Próxima Estación: El Paraíso

Autor: caro508
Género: + 18
Fecha Creación: 12/06/2011
Fecha Actualización: 12/06/2011
Finalizado: SI
Votos: 15
Comentarios: 72
Visitas: 163617
Capítulos: 93

Tras la violenta muerte de su marido, Bella trata de reconducir su vida junto a su hijo embarcandose rumbo a un paraje de ensueño, donde descubrirá no sólo el amor, sino su propia fuerza para hacer frente a las duras pruebas que tendrá que superar.


Hola aquí estoy con otra historia que no es mía, esta vez el turno le pertenece Sethaum,  yo solo la subo con su autorización, otro fic entre mis favoritas, espero les guste…

Los personajes pertenecen a Stephanie Meyer; los que no pertenecen a la saga son de cosecha propia de la autora.


+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 13: Lo Siento

Lauren había cocinado la pasta favorita de Edward, tallarines con carne y setas. Sabía que siempre repetía, por lo que cocinó de más. Había escogido un vino rosado, preparado la tarta de queso habitual, y decorado la mesa con velas. Como siempre.

Darle un toque romántico a la cena, estaba de más, ella, era consciente. Sabía que su relación con Edward no pasaría de la gran amistad que les unía, pero no por eso iba a dejar de insistir. Tenía la vaga ilusión de que tal vez, un día Edward sería consciente de que Lauren podría llenar del todo su vida y su corazón. A pesar de las veces en que él le había dejado claro que eso jamás se iba a dar, y a pesar también, de las veces que a su vez Jasper le decía lo mismo, cuando acudía a él desesperada, seguía cegada en sus sentimientos.

Por eso, esa noche haría las cosas bien. No forzaría la situación. No mencionaría sus sentimientos. Se comportaría como la amiga que Edward esperaba que fuese, y haría que la noche fuese relajada. Intentaría por todos los medios contenerse, aún a sabiendas de que eso, le sería difícil. Difícil no intentar tocar sus labios, difícil separar su cuerpo del suyo.

Llevaba muchos años soñando con eso, con probar la miel de sus labios, con sentir el calor de su piel contra su cuerpo. Le resultaba en exceso doloroso cuando él se negaba a complacerla con un beso, aunque éste fuese casto. No entendía por qué Edward no era un poco más egoísta, o sencillamente no se dejaba llevar por sus instintos masculinos. Apreciaba de veras que la quisiera tanto. Lo que le dolía, es que ese cariño no incluyese alguna muestra sexual de vez en cuando.

Sin embargo, esa noche Edward parecía ausente. La respondía, si, pero no le notaba tan presente como las demás veces.

-¿Va todo bien Ed?- Preguntó curiosa.

-¿Eh? Sí, si Lauren- Sonrió él.

-Pues juraría, que estabas dando un paseo por el Mundo- Dijo irónica.

-No, es sólo que tengo algunas cosas en la cabeza, pero nada serio. No te preocupes- Le dijo guiñándola un ojo.

-No has repetido. Eso es raro teniendo en cuenta que es tu plato favorito- Observó ella.

-Bueno, la verdad es que había picado algo antes de venir- Mintió él.

-¿Alguna actividad extra ésta tarde?- Alzó una ceja.

Edward iba a responder, pero en lugar de eso, su mente evocó la tarde, Bella, sus labios, su cuerpo…

-Tierra llamando a Edward-

Edward aterrizó, mirando a los ojos de Lauren. Desvió la mirada antes de decir:

-He estado tocando el piano- Dijo despreocupado.

-¿Eso agota? No lo sabía- Respondió incrédula

-Bueno, ¿recogemos y vemos la película?- Dijo él desviando el tema.

Ella arrugó la frente. Edward estaba esquivándola, pero algo le dijo que era mejor no insistir.

-Ni siquiera he puesto el postre- Dijo ella un tanto molesta.

-Si no te importa, dejémoslo para más tarde. Es probable que me levante a la cocina y me ponga a picar. Ya lo sabes- Le respondió arqueando una ceja divertida.

Pero a ella no le hizo gracia. Su estómago dio un vuelco. Maldito sexto sentido femenino. Se dijo mentalmente. Se limitó a levantarse y a recoger la mesa. El hizo lo propio y cuando la mesa estuvo limpia y el lavavajillas lleno, ambos se dirigieron al salón, dónde se sentaron cómodamente para ver la película.

Otro vuelco en el estómago. Edward se sentó de forma distinta a la habitual, en el centro del sofá, haciendo que ella se quedase en una de las esquinas, preguntándose porqué esa vez, Edward no se había sentado en el extremo de siempre, y ella se acomodaba cerca de él.

Era habitual, que en el transcurso de la película, ella acabase tumbada sobre las piernas de él, mientras éste le acariciaba el pelo. No había más gestos que hiciesen pensar que esa caricia podría llevar a otras más comprometidas, por mucho que ella lo desease. Pero esa vez…

Se giró mirándolo. Temía preguntar, pero el no saber que pasaba, era superior a ese miedo.

-¿Me vas a decir que está pasando?- Preguntó seria.

-No pasa nada Lauren. Anda, relájate- Dijo pasándole una coca cola.

Pero Lauren no la cogió. En su lugar, tomó el mando y presionó para parar la película. Volvió a mirarlo con expresión seria.

-No has repetido, no has tomado postre. Eso, teniendo en cuenta que hablo de tu cena y postre favoritos. Sin mencionar, que has estado prácticamente ausente. Así que, o me dices que demonios está pasando Edward, o tendré que sacártelo a la fuerza- Dijo enojada.

Edward suspiró hondo. El momento había llegado. No estaba preparado, y no sabía como iba a empezar. Pero tenía que hacerlo.

-Me he enamorado- Soltó de golpe

Ya estaba. Las palabras que había estado temiendo escuchar, entraban como cuchillos afilados en sus oídos, derramando a su paso, el frío glacial de la comprensión en todos y cada uno de sus sentidos.

Estaba enamorado. Obviamente, de otra.

¿Por qué no salía corriendo? ¿Por qué sus piernas estaban estáticas? ¿Por qué sentía que sus pulmones no filtraban el aire suficiente? ¿Qué era ese dolor incipiente en el centro de su pecho?

Inconscientemente, llevó su mano a él, y lo aferró con fuerza mientras dejó escapar un jadeo de puro dolor. Notó que alguien la tomaba de las manos, tirando fuertemente de aquella que sujetaba su pecho, pero se resistió a soltarlo. Sentía que de ese agarre, pendía su equilibrio. Sentía que si lo soltaba, el pecho se le derramaría, soltando en su interior el torrente de agonía que sus entrañas contenían.

Sintió un golpe sordo contra el suelo. Miró hacia el lugar de dónde provenía el ruido. El mando se había caído de la mano que le sostenía Edward. Lentamente subió su mirada hasta encontrarse la de él. Le miraba, le miraba sin comprender. Mil preguntas pasaron por sus ojos, y él tan sólo respondió agachando su cabeza. Quiso gritarle, quiso insultarle, pero no tenía ni las ganas ni las fuerzas suficientes para ello. En su lugar, optó por dejarse caer sobre el sofá, y aovillarse en una de las esquinas.

Comenzó a balancearse, exactamente igual que todas las demás ocasiones en las que el daño era más fuerte que su resistencia. Exactamente igual que cuando su ex fue a casa, a la casa que ambos habían comprado y en la que ella pasaba la mayor parte de su tiempo decorando, y después de llevarla al sofá, le dijo que no se casaría con ella.

Otra vez, se dijo así misma mientras balanceaba su cuerpo. Otra vez. Y las lágrimas hicieron acto de presencia, reclamando su parte de gloria. Y lo hicieron de manera despiadada, cruel, sacando a su paso todo el dolor que había acumulado por años. Ni siquiera se preguntó que demonios podría haber hecho mal en su otra vida, para que en ésta todas las bofetadas le dieran en la misma mejilla y con la misma intensidad.

Toda su capacidad de análisis quedó reducida a la nada. Igual que su cuerpo, o su fortaleza, o sus esperanzas de ilusión de no importaba qué. Se sentía nada. Y quiso diluirse en esas lágrimas. Quiso que a través de ellas, su cuerpo se fuese fundiendo hasta convertirse en una mancha húmeda en el sofá.

Pero su cuerpo una vez más, ganó la partida, y en lugar de una mancha húmeda en el sofá, se convirtió en una sombra oscura, cargada de resentimiento acumulado, una carcasa que únicamente albergaba en su interior los órganos que la mantenían de manera vital en éste mundo. Por lo demás, estaba vacío. Thomas primero y Edward después, destruyeron cualquier capacidad de éste para engendrar otra cosa que no fuese dolor.

-Lárgate- Le escupió sin mirarle.

-Lauren… Por favor…-

-Por favor ¿Qué? Edward. ¿Te molesta la escenita?- Respondió dolida.

-Lo siento- No fue capaz de decir nada más.

-¿Qué lo sientes? No Edward, tu no sabes lo que es sentir- Le dijo con toda la hiel de la que fue capaz.- Y ahora, lárgate de mi casa- Gritó.

Se dirigió a la puerta mientras le invitaba a irse, y tomándola del pomo, la mantuvo abierta sin mirarlo. Edward caminó lentamente hacia la salida, tratando de pensar rápidamente qué decirle, más nada se le ocurrió salvo repetir lo anterior.

-De verdad que lo siento Lauren. Créeme. Desearía con todas mis fuerzas que las cosas no fuesen así- Le dijo realmente afectado mientras su mano se dirigía a la mejilla de su mejor amiga. Le dolía verla así. Le resultaba excesivamente doloroso, pero el corazón clamaba por un nombre y por un cuerpo que no era el que tenía frente a él. Nada podía hacer al respecto. Ella echó hacia atrás la cabeza adivinando el gesto.

-¿En serio Edward? ¿Desearías entonces quererme a mí?- Preguntó sarcástica.

El la miró. Contempló por unos instantes los ojos de su amiga. Veía tanto dolor en ellos que maldijo el instante en que decidió continuar con esa amistad, a pesar de saber que tan solo acarrearía dolor a ambos. A ella, porque le rompería el corazón. Tan sólo era cuestión de tiempo. A él, porque justo en el momento en que ocurriese, la perdería para siempre de su vida. Ese momento había llegado, lo tenía delante de sus narices, pero no estaba preparado para ello. Aún así, tenía que hacerlo. Tenía que pagar un precio a sabiendas doloroso.

-Te quiero, lo sabes- Ella sonrió sarcásticamente, pero no pudo evitar que su voz se quebrase, acabando con toda la dignidad fingida para el momento -Pero no puedo darte el amor que mereces- Le dijo todo lo dulcemente que le fue posible

-¡Ni siquiera lo has intentado!- Le gritó. - ¿Cómo puedes ser capaz de negar algo que no has comprobado?- Volvió a preguntarle dolida.

El suspiró, no quería llegar al punto de decirle aquello que terminaría por romper definitivamente a su amiga, por romper la amistad que les unía, por romperlo todo…

-Nunca he estado enamorado de ti Lauren. No he sido capaz de verte más allá de una buena amiga-Sentenció.

-Vete al infierno- Le espetó con todo el odio del que pudo hacer acopio.

-Lo siento- Respondió el mientras salía de esa casa abatido.

 

Capítulo 12: Lo que me haces sentir Capítulo 14: Un "helado" interesante

 


Capítulos

Capitulo 1: Introducción Parte 1 Capitulo 2: Introducción Parte 2 Capitulo 3: Introducción Parte 3 Capitulo 4: Aterrizando en la realidad Capitulo 5: Acostumbrándome al vacío Capitulo 6: Ya lo he visto.... He visto el mar Capitulo 7: Buceando en tus aguas Capitulo 8: Estupendo, está pillado Capitulo 9: Me lías, me lío? ¿Nos liamos? Capitulo 10: ¿Porqué no me siento culpable? Capitulo 11: ¿Es ella? Sí. Es ella Capitulo 12: Lo que me haces sentir Capitulo 13: Lo Siento Capitulo 14: Un "helado" interesante Capitulo 15: Un Imposible Capitulo 16: La Vista Capitulo 17: Agridulce Capitulo 18: Aclarando puntos Capitulo 19: Y ahora, ¿qué? Capitulo 20: Comenzando? Capitulo 21: No puedo más Capitulo 22: Interrogatorio Capitulo 23: Afianzando Capitulo 24: Ley de Murphy Capitulo 25: Maldita Zorra Capitulo 26: Despedidas Temporales Capitulo 27: De Nuevo Por Aquí Capitulo 28: Te Necesito Capitulo 29: La Perra y su Amo Capitulo 30: A esto se le llama caer bajo Capitulo 31: Haciendo Conjeturas Capitulo 32: 24 Horas Capitulo 33: Por fin estás aquí Capitulo 34: La Charla Capitulo 35: Escondido Capitulo 36: Hiel Capitulo 37: Rabia Capitulo 38: Primer Contacto Capitulo 39: Instrucciones Capitulo 40: Compromisos Ineludibles Capitulo 41: Reencuentros y Primeras Citas Capitulo 42: Coto Privado Capitulo 43: Cena de Navidad Capitulo 44: Cuentas Pendientes I Capitulo 45: Cuentas Pendientes II Capitulo 46: Comida infructuosa Capitulo 47: Chocolate Calientito Capitulo 48: Verdades como puños Capitulo 49: Actos y Consecuencias Capitulo 50: Confesiones a la luz de las velas Capitulo 51: Nada Capitulo 52: Canta para mí I Capitulo 53: Canta para mí II Capitulo 54: Estoy aquí Capitulo 55: ¿Maravilla? Capitulo 56: Amargo desayuno Capitulo 57: Haciendo balance Capitulo 58: Fiesta Capitulo 59: Año Nuevo, Vida... Capitulo 60: Otra vez no Capitulo 61: No puedes irte... Capitulo 62: El presente Capitulo 63: Deja vú Capitulo 64: Des... Esperanza Capitulo 65: Desesperación Capitulo 66: Día Uno oscuridad Capitulo 67: Recogiendo Tempestades Capitulo 68: Día dos, tormenta Capitulo 69: Bombones Capitulo 70: Asimilando Capitulo 71: Día 15, como en casa Capitulo 72: Día 30, carta al cielo. Capitulo 73: Siguiendo la pista Capitulo 74: Desnudando el alma. Capitulo 75: Día 57, señales Capitulo 76: Día 63, Luz Capitulo 77: ¿Qué hay de nuevo? Capitulo 78: Cuéntame Capitulo 79: Normalidad Aparente Capitulo 80: Face to Face Capitulo 81: SÍ Capitulo 82: Previa Capitulo 83: Para siempre Capitulo 84: Consumando Capitulo 85: Step by Step Capitulo 86: Separando Destinos Capitulo 87: Cosechando Capitulo 88: Sentencia Capitulo 89: Buenas Nuevas Capitulo 90: !Hola! Capitulo 91: Cerrando Ciclo Capitulo 92: Y Comieron Perdices Capitulo 93: Epilogo

 


 
14443744 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10760 usuarios