Próxima Estación: El Paraíso

Autor: caro508
Género: + 18
Fecha Creación: 12/06/2011
Fecha Actualización: 12/06/2011
Finalizado: SI
Votos: 15
Comentarios: 72
Visitas: 163612
Capítulos: 93

Tras la violenta muerte de su marido, Bella trata de reconducir su vida junto a su hijo embarcandose rumbo a un paraje de ensueño, donde descubrirá no sólo el amor, sino su propia fuerza para hacer frente a las duras pruebas que tendrá que superar.


Hola aquí estoy con otra historia que no es mía, esta vez el turno le pertenece Sethaum,  yo solo la subo con su autorización, otro fic entre mis favoritas, espero les guste…

Los personajes pertenecen a Stephanie Meyer; los que no pertenecen a la saga son de cosecha propia de la autora.


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Capítulo 57: Haciendo balance

Las chicas se marcharon a arreglarse a la habitación de Rose, mientras que los tres hombres se quedaron hablando en el salón.

-¿Con qué os quedáis del año que acaba?- Preguntó de repente Carlisle.

-Bueno, es obvio papá- Emmet sonrió de lado- Con Rose- Dijo soñador.

-¿Tú?- Dirigió su vista a Edward, quien sonrió abiertamente.

-Igual de obvio- Levantó ambas cejas.

-¿Bella?- Preguntó Emmet.

-Así es, y Joel- Volvió a sonreír.

-Vale papá, tu turno- Apremió Emmet.

Carlisle suspiró profundamente, y mirando fijamente a Edward, habló dejándolo boquiabierto.

-Tú- soltó sin titubear.

La estancia quedó en silencio, los tres hombres miraban a diferentes lados, cada uno dándole vueltas a sus pensamientos.

-Lo siento papá- Edward habló mirando fijamente al suelo.

Carlisle levantó la cabeza al mismo tiempo que Emmet, y ambos miraron emocionados a Edward. Cada uno con sus razones distintas, pero emocionados al fin y al cabo.

-Mírame hijo- Pidió Carlisle parado frente a él. Cuando Edward levanto su cabeza, se sorprendió de ver a su padre parado a escasos centímetros- Soy yo quien lo siente. Soy yo quien lo ha sentido todos estos años. Hijo… Yo…- No le dio tiempo a decir nada más.

Edward abrazó a su padre. Esta vez no hubo lágrimas, tan solo una inmensa sonrisa en el rostro de los dos hombres.

Emmet observaba la escena de lejos, y aprovechó para subir corriendo a la habitación de Rose, y sacar a rastras a su madre y a Bella, ante las protestas de éstas que tuvieron que cubrirse rápidamente después que Emmet entrase a la habitación como una exhalación.

Pero todo malestar, se les pasó en el mismo instante en que contemplaron la escena del salón. Los dos hablaban distendidamente, y Carlisle tenía pasado su brazo por los hombros de su hijo. Hablaban como si nada hubiese pasado, como si cinco años reales de distanciamiento, no se hubiesen dado.

-Jo papá…- Protestó Emmet, haciendo que ambos elevasen la vista hacia arriba- ¿No podríais abrazaros de nuevo?- Les pidió cámara en mano visiblemente molesto.

Todos rieron ante la ocurrencia de Emmet. Carlisle negaba divertido y Edward clavó sus ojos en el cuerpo de Bella, cortamente cubierto con una mini bata. Producto de haber salido con prisas. Al darse cuenta de la mirada de su novio, apretó esta en torno a su cuerpo, no pudiendo evitar sentir deseo por ese hombre. Le sonrió y le guiñó un ojo antes de volverse con Esme. Edward torció sus labios y la quemó con sus dos esmeraldas. ¡Jesús! Pensó Bella de camino a la habitación, de repente me apetece chocolate. Entró en ella, y tomó otra bata más larga. Les dijo a las chicas que en unos minutos volvía, y dejó a Joel en la cama de Rose jugando con una maquinita. Bajó las escaleras y se acercó a Edward.

-¿Puedo robárosle unos minutos?- Preguntó a Carlisle y a Emmet mientras tiraba de él.

-Claro Bella, los que quieras- Concedió Carlisle sonriendo a su futura nuera.

-Los que sean si con eso volvéis más relajados. La cena hay que disfrutarla- Emmet les miró enseñándoles los dientes en una socarrona sonrisa, y ambos rodaron los ojos antes de salir del salón.

-¿Qué quieres cariño?- Preguntó Edward cuando entraron a la habitación de invitados.

-Esto- Bella aplastó su boca con la suya, enredando sus labios en una danza frenética.

La lengua de Edward no se hizo esperar, y penetró en la boca de Bella con una furia abrasadora. La agarró de las nalgas e hizo que sus piernas se enroscasen en su cintura. La pegó contra la pared y clavó su sexo en el de ella, a través de la ropa de ambos.

-Dios quiero…- Dejó la petición inconclusa mientras devoraba los labios de Bella.

-¿Qué… qué… qui….e…res?- Preguntó ella entre jadeos.

-Bella… Quiero…- Bajó los labios por el cuello de su mujer hasta el nacimiento de sus senos. Bella separó un brazo del cuerpo de su novio, y levantó su cabeza.

-Dímelo- El aliento salía jadeante y atropellado mientras esperaba la respuesta de su hombre.

-Quiero follarte- Clavó sus orbes llenas de fuego en las de ella, contemplando como estas se derretían ante sus palabras.

-¿Hay tiempo?- Jadeó ella girando sus caderas, provocando que Edward se mordiese el labio, evitando un sonoro jadeo.

Edward miró su reloj, disponían de unos minutos antes de que todos ocupasen sus lugares en torno a la mesa. Sonrió a Bella y comenzó a desabrocharse el cinturón.

Bella mordió su mandíbula, su cuello, su oreja. Mordió y succionó mientras sentía la ropa de su hombre deslizarse hasta el suelo. Notó como una de las manos de Edward, apartaban sus braguitas hacia un lado. Sintió como acariciaba su entrada con un dedo y ahogó el gemido en el cuello de su hombre.

-Hazlo Edward- Le miró- Fóllame- Y un gruñido bajo salió del pecho de él.

Notó su erecta necesidad introducirse sin piedad en su interior, y lo envolvió con el afianzando el agarre de sus piernas. Edward enterró su boca en el cuello de ella, succionándolo a ratos, cuando su necesidad de respirar se lo permitía. Bombeaba rápidamente, clavando su miembro hasta los testículos, llenándola en su totalidad.

Pronto las embestidas se tornaron en salvajes, con ambos enterrando sus caras y sus bocas en el cuerpo del otro, tratando de no evidenciar lo que las llamas estaban haciendo en sus cuerpos. Reprimiendo los fuertes jadeos que pujaban por salir mientras sus fluidos se mezclaban entre sí, elevando la temperatura y el placer a altas cotas.

-Chicos lo siento, pero Esme está verdaderamente enfadada. Será mejor que subas a vestirte Bella- La voz de Emmet les sorprendió en pleno acto. Se miraron con confusión, deseo, rabia, calor, incredulidad, calor… mucho calor.

-No por favor- Gimió Edward mientras seguía embistiendo a Bella- Unos minutos, sólo unos minutos- Sus caderas elevaron el ritmo y Bella no pudo evitar lanzar un sonoro gemido que inundó la habitación, y traspasó esta…

-Joder chicos, de verdad que lo siento, pero Esme viene hacia aquí- Emmet sonó apurado y avergonzado.

Como un resorte. Edward salió de ella y se dirigió al baño como una exhalación mientras que Bella, aún aturdida, intentaba recordar como es que estaba de pié, con el pelo revuelto y las bragas a un lado, además de la frustración evidente de un cuerpo en llamas tirado a una piscina de hielo sin remordimientos.

-¿Bella?- El tono de Esme la devolvió a la realidad, colocó sus bragas y salió de la habitación para enfrentar a la ceñuda mujer.

-Ya Esme… Hablamos y perdimos la noción del tiempo- Trató de sonar sincera, pero el color de su cara, el estado de sus pelos, y el tono nervioso de su voz en nada la ayudaron.

-Claro… Claro- Esme tosió y se llevó la mano a la boca tapando una sonrisa- Anda, vamos a que Rose te peine… de nuevo.-Bella quiso que la tierra la tragase en ese momento.

Se limitó a seguir a Esme ignorando las muecas divertidas de los dos hombre en el salón y el más que evidente cabreo de Rose. Se sentó, sonrió a su hijo que la miraba con despreocupación, y se preparó para lucir hermosa.

-Una vez que te peine, tal vez debas pasar por el baño- Susurró Rose en su oído. Bella la miró sin comprender- Hueles a sexo- Susurró aún más bajo, y Bella asintió con las mejillas quemándola.

Edward terminó sobre el inodoro, en una mueca de frustración. Estaba cabreado, enojado, y caliente. Tremendamente caliente. Tanta abstinencia pasó factura y en el peor de los momentos. Sabía que iba a tener que tragar en seco durante la cena con su hermano presente. Y sabía, que iba a tener que retorcer la servilleta entre sus manos pensando en su cuello. Pero también pensaba, en el tremendo polvazo que ésta noche echaría con Bella.

Se sorprendió ante sus propias palabras. Acababa de adoptar el lenguaje que usaba cuando comenzó la carrera. Recordó las conversaciones entre Jasper y el, cuando en una de las fiestas ambos acabaron en la cama de una chica. No recordaron sus nombres, tan sólo el polvazo que echaron.

Nada que ver con Bella, en absoluto. El sexo con esa mujer… Su mujer, eclipsaba cualquiera que hubiese tenido antes. Y no es que las cosas fueran diferentes, el sexo era sexo para todo el mundo, tan solo era el cuerpo de quien lo recibía o lo regalaba. Nadie le había calentado de esa manera, nunca, jamás. No era coleccionista de amantes, no estaba para eso, pero si se había dado unos cuantos homenajes, y sabía de que hablaba. Bella, tenía consigo una sexualidad aplastante. Una fiera capaz de doblegarle como jamás nadie soñó. No era el sexo, era ella y como ella lo hacía.

Por eso, se sonrió. Quería explorar con ella más allá. Quería explorar esa faceta lasciva que él sabía que Bella poseía. Tanto le emocionó pensar en ella hablándole sucio al oído, que tuvo que volver a aliviarse frente al inodoro, pero esta vez, con una enorme sonrisa cruzándole el rostro.

-Esta noche Bella… esta noche- Y lavó sus manos, su pene y subió la cremallera echando un ultimo vistazo a la imagen que el espejo proyectaba. La imagen del absoluto deseo.

Al salir, se dirigió al salón, dónde su padre y hermano miraban boquiabiertos hacia arriba. Elevó el rostro y creyó quedarse sin aire.

Las tres mujeres comenzaron a bajar como tres reinas. Exquisitamente arregladas para la última cena del año. Reparo en Rose y en su madre, absolutamente preciosas, pero sus ojos ya tenían dueña, y se quedó embobado contemplando la cadencia de esas curvas bajando por las escaleras, envueltas en seda granate hasta sus tobillos. Jadeó. No lo pudo evitar. Así como que una traicionera lágrima bajase por su mejilla. Ella le miró con amor, y le abrazó cuando llegó a él.

-Estás…- balbuceó mirándola con adoración y deseo.

-Preciosa- Se le adelantó Joel sonriendo.

-Así es- Concedió Edward antes de posar sus labios en los de ella- Y toda mía- Habló orgulloso con posesión.

-Hasta mi pensamiento- Susurró ella en sus labios.

-Vaaaa chicos, tan sólo serán unas horas y después…- Emmet levantó las cejas cómicamente mientras balanceaba sus caderas hacia adelante y atrás, hasta que Rose le dio una palmada en la espalda.

-Emmet por dios- Susurró señalándole con la mirada a Joel.

-A bailar Joel… A bailar- Salió atorado del paso y todos rieron de camino a la mesa.

 

Capítulo 56: Amargo desayuno Capítulo 58: Fiesta

 


Capítulos

Capitulo 1: Introducción Parte 1 Capitulo 2: Introducción Parte 2 Capitulo 3: Introducción Parte 3 Capitulo 4: Aterrizando en la realidad Capitulo 5: Acostumbrándome al vacío Capitulo 6: Ya lo he visto.... He visto el mar Capitulo 7: Buceando en tus aguas Capitulo 8: Estupendo, está pillado Capitulo 9: Me lías, me lío? ¿Nos liamos? Capitulo 10: ¿Porqué no me siento culpable? Capitulo 11: ¿Es ella? Sí. Es ella Capitulo 12: Lo que me haces sentir Capitulo 13: Lo Siento Capitulo 14: Un "helado" interesante Capitulo 15: Un Imposible Capitulo 16: La Vista Capitulo 17: Agridulce Capitulo 18: Aclarando puntos Capitulo 19: Y ahora, ¿qué? Capitulo 20: Comenzando? Capitulo 21: No puedo más Capitulo 22: Interrogatorio Capitulo 23: Afianzando Capitulo 24: Ley de Murphy Capitulo 25: Maldita Zorra Capitulo 26: Despedidas Temporales Capitulo 27: De Nuevo Por Aquí Capitulo 28: Te Necesito Capitulo 29: La Perra y su Amo Capitulo 30: A esto se le llama caer bajo Capitulo 31: Haciendo Conjeturas Capitulo 32: 24 Horas Capitulo 33: Por fin estás aquí Capitulo 34: La Charla Capitulo 35: Escondido Capitulo 36: Hiel Capitulo 37: Rabia Capitulo 38: Primer Contacto Capitulo 39: Instrucciones Capitulo 40: Compromisos Ineludibles Capitulo 41: Reencuentros y Primeras Citas Capitulo 42: Coto Privado Capitulo 43: Cena de Navidad Capitulo 44: Cuentas Pendientes I Capitulo 45: Cuentas Pendientes II Capitulo 46: Comida infructuosa Capitulo 47: Chocolate Calientito Capitulo 48: Verdades como puños Capitulo 49: Actos y Consecuencias Capitulo 50: Confesiones a la luz de las velas Capitulo 51: Nada Capitulo 52: Canta para mí I Capitulo 53: Canta para mí II Capitulo 54: Estoy aquí Capitulo 55: ¿Maravilla? Capitulo 56: Amargo desayuno Capitulo 57: Haciendo balance Capitulo 58: Fiesta Capitulo 59: Año Nuevo, Vida... Capitulo 60: Otra vez no Capitulo 61: No puedes irte... Capitulo 62: El presente Capitulo 63: Deja vú Capitulo 64: Des... Esperanza Capitulo 65: Desesperación Capitulo 66: Día Uno oscuridad Capitulo 67: Recogiendo Tempestades Capitulo 68: Día dos, tormenta Capitulo 69: Bombones Capitulo 70: Asimilando Capitulo 71: Día 15, como en casa Capitulo 72: Día 30, carta al cielo. Capitulo 73: Siguiendo la pista Capitulo 74: Desnudando el alma. Capitulo 75: Día 57, señales Capitulo 76: Día 63, Luz Capitulo 77: ¿Qué hay de nuevo? Capitulo 78: Cuéntame Capitulo 79: Normalidad Aparente Capitulo 80: Face to Face Capitulo 81: SÍ Capitulo 82: Previa Capitulo 83: Para siempre Capitulo 84: Consumando Capitulo 85: Step by Step Capitulo 86: Separando Destinos Capitulo 87: Cosechando Capitulo 88: Sentencia Capitulo 89: Buenas Nuevas Capitulo 90: !Hola! Capitulo 91: Cerrando Ciclo Capitulo 92: Y Comieron Perdices Capitulo 93: Epilogo

 


 
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