-Joel, estate quieto- Susurró Edward.
Una patada en la espinilla le sacó de sus casillas.
-Ya basta- Siseó todo lo alto que pudo cogiéndole del brazo y sentándolo de nuevo.
Joel refunfuñó largo rato. Se aburría como una ostra.
-Tío Emmet- Llamó bajito. Este se agachó.
-¿Por qué lleva ese señor un sombrero tan ridículo?- Señaló al Obispo que oficiaba la Misa del Gallo. Emmet aguantó la risa.
-Por qué era el único modelo que quedaba disponible- Dijo entre risitas, Edward carraspeó mirándolos mal.
-¿Y por qué no se pone una gorra?- Bella se inclinó y chistó a ambos. Emmet se irguió todo lo que pudo, para encontrarse con la mirada de advertencia de Rose.
-La señora esa va a reventar el abrigo- Señaló a una señora que estaba sentada dos bancos por delante de ellos. Emmet tuvo que taparse la boca y respirar hondo.
-O te callas o te dejo en la calle- Amenazó su padre. Joel le sacó la lengua. Emmet no pudo dejar escapar una carcajada solapada. Eso supuso el pistoletazo de salida para que Jasper, atento a la conversación, tampoco pudiese contenerlas.
Visto desde atrás, dos siluetas enormes con los cuerpos moviéndose entre espasmos, las miradas iracundas de los demás y un pequeño cuerpo mirándolos entre divertido e incrédulo.
-Se acabó, fuera- Edward tomó la mano de Joel y arrastró con él a Emmet.
La gente se volvió al escuchar ruido. Las caras de Esme y Carlisle reflejaban desconcierto, las de Bella y Rose enfado, y la de Alice confusión total al ver a Jasper seguirles.
Una vez en la calle Emmet y Jasper rompieron en tremendas carcajadas.
-Eso, eso, dad ejemplo- Edward les riñó molesto. Ellos, simplemente no podían dejar de reír.
La puerta de la catedral de abrió para mostrar a una Alice alucinada.
-Queréis hacer el favor de parar, se os oye ahí dentro- Señaló el interior del templo. Edward bufó.
Joel miraba a su padre, tenía el rostro serio.
-Papá- Edward le miró- No te enfades, la verdad es que el sombrero da risa- La carcajada de Emmet no se hizo esperar.
-Largo de aquí, iros al Chester- No podían andar, se separaron cuanto pudieron hasta apoyarse en uno de los coches aparcados frente a la puerta, dónde se echaron las manos al estómago para sujetárselo.
-Joel torció la boca, se metió las manos en los bolsillos y comenzó a caminar hacia sus tíos.
-Alto ahí- La voz de su padre le paró en el acto.
La gente comenzó a salir del oficio. Jasper y Emmet comenzaron a acercarse lentamente, fingiendo que buscaban algo en el suelo para no mirar a la gente que no les quitaba ojo.
-Señora- La mujer se dio la vuelta- ¿Se encuentra Usted bien?- La mujer le miró tiernamente.
-Claro jovencito- Le acarició el pelo- Edward estaba nervioso- ¿Por qué lo preguntas?- Joel señaló su abrigo.
-¿Puede respirar?- Ella no entendió- Que ese abrigo le está pequeño. Tiene que comprarse uno más grande- La señora se irguió airada hacia Edward.
-¿Esa es toda la educación que le da a su hijo?- Edward se quedó petrificado- ¡Es indignante!- Agarró el brazo de su esposo y se dio la vuelta muy digna.
El marido llevaba una sonrisa en los labios, que amenazaba con carcajada. Jasper y Emmet tuvieron que alejarse corriendo, aún así, las carcajadas eran perfectamente audibles.
Cuando los demás llegaron, la escena era de cuadro. Dos hombres hechos y derechos doblados por la risa, Edward rojo, y Joel mirando para todos lados sin entender.
-¿Qué es lo que pasa?- Carlisle preguntó a Alice.
-Pues la verdad es que no lo sé. Pero sin duda, algo gracioso- Carlisle asintió.
-Está bien, a menos que queramos congelarnos sugiero ir a tomar chocolate- Esme congregó a todos hacia los coches.
-Tú tomas chocolate, pero a partir de mañana, veremos el postre que te toca- Amenazó Edward a Joel, quien volvió a sacarle la lengua- ¿Quién te ha enseñado eso?- Preguntó francamente enfadado.
-Todo el mundo lo hace- Dijo inocentemente. Edward se cuadró- ¿Nos ves a mamá o a mí hacerlo?- Joel agachó la cabeza.
-El lo hace- Señaló a Emmet y miró por el rabillo del ojo.
-Grábate esto- Edward suspiró con trabajo- Tu tío Emmet NO cuenta- El aludido se acercó ofendido.
-Vámonos de aquí sobrino. Ir con mayores es de lo más aburrido- Hizo un gesto de suficiencia y Bella tuvo que coger la mano de Edward para pararlo.
-Dios Edward, das miedo como padre. Pobre Aaron- Jasper hizo una mueca de horror al pasar a su lado. Edward se quedó congelado.
-¿Es eso cierto?- Preguntó con temor a Bella, quien reía sin disimulo.
-Bueno… Eres un poco gruñón, la verdad- Su marido se contrajo.
-Vamos hijo, no les hagas caso, eres y serás un padre estupendo- Esme trató de animar a su hijo, pero Edward ya iba con la mosca detrás de la oreja. Bella estuvo riendo todo el trayecto hasta el Chester.
Cuando llegaron, se sentaron en una de las mesas que había libres y ordenaron chocolate y pasteles. Joel se sentó entre Emmet y Jasper. Edward susurró bajito.
-Me odia- Bella hizo un puchero.
-Aissss tontito mío- Le besó sus enfurruñados labios- Ellos le dan lo que tu no puedes- La miró confuso- Le malcrían y el sabe a quien acudir para ello. Edward asintió pero aún así hizo un mohín.
-Lo hacen a posta- Les miró acusador. Bella agarró su mano y se aproximó a su oído
- Te podrás vengar cuando te toque ser tío- Le guiñó un ojo, Edward se animó.
-Bueno, si no recuerdo mal, alguien tiene algo que decir- Carlisle elevó la voz mirando a Rose y Emmet.
-Bueno- Emmet se levantó y tomó a Rose de la mano- Os daría un discurso y os dejaría alucinados, ya sabéis… Mi maravillosa retórica- Todos rieron con ganas- Pero como no le quiero quitar el puesto a mi Ilustrado hermano- Guiñó un ojo burlón a Edward- Iré al grano- Mi preciosa novia, me va a dar un hijo- Rose se ruborizó y agachó la cabeza.
-¡Sí!- Edward se levantó encogiendo un brazo, como celebrando un tanto. Bella se lo agarró llamando su atención. Se sentó vergonzosamente- Perdón, me he emocionado- Todos le miraban incrédulos.
-Joder hermano, eso si que es alegrarse- Se levantó y caminó hacia él- Ven aquí- Abrió sus brazos de oso con las lágrimas resbalándole por las mejillas
Edward lo estrechó entre los suyos. Estaba contento por su hermano, pero no pudo evitar hacer un guiño a Bella, quien rió de la broma privada.
-Así que, todo el mundo se ha puesto de acuerdo- Carlisle les miró embobado. A los cuatro.
-Bueno… Todos… No- Alice intervino mirando a Jasper. Este carraspeó nerviosamente. Señaló la bandeja
-¡Mira Joel, pastel de nueces!- Todos estallaron en carcajadas, excepto Alice, que se enfurruñó.
Jasper la abrazó.
-Dímelo- Alice le miró sin comprender- Dímelo- Insistió sonriéndola con ternura- Ella seguía perdida.
-No entiendo Jasper- Le miró profundamente a los ojos. El suspiró.
-¿Es lo que quieres?- Ella abrió los ojos como platos.
-No cariño- Respondió sinceramente- No hemos hablado del tema, no me siento mal- Le sonrió.
-Cuando llegue el momento- La prometió besándola levemente los labios.
-¡Por la Familia Maravilla!- Una exaltada Esme elevó las copas con el champagne que pidió a uno de los camareros.
Todos se levantaron y brindaron. Pero Joel miraba al frente.
-Vamos enano, ¿no te alegras de tener un primito?- Emmet le levantó en brazos. Joel arrugó los labios.
-Tío Jasper- Este te volvió- ¿Tú vas a tener hijos también?- Emmet le miró confundido, Jasper sonrió.
-De momento no- Joel suspiró aliviado.
-Menos mal- Hizo fuerza para bajarse de los brazos de su tío Emmet, y se sentó en las rodillas de Jasper.
-¡Traidor!- Emmet bufó. Joel le sacó la lengua. Edward comenzó a carcajearse- Se suponía que eso era para el enemigo- Edward entrecerró los ojos. Emmet se mordió la lengua. Bella acarició el muslo de su marido.
-Relax, recuerda que vas a ser tío- Edward de repente se relajó. Sonrió a Emmet.
-Lo dicho hermano, enhorabuena- Bebió de su copa a su salud. Emmet le miró asustado.
-Algo trama- Susurró a Rose. Esta le miró confundida.
-¿Tu hermano?- Emmet asintió- Pero si es un trozo de pan- Emmet le miró y Edward le enseñó los dientes.
-Sí… Pero duro- Bebió de nuevo, por alguna razón, el trozo de pastel no le pasaba…
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