-¿Dónde está Edward mamá?- Preguntó seriamente. Las tres se tensaron.
-Bueno, se quedó en casa de Tía Rose…- Mintió fatal, lo supo en cuanto no pudo terminar la frase.
-¿Por qué estás manchada de sangre?- Extrañamente, todas fueron conscientes del sentido de las preguntas de Joel. Bella tuvo miedo, mucho miedo.
-Edward se cortó un poquito- Alice intervino sonriendo, aliviando un poco la escena.
Joel miró a Alice quien a duras penas mantenía la sonrisa. Después a su abuela quien al percatarse hizo lo mismo, pero tan de improviso que sonó a fraude. Por ultimo a su madre, quien retorcía el vestido nerviosa.
-Has llorado- Taladró a su madre con sus ojos.
-Bueno, es que ya sabes que enseguida me asusto cariño- Respondió nerviosa.
-¿Cómo se cortó tía Alice?- Esta dio un respingo, se aclaró la garganta antes de responder.
-Un camarero empujó a unos chicos que bailaban en la discoteca, y sin querer tiraron a Edward y se cortó con el vaso que llevaba en las manos- Rezó por que la mentira colase.- Pero a penas fue un rasguño cariño- Le guiñó un ojo que abrió de repente al observar cómo Joel miraba de nuevo el vestido de su madre.
-¿Dónde está la abuela Esme?- Dios, no iba a darse por vencido. Pensó Bella.
-Está con los tíos en casa- Bella aparentó normalidad.
-¿Me llevas allí?- Bingo.
-Cielo, estarán descansando. Hemos trasnochado un poco. Iremos más tarde. ¿Sí?- Le acarició las mejillas. Pero Joel seguía mirándola serio.
-¿Cuándo viene Edward?- Bella ya no sabía dónde meterse, y la expresión de su hijo le decía que las cosas irían mal.
-En cuanto descanse un poco- Le prometió- Ahora, deja que mamá suba a cambiarse y merendamos- Le dio un beso en la mejilla. Comenzó a caminar hacia la puerta, pero su hijo la dejó petrificada.
-¿Va a venir como papá?- Shock al cubo.- ¿Dónde está Edward mamá?- No. No soñaban, Joel estaba preguntando con rabia.
Bella aspiró hondo, miró a las dos mujeres pidiendo ayuda, pero estaban tan impresionadas que no pudieron más que mirarla aterradas.
-Ya te lo dije, est…- Su hijo la interrumpió.
-¡NO MIENTAS! ¡ESTÁ MUERTO MAMÁ! ¡NO MIENTAS!- Destiló tanta rabia en un cuerpo tan pequeño, que parecía increíble.
-¡No cariño, no! Por dios, no digas esas cosas. Edward sólo está herido- Rogó Bella arrodillándose frente a él.
-Entonces, llévame con él- Tanta frialdad… Inconcebible.
-No puedo llevarte mi vida. Pero si esperas unos días, entonces…-Joel tapó con una de sus manitas la boca de su madre.
-¿Le llevaré flores también mamá?- Oh por dios. Su hijo estaba hablando de la tumba de su padre.
El horror se instaló en su rostro. No podía ser tanta frialdad, tanta inmutabilidad en un niño de tan sólo seis años.
-No. Alice de nuevo al rescate- Le llevaremos bombones- Su sonrisa llamó la atención de Joel. Pero soltó la mano de su tía como si le quemaran.
-¡LOS MUERTOS NO COMEN CHOCOLATE!- Se volvió al gélido rostro de su madre- ¡MIENTES. MIENTES. DIJISTE QUE PAPÁ ESTABA DE VIAJE. MENTISTE!- Jackie levantó del suelo a Bella, se había quedado inmóvil, con la mirada ausente, perdida…
-Joel cariño- Alice le abrazó con fuerza. El niño hipaba con esfuerzo- Mamá no está mintiendo. Iremos a ver a Edward. ¿De acuerdo?- Preguntó con desesperación.
Pero Joel ya no las creía. No después de todo aquello.
-Te odio mamá. No quiero más papás- Susurró de manera imperceptible. Pero su rostro se contrajo y llenó sus pequeños pulmones de aire- ¡¿ME OYES?, ¡NO QUIERO MÁS PAPÁS!- Las lagrimas recorrían a mares su rostro. Se marchó corriendo a su habitación.
Sólo el portazo las hizo reaccionar.
Los lamentos de Bella rasgaron las paredes y el techo de la habitación. Su dolor salía en forma de alaridos amortiguados. Alice y su madre no sabían que hacer. Esto las superaba. Se sintieron impotentes.
Jasper llegó a la sala de espera de la UVI. Nadie estaba ahí. Preguntó a una enfermera por Edward. Le indicaron la habitación pero que tenía que esperar. Sus padres estaban dentro.
Se sentó en una de las sillas, cruzó sus piernas y se limitó a esperar. No sabía que le esperaba dentro, pero también le preocupaba lo que pudiese pasar en la casa.
Como si le leyesen la mente, su teléfono vibró.
-Alice- Respondió en voz baja. Se alarmó al escuchar los sollozos de ésta- Alice, ¿qué pasa cariño?- Se levantó preocupado.
-Tienes que venir Jazz, Joel…- Siguió llorando.
-¿Qué pasa con Joel?- Se contrajo.
-El… Jasper, cree que Edward está muerto- Jasper cerró los ojos y maldijo en voz baja.
-¿Le habéis explicado?- Preguntó preocupado.
-No atiende a razones, es… Dios Jasper, es como si ahora sacase todo lo que se guardó con Chris. Ha sido horrible- Hipó entre sollozos.
-Escúchame cielo, voy a entrar a ver a Ed y enseguida voy para allá. No te preocupes. Intentaré razonar con él- Prometió intentando tranquilizarla.
-Quiere a Edward ,Jazz. Le llama constantemente. No quiere hablar. Se niega. Yo… Nosotras ya no sabemos que hacer- Jasper imaginó la escena y se le contrajo el estómago.
-¿Y Bella?- Ahí Alice jadeó con dolor.
-Acaba de darle el golpe de gracia Jazz. No sé. No la veo bien, está cómo… Ausente, ida… Dios, está como hace nueve meses…- Apenas le costaba hablar.
-Joder… Vale Alice. Escúchame. No dejéis sólo a Joel en ningún momento. No sé como van estas cosas pero hay que tener cuidado. Mandaré a Emmet para allá ahora mismo. Ya sabes lo que son el uno para el otro- Alice le interrumpió.
-Pero cariño, sabes que te adora. Te necesita a ti. Ven por favor- Rogó desesperada.
-No tardaré, lo prometo. Llamaré a Emmet- La mandó un beso y colgó el móvil.
Justo cuando el tono sonaba, los padres de su amigo salían de la habitación. Cabizbajos, sombríos, tristes. Les hizo un amago con la mano para que esperasen unos minutos.
-Em amigo. Sí.. Siento despertarte- Le respondió soñoliento al otro lado- Escucha, ahora no puedo hablar, voy a ver a Ed. Emmet…- Esperó unos segundos- Necesito que vayas con Joel…- Escuchó a Emmet- Digamos que ha explotado. Sí… No te lo pediría si no fuese necesario. Gracias amigo- Y cortó la llamada dirigiéndose de nuevo a los padres.
Esme le abordó con la preocupación en el rostro.
-¿Qué le pasa a mi ángel?- Las lágrimas cayeron de nuevo.
-Una crisis- Jasper les miró y Carlisle asintió, mientras que Esme, volvía a encogerse.
-Iremos para allá- Jasper les agradeció y se despidió de ellos girándose hacia la puerta.
-Bien, allá vamos- Cuadró sus hombros y empujó lentamente la puerta.
Edward tenía el semblante tranquilo. Eso fue lo primero que llamó su atención. Se acercó a él y tomó una de las sillas. Giró la cabeza, observando toda la parafernalia que rodeaba la cama de su amigo.
-Así que…- Tomó aire intentando sonar relajado- Este era tu plan de Año Nuevo, ¿no?- Sonrió aguantando las lágrimas.- Y mira que decías que eso de llamar la atención no era lo tuyo. ¡Mírate!- Exclamó extendiendo los brazos por su cuerpo- Sigues siendo el mismo sexy cabrón de siempre, apuesto a que tienes locas a las enfermeras. Pero… Ninguna como Bella… ¿Verdad?- Ya no pudo ni quiso detener las lágrimas.
-Tenemos un negocio que atender socio, y nunca has permitido que una melena rubia se interponga ¿Va a cambiar eso ahora?- Apretó su brazo.
-Si no vuelves, yo… No voy a poder Ed- Limpió sus ojos con el puño de la chaqueta- No soy tan fuerte como crees. Tengo a Alice, pero… Me he acostumbrado a ti- Sonrió levemente ¿Qué quieres?- Sacudió su cabeza.
-Tenemos una fiesta pendiente allí colega. Una por todo lo alto, así que ya sabes lo que te toca, y no me vale eso de que has dormido poco, porque ésta vez no va a colar- No pudo evitar la carcajada. -Si hay algo positivo en todo esto, es que esa excusa ya no te va a cuadrar- Se quedó mirando su rostro.
-Te queda mucha guerra que dar Edward. No puedes rendirte y quedarte ahí. No voy a permitir que dejes de escribir páginas. Y tú vas a hacer lo posible por ayudarnos a ayudarte. Y por si lo has olvidado, tú y yo tenemos pendiente algo a los cincuenta- Dijo con retintín.- Y no te vas a librar de ello compañero- Se levantó y le observó en silencio.
Apretó los labios con fuerza y agarró el respaldo de la silla, tragándose las lágrimas en un ejercicio bestial de autocontrol.
-Edward- Llamó- No voy a perdonarte si no sales de ésta. Me da igual lo que tengas que pasar, cómo quedes. Si cojo, ciego o mudo. Pero no voy a perdonarte si no sales de ésta. Nadie va a sentirse orgulloso de lo que sea que hayan pretendido hacer contigo. Y te juro ¿Me oyes? Te juro que vas a ver con tus ojos como esa escoria se hunde. Y si no lo haces por mí, ni por ti, lo haces por tus padres, por tu hermano y por esa maravillosa mujer que te ha dado un hijo. Se acabó Edward. Tienes exactamente un mes para empezar dónde lo dejaste.- Paró unos instantes y tomó aire.
-Lo siento, pero a ti hay que decirte las cosas así- Metió sus manos en los bolsillos y caminó hacia la puerta.
-Me tengo que ir. Las chicas van a venir en unas horas y … Espero que las recibas como merecen- Volvió sobre sus pasos y estrechó su mano.
-Sólo tú puedes cuidar de Bella amigo. No lo olvides. Ella… Confía en ti.- Y sin más, se marchó de aquella habitación rumbo al corazón de la tormenta…
|