba acomodando porque tiene poco lugar – ahora Nessie sonrió -. Nos quedemos afuera para que Nessie aproveche el día – pedí y Edward asintió mientras me ayudaba a bajar las escaleras.

-¿Segura fue solo eso? – pregunto.

-Segura – afirme -. Yo soy chica, ella está muy grande y tiene poco espacio – explique.

-Aun recuerdo que tu anemia esta peor y hoy tu cara esta mas pálida que de costumbre – dijo serio.

-Estamos bien – conteste. Carlisle estaba preocupado porque a pesar de todas las vitaminas, calcio y hierro la anemia no mejoraba, mi pequeña crecía bien pero mi salud no era la mejor.

-¿Quieres comer algo? – y solo mencionar la comida hizo rugir mi estomago. Edward sonrió solo un poco.

-Mmm… tengo un antojo – dije mientras me sentaba.

-¿Qué quieres? – se arrodillo a mi lado y su mirada era dulce.

-Un sándwich de verduras – dije relamiendo mis labios -. Con tomate, lechuga, huevo mucha mayonesa y puedes ponerle algo de atún – sonrió mucho -. Y que el pan sea negro y que este calentito.

-De acuerdo voy a ver si tengo que ir a comprar algo – dijo y se fue en dirección a la casa.

-Espera… - dije y se volvió.

-¿Qué pasa? – mordí mi labio y puse mi mejor cara de inocencia, lo cual hizo que riera bajito.

-Quiero helado de chocolate blanco y menta – pedí y suspiro profundo -. Perdón – dije bajito.

-¿Por qué me pides perdón? – pregunto arrodillándose de nuevo a mi lado.

-Es que vas a tener que salir a comprar porque estoy segura que helado no hay y que pan tampoco tenemos – conteste.

-Sabes que iría al fin del mundo por traer lo que quieres – dijo sonriendo -. Nunca más me pidas perdón por algo así – dijo para luego besarme.

-Papi – lo llamo Nessie por lo que nos separamos -. Queo helado futilla – dijo y reímos.

-¿Vas conmigo a comprar? – le pregunto y ella asintió -. ¿Estás bien? –Pregunto y asentí - ¿Quieres ir y paseamos un rato o te quedas? – y no iba a desaprovechar la oportunidad.

-¡Voy con ustedes! - exclame con alegría.

-Bella siento lo de recién – dijo y acaricie su rostro -, sé que es tonto tener celos cuando ya estamos casados y esperamos nuestra hija… pero es que te amo tanto – dijo y sonreí.

-También te amo y es bueno saber que nos vamos a celar siempre – dije -, pero Jake no es un problema entre nosotros – afirme y el asintió.

-Me olvide de avisarte que esta semana viene por última vez la psicóloga que está evaluando la adopción – comenzó y lo escuche atenta -. Hablo con Jasper y le dijo que si en esta última sesión sigue todo tan bien para la siguiente semana firmamos los papeles de la adopción – dijo con mucha satisfacción.

-Ves amor – dije tomando su rostro entre mis manos – todo va tomando su lugar, cada cosa se está acomodando en su lugar, ya no debes preocuparte por anda, solo nos queda disfrutar estar juntos con nuestras pequeñas – dije y nos dimos un pequeño beso.

-Tienes razón, es increíble pero cada cosa esta en su lugar – se puso de pie y tendió su mano para ayudarme a levantar -. Vamos a comprar lo que quieres, pero semejante sándwich a las cuatro de la tarde me parece exagerado – reímos los dos.

Subimos al auto los tres y nos dirigimos al mercado para comprar lo que necesitábamos para mi sándwich y luego fuimos a la heladería, compro demasiado helado, pero según él estaba seguro que haría falta. Una vez en casa me senté en los sillones mientras él fue a preparar mi sándwich.

-Mis niñas – dijo mientras entraba al living Nessie miraba dibujitos mientras yo la contemplaba a ella -, aquí esta su helado – dijo entregándole la copa de helado a Nessie – y aquí está su sándwich – me entrego el plato y se me hizo agua la boca, por lo que me apresure a comerlo.

-Veo que estabas con hambre –dijo mientras reía y yo solo asentí porque tenía mi boca ocupada con un gran bocado -. Come despacio te vas a atragantar – dijo y volvió a la cocina. Unos minutos después volvió con una copa de helado que venía comiendo y se sentó con nosotras - ¿Qué estamos viendo? – pregunto a Nessie.

-Damatas – contesto Nessie -. Queo uno esos – dijo señalando la pantalla.

-¿Un perrito? – pregunte y Nessie asintió -. Veremos más adelante – dije porque particularmente no me gustaba mucho la idea. En realidad nunca tuve un perro no sé cómo era tenerlo.

-Podríamos comprar un perrito – dijo con algo de duda mirándome.

-Después lo hablamos – dije y asintió.

Cuando el día término nos fuimos a dormir, obviamente habíamos cenado aunque a las cinco de la tarde me comí dos grandes sándwich y una copa de helado, pero llegada las nueve de la noche tenía hambre de nuevo. Me desperté cerca de las tres de la mañana y tenía muchas ganas de comer helado de menta, pero no tenía ganas de levantarme.

-Edward – lo llame mientras tocaba su hombro, pero no se movió -. Edward – insistí y no hubo resultado - ¡Edward! – exclame mas fuerte sacudiéndolo un poco y seguía durmiendo - ¡EDWARD! – grite y se sentó asustado en la cama, pero me dio gracia y me miro sorprendido sin entender al ver que me reía con ganas.

-¿Qué te pasa? – pregunto algo molesto mientras yo seguía riendo.

-Perdón es que te ves muy gracioso – su pelo revuelto más de lo habitual, su cara de asustado… hace unos segundos y sus ojos aun algo cerrados. Mucha cara de sueño.

-Casi se me sale el corazón – acuso con seriedad y lo mire seria -, pensé que pasaba algo, ni siquiera estoy bien despierto – siguió protestando -, podrías haber sido más suave - me reto y comencé a sentirme mal por haberlo molestado. No me miraba solo tiraba de su pelo tratando de acomodarlo.

-Lo… siento… - dije entre lagrimas, las cuales empezaron a caer despacio -, es… que… intenteee… - y el llanto salió con fuerza. Lo sentí abrazarme con fuerza.

-Perdón Bella, amor, siento haber sido tan duro – se disculpaba.

-Lo intentee… pero… pero… - tartamudeaba por las lagrimas – no… te… despertabas… - seguí llorando.

-Lo siento mi niña, pero no llores más – pidió - ¿Qué necesitabas? ¿Para qué me llamabas? – pregunto angustiado.

-Helado – respondí conteniendo las lágrimas. Se alejó un poco y me miro sorprendido.

-¿Helado? – Pregunto y llore más -. Bella no llores – insistió.

-Helado de menta – dije -, eso quiero y estoy cansada para bajar – había logrado controlar un poco el llanto.

-Ahora lo traigo – dijo levantándose.

-¡Perdón! – exclame y oculte mi rostro en la almohada mientras seguía llorando. Las malditas hormonas no paraban, definitivamente lo iba a volver loco.

Unos minutos después lo escuche entrar en la habitación – Bella mi niña – me llamo y negué con la cabeza, aun tenía mi cara escondida en la almohada -, vamos amor acá esta tu helado – lentamente me di vuelta y lo mire, gracias a dios sonreía.

-Perdón, perdón, perdón… - ahora largo una carcajada y lo mire seria.

-Te ves tan culpable – se sentó a mi lado y tome mi copa de helado -, ya no llores no ha sido nada – siguió y seco con sus dedos mis lagrimas -. Aunque para una próxima vez trata de ser más suave – dijo mientras comencé a comer mi helado.

-¡Es tan rico! – exclame y se acomodó en su lado de la cama - ¿Quieres? – le ofrecí acercándole una buena cucharada de helado. Se incorporo un poco y acerque la cuchara a su boca y verlo cerrarla en torno a la cuchara hizo que toda mi piel se erizara y sintiera un poco de humedad en mi sexo – Quiero hacerte el amor – dije mientras me abalance a besarlo con algo de fuerza. Edward respondió el beso pero luego de unos minutos me alejo.

-Bella sabes que no podemos – rodé mis ojos y resople.

-De acuerdo – dije molesta -, vamos a dormir – deje la copa de helado, de la que solo probé dos cucharadas y me acomode para acostarme.

-¿No comes tu helado? – pregunto.

-Ya se me pasaron las ganas – dije molesta.

-Bella me vas a volver loco – dijo riendo -, pero te amo – dijo tapando mi boca cuando iba a protestar -. Ahora duerme que a los dos nos hace falta – asentí. Se acomodó a mi lado y me abrazo acariciando con una mano mi barriguita hasta que nos dormimos.