Hola gracias a todas por sus comentarios, que bueno que le hayan gustado los capítulos, aquí paso dejando otros 3 porque a veces se me hace difícil actualizar todos los días, la otra semana creo me voy de vacaciones, por lo que tratare de actualizar con varios capítulos un día antes de irme para que no queden con ganas y apenas vuelva subo más!!!

Espero les gusten estos 3 capitulos!!! Saludos

Vale, acaba de decirme que está enamorado de mí. Entonces, ¿por qué no reaccionas Bella? Un momento. Edward Cullen está enamorado de mí… ¡Joder! No, he debido entenderlo mal. No puede estar enamorado de mí. No él no. Ese pecado andante está jugando conmigo… ¡Claro Bella! ¡Eso es! ¿Cómo un ser creado para perder el Norte, va a venir a decirte a ti, simple y patosa mortal, que te quiere? ¡Ja! Ya has visto a Lauren, Bella, es una chica preciosa, alta, rubia, ¡médico! Y resulta, que se ha enamorado de ti. No. No. Anoche se quedó carburando, y viene a equilibrar el encendido, es eso.

-¿Se puede saber que estás pensando?- Preguntó temeroso Edward

-¿Yo? ¿Por qué? Quiero decir, nada. No estoy pensando en nada. ¿Pasa algo?- Habló atropelladamente.

-Tal vez, si te sientas y dejas de desgastar el suelo, podrías explicarme por qué sale humo de tu cabeza- Dijo divertido.

-¿Qué te hace gracia Edward Cullen? ¿Soy graciosa? Y no te preocupes por el suelo, necesitaba brillo- Respondió airada

-Ya hay quien se ocupa de pulir la madera Bella. Anda, siéntate y hazme las preguntas que te rondan- Seguía divertido.

-¿Sabes?, me estás empezando a caer mal- Dijo cabreada mientras se sentaba de nuevo

-Lo dudo. Siempre caigo bien, selección natural… Ya sabes.- Dijo pagado de sí mismo- Lo que pasa, es que estás descolocada. Relájate-

-A mi no me mandes- Dijo amenazadoramente

-No te mando cariño- Suspiró impaciente.

-A mi no me llames cariño- Resopló

-Vale, pues entonces, relájate Isabella- Enfatizó el nombre

-¡Ja! Encima gracioso- ¿Alguna faceta más, Sr. Cullen?- Lo miró veladamente.

-Beso bien-

-Presumido-

-Altanera-

-Odioso-

-Enfadíca-

-Fanfarrón-

Edward decidió cortar por lo sano, la lucha verbal. Y sin previo aviso, se levantó y se lanzó sobre ella, llenando su boca con su lengua. No necesitó su permiso, aprovechó que ella iba a añadir un adjetivo más a la lista e invadió la cueva enemiga.

Maldito. ¡Maldito seas una y mil veces Edward Cullen! Te odio, te odio, te… Umm dios, mataría por estos besos.

Edward se separó lentamente, dejando que sus alientos se rozasen. Contempló, como ella seguía aún con los ojos cerrados, murmurando algo tan bajito, que le era imposible comprender. Le resultó graciosa, y le acarició dulcemente la cara. Bajó desde sus ojos hasta su barbilla, rozando levemente su nariz. Esa mujer lo tenía fascinado, embrujado, enamorado hasta la médula.

-¿Es verdad?- preguntó ella con los ojos aún cerrados.

-¿Qué, Bella?- susurró

-Que me quieres- murmuró enrojeciendo

-Con todo mi ser- Contestó embriagándola de nuevo con su aliento

Ella no respondió. Abrió los ojos, y se encontró de frente con la impactante mirada que el le brindaba. Subió su mano, y lentamente la pasó por su rostro, reconociéndoselo. El, no pudo hacer más que bajar los parpados, y disfrutar del placer que estaba sintiendo. Giró su cara para besar la mano que descansaba en ella.

-¿Por qué?- Susurró ella

-Por que lo dice mi corazón- Y lo dijo con toda la fuerza de su interior escapándose por sus ojos.

Ella sonrió levemente, pero enormemente complacida.

-Yo también te quiero- Dijo bajando la cabeza y cambiando su semblante a uno triste

-¿Qué pasa cariño?- Preguntó preocupado elevando su cabeza con ambas manos.

-Tengo miedo Edward- Las lágrimas hicieron acto de presencia

El, se sentó a su lado, y tomándola entre sus brazos, comenzó a acariciar su espalda, tratando de tranquilizarla, hablándole bajito, acompañando sus caricias de cortos y dulces besos allá donde llegaban sus labios.

-Sé que lo tienes amor. Pero no hay motivos- Acarició su cabeza con la nariz.

-No llevo ni cuatro meses viuda Edward, tengo un hijo que me recuerda continuamente a Chris, pero por lo visto, no tengo la suficiente vergüenza para comportarme como debería- Dijo herida

-¿Por qué te torturas mi vida? ¿Acaso estás haciendo algo mal?-

-No debería estar sintiendo esto Edward. Christian no lo merece- Respondió llorando en su pecho.

-¿Mereces tú acaso sufrir Bella? ¿Lo merezco yo?- Preguntó separándola y obligándola a mirarle a los ojos.

-No sé que hacer- Susurró rendida

-Sólo, déjate querer cariño. Déjame hacerlo. Quiero hacerlo- Respondió angustiado

Y ella quería, pero dudaba. Sabía que estaba pasando la fina línea entre lo deseable y lo correcto. Se dejó envolver por sus brazos, apretó más su agarre en él. Sus lágrimas salían sin control. ¿Se merecía sufrir? Realmente no. Ella había amado con toda su alma a su marido, lo había querido y cuidado cada día que compartieron desde que lo conoció.

Se entregó a el en cuerpo y alma, pero Chris, estaba muerto. Y su vida seguía cuatro metros por encima de él. Sus más allegados la animaban a seguir, a ilusionarse. Ella misma era la que se coaccionaba. No quería sentir la culpa, porque eso era lo que sentía, culpa.

Tenía entre sus brazos, a la persona que le había devuelto la ilusión. Apenas habían comenzado a conocerse, pero sentía que él era su Universo. Quería a ese hombre, lo deseaba como jamás antes lo había hecho, ni si quiera a su marido… Y esa tal vez, era la culpa que más le angustiaba. En cierto modo, era como si lo hubiese engañado, por eso se sentía sucia, incapaz de liberar su alma y su cuerpo.

-Ayúdame a hacerlo- Musitó en su pecho

-Te quiero Bella, y te prometo que todo irá bien- Le dijo el besando su cabeza.

Ambos se tumbaron en el sofá abrazados. No había que hablar, no era necesario. Compartieron cientos de besos y caricias, más no incrementaron la llama del deseo que existía entre ambos. No era necesario. Ya habría más ocasiones dónde amarse con sus pieles. Ahora necesitaban la proximidad del otro, su calidez, su presencia.

Se amaron con ternura, con palabras de cariño, con miradas cómplices, con sonrisas, con paz. Ambos se llenaron de esa calma que necesitaban. Ambos abrazaron al amor.

Pasaron horas, los dos se durmieron abrazados y así les encontró Alice. No quiso despertarlos, volvió a su cabaña, y se abrazó a Jasper, quien la estrechó fuertemente cuando la sintió llorar.

-¿Por qué lloras mi vida?- Preguntó el tiernamente.

-No lo sé Jazz. Estoy confundida- Confesó ella

-Cuéntame- Le invitó él.

-Bella parece feliz, y te prometo que es lo que más deseo pero…- No pudo seguir, la voz se le quebró.

-Cariño, ella no va a olvidar a tu hermano-

-Lo sé. Lo sé. Es tiempo de Edward. Pero siento que la puerta se ha cerrado definitivamente, y me duele. Sé que es egoísta, pero no puedo evitarlo- Dejó que las lagrimas saliesen sin control.

-No eres egoísta cielo. ¿Cómo podrías tu serlo? No se me ocurre mejor persona que tú. Él era tu hermano, y es comprensible que sientas dolor. Pero ella no lo ha sustituido mi vida, el simplemente, ya no está. Las cosas han sucedido así- La besó con infinita ternura en la frente. Le dolía ver a Alice sufrir.

-Sé que luego estaré bien. No estoy enfadada Jazz, en serio. Sabía que tenía que llegar, y me alegro que sea Edward. Es un buen hombre, y sé que hará feliz a Bells y a Joel. Ellos se lo merecen. Los tres. Y sé que Chris estará tranquilo. Ellos han encontrado quien les quiera y les cuide- Le miró emocionada.

-¿Sabes ratoncito?- Preguntó el sonriéndole - Te quiero con toda mi alma-

Ella no respondió. En su lugar se abandonó en sus labios. Quería con locura a ese hombre. Llenaba su soledad como nunca soñó que nadie lo hiciese. Había ido a ese lugar acompañando a Bella, queriendo sacarla de su dolor, y ella misma había sido la afortunada con el mejor premio.

Joel apareció y se quedó parado mirando la escena. Emmet y Rose se quedaron justo detrás de él.

-¡La estás ahogando, no puede respirar!- Le gritó a Jasper

Se separaron y no pudieron evitar acompañar a la otra pareja con las risas.

Emmet se acercó a él y lo levantó en brazos riéndose, pero se quedó helado cuando Joel volvió a hablar.

-Tu no te rías, que antes has ahogado a tía Rose- Le espetó cabreado

Ahora Jasper y Alice se mondaban de la risa

-Pobre Edward- Dijo Emmet fingiendo pesar - De verdad, que lo compadezco…-

Bueno ahora si que les pareció este capítulo, Bella al fin se entero de los sentimientos de Edward, de ahora en adelante como será la todo entre ellos, por otra parte está Alice, pero bueno es normal que se sienta así, por extrañar a su hermano, se le hace raro ver a Bella con otro hombre, y que dicen de Joel jajaja que buena regañada le dio a Emmet por lo de Rose.

Espero sus comentarios y votitos si les gusta la historia. Saludos.