Próxima Estación: El Paraíso

Autor: caro508
Género: + 18
Fecha Creación: 12/06/2011
Fecha Actualización: 12/06/2011
Finalizado: SI
Votos: 15
Comentarios: 72
Visitas: 163680
Capítulos: 93

Tras la violenta muerte de su marido, Bella trata de reconducir su vida junto a su hijo embarcandose rumbo a un paraje de ensueño, donde descubrirá no sólo el amor, sino su propia fuerza para hacer frente a las duras pruebas que tendrá que superar.


Hola aquí estoy con otra historia que no es mía, esta vez el turno le pertenece Sethaum,  yo solo la subo con su autorización, otro fic entre mis favoritas, espero les guste…

Los personajes pertenecen a Stephanie Meyer; los que no pertenecen a la saga son de cosecha propia de la autora.


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Capítulo 5: Acostumbrándome al vacío

Cinco días pasaron de la muerte de Chris, cuando la policía acudió a mi casa.

Eran dos agentes de lo más peculiar. Por un lado, el Inspector Jacob Black, un imponente morenazo con una penetrante mirada. Por el otro, el Teniente Seth Clearwater, un agradable y simpático joven.

Ambos se presentaron ante mí, como los agentes encargados del caso. Después de acomodarse en uno de los sofás, y procediendo a informarme de las investigaciones llevadas acabo hasta ese momento, comenzó el interrogatorio:

- Y, dígame Sra. Barnet, ¿no notó nada inusual últimamente?, quiero decir, cambios en la actitud de su esposo, nervios…-

-No, nada en absoluto Inspector Black-

-Jacob, puede llamarme Jacob- Dijo sonriendo. ¿Tenían problemas personales, algún distanciamiento, discusiones?

-No, ya le he dicho que nada en absoluto. La relación entre Chris y yo era la de siempre, más allá de las típicas discusiones de la convivencia, mi marido y yo jamás hemos tenido una bronca que se pueda considerar seria. ¿Por qué lo pregunta?-

-Simple rutina Sra. Barnet. Simple rutina- Respondió mostrándole su blanca sonrisa.

Y así prosiguió el interrogatorio, preguntas de índole personal, profesional. Relaciones con los demás compañeros de mi marido, amigos. Algún posible enemigo profesional… Mientras el Inspector Black hacía las preguntas, el Teniente Clearwater anotaba en un bloc.

Las visitas se repitieron a lo largo de los siguientes días. Y después de eso, alguna llamada que otra sin aportar apenas algún dato relevante. Se trataba de un doble asesinato, pero la investigación no avanzaba. Requisaron todos los ordenadores de la planta de dirección de la empresa, pero no hallaron nada que pudiese mostrar algún indicio. Interrogaron a todos los trabajadores de la planta ocho, y al portero del edificio. El hecho de que los despachos de la última planta, careciesen de cámaras de seguridad, era un hándicap bastante importante. Por lo que era evidente, que el asesino de mi marido y de Blake, conocía ese detalle. Se llevaron el portátil de Chris que tenía en su despacho en casa, me preguntaron si conocía la existencia de algún disco duro, a lo que contesté que no. Por lo que pasaron los días y la investigación se estancó.

Yo me hice cargo de la empresa eventualmente. Mi suegra, la Sra. Barnet, poseía el 45% de las acciones, y me pidió continuar al frente, a la espera de poder encontrar alguien preparado para la tarea, puesto que le hice saber, que no quería hacerme cargo de esa responsabilidad. Mi suegro, no había pensado en mí para ello, y yo no sentía que tuviese que hacerlo. No me sentía digna. Pero me comprometí con ella a dirigirla mientras llegase la persona indicada.

Ni qué decir tiene, que mis enfrentamientos con la bruja de Tanya estaban a la orden del día. Su puesto en la empresa le daba alas. Pero no las suficientes como para comportarse como si de la misma dueña se tratase. Por ese motivo, estábamos a la greña continuamente. Aunque debo reconocer, que Rosalie era, con diferencia, quien más disfrutaba haciéndole agachar la cabeza. Tenía una manera muy peculiar de bajarle los humos, y para ser sincera, eso se había convertido en una manera muy grata de pasar el día en una empresa en la que los recuerdos, amenazaban con hundirme a diario un poco más. Porque, estar en el despacho que Chris ocupó con sus cosas, sus notas, la ropa que dejaba allí para cambiarse cuando no tenia tiempo de ir a casa, el baño con las toallas que aún conservaban su olor… Sencillamente era una tortura. Más de una vez, Rosalie entraba al despacho y me encontraba encogida en el suelo. Sin ganas de nada, sin ganas de vivir…

Con el tiempo, empecé a delegar varias de mis responsabilidades en Ángela Weber y Ben Cheney. Eran con mucho, los más cualificados para dirigir esa empresa. Llevaban más años incluso que mi marido, y sabían al dedillo todo lo que entrañaba la dirección. Se conocieron en la empresa, y se casaron unos meses atrás. Mi marido confiaba en ellos, y la verdad, yo también. Por lo que le sugerí a mi suegra, que considerase el hecho de tenerles en cuenta en su decisión. Precisamente por eso, yo delegué en ellos.

Mi vida, pasó a convertirse en una anodina rutina. Joel era, junto con Alice y Rose unos de los pocos clavos ardiendo a los que tuve que agarrarme. No fue fácil. Necesité varios toques de atención por parte de ellas y de mi suegra. A veces, no podía entender como ellas precisamente, me pedían seguir adelante. Me aseguraban que la vida me premiaría con el amor de nuevo. Era algo que no podía comprender. Me acababa de quedar viuda de su propio hijo y hermano, y ellas me hablaban de ¿las maravillas del amor?

Pues yo ya había tenido bastante. Ese amor, me dejó un maravilloso hijo y un perfecto marido muerto. No quería saber nada de ese amor. Tenía muy claro que viviría por y para Joel. Pero más claro tenía aún, que mi corazón estaba en la misma tumba que Chris. Quería convencerme de que él, se llevó consigo cualquier capacidad de amar por mi parte.

Trataba por todos los medios que mi hijo no notase el doloroso vacío que su padre dejó en nuestras vidas. Por un tiempo, nos trasladamos a casa de mis suegros, dónde Jacqueline, Jackie, que así quería mi suegra que la llamásemos, nos agradecía el hecho de tener una alegría por la que levantarse cada día. Era en esos momentos, donde más culpable me sentía. Yo, había perdido a mi marido, pero Jackye, había pasado por el doble trago de perder a su marido y a su hijo en un corto espacio de tiempo, tan sólo dos años. Me quedaba mirándola cuando jugaba con Joel, y la admiraba. Admiraba su capacidad para reponerse, o cuando menos, aparentarlo para no preocupar a los demás. Ella, le hablaba a Joel de su padre y de su abuelo, de lo increíblemente maravillosos que eran, de cuanto le querían, y de que tenía que hacer que se sintiesen orgullosos de él. Joel, se la quedaba mirando, la escuchaba con una atención máxima, a veces lloraba y se abrazaba a su abuela, o a mí, pero rara vez habló. Supe que Joel había heredado mi capacidad para enmascarar sentimientos, y no me sentía especialmente orgullosa de ello. No me gustaba cargar con los problemas, me cambiaban el carácter, me hacían más inaccesible, más huraña, pero lo llevaba en la sangre, y corría por las venas de mi hijo, aunque en menor medida, afortunadamente.

Para compensar, había heredado el carácter caballeroso pero directo de su padre, y su sonrisa. Joel era una máquina de pensar, de maquinar, y un demonio… Un demonio que su tía Alice perfeccionaba cada día. Y la verdad es que era graciosa su manera de dirigirse a los demás, no se andaba por las ramas a la hora de responder cuando algo no le parecía bien, o no le gustaba. Pronto, sus profesoras en la escuela, me hicieron notar su capacidad para las travesuras, y su manera de escurrir el bulto siempre en detrimento de los demás compañeros. Mientras me contaban la última e intentaba mantener un semblante acorde con la situación, no podía evitar reírme para mis adentros. Sí, había que reconocer el ingenio de mi hijo.

Pronto, los consejos de Rose, Alice y Jacky comenzaron a hacer mella en mi. Necesitaba un cambio, bueno, a decir verdad, ambos, Joel y yo, lo necesitábamos. Por eso, aquella tarde en el salón de belleza, las cosas comenzaron a tomar cuerpo. Estaba claramente decidida a dar el salto, un tiempo fuera de todo nos serviría para retomar nuestras vidas con un poco más de fuerza, y puesto que mi casa, nuestra casa nos ahogaba por estar llena de recuerdos, me dejé llevar…

-¿Umm, que te parece Hawai? -Dijo Alice. No conoces el mar, y creo que ahí te vas a hartar. Además que es el sitio perfecto para desconectar y empezar de nuevo a tu regreso.

-Pues yo creo, que un crucero sería lo mejor, quizá por el Mediterráneo, ¿No, querida?- En esta ocasión era Jackie quien hablaba.

-¡Ni hablar! Yo tengo el destino perfecto: Las Maldivas - Esta era Rose

-¡¿Las Maldivas?- Dijimos las tres al unísono

-En efecto. Tengo allí a mi hermano Jasper. Se marchó hará cuatro años, el tiempo que llevo sin verle. Me cuenta maravillas, y francamente, estoy deseando aprovechar una de las miles de invitaciones que continuamente me hace. Y sopesadlo bien, sería un buen comienzo, ya conoceríamos a alguien allí, sería más fácil, el perfecto cicerone, y está lo suficientemente lejos como para que "la ambición rubia" no pueda rozarnos con su veneno. Piénsalo Bella, creo que es lo que necesitamos-. Dijo Rose con aplomo.

-¿Necesitamos? ¿ Jasper? ¿Tu hermano? ¿Las Maldivas?- Pregunté extrañada por el plural.

-Si. Necesitamos. Porque no pensarás ir sola, ¿Verdad? ¿Qué clase de asistente sería yo?- Respondió arqueando una ceja.

-¿Y que clase de cuñadita dejaría sola a su cuñada y sobrino favoritos? - Añadió Alice divertida.

Jackie me animó por su parte, aunque aclaró que ese viaje no era para ella, y que se quedaría aquí para seguir la investigación policial, y vigilar de cerca la empresa.

Lo pensé unos minutos, pero una sonrisa comenzó a cruzar mi cara. Alcé la mirada hacia las tres demonias que me miraban expectantes y simplemente dije:

-Maldivas, allá vamos. ¡Preparaos!

Me llevó un par de meses organizarlo todo. La empresa se quedaba en buenas manos, las de Ángela y Ben. Ellos se encargarían de absolutamente todo, y además de colaborar "estrechamente" con Tanya, también serviría para vigilarla en corto. Rose, a su vez, delegó en Jessica Stanley, una chica de su absoluta confianza, a la que sacó de recursos humanos, para ascenderla directamente a la parte contable de la empresa. Establecimos con Ángela y Ben, mantener el contacto puesto que tanto Rose, como yo, nos llevaríamos los portátiles y mantendríamos la línea de trabajo en la distancia, aunque obviamente, sólo cuando fuese estrictamente necesario.

Por su parte, Alice dijo no tener ningún problema en dejar su empresa por un tiempo. Tenía un socio que no puso la menor objeción para que Alice, también se relajase después de la doble perdida .

Con la policía no hubo el menor problema, el único requisito, dejar un teléfono para ser fácilmente localizables, y para mantener los contactos de manera que pudiésemos seguir informados de cuanto aconteciese en la investigación, aunque en la última visita, el inspector Black ya nos advirtió de la lentitud de un caso sin pruebas, para que no nos desanimase la ausencia de noticias.

El testamento, después de una primera lectura inmediata a su muerte, se llevó a cabo tres semanas después del entierro de Chris. A Joel y a mi nos había prácticamente solucionado el futuro con su seguro de vida, y además contaba con una importante suma en concepto de pensión de viudedad. Las acciones no estaban en su poder, su padre aún no le heredó ese importante paquete. Aunque todos sabíamos, que a la muerte de su madre lo repartiría entre Alice y él ya que así lo había establecido. De modo, que al haber fallecido Chris, su parte, pasaría inmediatamente a manos de nuestro hijo Joel, y mientras, yo me haría cargo de ella, sería su Albacea, siempre y cuando Jackie, muriese sin que mi hijo alcanzase la mayoría de edad legal, los 21 años. Me había dejado nuestra mansión, la que ocupábamos actualmente, y las dos casas que teníamos, una en Boston, y la otra en la misma Kansas City, aunque yo no había llegado a conocer la de Boston, y la otra era nuestra anterior casa. Además una cuenta de ahorro considerable. Por lo que la cuestión económica no sería un problema en un largo futuro.

Rose se encargó de las reservas. Su hermano le facilitó las cosas. De manera que a penas tuvimos que preocuparnos de nada. Ella estaba muy emocionada, llevaba cuatro años sin ver a su hermano Jasper, y no veía el momento de abrazarlo. Nos contó lo increíblemente guapo que era, y lo que nos impactaría al verlo. Aunque, viendo a Rose… No creo que nos costase mucho imaginarlo…

La parte de la educación de Joel, estaba resuelta. Ya que, el complejo hotelero en el que nos habíamos registrado, contaba con escuela privada. Por lo que, en ese aspecto, no habría problema alguno en que se siguiera formando en caso de que nuestra estancia se alargase.

Y ya nos encontrábamos en el aeropuerto, nuestro equipaje facturado, y con Alice poniéndonos más nerviosas de lo que estábamos. Repasó por enésima vez el folleto del complejo hotelero al que iríamos, y ya nos había cuadrado planes para las primeras dos semanas. No sabíamos cuando volveríamos, el tiempo no era problema, y dejábamos todo atado para no preocuparnos por lo que tardásemos en volver. Joel estaba callado, se le notaba nervioso, pero lo disimulaba a la perfección. Permaneció todo el trayecto abrazado a su peluche, y al lado de su tía Alice. Yo pasé el viaje, hablando con Rose, mirando a mi hijo y a Alice, y dormitando. Pensé en Chris, lloré recordando la cantidad de veces que iríamos a ver el mar, los besos, las caricias, su manera de hablarme, sonreírme, hacerme el amor… Jamás lo olvidaría, pasase lo que pasase, Chris siempre estaría en mi corazón

 

Hola, les han gustado lo que han leído hasta ahora? Dejen sus comentarios y votitos que serán bien recibidos. Saludos

Capítulo 4: Aterrizando en la realidad Capítulo 6: Ya lo he visto.... He visto el mar

 


Capítulos

Capitulo 1: Introducción Parte 1 Capitulo 2: Introducción Parte 2 Capitulo 3: Introducción Parte 3 Capitulo 4: Aterrizando en la realidad Capitulo 5: Acostumbrándome al vacío Capitulo 6: Ya lo he visto.... He visto el mar Capitulo 7: Buceando en tus aguas Capitulo 8: Estupendo, está pillado Capitulo 9: Me lías, me lío? ¿Nos liamos? Capitulo 10: ¿Porqué no me siento culpable? Capitulo 11: ¿Es ella? Sí. Es ella Capitulo 12: Lo que me haces sentir Capitulo 13: Lo Siento Capitulo 14: Un "helado" interesante Capitulo 15: Un Imposible Capitulo 16: La Vista Capitulo 17: Agridulce Capitulo 18: Aclarando puntos Capitulo 19: Y ahora, ¿qué? Capitulo 20: Comenzando? Capitulo 21: No puedo más Capitulo 22: Interrogatorio Capitulo 23: Afianzando Capitulo 24: Ley de Murphy Capitulo 25: Maldita Zorra Capitulo 26: Despedidas Temporales Capitulo 27: De Nuevo Por Aquí Capitulo 28: Te Necesito Capitulo 29: La Perra y su Amo Capitulo 30: A esto se le llama caer bajo Capitulo 31: Haciendo Conjeturas Capitulo 32: 24 Horas Capitulo 33: Por fin estás aquí Capitulo 34: La Charla Capitulo 35: Escondido Capitulo 36: Hiel Capitulo 37: Rabia Capitulo 38: Primer Contacto Capitulo 39: Instrucciones Capitulo 40: Compromisos Ineludibles Capitulo 41: Reencuentros y Primeras Citas Capitulo 42: Coto Privado Capitulo 43: Cena de Navidad Capitulo 44: Cuentas Pendientes I Capitulo 45: Cuentas Pendientes II Capitulo 46: Comida infructuosa Capitulo 47: Chocolate Calientito Capitulo 48: Verdades como puños Capitulo 49: Actos y Consecuencias Capitulo 50: Confesiones a la luz de las velas Capitulo 51: Nada Capitulo 52: Canta para mí I Capitulo 53: Canta para mí II Capitulo 54: Estoy aquí Capitulo 55: ¿Maravilla? Capitulo 56: Amargo desayuno Capitulo 57: Haciendo balance Capitulo 58: Fiesta Capitulo 59: Año Nuevo, Vida... Capitulo 60: Otra vez no Capitulo 61: No puedes irte... Capitulo 62: El presente Capitulo 63: Deja vú Capitulo 64: Des... Esperanza Capitulo 65: Desesperación Capitulo 66: Día Uno oscuridad Capitulo 67: Recogiendo Tempestades Capitulo 68: Día dos, tormenta Capitulo 69: Bombones Capitulo 70: Asimilando Capitulo 71: Día 15, como en casa Capitulo 72: Día 30, carta al cielo. Capitulo 73: Siguiendo la pista Capitulo 74: Desnudando el alma. Capitulo 75: Día 57, señales Capitulo 76: Día 63, Luz Capitulo 77: ¿Qué hay de nuevo? Capitulo 78: Cuéntame Capitulo 79: Normalidad Aparente Capitulo 80: Face to Face Capitulo 81: SÍ Capitulo 82: Previa Capitulo 83: Para siempre Capitulo 84: Consumando Capitulo 85: Step by Step Capitulo 86: Separando Destinos Capitulo 87: Cosechando Capitulo 88: Sentencia Capitulo 89: Buenas Nuevas Capitulo 90: !Hola! Capitulo 91: Cerrando Ciclo Capitulo 92: Y Comieron Perdices Capitulo 93: Epilogo

 


 
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