El aeropuerto parecía un funeral. Dos parejas esperaban en silencio que la voz nasal, anunciase por los altavoces el vuelo que interpondría algo más que distancia entre ellos.

Alice Y Jasper, estaban abrazados de pie junto a una máquina de refrescos ajenos a todo y a todos. El silencio que emanaban tan solo era roto por los suspiros de ambos cuando se anunciaban los diferentes vuelos.

No hablaban, los últimos días habían hablado mucho, largo y tendido. Por eso, en ese momento las palabras sobraban. Era tiempo de gestos, de aprovechar una cercanía que no disfrutarían por algún tiempo.

Por su parte, Edward y Bella mantenían sus frentes unidas en un silencio duro y triste. Sus brazos contenían el otro con tanta necesidad que no aflojaron el amarre hasta que finalmente, la temida llamada llegó, y todos dieron un respingo.

-Prométeme que hablaremos todas las noches- Dijo Edward angustiado

-Lo prometo- Respondió Bella sorbiéndose la nariz.

-Prométeme que no te meterás en líos con esa bruja- Seguía pidiendo Edward.

-…Lo prometo…- Pero esa promesa sonó débil…

-Prométeme que no te fijarás en otros- Pidió Edward haciendo un puchero.

Bella alzó su cabeza, y mirando fijamente a los ojos de su hombre, no pudo evitar mostrar una débil sonrisa y negar con la cabeza.

-Pero ¿Tú te oyes cariño?- Decía Bella incrédula -Cómo pretendes que mire a otros cuando se me ha concedido la gracia de mirar a un Ángel. ¿Crees que estoy loca?-No pudo evitar sonreír.

-Ya, bueno, vale. Pero no mires a otros- Volvió a pegar su frente a ella repitiendo el puchero.

Bella rió antes de abrazarlo más y hundir el rostro en su cuello, aspirando el olor de su novio. Llenando en lo posible sus pulmones hasta que se volviesen a ver.

-No sabes cuanto te quiero mi vida- Suspiró ella conteniendo más lágrimas.

-Sé cuanto te quiero yo. Y es tanto, que duele aquí- Dijo Edward señalándose el lugar de su corazón.

-Bésame Edward- Rogó Bella

Y la besó con ansia y con desesperación, hasta que sintió que tiraban de su pantalón.

-Mamá, Edward, tenemos que irnos- Joel miraba a su madre curioso. No le gustaba verla triste, y aunque no supiera por qué, a Edward tampoco.

Edward se inclinó para abrazar a Joel, y no pudo evitar sollozar. Por lo que tuvo que recomponer su rostro antes de dirigirse a él.

-Cariño, ahora vas a tener que cuidar a mamá por los dos. Pero de todos modos, tío Emmet te ayudará. Prométeme que harás caso a mamá en todo lo que te diga- Edward intentó hacerle una mueca de complicidad pero sus ojos volvían a aguarse.

-Claro que si. Siempre hago caso a mamá. ¿Vas a venir?- Preguntó Joel dejando a un Edward alucinado.

-¿Quieres que vaya?- Preguntó éste a su vez mientras Bella observaba embobada a sus hombres.

Joel bajó la vista a sus pies antes de responder.

-Eres divertido…- Susurró tímidamente para añadir -… Y mamá te quiere mucho- Seguía sin mirarlo.

-Y yo os quiero a los dos- Edward tenía el pecho hinchado de felicidad -¿Me das un abrazo?-Pidió emocionado.

Joel lo abrazó fuerte, en el fondo, se había acostumbrado a Edward. No era malo, al contrario, jugaba con él como si fuese el mejor de sus amigos. Realmente le iba a echar de menos.

Bella observaba la escena llorando como una magdalena, hasta que sintió unos brazos envolverse en su cintura. Alice sonreía contemplando a Edward y a su sobrino abrazados.

-Creo que los dos se van a echar de menos cuñadita- Le dijo sonriendo mientras las lagrimas caían sin cesar.

-Lo siento chicos pero… Ya han hecho la ultima llamada- Emmet se acercó dónde estaban todos de la mano de Rosalie.

Jasper tomó a Alice de la cintura y la giró para abrazarla de nuevo, abandonándose en un largo beso de despedida. A su vez, Rose tomó a Joel cuando Edward cogió la cara de Bella y la cubrió de besos cortos. No dejó parte de su cara sin besar mientras Bella lloraba sin control.

-Estaremos juntos muy pronto amor. Confía en mí. No creo poder soportar mucho tiempo el estar separados- Prometía Edward entre beso y beso.

-Te quiero, te quiero, te quiero- Respondía Bella una y otra vez.

-Yo te amo mi vida, con todo mi ser- Juró Edward antes de besarla por ultima vez en algún tiempo.

Otra pareja se despedía a su vez cerca de ellos.

-Campeón, sabes lo que tienes que hacer, ¿verdad?- Le dijo un emocionado Jasper a Joel.

-Cuidar de mamá y tía Alice- Respondió Joel triste.

-Y si no puedes, ¿a quién tienes que llamar?- Preguntó Jasper

- A Tía Rose- Guiñó un ojo cómplice a un pasmado Jasper- Y también a tío Emmet- Contestó Joel riendo abiertamente. Jasper negó divertido.

-Te voy a echar de menos enano- Jasper no pudo evitar emocionarse cuando Joel lo abrazó fuertemente.

-Y yo a ti tío- Le dijo Joel en su pecho.

-Pronto nos veremos. Te lo prometo- Jasper lo apretó contra el. Ese demonio de crío se lo había ganado.

Tomaron sus equipajes de mano y se dirigieron a la puerta de embarque. Jasper y Edward iban junto a Emmet mientras las chicas y Joel pasaban sus bolsos por el control.

-Emmet, cuida de ellas ¿De acuerdo?- Pidió Edward con los ojos enrojecidos y mirando al frente.

-Tranquilo hermano. No dejaré que nada les pase. Os lo digo a los dos. Dedicaos a trabajar duro para dejar listo esto cuanto antes- Respondió Emmet mientras daba un abrazo a Jasper y a Edward.

-No tardaremos- Prometió Jasper.

Y Emmet cruzó el control en último lugar, dónde las chicas lo esperaban y tomando la mano de Rose, se giraron para decirles adiós a todos. Bella y Alice lloraban sin cesar y Jasper y Edward contenían las lágrimas a duras penas. Joel estaba serio, miraba a todos, finalmente, se giro y cogió la mano de su madre.

Cuando las perdieron de vista, ambos se relajaron y las dejaron salir. Se envolvieron en un abrazo, y Jasper pasó el suyo por los hombros de Edward instándolo a caminar hacia la salida.

Edward condujo hasta el hotel en un silencio cómodo. Los dos hombres iban sumidos en sus pensamientos y la verdad, es que ninguno tenía ganas de hablar.

Sin abrir la boca, llegaron a la barra y pidieron cerveza. Hasta la cuarta no hablaron.

-Parece mentira tío. Quien nos iba a decir hace un par de meses, lo jodidos que íbamos a estar hoy- Dijo Jasper acariciando la botella medio vacía.

-Ya ves hermano. Y bien jodidos- Afirmó un Edward ausente

-Mañana tenemos que estructurar el tema. No quiero tardar mucho en irme- Jasper seguía acariciando la botella.

-Ni yo- Edward seguía mirando al vacío.

-¿Sabes? A pesar de no haber dormido con ella más de unas pocas noches, creo que voy a ser incapaz de dormir en esa cama sólo- Confesó Jasper.

-Te creo Jazz. Bella ha dejado impregnada de su olor mi cama- Y Edward pensó en las dos únicas veces en que ella compartió la cama de su casa con él. Ya que en la mayoría de las veces, dormían en la cabaña de ella.

Los dos sonrieron ante sus pensamientos, mientras el camarero les servía otra cerveza fría. Se sentían vacíos. Esas mujeres les había cambiado la vida de una manera radical, hasta el punto en que ya nada tenía sentido en esa Isla que supuso un todo para ellos en un momento duro de sus vidas. Si ellas no estaban para compartirlo, parecía que ya nada importaba. Lo que les hizo plantearse a ambos el rumbo que las cosas tomarían a partir de ese momento.

-¿Y si no vuelven?- Jasper planteó la pregunta que a ambos les daba miedo.

-No lo sé Jazz. Lo único que tengo claro, es que Bella es mi vida, aquí o en otro lugar- Aseveró Edward totalmente serio.

-Yo quiero todo con Alice. Y al igual que a ti, me da igual el lugar. Pero admito, que estoy cagado hermano- Confesó Jasper dándole un trago a su cerveza.

-¿Qué pasa Jazz?- Preguntó Edward intrigado.

-Ed, va a ser un cambio radical, y se que estoy preparado porque sé lo que siento por Alice. Lo que me da miedo es romper con todo de repente. Nunca he sentido este temor a emprender algo con una persona a la que amo Edward. Y aunque no dude de mis sentimientos, salir de éste Paraíso en el que no hemos tenido problemas porque todo invitaba a no tenerlos, no implica que las cosas no sean distintas a partir de ahora. No sé que espera Alice de mí, ni sé que puedo ofrecerle fuera de esto.- Jasper se vació con su amigo

-Hermano- Dijo Edward después de un largo suspiro.- No sé que te pueda pedir Alice que tú no le puedas ofrecer. Eres la mejor persona con mucho, que conozco. Relájate y deja que las cosas sucedan. Eso es lo que yo voy a hacer con Bella- Le respondió Edward.

Jasper asintió y volvió a pedir otra ronda. Esa noche sería muy larga, y ninguno tenía la intención de pasarla solo.

Mientras, el avión con destino a Kansas se alejaba más de ellos…