La cena estaba transcurriendo de manera agradable. Jasper, Alice y Rose, charlaban de todo un poco. El rumbo de la conversación de pronto se tornó algo molesto para Jasper. El tema Edward en esos momentos se le antojaba peligroso cuando el interés de su hermana se hizo persistente…

-Y dime hermanito- Dijo Rose -Edward… ¿Está ocupado?-

-Bueno, eso tendrás que preguntárselo a él. Y deberíais tomar el postre ya, que hay que ir a dormir si queremos salir temprano de excursión- Contestó evasivo Jasper.

-¿Vendrá mañana? Digo, si viene… entonces le preguntaré- Insistió Rose.

-No. No vendrá- Respondió serio

-Bueno Rose, ya tendrás tiempo de preguntarle- Contestó Alice, notando la incomodidad de Jasper.

El la miró, intentando ver en sus ojos algo. Ella le devolvió la mirada, y le sonrió. A lo que Jasper respondió con el mismo gesto.

-En fin. Entonces nada más que hablar. Yo me retiro a la cama. Vosotros dos… podéis quedaros a tomar el postre. Si queréis, claro- Les dijo pícaramente.

-Hasta mañana Rose- Respondieron los dos al mismo tiempo. Lo que hizo que los tres rieran al unísono.

-Vale. Vale, ya me voy- Se despidió Rose riendo abiertamente -Os dejo, tórtolos- Dijo riendo aún más.

En cuanto Rose se fue, el silencio se instaló entre ambos. Ninguno sabía que decir. Se dedicaron a mirar a su alrededor, evitando en todo momento mirarse. Fue Jasper, quien al cabo de unos minutos habló:

-Sé de un sitio, dónde hacen unos helados magníficos- Dijo como el que no quiere la cosa.

-Y bien, ¿A qué esperas para invitarme?- Dijo Alice arqueando una ceja

- ¿Eres directa, eh?- Sonrió satisfactoriamente.

-Pues si. No me gusta andarme por las ramas. Considero que es una perdida de tiempo- respondió mientras se levantaba de la mesa.

-Chica lista- La dijo mirándola mientras le tendía su brazo.

-No te creas- Contestó ella haciendo caso omiso de su brazo y cogiéndole de una de las manos - A veces escalo árboles altísimos- Dijo divertida

El, se quedó pasmado en cuanto sintió la mano de ella. Pero entrelazó sus dedos. Le gustaba demasiado esa sensación. Comenzó a caminar en dirección a la heladería, pero se volvió a parar en cuanto recordó lo que ella dijo.

-¿Cuándo escalas esos árboles?- Preguntó curioso

Ella volvió su vista al mar. A veces hablaba demasiado. Pero, ese no era un momento en que había que hablar, así que, tomó aire, y cuando llenó sus pulmones, se giró lentamente hasta quedar frente a Jasper, y sin pararse a pensar en lo que iba a hacer, lo miró a los ojos y lo besó.

El se quedó estático, pero en seguida correspondió ese beso. Sus manos viajaron a las caderas de Alice, mientras el abría su boca y recibía en su interior su lengua. Ella no se hizo esperar, y una de sus manos subió al cuello de Jasper, mientras la otra, acariciaba su espalda. Se entregaron a un beso pasional, profundo, en un momento estaban tan pegados, que ambos comenzaron a gemir mientras sus cuerpos se acoplaban. Alice tuvo un momento de cordura, y lentamente separó sus labios de él.

Jasper gruño de manera sensual, y seguía dándole pequeños besitos, a los que Alice correspondía sonriendo.

-¿De qué te ríes?- Preguntó el mientras pegaba su frente a la suya

-Nada, es solo que… ahora no tocaba subir a un árbol- Susurró ella aún con los ojos cerrados.

-Prométeme que no escalarás más- Dijo el seductor mientras bajaba su boca a la de Alice.

Ella asintió, y volvió a perderse en su bosque de árboles enanos…

Fue un paseo largo. A pesar de que la heladería se encontraba relativamente cerca, ninguno de los dos tenía prisa por llegar. Intercambiaron besos a lo largo de todo el camino y llegaron abrazados y ensimismados. Tanto, que ambos se sobresaltaron a oír la voz de Lauren.

-Vaaaayaaaa peddo miden a guien tegnemos aguí. Al apuessssto segundo soltero de la Issssssssla. ¡OH, no me lo digassss, DU DAMBIÉN ESDAS ENAMORADOOOO! - Dijo gritando y completamente ida.

Jasper entrecerró los ojos, miró a Alice y ésta le devolvió la mirada consternada. Pidió a Alice que lo esperase, y dándole un pequeño beso en los labios, se dirigió a la barra dónde Lauren se mantenía a duras penas en pié.

-Lo siento Jasper- Dijo Barny, el dueño del local- Ya vino así. He intentado que se fuera a casa, pero no atiende razones. Traía una botella de vodka casi vacía. He llamado a Edward, pero tiene el teléfono apagado-

-Tranquilo Barny, ya me ocupo yo- Dijo asintiendo y dirigiéndose a Lauren

-Vamos preciosa, hay que ir a casa- Dijo mientras tomaba a Lauren de la cintura. Pero esta se revolvió, acabando en el suelo.

-¡Déjame en paz! Maldita sea… ¡Vete al infierno!- Respondió desde el suelo.

-Vamos Lauren, déjame llevarte a casa. Prometo tomar el desvío al infierno a la vuelta- Le contestó divertido.

-Y llévate a tu maldito amigo contigo- Musitó ella dolida

-Está bien, Lo llevaré conmigo. ¿Satisfecha?- Inquirió Jasper.

Pero ella no lo estaba. No podía estar satisfecha con algo que no le quitaría el dolor que la estaba matando. Ojala el infierno fuese su curación. De ser así, ella misma habría tomado el desvío. Pero no había cura, y esa noche, ni siquiera el vodka había acudido en su ayuda. El maldito alcohol no ahogaba las penas, las hacía flotar para su desgracia. Y eso que había traspasado su límite, buscando una inconsciencia que al menos, le diese un poco de paz a su atormentada alma. Así que, se dejó cargar por Jasper, y se abandonó al llanto en sus brazos…

-Lo perdí Jasper… Lo perdí- Sollozaba Lauren

-Tranquila Lauren, todo estará bien. Ya verás. Todo estará bien- Le susurraba Jasper, a sabiendas de lo que había ocurrido.

-Me dijo que se había enamorado Jasper- Seguía sollozando ella -¿Por qué Jazz? ¿Es que no soy bonita? ¿Es que no merezco la pena?- Preguntaba ella lamentándose

-Claro que eres bonita preciosa, y por supuesto que mereces la pena- Respondía él intentando calmarla

Pero Lauren no podía calmarse. Los sollozos se convirtieron en temblores. Alice los seguía, oía su conversación. Entendía que Edward se había enamorado de otra, y entendía también que Lauren estaba sufriendo por eso. Sintió lastima. Si una mujer llegaba a ese estado por un hombre, es que debía de amarlo mucho. Contemplaba a Jasper cargando a Lauren, y sintió un escalofrío de satisfacción. Pocas veces había contemplado a un hombre, portarse así con una amiga. Con tanto cariño, con tanta dulzura. No conocía nada de la historia, pero de repente Bella acudió a su mente. Y comenzó a atar cabos.

Les siguió hasta que llegaron a una casa, que entendió debía ser la de Lauren. Ella seguía llorando y de vez en cuando balbuceaba palabras incoherentes, y Jasper se limitaba a susurrarla palabras de ánimo y cariño. Entraron dentro, y el se dirigió al dormitorio de ella. Pidió la ayuda de Alice para desnudarla y acostarla. Una vez ella se durmió. Jasper salió al salón, dónde Alice lo esperaba sentada.

-¿Está enamorado de Bella, verdad?- preguntó Alice

-Así es- Respondió Jasper

Y Jasper comenzó a relatarle la historia de Lauren. Los años que llevaba enamorada de él, y las veces que Edward la había rechazado. Le habló del porqué de ella en la Isla. De su ex, y Alice no pudo evitar torcer el gesto al oírlo. Le contó que Edward se había comportado con ella como un verdadero amigo, no queriéndose aprovechar jamás de la coyuntura. Alice asentía. Nunca había tenido una mala imagen de Edward, y lo que Jasper le contó, mejoró en mucho la estima que le tenía.

Ella a su vez, le contó a Jasper lo que sabía. Le hizo saber los miedos de Bella, y también le hizo participe de su teoría, de las dudas de Bella a corresponderlo. Del peso que el pasado tenía sobre ella.

Ambos tomaron la determinación de no influir, al menos no demasiado hasta que la situación lo requiriese.

Jasper se quedó atónito cuando Alice le reveló que Rose sentía atracción por Edward, y eso, si que sería un problema teniendo en cuenta lo que ambos sabían. Alice tuvo que prometer a Bella no intervenir, pero Jasper no tenía porqué hacerlo, y además, el no dejaría que su hermana se ilusionase para nada.

La acompaño a su cabaña, y antes de entrar ambos se despidieron tras varios minutos besándose. Ninguno quería separar sus labios del otro. Pero había que madrugar, y él le prometió que buscaría sus labios nada más verla.

Alice estaba feliz al entrar en la cabaña. Rose se despertó a pesar del poco ruido que Alice hizo. Se metió en su cama y suspiró feliz dispuesta a soñar con Jasper cuando Rose encendió la pequeña luz de la mesilla, y mirándola con ojos inquisidores habló.

-Qué ¿El postre estaba bueno, no?- Y arqueó una ceja

-Buenísimo, ni te imaginas la de veces que repetí - Sonrió con picardía

-No quiero imaginarlo- Le respondió burlona Rose- ¡Es mi hermano!- Exclamó horrorizada -prefiero saborearlo mañana con Edward de la misma manera que tu con mi hermano- Le guiñó un ojo cómplice.

Alice no respondió. Sólo le salió una media sonrisa mientras se acomodaba bajo la sábana

-Bueno- Siguió Rose - Mientras, puedo soñarlo- Dijo mientras sonreía -Buenas noches cuñadita- Dijo con sorna

-Buenas noches Rose- Respondió seria Alice sin poder evitar pensar en el día de mañana, y en la noche que acababa de vivir. Un sabor agridulce acompañó ese pensamiento. Al menos, su amiga no estaba enamorada de Edward…