El último día del año, amaneció con el cielo tan blanco como el suelo. La mansión Denali por el contrario, se tornó gris.

El matrimonio se encontraba desayunando en su habitual silencio. Diario para él, variedades para ella. El timbre sonó, ambos levantaron la cabeza de su lectura y se lanzaron una mirada interrogante.

La doncella asomó en la sala, requiriendo la atención de los señores.

-Sr. Denali. Le buscan en la entrada- La chica comenzó a retirarse pero él la llamó.

-¿Quién es Carmen?- Preguntó realmente curioso, no esperaban visitas.

-La policía… Señor…- Le miró con precaución, y le alcanzó a ver el terror en la cara de ambos. Sin más, se retiró.

El matrimonio volvió a mirarse, con miles de preguntas en los ojos, aunque ya sabían de qué se trataba. La cara de su hija se veía por doquier, a cada paso en la ciudad.

Se levantó titubeante, haciendo un gesto a su mujer al ver que ella le seguía. Claire volvió a sentarse, pero ya no fue capaz de ingerir nada más, el nudo en su garganta se lo impedía.

-Buenos días caballeros- Saludó cortésmente- ¿En qué puedo ayudarles?- Intentó no sonar nervioso.

-¿Sr. Denali?- Preguntó el agente, y éste asintió- Soy el Inspector Jacob Black, y él- Señalando a su acompañante- Es Seth Clearwater, mi ayudante- Este, bajó la cabeza a modo de saludo.

-Pasen al salón, hace un día de perros- Les invitó con un ademán de su mano, y los hombres entraron agradecidos al calor de la casa.

Les guió hasta una enorme estancia llena de cuadros y fotografías, dónde sobresalía el hermoso rostro de una rubia mujer. Abarcaba todas las edades, desde los primeros tiernos meses, hasta la edad actual.

-Es preciosa, ¿verdad?- La voz de Brandon les sorprendió a los dos, quienes se giraron de inmediato.

-Sí, parece un Ángel…- Jacob dejó la frase inconclusa, a sabiendas de la buena interpretación del hombre que tenía ante él.

-Bien- Se recompuso- ¿Qué les trae por aquí?- Les mostró donde sentarse y él hizo lo propio.

-Sr. Denali- Jacob se aclaró la garganta- Supongo que ya sabe el motivo de nuestra visita-Espero la respuesta del hombre, quien lentamente giró su rostro para enfrentarlo.

-No. No lo sé- No titubeó al hablar, y tanto Jacob como Seth pestañearon sorprendidos.

-Bien, en ese caso sería bueno refrescarle la memoria- No quiso sonar irónico, pero no lo pudo evitar- Sr. Denali- Atacó de frente- Su hija está en busca y captura por doble asesinato, fraude mercantil, amenazas…- Brandon le interrumpió.

-¿Ha dicho, amenazas?- Preguntó sorprendido.

-Veo, que las demás acusaciones no le han sorprendido- Ahora sí que dejó campar a sus anchas a la ironía. Torció la boca en una burlona sonrisa antes de proseguir- Su hija amenazó al otro cómplice de asesinato y fraude, por no mencionar las anteriores amenazas a la viuda del Sr. Barnet. Bella Swan- Brandon Denali estaba boquiabierto.

-¿Cuándo fue eso?- No salía de su asombro.

-Sr. Denali… Su hija amenazó reiteradas veces con atentar contra la salud y la vida de la Sra. Barnet antes de acabar con la vida de su marido- Calló al ver el semblante desencajado del hombre.

-No lo sabía- Musitó desarmado.

-Su cómplice, el Sr. Newton, nos advirtió también de la amenaza que su hija representa para la Sr. Barnet actualmente. Textualmente, su hija va por ella. ¿Sabe por qué?- El hombre bajó la cabeza, respiró pesadamente unos instantes antes de responder.

-Para serle sincero, desconozco que es lo que pasa por la cabeza de mi hija- Admitió derrotado.

-¿Sabe dónde está?- El hombre negó.

-Lo ignoro completamente-

-¿Cuándo fue la ultima vez que la vio?-

-En la cena de Navidad-

-¿Cuándo se enteró que su hija es una asesina?- El rostro del hombre se contrajo en una mueca de dolor extrema.

-Por los noticiarios- Mintió.

-¿Estaba Ud. Al tanto de los manejos de su hija con respecto al crudo?-

-Si se refiere al fraude, no-

-¿Nunca lo supo?- Preguntó extrañado.

-Lo supe cuando llegó la primera denuncia, pero ella lo negó hasta la saciedad, y ese tal Newton lo desmintió. Hablé con ella entonces pero negó cualquier fraude-

-¿La creyó?-

-Sí-

-¿Qué sabe del Sr. Stevens?- El hombre apretó los labios con fiereza.

-Que es un corredor de bolsa-

-¿No sabe nada más de su futuro yerno?- Jacob incidió.

-No. Ni quiero saber- Respondió airado.

-Sr. Denali…¿Dónde está su hija?-

-Lo ignoro-

-Si lo supiera, nos lo diría, ¿verdad?-

-¿Qué le pasará a mi …hija?- respondió con otra pregunta.

-¿Conoce a James Abbot?- Levantó la cabeza como un resorte.

-Sí. ¿Por qué lo pregunta?- Tembló.

-El se hará cargo de la defensa-

-Entiendo…- Sabía lo que eso significaba, su hija sería condenada a muerte. Abbot era el mejor abogado criminalista de todos los Estados Unidos. Nadie escapaba a un juicio en su contra.

-Sr. Denali, voy a serle franco. Si su hija se entrega, sabe que tendrá un juicio justo, aunque no nos engañemos, tiene un historial demasiado negro y sangriento a sus espaldas. Pero si no aparece, si queda en manos de ese tal Stevens, no le garantizo algo mejor. Su hija podría pedir la muerte…- El hombre le miró aterrorizado.

-¿Qué es lo que trata de decirme?- Preguntó visiblemente nervioso.

-Lo que trato de decirle, es que el corredor de la muerte podría ser un jardín de rosas para su hija, en comparación de la compañía de ese hombre- Brandon se levantó, necesitaba caminar, aunque sus piernas difícilmente le sostenían.

-¿Quién es ese bastardo?-

-Lo siento, pero es información confidencial. Lo único que puedo decirle, es que por el bien de su hija principalmente, si sabe dónde está, sería mejor que lo dijese-

No podía desvelar la jugosa información que a través de James habían obtenido los últimos tres días. Paul Stevens era una auténtica "joya". Su fortuna provenía de los constantes chantajes a los que sometía a sus victimas, principalmente mujeres adulteras que pagaban cualquier cosa por ocultar sus vergüenzas, o de maridos delatados por sus calientes mujeres, a los que después amenazaba con airear la información comprometida que obtenía. Sin mencionar, los tratos que mantenía con auténticos mercenarios, de los que obtenía jugosas cantidades de dinero y favores a cambio de valiosa información.

Definitivamente, la pantalla de presentación de Stevens era de la un brillante corredor de bolsa. Con eso entraba a los círculos más selectos, dónde desplegaba su poder de seducción ante las esposas de los magnates con los que mantenía negocios.

-Descuide- Asintió lentamente.

-Sabe que ocultar información es delito. ¿Verdad?-

-Lo sé. Pero no le oculto nada. No sé dónde está mi hija. No lo sé - Bufó visiblemente airado.

-Está bien Sr. Denali. Eso es todo por ahora. Si sabe algo, no dude en contactar con nosotros- Jacob le extendió una tarjeta y el hombre asintió en silencio- Aunque quede fuera de lugar, le deseo un feliz año. Buenos días- Se despidió extendiéndole la mano y el hombre le devolvió el saludo.

Los dos hombres salieron a la fría mañana y caminaron rápidamente al coche.

-¡Dios! Este maldito frío se mete en los huesos- Exclamó Seth tiritando- Lo que daría por un buen caldo de mamá- Lloriqueó.

-Esta noche podrás beberte dos litros- Dijo Jacob sonriendo de oreja a oreja.- Tía Sue hace un caldo celestial- Se relamió los labios imaginando el calido elemento bajar por su gaznate.

-Te guardaré un poco. No te preocupes- Seth le guiñó un ojo- Será extraño no verte por casa en fin de año- Añadió.

-Lo sé, pero es importante para Ari estar con su madre ésta noche- Respondió Jacob manipulando la calefacción.

-Deberían haber aceptado venir a casa ésta noche. Les vendría bien a las dos evadirse con un poco de la diversión de nuestra familia- Razonó Seth.

-Es pronto aún primo. Me habría gustado, pero es pronto aún. Y además, la Sra. Blake me rogó que cenase con ellas esta noche- respondió Jacob.

-Tranquilo, lo entiendo. Y ahora, tira para Luca's que necesito un café resucitador- Le ordenó con apremio, a lo que Jacob respondió acelerando la marcha entre sonrisas.