Bella POV
El beso empezó suave, aunque respiraba muy agitado, de apoco fue tomando más fuerza, había como mas desesperación y su lengua en mi boca cada vez más profundo. Me tomo de la cintura y me acerco hasta él pegándome a su cuerpo, mis manos fueron a su pelo. Comenzó a empujarme con su cuerpo hasta que finalmente quedamos acostados, abrí mis piernas y él se instalo entre ellas, sentí su mano comenzar a subir por mi pierna desde la mitad del muslo, fue lento e iba subiendo el vestido, baje una de mis manos y comencé a acariciar su pecho. Su mano seguía el recorrido por mi pierna y llego a mi nalga, la cual comenzó a acariciar.
-Edward… - fue apenas un susurro y volvió a besarme. Metió su mano por debajo de mis pantis y comenzó a dirigirse a mi entrepierna. Seguía besándome con fuerza. El calor subió y mucho e inconscientemente enrolle mis piernas en su cintura, el deseo era fuerte, comenzó a besar mi cuello mientras subió la mano que había bajado y la llevo a mis pechos, no le fue difícil llegar ahí ya que el vestido era escotado y no tenia corpiño, por lo que sentí su roce en mi pezón.
-Eres tan suave… - su voz estaba ronca y respiraba muy agitado, y yo estaba en el mismo estado. Volvió a mi boca, primero delineando con la punta de su lengua mis labios y luego sin pedir permiso, y no es mi precisamente que lo necesitara, metió nuevamente su lengua en mi boca. "¡Oh Dios! Como hace que me derrita en sus manos", pensé y enrolle mis brazos en su cuello y lo apreté fuerte contra mí. Y lo siguiente fue lo mejor, apretó su sexo contra el mío y pude sentir lo duro que estaba.
Y la alarma sonó en mi cabeza - ¡Edward no! – exclame y me miro. Sus ojos puedo jurar estaban negros ahora.
-¿Qué-e… pasa? – tomando una respiración profunda para calmarse y quiso volver a besarme, su mano aun estaba en mi pecho y seguía acariciando mi pezón y se sentía magníficamente bien.
-Aguarda… Edward… espera… - solté su cuello y empuje su pecho con mis manos -. No acá, esta tu familia, es la casa de tus padres – y si no hubieran estado, si hubiéramos estado solos, no me hubiera importado que fuera la casa de sus padres.
Desenrollé mis piernas de su cintura cuando comenzó a moverse para levantarse, lo hizo con dificultad, y se sentó en el borde de la cama. Quede acostada con mis piernas abiertas, el vestido estaba enrollado en mi cintura. Él había quedado sentado y había tomado su cabeza entre sus manos por la nuca, estaba respirando profundo al igual que yo para calmarse. Me miro solo un poco.
-Bella es mejor que te cubras – dijo -. Acomódate la ropa – fue una orden. Baje mi vestido y me cubrí el pecho que había quedado al aire.
-Lo siento – dije y no me miro -, pero… - me quede en silencio unos minutos y no dijo nada -. No es que no quiera – dije, él estaba tan serio, tenía miedo de que se enojara, pero lo deseaba y mucho -, pero puede venir alguien nos pueden escuchar – seguí y sé que noto mi voz afligida -. En verdad, lo lamento.
-No tienes porque Bella – me miro y sonrió -. No es acá donde tiene que pasar, me deje llevar, el que lo debe lamentar soy yo – sonreí y me senté en la cama. Me acerque a él y bese su hombro a la vez que acaricie su nuca y luego lo bese ahí. Es tan atractivo y estas ganas de tener mis manos todo el tiempo sobre él no se iban, más allá de que está prácticamente desnudo -. No hay posibilidad de que solo nos acostemos para dormir juntos – aseguro y sonreí.
-Edward…
-Lo sé, lo sé… - dijo sonriendo -. Te llevo a otra habitación así duermes – lo mire con duda.
-No creo sea buena idea – ahora se puso serio.
-Mi mamá te había preparado la pieza de huéspedes, la cuna para Nessie está ahí – sonrió ante mi cara de sorpresa.
-¿¡Compro una cuna solamente porque venía hoy!? – entre sorpresa y pregunta.
-No es nada – dijo dándome un pequeño beso -. Deja que me pongo algo – mordí mi labio -. ¡Mierda Bella no hagas eso! – no pude evitar reírme un poco.
-Espero te cambies – dije y asintió. Busco algo de ropa y luego entro al baño nuevamente. Lo espere varios minutos hasta que salió sonriendo.
-Ven – tendió una mano y la tome -, hay que dormir un rato, espero que Nessie te deje – son más de la siete y media, seguro en pocas horas me despierta. La habitación de huéspedes no estaba muy lejos de la suya. Cuando entramos al lado de la cama de dos plazas estaba la cuna donde estaba mi niña durmiendo.
-No tendrían que haber hecho esto – reproche. Me acerque hasta la cuna y sonreí, estaba con su dedo pulgar en la boca. Suavemente lo saque.
-Alice me dijo que dejo la ropa que traías y además un pijama en el placard para que te cambies – dijo y asentí.
-Está todo bien ¿Verdad? – no quiero que se enoje por lo que no paso.
-Está todo bien –dijo y se acercó para darme un pequeño beso mientras acaricio con una mano mi rostro -. No te preocupes – asentí y camino hacia la puerta, se paro y me miro desde ahí -. No quiere decir que no vaya a pasar, te deseo más de lo que puedes imaginar y vamos a tener nuestro momento – salió de la habitación.
Me acosté luego de asearme un poco y cambiarme, quería aprovechar mientras Nessie durmiera. Sentí los golpes en la puerta y una vez más me desperté desorientada, mire a todos lados, Nessie aun dormía. De nuevo golpearon.
-Bella – esa era Alice.
-Pasa Alice – dije sentándome en la cama y entro con su habitual sonrisa.
-Es el mediodía – la mire sorprendida -. Ni te preocupes a mi recién me despierta mamá – dijo -. Aun duerme – dijo acercándose a la cuna -, mamá me conto que se durmió como a las dos de la mañana.
-Sabia que no iba a ser tan fácil – dije -, nunca hemos estado separadas.
-Por una noche no pasa nada – dijo Alice -. Vine a avisarte que salgo a comer con Jazz – dijo -. Como a las cuatro venimos para ir de compras con Rosalie.
-Vengo a esa hora, me voy a casa – dije poniéndome de pie.
-¿Vas a dejar a mi hermanito solo? – pregunto con un puchero.
-Con tus padres – afirme.
-También se fueron – contesto -. Quédate y almuerzan juntos.
-Alice mejor te quedas, es incomodo estar así – sonrió.
-Está bien nos quedamos – dijo y sonreí -. Cámbiate y te espero para cocinar.
Me entre a duchar y cuando salí del baño mi pequeña ya estaba despierta. Se había parado y se sostenía de las barandas.
-¡Mami, mami! – exclamo tendiendo los brazos para que la alzara.
-Mi bebe – dije tomándola en brazos y la apreté fuerte -. Extrañaste a mami porque mami te extraño mucho, mucho – ella comenzó a jugar con un mechón de mi pelo. La cambie y baje para ayudar a Alice.
-Buenos días – dije mientras entraba a la cocina. Edward y Jasper estaban ahí con Alice. Edward se levanto de inmediato y vino hasta nosotras.
-¡Papi! – exclamo Nessie y le tendió lo brazos, en la tomo en los suyos.
-Ven conmigo mi niña – dijo mientras la levantaba y luego me dio un pequeño beso en los labios.
Él, es totalmente dulce, mientras con Alice preparábamos el almuerzo se llevo a Nessie y la escuche reír muchísimo, calculo que la estaba haciendo jugar. En varios momento entro, sino era para buscar algo de tomar o algo para Nessie, pero cada vez que entraba me daba un beso, me abrazaba o rozaba mi cintura y con cada cosa que hacía, sentía que me derretía en sus manos.
Luego del almuerzo y de dejar todo limpio, solo tuvimos que esperar una media hora para que llegara Rosalie y comenzara la salida, así que volvimos a Port Ángeles.
Una vez llegamos comenzó la carrera para comprarle ropa a Nessie y no es que no lo agradeciera porque lo hago, pero no está bien que lo hagan. Obviamente cuando proteste me ignoraron completamente diciéndome que no era nada, que dejara que la mimara, que no tenias sobrinos y que Nessie estaba contenta. Recién se calmaron cerca de las siete de la tarde cuando nos sentamos a tomar algo.
-¿Es muy temprano para la cena? – pregunto Emmett, los chicos se habían distraído por su lado mientras nosotras comprábamos y se nos unieron en el patio de comidas.
-Yo tendría que volver a casa – Edward se había sentado a mi lado y jugaba con mi cabello mientras Nessie seguía en brazos de Rosalie -, tengo un compromiso ahora – no me había olvidado de Jake.
-¿Con quién? – pregunto Alice.
-Quede en juntarme con un amigo – conteste -. Jake solo se queda una semanas mas - dije y automáticamente cuando escucho el nombre, Edward soltó mi pelo y se alejó levemente.
-Te llevo – dijo serio y se puso de pie.
|