Esta es la última de las introducciones. El siguiente,  ya empieza la historia, será el primer capítulo.

Tranquilas que más adelante saldrá Edward para las que se preguntan.

No tuvimos una Luna de Miel larga en exceso. Alice se prestó a hacerse cargo de Joel, pero aún así, no queríamos estar mucho tiempo alejados. Las vegas. Ese fue nuestro destino. Quería llevar a Bella a conocer el mar. Me había comentado en varias ocasiones que jamás había tenido la oportunidad de conocerlo. Pero en ésta ocasión, y ante la corta duración de nuestra Luna de Miel, optamos por un destino más corto, y en el que ambos estábamos de acuerdo.

Cuando regresamos, nos dirigimos inmediatamente al apartamento de mi hermana. Nos llevábamos tres años de diferencia, pero siempre había existido entre nosotros tanta complicidad que con mirarnos a los ojos podíamos mantener largas charlas para desesperación de los demás, que por mucho que intentasen, no podían pasar la pared imaginaria que instalábamos en nuestras "conversaciones". Por eso nada más abrir la puerta, leí perdón escrito en sus ojos…

Durante nuestra Luna de Miel, y en una de sus visitas a la casa familiar, mi padre salió del despacho y se topó con Joel. Alice me juró y perjuró que no supo cómo, pero que al bajar al salón, se encontró a mi padre jugando en la alfombra con mi hijo. A partir de ahí, le hizo prometer que lo llevaría todos los días. El flechazo entre los dos fue instantáneo, y Alice me contó muy emocionada que mi padre lloró como un niño cuando oyó por primera vez la palabra abuelito.

Bella en ese instante me abrazó, y fue cuando me di cuenta que los dos estábamos con los ojos rojos y llorosos. Me abracé a ella y me dejé llevar. No sabía cuantas lágrimas guardaba bajo el rencor a mi padre, pero puedo jurar, que fueron muchas.

Una cena casual que Alice y mi madre planearon en la casa familiar, provocó un pequeño pero alentador acercamiento entre mi padre y yo. Al abrir la puerta, Joel salió disparado a buscar a su abuelo, se tiró encima de él, y éste lo levanto en brazos clara y visiblemente contento. Lo zarandeó y besó unos segundos, hasta que dirigió la vista a la puerta. Se quedó inmóvil, Joel bajó de sus brazos y se refugió en Alice mirando confundido la escena. Bella y yo seguíamos parados en el umbral, con la puerta aún abierta, sin saber que hacer. Mi madre sujetaba el pomo nerviosa. Mi padre se metió ambas manos en los bolsillos, y en tono casual dijo: -Bueno, ¿a qué esperáis? La cena se enfría-. Y sin más, se giró en dirección al salón.

Estupefacto, pasmado, alucinado… Faltan argumentos para describir como me sentí tras esas palabras. Nos dirigimos al salón y nos acomodamos en nuestro sitio en la mesa. Pasé mis ojos por esa sala, llevaba mucho, demasiado tiempo sin verla, y no pude evitar hacer una mueca que no pasó desapercibida para mi padre.

-¿En qué piensas muchacho?-

Sonreí y negué, y el no volvió a insistir.

La cena transcurrió de manera tranquila, pero con la sensación del filo de un cuchillo preparado para sesgar en cualquier momento el ambiente. Más nada de eso pasó. No hubo disculpas, no hubo explicaciones, pero sí quedó la sensación de que un cambio se acercaba. Un cambio para bien.

Las cenas se repitieron, espaciadamente lógicamente, pero dieron paso a más visitas, tanto por su parte como la nuestra. Joel y mi padre pasaban mucho tiempo juntos, Había una gran conexión entre ellos, y aunque con Bella jamás llegó a tener una relación que no pasase de lo cortés, tampoco derivó en rechazo.

Contaba ya con 28 años, cuando mi padre enfermó. Un cáncer fulminante de páncreas se lo llevó de éste mundo en menos de un mes. Antes de morir, me llamó para que hablásemos. Quiso dejar las cosas bien hechas, al menos, eso era lo que el me decía. Las cosas bien hechas se tradujeron en mi vuelta a la empresa para ocupar el mando de ésta, y una petición velada que me dejó bastante preocupado…

-Hijo, sé que es tarde para perdones que no se merecen. Tan sólo te pido, que veles por la empresa que tan costosamente levantamos tu abuelo y yo. No dejes que todo ese esfuerzo se pierda, no desampares a tu madre y a tu hermana, no desampares a mi nieto… Vigila a Brandon, sé que nos está ocasionando problemas, mis abogados estarán a tu servicio en cuanto constates que algo no va bien en algunos de sus movimientos, pero ya hay sospechas de cosas demasiado serias que probablemente nos costaran demasiado caras. Vigila también a Tanya, ya sabes que en tu ausencia ella se ha hecho cargo del control de una parte importante de las exportaciones y estamos teniendo problemas con aduanas por ello. Hijo, sabes que no te pediría esto si no supiese que eres el único que puede solucionarlo. Por supuesto, tienes a Blake contigo, él está al tanto de todo, de hecho, sé que es quien te informa de todo lo concerniente a la empresa. Sálvala Christian. No dejes que se hunda.-

Por su puesto, no se me pasó por alto el detalle de la NO mención de Bella en sus planes. Sabía que mi padre acabó por respetar mi decisión aunque… lejos de compartirla. Quizá, porque murió sin conocerla. Quizá, porque murió antes de conocer a la verdadera Tanya. La zorra de Tanya…

Efectivamente, Tanya había convertido la ilegalidad en su forma de ganarse la vida, con el beneplácito y complicidad de su inepto y corrupto padre. Simplemente habían trasladado sus nada escrupulosos métodos de trabajo a nuestra empresa. Con el paso de los meses, conseguimos averiguar más de una veintena de operaciones de dudoso carácter legal en las exportaciones de crudo. Bella se reincorporó a la empresa como ejecutiva, y mi mano derecha, con el consiguiente rechazo de manera más que violenta de la pérfida Tanya. Doy fe que intentó por todos los medios desestabilizar a Bella, que la atacó desde todos los frentes posibles, pero que fracasó estrepitosamente en todos y cada uno de sus lamentables intentos. No sólo porque Bella era una mujer de armas tomar, que sabía defender lo suyo y a los suyos con los dientes, sino porque Tanya no tenía amigos precisamente entre los trabajadores de la empresa.

Rosalie Hale era la asistente personal de Bella. Pero con el paso del tiempo, pasó a ser amiga, confidente y hasta guardaespaldas de ella. Más de una vez sus puños impactaron en el asqueroso rostro de Tanya. Puedo jurar que era divertido verla correr entre las mesas en dirección al baño con el pelo enmarañado y con el labio sangrando. De hecho, en una ocasión le rompió la nariz. Por su puesto, nunca había testigos, por lo tanto, la denuncia era sin fundamento. Me alegraba de la presencia de Rosalie en la vida de mi mujer, pero temía que algún día obtuviese represalias por esa presencia.

Rosalie era bellísima, escultural, con un carácter muy fuerte que hacía casi imposible que ningún hombre se le acercase sin recibir a cambio vitamina "R". Más de una vez llegamos a dudar de su sexualidad, pero ella simplemente te limitaba a decirnos que el hombre adecuado, aún no había llegado.

Los frutos de las investigaciones dieron sus resultados. Teníamos pillada a Tanya. Su padre caería con ella. Fueron dos años difíciles, insoportables, pero por fin nos libraríamos de ella. Aunque quedaría mejor decir, que El Mundo quedaría libre de ella.

Tenía toda la información en mi poder, en un disco duro portátil. Aquella mañana me dirigiría junto con Blake a la oficina estatal de aduanas para entregar las pruebas y que la justicia se encargase de ellos. Habíamos decidido llevar ésta investigación en secreto. Temíamos involucrar a nuestras familias. Craso error… Estaba nervioso. Ese día mi hijo cumplía 6 años. Cuando todo acabase, volvería a casa dispuesto a disfrutar de la maravillosa fiesta de cumpleaños que cómo no, su tía Alice había preparado para él

Tan sólo me quedaba despedirme de mi mujer y mi hijo…

¡Joel, baja a tomar tus cereales, se hace tarde para ir al cole!

¡Ya voy mamá!

-Bella cariño, sube arriba o me tendré que ir sin despedirme de Joel-

-Chris, ya ves que estoy liada preparándole el desayuno, sube tú anda, y por favor… ¡Tráelo!

Subí a la habitación de mi hijo. Estaba remoloneando, como siempre. Me quedaba embobado viendo la cantidad de expresiones o gestos que era capaz de hacer, con tal de obviar sus obligaciones diarias. Tenía el cuarto sin recoger, la ropa a medio poner, y el pelo revuelto. Simulando enojo, le llevé hasta el baño y terminé de peinarle obligándole a lavarse los dientes, tarea que hizo después de protestar unas veinte veces. Mientras lo hacía, recogí la habitación e hice su cama. Por hoy, por ser su cumpleaños se lo pasaría.

Bajamos a la cocina. Bella ya le había preparado el cuenco con los cereales y su zumo. Era lo único que comía sin protestar. Cada vez que le preguntábamos que quería comer o cenar, incluso cuando estábamos en un restaurante o Burguer, el siempre decía: ¡cereales! Y se enfurruñaba porque evidentemente, no había cereales para comer o cenar.

-¡Felicidades cariño!- Dijimos Bella y yo entregándole el primero de sus regalos de cumpleaños. Joel miraba con ojos como platos el paquete envuelto. El pobre, se había levantado y no se acordaba de su propio cumpleaños, a pesar de que la noche anterior no conseguía dormir de la excitación.

Me arrancó literalmente el paquete de las manos, lo desenvolvió con verdadera ansia ¡ Lilo y Stich!

Corrió como diablo al salón para poner la película en el DVD. Tuvimos que ir y convencerlo de que no sólo vería la película cuando volviese del colegio, sino que además tendría fiesta y más regalos.

-Bueno cariño, nos vemos ésta tarde- Me despedí de Bella besándole en sus dulces labios. Umm, creo que he olvidado mencionar que me encanta besar a mi preciosa mujer. En realidad, me encanta besar cada uno de los rincones del precioso cuerpo de mi mujer.

-No te olvides de recoger la tarta cariño. ¡Ah! Y pásate por tu madre a la vuelta, Alice vendrá antes a montarlo todo. Te quiero- Dijo devolviéndome un largo y jugoso beso.

El trayecto hasta la empresa transcurrió como todos los días. Atascos en la zona financiera. Tenía que recoger a Blake antes de irnos a aduanas. Habíamos quedado en la puerta de la empresa, con el objetivo de no perder mucho tiempo. Teníamos verdaderas ganas de acabar con esto. No estaba esperándome y me extrañó. Por lo que saqué mi móvil y lo llamé. Daba apagado. Raro…

Subí a la planta. Después de dar los buenos días a todo el personal con el que me encontraba, me dirigí al despacho de Blake, toqué pero nadie respondía. Abrí la puerta y me quedé pasmado. Blake estaba en su silla, con el torso y la cabeza sobre la mesa, y ésta llena de sangre. Horrorizado corrí hacia el, y fue cuando la puerta se cerró. Me volví y lo que ví hizo que abriera más si cabe los ojos de espanto. Una pistola me apuntaba, tras ella, pude ver la sonrisa más letal de mi vida. Tan sólo me dio tiempo a escuchar unas palabras seguidas de un disparo amortiguado … Te dije que jamás seríais felices…y todo se volvió negro….

Hola chicas!!! Les gustaron el capitulo???  Quien creen que fue el que mató a Christian? No se olviden de dejen sus comentarios y votitos que serán bien recibidos, y tambien para ver que tal si les gusta la historia. Saludos