Hola gracias por el apoyo que le dan a la historia, por ser buenas lectores les dejo 6 capítulos más!!!, y me gustaría que se pasaran por la otra historia que también estoy subiendo y le dieran el mismo apoyo, deberás se les quiere muchooo, gracias.
A tan sólo 24 horas de la cena de Navidad, la mansión de los Barnet ya registraba demasiado movimiento. Esme Cullen, llegaría en dos horas. Finalmente a Emmet no le costó apenas esfuerzo convencer a sus padres. Estos, en un principio alegaron que no se sentirían cómodos ante gente a la que no conocían, y tampoco querían molestar. Pero una llamada de Jackie, hizo que la otra mujer se derritiese.
-Cariño, ¿cómo debería vestirme?- Preguntó Edward mientras preparaba la pasta para cenar.
-Pues por norma se va elegante- Dijo Bella preparando la salsa.
-El abuelo decía que siempre le vestían como a un pingüino cojo- Joel habló desde la mesa de la cocina mientras hacía los deberes y Bella comenzó a reír.
-¿Un pingüino cojo?- Edward preguntó sorprendido.
-Es que mi abuelo tenía una pierna mas corta que la otra- Dijo sin levantar la cabeza del cuaderno.
Edward estalló en risas ante la parsimonia de Joel respondiendo. Le daba a todo una normalidad pasmosa.
-Viste un traje negro y listo- Le dijo Bella mordiéndose el labio. Gesto, que a el no le pasó desapercibido.
-Me da miedo preguntar- La dijo señalándola el gesto.
-Pues no lo hagas- Sonrió divertida mientras le apretaba las nalgas.
-Grrrr, eres mala- Gruñó divertido y ella le guiñó un ojo- Mañana por la noche- Le susurró, y el casi se quema con la cacerola.
-¿A qué hora llega Esme?- Preguntó de repente Joel sacándolos del trance.
-A las seis la recogerán el tío Em y Carlisle. Nosotros la veremos un poco más tarde- Dijo Edward.
-¿Tengo que llamarla abuela o Esme?- Les dejó helados.
Se miraron mutuamente, sin ser capaces de encontrar una respuesta rápida. Absolutamente descolocados.
-¿Cómo quieres llamarla tú, cariño?- Preguntó nerviosa Bella.
-Como ella quiera- Se encogió de hombros, como si tal cosa.
-Bueno, creo que hay que empezar a poner la mesa.- Bella se dirigió a la alacena a coger los platos.
-Sí. Sí- Respondió Edward rápidamente.- Además, hay que dormir.-Apuró mientras ponía la leche en el vaso de Joel.
-¿Nos quedaremos mañana a dormir dónde la abuela?- Preguntó éste mientras olía el plato de pasta.
-Sí cariño, probablemente terminaremos tarde y hace mucho frío y nosotros no cogemos las snow routes.* Ya lo sabes- Bella pinchó un raviolis y lo degustó con placer.-Mmmm estupendo cariño, como siempre- Y dio un pequeño beso en los labios a su hombre.
-Mamá- Llamó Joel y ésta asintió mirándole- No quiero vestirme con traje- Refunfuñó. Odiaba los trajes, además, la última vez que le vistieron con uno, le traía recuerdos desagradables. Fue en el funeral de su padre.
-No te lo pondrás, tranquilo- Aseguró Bella.
-Jooo, yo tampoco.- Edward sorprendió a los dos con un puchero.
Bella arqueó una ceja y Joel se mondaba de la risa.
-Tú irás con traje- Amenazó con el tenedor y entrecerrando los ojos.
-¿Y si no?- Preguntó juguetón.
-Yo me comeré tu postre- Disparó Joel y Edward arqueó una ceja.
-Estáis compinchados- Apretó los labios y se cruzó de brazos.
-No, es que se me olvidó comprar más helado y queda lo justo- Bella guiñó un ojo a Joel.-Edward entrecerró los ojos y ella añadió- Ya sabes que siempre repite- Señalando a su hijo.
-Vale, pero a cambio quiero otra cosa- Amenazó con su jodida sonrisa y ella casi se atraganta con el agua que estaba bebiendo.
-¿Qué?- Preguntó Joel curioso.
-Oh, lo pensaré- Y mientras respondía, una de sus manos escalaba por el muslo de Bella rumbo a la cima. Esta se tensó y Edward sonrió divertido.
-No pidas flan- Rogó Joel. Edward le miró.-No me gusta- Dijo éste haciendo una mueca de asco.
-Pero si es para mí- Objetó Edward.
-Ya, pero así no te lo puedo robar- Y le sonrió mostrándole el hueco vacío de un diente.
-Ya sé a quien has salido- Edward señaló con la cabeza a Bella y ésta reía.
-Eso me decía mi padre, que soy igual de malo que ella- Bella miró a su novio, y tomó su mano apretándola. El, la sonrió de vuelta y la guiñó un ojo cómplice.
Tras la cena, los dos recogieron la cocina mientras Joel subía a vestirse.
-Has sido mala, lo sabes ¿no?- Edward la agarró por la cintura mientras pegaba su pecho a la espalda de ella.
-No sé de qué me hablas- Se encogió de hombros con indiferencia.
-Traje negro, pensamiento, te muerdes el labio…- Habló contra su cuello.
-Ah, eso.- Contestó como si nada.
-Serás…-Le interrumpió Joel y el suspiró.
-¡Mamaaaa!- Gritó desde arriba.
-Mañana- Susurró ella en sus labios y salió de la cocina contoneando sus caderas mientras él bufaba frustrado.
-Mañana-Aseguró apoyándose en la encimera fuertemente mientras la fuente de sus deseos, subía las escaleras.
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Llegó la hora de la cena. Salieron de casa con tiempo. Las calles estaban heladas, y Edward conducía con mucha precaución. Normalmente era Bella quien lo hacía, pero Edward llevaba demasiado tiempo sin sentir la sensación, y los últimos días, se había preparado para conocer mejor las calles.
Llegaron media hora antes que los demás. Jackie, Alice y Jasper los esperaban en la puerta. Dónde les dieron una corta bienvenida, debido al intenso frío.
-Abuela-Llamó Joel y ésta se volvió a cogerle en brazos.
-¡Dios mío, pero cuanto pesa éste chiquillo!- Exclamó Jackie mientras besaba su mejilla y lo bajaba de nuevo al suelo.
-La culpa es de Edward- Intervino Bella- Cocina muy bien- Sonrió a su novio y Jackie hizo lo mismo.
-Gracias- Susurró a Edward mientras besaba su mejilla, y éste se la devolvió complacido mientras tomaba el brazo de Jackie y se dirigían al salón.
-¡Wow!- Exclamaron los tres la mismo tiempo nada más entrar a la sala.
Habían decorado una gran mesa con diez cubiertos de manera exquisita. En una de las esquinas, lucía imponente un gran árbol de Navidad, con un juego de luces dorado que daba tintes cálidos al salón. Al lado de éste, la chimenea estaba prendida, embriagando a los visitantes, dando la sensación de hogar.
Toda ella, tenía en el alfeizar colocados los calcetines típicos de Noel, y la base del árbol, lucía llena de regalos envueltos en distintos colores. Ni que decir tiene, que a Joel se le abrieron los ojos cómo platos, y tuvieron que convencerle largo rato a que esperase al día siguiente para abrirlos.
Llamaron a la puerta, y antes de que lo hiciese el servicio, ya estaban ahí los chicos. Fue Edward quien pidiendo consentimiento a Jackie, la abrió.
Frente a él, Esme.
Lucía radiante, elegante y bonita, y de sus ojos brotaban lágrimas de felicidad. Edward se adelantó un paso y se fundió en un profundo abrazo con su madre. Ambos lloraron largo rato. No se dijeron nada, sólo apretaban su agarre con más fuerza. No fue sino, un carraspeo de Emmet, quien les sacó del trance.
-¡Oh!- Edward reaccionó- Mamá, te presento a Jackie- Ambas mujeres se saludaron calidamente con sendos besos en las mejillas y sonrisas dulces.
- Ésta es Bella- Pasó un brazo por la cintura de su novia. En su rostro se podía ver el orgullo- ¿Preciosa, verdad?- Sonrió mirando a Bella mientras ella se sonrojaba.
-Preciosa de verdad- Afirmó Esme mientras abrazaba a su futura nuera.- Gracias- Dijo en su oído y Bella se sorprendió, pero Esme apretó sus manos y le brindó una mirada tranquilizadora- Después- Susurró en su oído y besó su mejilla.
-Y tú- Dijo señalando al pequeño- Tu debes ser Joel ¿Verdad?- Se agachó a su altura y Joel miró a su madre, quien asintió.
-Mucho gusto Sra. Esme- Y le brindó una sonrisa tan mellada como bonita, haciendo que Esme se derritiese.
Presentaron a Alice y Jasper, y todos pasaron al salón, dónde la enorme e imponente mesa les esperaba.
La disposición no fue casual. En los extremos, Jackie y Carlisle, los demás quedaron enfrentados: Bella/Edward, Rose/Emmet, Alice/Jasper y Esme/Joel.
La cena transcurrió tranquila. Los asuntos serios y tensos quedaron aparcados para después. Se trataba de estar juntos, unidos, como una verdadera familia en Navidad. Y aunque realmente, a Jackie sólo le quedasen tres miembros de la suya, esa noche sintió como no hacía mucho, que la alegría y felicidad llenaban los rincones de la vieja mansión. Y fue feliz y se sintió feliz.
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* Las Snow Routes, son las calles principales de Kansas City, que se despejan de nieve para facilitar la conducción, llegando a ser incluso, innecesario el uso de cadenas para circular. Pero sólo las principales.
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