Hola aquí otro capitulo, espero les gusten.
No fue el único asalto, ni mucho menos. Había mucho deseo contenido, mucha necesidad reprimida. Llenaron sus reservas avariciosamente, no queriendo dejar nada para mañana y eso les pasó factura. Sus cuerpos yacían plenos, cansados, extasiados. Era momento de ponerse al día.
-Dime cariño, ¿qué es todo eso de fraude en el crudo? Ayer apenas hablamos de eso- Preguntó Edward mientras sus manos acariciaban la espalda de su novia.
Bella suspiró, había mucho que contar y tenía que poner en orden los acontecimientos.
-Por lo visto, los Denali habrían cometido fraude en la venta de crudo a unos pocos clientes. Hay un Agente que se encargaba de los pesajes fraudulentos, pero ha desaparecido sin dejar rastro alguno- Bella relato por encima.
-¿Las Compañías estafadas no denunciaron?- Preguntó extrañado.
-Sí. Lo hicieron, pero al parecer, ese tal Newton siempre demostraba que los pesajes eran legales. ¿Quién iba a dudar de un agente de aduanas? ¿De unos documentos oficiales?- Bella cuestionó a Edward.
-Pues, un buen abogado mercantil- Hizo un gesto con los ojos que mostraban lo obvio de su observación.
-¿Qué trata de decirme Abogado?- Inquirió ella arqueando una ceja.
-Cariño. Nadie está a salvo del fraude. A ningún nivel, a ninguna instancia. Me sorprende que los abogados de esas compañías no cotejasen esos datos.- Respondió sorprendido.
Bella suspiró pensando y analizando las palabras de Edward. Eran lógicas, por supuesto, pero también entendía qué pasó realmente.
-Edward… Llevábamos vendiéndoles crudo por muchos años, aparentemente sin problema alguno hasta que los Denali hacen acto de presencia y se encargan de ese operativo. Me inclino a creer que nuestros clientes, no quisieron ir más allá por respeto a la familia de mi suegro. Lo que no evitó su contrariedad, y por consiguiente, la ruptura de esos contratos.- Bella intentó razonar con él.
-¿Cuándo dices que se cometieron esos fraudes?- Edward estaba muy concentrado.
-Pues… Hará unos tres años. Mi suegro ya le comentó a Chris algo al respecto. Aunque no se pudo demostrar. Francamente, hemos sabido de esto hace tan sólo unos días-
-¿Christian nunca te comentó nada?- Edward se rascaba la barbilla y a Bella le hizo gracia ese gesto.
-De eso en concreto, no- Respondió en su cuello.
-Háblame de Tanya Denali- Pidió el de pronto y Bella soltó un bufido.
-Es una perra.- Dijo escupiendo las palabras.
Edward se apoyó en uno de sus codos y miró fijamente a Bella. Una punzada le atravesó el pecho cuando vio sus lágrimas a punto de salir. Acarició sus mejillas con ternura.
-Mi vida… ¿Qué pasa?- Preguntó preocupado.
-Ayer…- Tragó hondo y sorbió su nariz- Ayer supimos algo- Se estremeció y Edward la apretó contra el.
-Cuéntamelo cariño- Susurró.
-Edward…- El la miró fijamente- Creemos que ella mató a Jason y a Chris- Lo dijo en un hilo de voz antes de que ésta se le quebrase.
-Mi vida…- La estrechó entre sus brazos dejando que llorase. Sabía que habían llegado a un momento delicado, una conversación que aún no se había dado, y que estaba pendiente.
-Nos amenazó Edward, nos hizo la vida imposible. No me perdonó jamás que yo ocupase un puesto que según ella le pertenecía. Da espanto, te prometo que da espanto tenerla delante. La maldad traspasa sus ojos.- Bella hablaba hipando y Edward la acunaba mientras acariciaba su espalda.
-No te va a hacer nada mi vida, ni a ti ni a Joel. ¿Lo sabes, verdad?- Prometió el.
-Sí.- Musitó ella.
-Cariño…- Suspiró antes de continuar.- ¿Por qué no duermes en casa?- Esperó su respuesta.
-Lo intenté, pero…- La voz se le quebró de nuevo y enterró aún más la cabeza en el cuello de Edward.
-Shhh- Tranquilizó Edward.-Todo está bien cariño-Besó su cabeza repetidas veces.
-Al día siguiente de llegar, fui a casa. Dudé antes de entrar, pero era algo que tenía que hacer.-Edward se removió-Tranquilo, estoy bien- Sonrió tímidamente.
-La casa seguía igual… Obviamente. No era como si esperase encontrar un fantasma.- Chasqueó la lengua y Edward sonrió.-Pero…-Se detuvo.
-¿Pero?- La invitó a seguir.
-Durante el viaje de vuelta en avión, pensaba en todo lo que me encontraría. Mi vida ha cambiado desde ese viaje. Estás tú. -El asintió- Entrar en casa, era una prueba de fuego-
-¿Qué pasó?-
-Todos los recuerdos vinieron de golpe- Miró al techo y después cerró los ojos.
Silencio
-¿Joel?-
-Joel entró como si nada. La verdad es que me sorprende cómo ha tomado todo- Respondió quedamente.
-Tu hijo es muy fuerte Bella- Edward sonrió.
-Lo sé. Pero aún así, sorprende que no haya reaccionado como se espera que lo haga.- Bella frunció el ceño y Edward se separó para mirarla.
-¿Cómo se espera?- Inquirió sorprendido.
-Cariño, su padre murió el día que cumplía seis años- Tomó aire
-Cuéntame de ese día vida, ¿Puedes?- Apretó sus brazos en torno a ella, y Bella asintió.
-Me llamaron sobre las doce del mediodía. Yo, ese día no fui al trabajo. Me… Me dijeron que…-Las lágrimas volvieron y paro unos segundos- Me dijeron que Christian estaba herido. Pensé que habría tenido un accidente de tráfico, y les pregunté en qué hospital estaba cuando Rose entró a casa.- Bella necesitó respirar y Edward acarició con avidez su mejilla.
-Cuando vi su cara… Dios… Esa cara no la olvidaré jamás. Solté el teléfono y caminé hacia ella. Se había quedado parada en el marco de la puerta, mirándome fijamente…- Se perdió en sus recuerdos.
-Rose…-
-Bella, yo…- Rose comenzó a llorar amargamente, incapaz de contener las lagrimas por más tiempo mientras Bella la observaba aterrada.
-Por Dios Rose. ¿Qué está pasando?- Preguntó nerviosa.
Su amiga levantó la cabeza, no sabía cómo hacer esas cosas. Jamás había tenido que dar una noticia así. Se acercó a ella y la cogió de las manos. Respiró hondo.
-Bella…- Respiró- Es Chris…- Bella se contrajo violentamente y se dejó caer en la silla que tenía al lado. Rose se arrodilló frente a ella volviendo a tomar sus manos. Se obligó a decirlo, y habló todo lo firme que fue capaz.
-Christian está muerto.- Miró a los ojos de su amiga, y pudo ver el pozo en el que se sumieron.
-Bella cariño- La abrazó, pero sintió los brazos muertos de su amiga en los costados. Sólo oía su respiración, era grave, ansiosa, forzada y la sintió caer inerte sobre ella…
-Mi vida- Edward besó el rostro de su mujer con amor y delicadeza. Y Bella se limitó a cerrar los ojos y llorar. Llorar amargamente.
-¿Le echas de menos?- Hizo la pregunta que más temía, pero que más necesitaba hacer.
Bella oyó ésta, y quedó callada unos instantes. Edward sentía los nervios correr por sus venas.
-Claro que le echo de menos Edward.- Ella se giró y le sonrió antes de seguir hablando.- Era un hombre maravilloso. El mejor padre y el mejor marido. Teníamos una amistad cómplice, y eso, no se puede olvidar. Además, fue mi mayor apoyo siempre. Sobre todo con lo de mis padres…- Calló de pronto.
Edward procesó toda la información. Sintió un ramalazo de celos, pero pensó que era normal. Christian debió ser un hombre excepcional si consiguió el amor de Bella. Reparó en la última frase de ella.
-¿Qué pasó con tus padres?- Mordió su oreja suavemente.
-Murieron en un accidente cuando estaba embarazada de Joel- Dijo neutra.
-Lo siento- No podía creer la mala suerte que acompañaba a esa mujer tan dulce.
-Gracias- Besó su pecho. -No teníamos mucha relación- Añadió.
-Vaya, ¿de qué me suena eso?- Mostró una triste sonrisa.- ¿Por qué?- Preguntó.
-No entendieron que quisiese vivir mi vida al margen de la que ellos me diseñaron. Christian no era el único con un futuro trazado. La diferencia entre ambos, era el monto económico- Hizo una mueca de desagrado.
-Explícame- Estaba sorprendido.
-Mis padres querían que me dedicase a la Educación Secundaria, y me casase con Louis Grant. El hijo del profesor de mi instituto. Supuestamente, estaba enamorado de mi ya que pasábamos mucho tiempo juntos, y mis padres pensaron que nadie mejor que él para su hija.- Sonrió en su pecho y Edward levantó su barbilla.
-¿De qué te ríes?- Sonrió a su vez.
-Louis era gay. Tuve que enfrentarme a todos para imponerme. Nadie podía saber su secreto- Reía con ganas.
-¿Por qué no lo dijo?, te podría haber facilitado las cosas- Edward no comprendía.
-¿Bromeas?- Ella le miró incrédula. -¿Reconocer ser gay en un pequeño pueblo de Kansas?- Y estalló en carcajadas
Bueno chicas que les pareció, dejen sus comentarios y votitos que serán bien recibidos.
Pronto subiré otra historia, estén atentas, y espero que me sigan apoyando como lo hacen.
Saludos
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