Emmet y Rose llegaron apenas unos minutos después. Sus caras reflejaban el cansancio y el sueño interrumpido.
-Está en su habitación- Jackie les indicó con la desesperación pintada en su rostro.
Al subir las escaleras, se encontraron con Alice en la puerta.
-Se ha encerrado por dentro, no quiere abrirme- Estaba de rodillas, apoyada contra la puerta, con la misma ropa y el rostro desencajado.
-Joel- Llamó Emmet- Vamos Joel, abre la puerta- Movió el pomo de ésta, pero estaba encajado.- Joel- Suspiró- Si no abres no podremos hablar, y tengo que decirte una cosa que te va a gustar mucho- Tanteó pegando la oreja a la madera.
-¿Dónde está Bella?- Rose le preguntó a Alice.
-Está en el baño…- Señaló la puerta con la cabeza, y mirando a Rose, negó con ésta.
La abrió, y lo primero que oyó fueron los sollozos cortos que salían de la bañera.
-Bella…- Se agachó para levantarla. Llevaba puesto el vestido. Estaba empapada y su cuerpo convulsionaba por los sollozos rotos.
Consiguió ponerla de pie, y la desnudó. Lavó su pelo lo mejor que pudo y frotó la sangre de sus brazos. El agua se tiñó breve y levemente de rojo. La envolvió con el albornoz y sentándola en la taza secó y peinó su pelo.
-Ahora mismo vuelvo cariño, espérame aquí- Susurró en su oído. Bella no se inmutó.
Volvió con ropa interior seca y un pijama. Como pudo se lo puso y abrazándola de la cintura, le llevó a su habitación.
-Edward…- Rose la llevó hasta la cama, la abrió y metió dentro a su amiga. Lo pensó un instante y se metió con ella, abrazándola.
-Huele a él…- Musitó
-Y Huele muy bien, ¿Eh?- Apretó su agarre de manera cariñosa. -Tranquila Bella, el va a volver muy pronto- Dijo convencida.
-No me engañes Rose. No me engañes, por favor- Sonaba rota, deshecha. Aún sin llorar, sus palabras eran lágrimas lastimeras.
-¿Te he engañado alguna vez?- La riñó - Edward está mal Bella, es obvio, le hemos visto, pero ya oíste al cirujano, el volverá cuando su cuerpo esté preparado. Hay que darle tiempo, eso es todo- Razonó con ella.
-¿Pero cómo?… ¿Cómo volverá?- Preguntó angustiada.
-¿Importa eso?- La miró haciendo que Bella levantase su cabeza ¿Importa cómo vuelva Bella?- Bella bajó la vista.
-Sabes que no- Terció.
-Sé que no. Te conozco demasiado para saber que lo único que te importa es que vuelva. Y ahí radica su fuerza Bella. En que él sea consciente de que lo único que deseas, es que vuelva a tu lado- Besó sus húmedos cabellos.
-Estaba tan guapo- Sonrió levemente y Rose vio un resquicio para tranquilizarla.
-Cariño, es que Edward ES guapísimo. ¡Salta a la vista caray!- Creo que va a ser un viejo verde- Hizo una mueca graciosa y Bella no tuvo más remedio que reír abiertamente.
- ¿Emmet… Está con Joel?- Volvió a cambiar el semblante.
-Aja. No te preocupes, tu hijo se le da bien- Bella asintió.
-Gracias por estar aquí Rose. Te quiero mucho- Dio un beso en el brazo a su amiga.
-No tienes que darlas. Nunca las des. No podría estar en otro sitio si me necesitas- Se emocionó. No pudo evitarlo.
-Pobre Alice- Suspiró- Pobre Jackie- No hago más que daño- Se revolvió molesta.
-¡Ni se te ocurra volver a decir eso Bella Swan!- Se incorporó mirando fijamente a su amiga.- Una zorra con la peluca rubia se ha empeñado en destrozaros la vida una y otra vez. Tú única culpa en todo esto, es haber despertado su asquerosa envidia- Se volvió a recostar malhumorada.
-No te enfades Rose- Susurró asustada. Estaba tan vulnerable…
-No cariño. Jamás lo haría contigo. Siento haberte gritado, pero no permito que te plantees siquiera considerarte culpable de lo que ha pasado y lo que está pasando. Tú eres una víctima, su víctima- Miró molesta las fotos del tocador- Debí haberle roto el cráneo en vez de su asquerosa nariz- Bella rió- ¿Qué?- Preguntó enfadada- Un cráneo es más difícil de reconstruir, ¿no?- Levantó las manos indicando la lógica y su amiga se carcajeo con ganas.
-Eres única Rose. ¿Te he dicho que te quiero?- Bella estaba riendo sin parar.
-Pues sí, pero si lo dices otra vez, voy a pensar mal- Hizo una mueca de espanto y Bella la golpeó el brazo.
Sintió unos tímidos pasos y un click. Después, una carrera apresurada. Emmet abrió la puerta lentamente para encontrarse a Joel metido en la cama. Demonio de crío. No pudo evitar reír mientras se acercaba lentamente, y se sentaba en el lado contrario. Joel descansaba mirando hacia la ventana, dando la espalda a Emmet.
-¿Piensas estar todo el día enfurruñado?- Preguntó casual.
Silencio.
-¿Es así como recibes al tío Em?- Esperó. Nada- ¿Ni un besito? No sé, un abrazo o algo tío- Habló con la naturalidad de siempre.
Joel se removió, pero no abrió la boca.
-Vaya, entonces, voy a tener que pedirle a Jasper que sea mi compi de partida. Y ya sabes que Jazz es un fastidio ¡Siempre pierde!- Exclamó desesperado.
Funcionó. Joel no pudo evitar reírse, aunque se tapó con las mantas.
-Bueno, entonces, si no quieres hablar, me tumbaré y me dormiré. Y te prometo que voy a hacerlo. Estoy muerto de sueño- Se estiró a su lado y bostezó abiertamente.
Joel se giró despacito.
-¿Me llevarás a ver a Edward?- Apenas habló en un susurro.
-Claro- Dijo como si tal cosa.
-¿Entonces no está muerto?- Emmet suspiró.
-No Joel. No está muerto- Miró al niño, quien tenía la cabeza gacha.
-¿Y dónde está?- Seguía hablando bajito.
-Está en el hospital- Joel levantó la cabeza.
-¿Le duele mucho?- Emmet clavó la vista en sus ojitos. No dudó en responder.
- Joel… Él, está dormido- El niño le miró sin comprender.
-¿Y por qué no duerme en casa?- Encogió sus hombros.
-Los médicos han tenido que dormirle para…- Suspiró- Para que no le duela- Joel miró una de las fotos. En ella estaba con Edward. Estaba subido a su espalda y los dos reían. Recordó aquel día. Fue en el jacuzzi, salieron todos empapados.
Emmet siguió su mirada y se le contrajo el corazón.
-¿Le quieres?- El niño no le miró.
-Es mi mejor amigo- Susurró.
-El también te quiere… Mucho- Se le quebró la voz.
-¿Cómo si fuera mi padre?- La angustia vibró en su voz, y Emmet lo notó.
-El siente que ya lo es- Abrazó al pequeñín y lo envolvió con sus brazos.
-No quiero que se vaya- Sus pucheros podrían derrumbar los muros que quisiesen. Emmet se deshizo.
-Entonces, cuando vayas a verle, tienes que pedírselo. ¿De acuerdo?- Joel le miró.
-¿Qué le tengo que pedir?- Estaba confundido.
-¿Qué quieres pedirle? ¿Lo sabes?- Acarició su carita y se llevó las lágrimas que caían.
-Yo… No lo sé- Dijo avergonzado.
-Pues que se quede contigo y con mamá. ¿No?- Joel asintió en silencio.- Pero tienes que pedírselo, para que él sepa todo lo que le quieres- Volvió a abrazarlo y sonrió sobre su cabecita.
-¿Le llevo bombones?- Emmet rió con ganas.
-Pero que no tengan relleno- Se acercó a su oído- No me gustan- Joel le miró perplejo- ¿Qué?, a ver si te crees que el se va a comer todos. ¡Ja!- El crío comenzó a reírse y Emmet le secundó.
Las risas se oyeron en toda la casa, y dos sonoros suspiros llegaron desde la planta baja, dónde madre e hija se abrazaron llorando, ésta vez, con esperanza.
-Los oyes?- Rose siseó a una Bella adormilada.
-Sí. Suena muy bien- Sonrió aliviada.
-Tu novio puede que sea el macizo querida, pero el mío… ¡Es el salvador del Mundo!- Bella incrementó las risas.
-La verdad es que… Nos tocó la lotería con la Familia Maravilla- Rose la miró seriamente unos segundos.
Ambas carcajearon.
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