Próxima Estación: El Paraíso

Autor: caro508
Género: + 18
Fecha Creación: 12/06/2011
Fecha Actualización: 12/06/2011
Finalizado: SI
Votos: 15
Comentarios: 72
Visitas: 163687
Capítulos: 93

Tras la violenta muerte de su marido, Bella trata de reconducir su vida junto a su hijo embarcandose rumbo a un paraje de ensueño, donde descubrirá no sólo el amor, sino su propia fuerza para hacer frente a las duras pruebas que tendrá que superar.


Hola aquí estoy con otra historia que no es mía, esta vez el turno le pertenece Sethaum,  yo solo la subo con su autorización, otro fic entre mis favoritas, espero les guste…

Los personajes pertenecen a Stephanie Meyer; los que no pertenecen a la saga son de cosecha propia de la autora.


+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 73: Siguiendo la pista

Se levantó en una cama que no conocía, en una desconocida habitación de no se sabe dónde, ni de a que día pertenecía.

Arrastrando penosamente sus pies, se acercó hasta una puerta que parecía dar a un baño. La empujó y ahí estaba aquello que tanto anheló durante un mes.

Comenzó a acercarse nerviosa, pero cuando estuvo a centímetros de él, paró en seco.

¿Estaría preparada para lo que el espejo le mostraría?

Tuvo miedo. Por primera vez en su vida, tuvo miedo de ver su imagen.

Varias veces aspiró fuertemente, llenando sus pulmones, intentando aligerar el ritmo de su alocado corazón, agarró con una de sus manos firmemente el lavabo y se encaró con el espejo. Mantuvo los ojos cerrados mientras se animaba mentalmente. Lentamente los abrió.

No quiso haberlo hecho…

Eso que el espejo le mostraba no era ella. No podía ser ella. Se negaba a creer que fuese ella.

Su cuerpo era una terrible mueca de horror. Sus brazos caían delgados y huesudos a su costado. Levantó lentamente el mini-vestido que llevaba, y vio el demencial estado de sus piernas. Otro tiempo largas y tersas, ahora se mostraban de un blancuzco enfermizo, con la única tonalidad amarillenta de sus repetidos golpes, fruto de los cerdos con los que se "acostaba".

Siguió subiendo la tela, su vientre cubierto de moratones, su estómago le acompañaba y sus pechos… Dos montículos de carne maltratada. Sus dos aureolas antaño rosadas, se mostraban de un marrón renegrido, llenos de mordeduras.

Cuando llegó al cuello emitió un gemido, lo tenía rojo, y con marcas a su alrededor. No recordaba cuando. A decir verdad, sabía que la drogaban, y en el fondo, casi lo agradecía. Era mucho mejor no sentir, dejar que mancillasen su cuerpo sin apenas ser consciente de ello.

Ver su rostro fue un ejercicio de verdadero control. Lo único que se mantenía, era el color de sus ojos. Sus mejillas demacradas, sus ojos hundidos, y sus labios gruesos llenos de grietas y heridas. Su preciosa melena, yacía grasienta, enredada, pegajosa y asquerosa. Odió verse, se asqueó así misma, y deseó morir.

Llevó sus manos a su rostro, y lo tapó con asco. Sus sollozos poco a poco se convirtieron en alaridos, comenzó a golpearse repetidas veces y a tirar de su pelo de manera incontrolada. Acabó en el suelo, retorciéndose entre lamentos y desesperación.

.

.

.

-Señor- Llamó uno de sus hombre- Sukov está abajo.

Torció el gesto y habló por el intercomunicador.

Unos minutos después, Sukov atravesaba la puerta de su despacho con una carpeta entre sus manos.

-Sukov- Saludó.

-Kuznetsov- Respondió con aire cansino.

-Bien. ¿Qué te trae por aquí?- Preguntó casualmente.

El hombre, dejó la carpeta sobre la mesa, indicando con la mirada que la abriese. Lo hizo, ante el dos fotos. Tanya y Paul con sus correspondientes expedientes. No hizo gesto alguno, se mantuvo neutro, impasible.

-¿Qué?- Preguntó como si tal cosa.

-La Interpol les busca. Sabemos que uno de tus aviones les trajo aquí.

Vladimir fijó su vista en él.

-Así es. Pero desconozco para qué- Siguió mirándole fijamente.

Su interlocutor se carcajeó.

-Vamos Vladimir. Llevamos años tratándonos. Deja eso- Le conminó seriamente.

-¿Qué quieres?- Fue al grano.

- Les quiero a ellos- Dijo sin rodeos.

-¿Condiciones?- Se recostó sobre su sillón.

-Las de siempre. Me los entregas, la Interpol se los lleva, y todos contentos- Esbozó una sonrisa irónica.

-¿No habrá problemas?- Alzó una de sus cejas.

-Mira Vladimir. Esto es gordo. Esa perra tiene un historial cojonudo. La Interpol se está empleando a fondo, si sabes dónde está, entrégala. Deshazte de ella y evita problemas- Vladimir llevó sus dedos a sus labios.

-¿Él?- Inquirió.

-Él es un pobre diablo al que le van a caer muchos años a la sombra. Un maldito acosador, un matón de barrio. Pero está con ella, y eso son problemas.

Vladimir asintió. Tomó de nuevo el auricular, y después de hablar un par de minutos se volvió al policía.

Mañana. En la Catedral de Sta. Sofía.

Sukov asintió y se levantó. En silenció se dieron la mano y salió del despacho.

Vladimir se volvió a la ventana. Sacó su móvil y marcó.

-Esta noche- Colgó y siguió mirando en silencio la ventana.

.

.

.

-Bella…- Emmet suspiró- Oye ya está bien ¿Vale?- Bella se movió en su silla.

-¿De qué hablas Emmet?- Apenas si podía mirarle.

-Hablo de que te vayas a dormir. Hablo de que lo hagas en una cama, en TÚ cama, hablo de que descanses y te alimentes en condiciones. Hablo de que hagas lo que tienes que hacer. De eso hablo- Volvió a cruzar los brazos realmente enfadado. Bella estaba atónita.

-¿Y esto, a qué demonios viene?- Preguntó enfadada.

-¿Es que no te ves?- Vale, estaba cabreado.

-Me veo perfectamente- Respondió airada- Pero por lo visto, tú lo haces de distinta manera, ¿no es así?- Sabía que otro de los discursos de Emmet sucederían, pero lo que oyó la dejó de piedra.

-¿Y qué coño crees que verá él cuando despierte?- Señaló la habitación de Edward, estaban en la sala de espera - ¿A SU Bella, o a un holograma?- Bufó airado- ¿Acaso crees que se va a ir corriendo si despierta y no estás? ¿Crees que por descansar en condiciones te vas a perder algo?- Bella no sabía que responder - Deja de castigarte ya, joder- Lo ultimo lo susurró, pero el enfado era evidente en su tono.

-Emmet tiene razón- Jasper intervino tranquilo.

-¿Qué pasa, confabulación?- Se defendió cabreada.

-No Bella. Simplemente que no haces más fáciles las cosas- Jasper intervino de nuevo.

-¿Desde cuando no sales a dar un paseo, tomar el aire… No sé… Un café con las chicas?- Emmet preguntó.

-Perdona si a mí de repente la vida no se me antoja apacible- Le escupió, y eso le dolió.

-Oh, claro. Los demás lo estamos llevando muy livianos- Ironizó.

-Déjame en paz Emmet- Bella se levantó en dirección a la habitación.

-Eso, métete ahí. Háblale. Que se sienta mejor oyéndote, sintiendo como estás dejando escapar tu aliento. Eso le ayudará- Se arrepintió al momento justo de decirlo. Pero ya era tarde.

-¿Y qué coño sugiere el Señor que haga? ¿Eh? ¿Me voy de fiesta? ¿Duermo como un bebé?- Las lágrimas de rabia no la dejaban ver, pero no podía contenerlas.

-¡No! ¡Demonios no!- Espetó fuertemente- Simplemente limítate a no dejarte morir- Bella agachó la cabeza- Si Edward nos oye, si realmente él puede oírnos, no le hace ningún bien oír como te estás apagando. El te necesita fuerte para cuando empiece a salir de ésta. Y te estás quedando en los huesos, estás apática, ausente ¿Es que no te das cuenta?- Terminó y se sentó, llevándose las manos al rostro.

-Déjate ayudar Bella. Estamos aquí. Siempre estamos aquí. Simplemente deja que todos carguemos con ello- Habló con dulzura, y Bella volvió a sentarse de nuevo. Emmet tomó una de sus manos.

-Alguien tenía que decírtelo Bella. Te necesitamos fuerte. Te necesitamos en el grupo. No fuera de él. No tienes necesidad de cargarte todo esto a tus espaldas. No puedes hacer más de lo que haces. Vuelve con nosotros. Te necesitamos de vuelta. Él te necesita de vuelta- Bella asintió, y Emmet la estrechó en sus brazos.

Rose salió de la habitación de Edward junto con Alice. La vieron llorar y Emmet la levantó.

-Chicas, Bella se va a dormir… Unas cuantas horas- Bella torció el gesto pero asintió. Tomó sus cosas y salió de la habitación no sin antes besar la mejilla de su hombre y acariciar su pelo.

-Te amo Edward…

Durmió como hacía días no lograba. Al despertar, miró su móvil. Cero llamadas. Suspiró y se levantó a la ducha. Al llegar a la cocina, Jackie ya le había preparado su cargado café con leche. Carlisle y Emmet ya habían salido para el hospital y habían dejado a Joel en el colegio. Se despidió de Jackie y se dirigió en coche al gran parque que estaba cerca del hospital. Caminó. Aprovechó los escasos rayos de Sol de aquella fría mañana de Febrero, y compró unas flores. Titubeó y se dirigió de nuevo a su coche.

Sin pensar, sin apenas darse cuenta, estaba en aquel lugar que hacía tiempo no visitaba. Encamino los pasos, y se paró frente a él.

Respiró hondo.

-Hola…

 

Capítulo 72: Día 30, carta al cielo. Capítulo 74: Desnudando el alma.

 


Capítulos

Capitulo 1: Introducción Parte 1 Capitulo 2: Introducción Parte 2 Capitulo 3: Introducción Parte 3 Capitulo 4: Aterrizando en la realidad Capitulo 5: Acostumbrándome al vacío Capitulo 6: Ya lo he visto.... He visto el mar Capitulo 7: Buceando en tus aguas Capitulo 8: Estupendo, está pillado Capitulo 9: Me lías, me lío? ¿Nos liamos? Capitulo 10: ¿Porqué no me siento culpable? Capitulo 11: ¿Es ella? Sí. Es ella Capitulo 12: Lo que me haces sentir Capitulo 13: Lo Siento Capitulo 14: Un "helado" interesante Capitulo 15: Un Imposible Capitulo 16: La Vista Capitulo 17: Agridulce Capitulo 18: Aclarando puntos Capitulo 19: Y ahora, ¿qué? Capitulo 20: Comenzando? Capitulo 21: No puedo más Capitulo 22: Interrogatorio Capitulo 23: Afianzando Capitulo 24: Ley de Murphy Capitulo 25: Maldita Zorra Capitulo 26: Despedidas Temporales Capitulo 27: De Nuevo Por Aquí Capitulo 28: Te Necesito Capitulo 29: La Perra y su Amo Capitulo 30: A esto se le llama caer bajo Capitulo 31: Haciendo Conjeturas Capitulo 32: 24 Horas Capitulo 33: Por fin estás aquí Capitulo 34: La Charla Capitulo 35: Escondido Capitulo 36: Hiel Capitulo 37: Rabia Capitulo 38: Primer Contacto Capitulo 39: Instrucciones Capitulo 40: Compromisos Ineludibles Capitulo 41: Reencuentros y Primeras Citas Capitulo 42: Coto Privado Capitulo 43: Cena de Navidad Capitulo 44: Cuentas Pendientes I Capitulo 45: Cuentas Pendientes II Capitulo 46: Comida infructuosa Capitulo 47: Chocolate Calientito Capitulo 48: Verdades como puños Capitulo 49: Actos y Consecuencias Capitulo 50: Confesiones a la luz de las velas Capitulo 51: Nada Capitulo 52: Canta para mí I Capitulo 53: Canta para mí II Capitulo 54: Estoy aquí Capitulo 55: ¿Maravilla? Capitulo 56: Amargo desayuno Capitulo 57: Haciendo balance Capitulo 58: Fiesta Capitulo 59: Año Nuevo, Vida... Capitulo 60: Otra vez no Capitulo 61: No puedes irte... Capitulo 62: El presente Capitulo 63: Deja vú Capitulo 64: Des... Esperanza Capitulo 65: Desesperación Capitulo 66: Día Uno oscuridad Capitulo 67: Recogiendo Tempestades Capitulo 68: Día dos, tormenta Capitulo 69: Bombones Capitulo 70: Asimilando Capitulo 71: Día 15, como en casa Capitulo 72: Día 30, carta al cielo. Capitulo 73: Siguiendo la pista Capitulo 74: Desnudando el alma. Capitulo 75: Día 57, señales Capitulo 76: Día 63, Luz Capitulo 77: ¿Qué hay de nuevo? Capitulo 78: Cuéntame Capitulo 79: Normalidad Aparente Capitulo 80: Face to Face Capitulo 81: SÍ Capitulo 82: Previa Capitulo 83: Para siempre Capitulo 84: Consumando Capitulo 85: Step by Step Capitulo 86: Separando Destinos Capitulo 87: Cosechando Capitulo 88: Sentencia Capitulo 89: Buenas Nuevas Capitulo 90: !Hola! Capitulo 91: Cerrando Ciclo Capitulo 92: Y Comieron Perdices Capitulo 93: Epilogo

 


 
14444220 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10761 usuarios