Próxima Estación: El Paraíso

Autor: caro508
Género: + 18
Fecha Creación: 12/06/2011
Fecha Actualización: 12/06/2011
Finalizado: SI
Votos: 15
Comentarios: 72
Visitas: 163682
Capítulos: 93

Tras la violenta muerte de su marido, Bella trata de reconducir su vida junto a su hijo embarcandose rumbo a un paraje de ensueño, donde descubrirá no sólo el amor, sino su propia fuerza para hacer frente a las duras pruebas que tendrá que superar.


Hola aquí estoy con otra historia que no es mía, esta vez el turno le pertenece Sethaum,  yo solo la subo con su autorización, otro fic entre mis favoritas, espero les guste…

Los personajes pertenecen a Stephanie Meyer; los que no pertenecen a la saga son de cosecha propia de la autora.


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Capítulo 64: Des... Esperanza

Las horas, se escurrían lentas y ansiosas por el reloj. Después de las cuatro tensas primeras, los cuerpos poco a poco fueron tomando posesión de los sillones.

Nadie dormía, simplemente, limitaron sus cuerpos a una especie de letargo angustioso.

Las puertas se abrieron con estrépito. De él salieron dos personas ataviadas con el típico traje verde. Uno de ellos, el más alto, caminaba firmemente con la mascarilla a un lado de su cuello. El otro, portaba una carpeta en sus brazos y le seguía un par de pasos por detrás.

-Familiares de Edward Cullen- Todos se tensaron al oír la firme voz del médico. Se levantaron como un resorte, y Carlisle se adelantó tomando por la espalda a su mujer.

-Somos nosotros- Habló todo lo sereno que pudo, tragándose el miedo que se apoderaba de él.

-¿Sus padres?- Inquirió una vez se paró ante ellos.

-Así es- Carlisle asintió al mismo tiempo que Esme suspiraba hondo. Sintió la mano de su hijo en el brazo, y recargó su cabeza en el. Ahí, sujetada por dos de los hombres de su vida, esperó el veredicto que la llevaría a la gloria, o la hundiría a los infiernos.

El médico contempló la escena. Estaba acostumbrado a ellas. Su profesión era maravillosa, era como estar en la nómina del cielo, pero también tenía ese lado humano menos agradable, el de dar comunicados difíciles a la familia.

-Sres. Cullen, voy a ser sincero a pesar de lo complicado del caso- Aclaró su garganta y observó la tensión en los cuerpos que tenía ante él.

Es grave. Los traumatismos sufridos, nos preocuparían mucho más si su hijo estuviese despierto, pero he de comunicarles, que se encuentra en un estado de coma profundo, del que no sabemos si será reversible.

Sufre roturas en la extremidad superior derecha, del mismo modo, que el golpe ha afectado a la tibia de la extremidad inferior derecha. Tiene varias contusiones a lo largo del cuerpo, así como roturas en varias costillas que han terminado por perforar la pleura y ocasionarle un hemotórax que ya ha sido tratado.

Las pruebas no han confirmado gran cosa, la angiografía que le hemos hecho, la tomografía computerizada y otros diversos análisis, han confirmado lo que ya nos temíamos: La aparición de hemorragia intracerebral que hemos tenido que aliviar a través de la operación que se le estaba realizando pero…-

Miró al rostro de todos. Nadie entendía nada. Se mantenían atentos a su retahíla, pero era consciente de que en realidad, no sabían que demonios le pasaba a su hijo. Volvió a tomar aire.

-Hemos hallado que el sangrado se ha desplazado a la zona que es precisamente la más complicada. La hemorragia que sufre el paciente se haya en la parte más grande del cerebro, en el cerebelo, para ser más exactos, sangrado que ha sido causado por el traumatismo craneal que ha sufrido por el golpe recibido.- Volvió a parar antes de seguir, procurando captar al máximo su atención para lo que comunicaría a continuación

- No es fácil- Les miró- Si tardamos más de lo necesario en aliviar la presión de esa zona y en drenar toda esa sangre… Creo que no debo ser más explícito, pero el tiempo corre y estamos atados… Atados de pies y manos- Carlisle habló.

-Quiere decir qué…- Se detuvo apenas sin voz.

-Su familiar podría quedar en estado vegetativo si algo sale mal- No se ando por las ramas.

-¿Qué sugiere?- Volvió a preguntar Carlisle luchando por que las palabras saliesen de su garganta.

-Operarle cuanto antes, drenar esa hemorragia- Contestó firme.-Quiero dejarles claro, que no podemos certificar al cien por cien que podamos hacer algo por asegurar su supervivencia. Ni siquiera podemos saber si saldrá del coma o no, pero de momento, la prioridad número uno es operar- Observó los cuerpos antes firmes, ahora encogidos.

No quiso dejarse llevar por los gritos de dolor de la chica de pelo castaño, ni de los espasmos dolorosos de la dulce mujer que abrazaba a su esposo. Los años de experiencia le habían curtido en cientos de batallas, pero no por eso podía acostumbrarse a las escenas de dolor. Pero tenía que hacerlo, su trabajo exigía ese carácter frío. En sus manos estaba la posibilidad de jugar a ser Dios, y los sentimientos desaparecían cuando cruzaba las puertas del hospital.

-¿Qué es lo que tenemos que hacer?- Carlisle tragó sus lágrimas y encaró al Doctor

-Firmar la autorización- Señaló con un gesto de cabeza la carpeta que portaba el hombre que lo acompañaba.

-¿Cuándo lo operarán?- Emmet preguntó con la voz rota.

-En cuanto obtengamos la autorización- Respondió a su vez de manera suave, pero seria.

Carlisle miró a Esme unos segundos. Esta asintió con sus ojos. Se volvió a Emmet, pero su hijo bajó la cabeza, superado por los acontecimientos. Se giró hacia el médico que portaba la carpeta, y extendiendo su brazo, asintió con la cabeza.

La firma más difícil de su vida, ni siquiera fue consciente de si ésta le salió tan firme como era habitual. Las lágrimas lo emborronaban todo. Pasó la carpeta a una rota madre, quien con manos temblorosas estampó su firma en aquel papel. Cuando terminó, Carlisle devolvió la carpeta y restregó sus ojos.

-Sálvelo- Rogó en un gemido doloroso.- Devuélvanos a nuestro hijo- El cirujano asintió en silencio y como una pequeña muestra de afecto, se permitió apretar con su mano uno de los hombros de aquel hundido hombre.

Se volvió sobre sus pasos, y se perdieron tras las puertas de la verdad…

Los sollozos invadían la sala. Los cuerpos cansados, destrozados, rotos, se esparcieron por los sillones, llenando éstos con el peso que les consumía y encorvaba.

Tan sólo uno de ellos permaneció en pie. Firme. O eso aparentaba.

Jasper escuchó en profundo silencio la verdad, sintió los espasmos que su novia provocaba en su cuerpo. Pero sus brazos apenas sí podían sostenerla. Alice tiró de él cuando el cirujano salió, pero Jasper permaneció estático. Con la mirada en el suelo. No hizo caso a los requerimientos de su novia. Apretó los puños hasta que estos quedaron blancos. Sus dientes encontraron el acomodo, unos sobre otros, cerró los ojos con rabia, y sin más echó a correr.

Salió de esa sala que lo asfixiaba, pasó como una exhalación por los pasillos del hospital, no se detuvo al escuchar las voces que lo llamaban. No quiso parar, no quería parar. No podía.

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(Aquí va cuando le dais al play, escuchad la música mientras seguís leyendo)

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Salió del hospital sin aminorar su ritmo, atravesó la escalinata y giró a la derecha. No sabía el rumbo, sólo necesitaba correr. Las lágrimas corrían por sus mejillas y se secaban con la fría brisa del amanecer de aquel primero de Año, aquel que prometía ser el mejor de sus vidas.

Sus piernas aumentaron la velocidad cuando en su cerebro vislumbró la derrotada cara de su amigo, cuando Bella lo desarmó, cuando comprendió que todo cambiaría, que Ella había llegado.

-¡No!- Gritó enfadado- ¡No! ¿Me oyes? ¡No!- Las palabras salieron con rabia, con dolor, mientras sus pulmones jadeantes, mandaban dolorosos pinchazos. Los ignoró.

Entró a lo que parecía un enorme parque, y forzó aún más el ritmo. No quería pensar, no quería sentir. Pero las imágenes de su amigo, de su hermano… Una y otra vez se proyectaron en su mente. Su amigo sonriendo en una de tantas rondas de cerveza, cuando firmaron el contrato… Su primer contrato al llegar a la Isla, sus palabras de afecto, sus abrazos cuando más los necesitaba…

Paró de golpe. Su cuerpo se dobló y sus rodillas se hincaron en el duro y frío suelo. No lo sintió. Sólo sintió como el dolor carcomía sus entrañas, cómo una fuerza se abría paso desde su interior y pugnaba por liberarse.

Elevó su rostro al cielo y con los brazos extendidos fijó sus rojas pupilas al infinito, pidiendo una explicación.

-¿POR QUÉ?- No hubo respuesta.

-¿POR QUÉEEEEEEE?- Las pocas personas que se encontraban en el lugar, regresando a sus casas después de una larga noche de fiesta, le miraban atónitos. Pero el no veía a nadie. En realidad, no veía nada.

-¡ARGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGG!- Bramó al cielo y se desplomó sobre sus manos. A su alrededor, las palomas iniciaron el vuelo, provocando con el batir de sus alas, que el pelo de Jasper se arremolinara en torno a su cara.

Abrazó su estómago con ambos brazos, y sollozos desgarradores partieron su alma en dos.

A lo lejos, Alice le vio, apresuró sus pasos y sin más se abalanzó sobre él. Estrechándolo entre sus pequeños brazos, dejándose ir con él. No hubo palabras, el dolor se transformó en gestos. Sus cuerpos se convulsionaron al unísono, formaron un uno, apretando con tanta fuerza como sus brazos les permitía, y así les encontró la tímida nevada.

Sus cuerpos poco a poco fueron cubriéndose con los finos copos, la luz de un Sol oculto, les mostró la lúgubre realidad, y sin cruzar palabra, ambos se levantaron del suelo y abrazados, comenzaron un lento retorno a esa sala, dónde la realidad se sus existencias, se mantendría en una fina línea que caería de uno u otro lado, dependiendo del veredicto…

Cuando Jacob llegó, paró en seco. Jamás había visto tanto dolor. Su estómago se contrajo, y una mueca dolorosa cruzó su rostro. A su lado, Ariana permanecía petrificada. Allá donde mirase, veía sufrimiento. Sus ojos se pararon en Bella, y soltando la mano de Jacob, caminó hasta ella.

-Bella…- Musitó sentándose a su lado- ¿Bella?- Llamó de nuevo.

Pero Bella no estaba ahí. En su lugar, habían puesto una figura que se parecía a ella. Sólo las lágrimas hacían ver que era real, que no era de cera. No pestañeaba, apenas si se distinguía su suave respiración. Miraba al frente, aunque no veía nada.

Ariana cerró sus ojos. Por un momento se puso en su lugar, imaginó a Jacob ahí dentro, y sintió el horror en su cuerpo. Tomó la mano de Bella, y la apretó con fuerza y cariño. La aproximó a su pecho, y dejó que su cabeza descansase ahí, depositando dulces besos en su cabello.

Era todo cuanto podía hacer por ella, y lo haría. Estaría ahí.

 

Capítulo 63: Deja vú Capítulo 65: Desesperación

 


Capítulos

Capitulo 1: Introducción Parte 1 Capitulo 2: Introducción Parte 2 Capitulo 3: Introducción Parte 3 Capitulo 4: Aterrizando en la realidad Capitulo 5: Acostumbrándome al vacío Capitulo 6: Ya lo he visto.... He visto el mar Capitulo 7: Buceando en tus aguas Capitulo 8: Estupendo, está pillado Capitulo 9: Me lías, me lío? ¿Nos liamos? Capitulo 10: ¿Porqué no me siento culpable? Capitulo 11: ¿Es ella? Sí. Es ella Capitulo 12: Lo que me haces sentir Capitulo 13: Lo Siento Capitulo 14: Un "helado" interesante Capitulo 15: Un Imposible Capitulo 16: La Vista Capitulo 17: Agridulce Capitulo 18: Aclarando puntos Capitulo 19: Y ahora, ¿qué? Capitulo 20: Comenzando? Capitulo 21: No puedo más Capitulo 22: Interrogatorio Capitulo 23: Afianzando Capitulo 24: Ley de Murphy Capitulo 25: Maldita Zorra Capitulo 26: Despedidas Temporales Capitulo 27: De Nuevo Por Aquí Capitulo 28: Te Necesito Capitulo 29: La Perra y su Amo Capitulo 30: A esto se le llama caer bajo Capitulo 31: Haciendo Conjeturas Capitulo 32: 24 Horas Capitulo 33: Por fin estás aquí Capitulo 34: La Charla Capitulo 35: Escondido Capitulo 36: Hiel Capitulo 37: Rabia Capitulo 38: Primer Contacto Capitulo 39: Instrucciones Capitulo 40: Compromisos Ineludibles Capitulo 41: Reencuentros y Primeras Citas Capitulo 42: Coto Privado Capitulo 43: Cena de Navidad Capitulo 44: Cuentas Pendientes I Capitulo 45: Cuentas Pendientes II Capitulo 46: Comida infructuosa Capitulo 47: Chocolate Calientito Capitulo 48: Verdades como puños Capitulo 49: Actos y Consecuencias Capitulo 50: Confesiones a la luz de las velas Capitulo 51: Nada Capitulo 52: Canta para mí I Capitulo 53: Canta para mí II Capitulo 54: Estoy aquí Capitulo 55: ¿Maravilla? Capitulo 56: Amargo desayuno Capitulo 57: Haciendo balance Capitulo 58: Fiesta Capitulo 59: Año Nuevo, Vida... Capitulo 60: Otra vez no Capitulo 61: No puedes irte... Capitulo 62: El presente Capitulo 63: Deja vú Capitulo 64: Des... Esperanza Capitulo 65: Desesperación Capitulo 66: Día Uno oscuridad Capitulo 67: Recogiendo Tempestades Capitulo 68: Día dos, tormenta Capitulo 69: Bombones Capitulo 70: Asimilando Capitulo 71: Día 15, como en casa Capitulo 72: Día 30, carta al cielo. Capitulo 73: Siguiendo la pista Capitulo 74: Desnudando el alma. Capitulo 75: Día 57, señales Capitulo 76: Día 63, Luz Capitulo 77: ¿Qué hay de nuevo? Capitulo 78: Cuéntame Capitulo 79: Normalidad Aparente Capitulo 80: Face to Face Capitulo 81: SÍ Capitulo 82: Previa Capitulo 83: Para siempre Capitulo 84: Consumando Capitulo 85: Step by Step Capitulo 86: Separando Destinos Capitulo 87: Cosechando Capitulo 88: Sentencia Capitulo 89: Buenas Nuevas Capitulo 90: !Hola! Capitulo 91: Cerrando Ciclo Capitulo 92: Y Comieron Perdices Capitulo 93: Epilogo

 


 
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