El transcurso de la mañana, se llenó de amargos tragos de café, y nulos intentos de ingestión alimenticia.
Los nudos en las gargantas impedían la entrada y el paso de aquello que no fuese el vital oxígeno.
Ocho horas de tensa y angustiosa espera. Ocho horas dónde el ánimo se sujetaba con alfileres, dónde lo único que mantenía el pulso era la esperanza.
Hablaban entre susurros, apenas conversaciones esporádicas. Nada interesante, simplemente intentando no derrumbarse.
Bella seguía ausente, repasando en su cerebro los últimos instantes con Edward. Negándose a admitir la realidad. Sintiéndose culpable de la situación. Su cuerpo no se movía, pero no se podía decir lo mismo de su mente. Había cambiado de posición, aunque lo correcto era decir, que Ariana primero, y Alice después, la habían cambiado de posición entre sus cuerpos.
-Bella cariño, ¿por qué no tratas de dormir un poco?- Negaba con la cabeza.
Alice suspiró derrotada de nuevo y la estrechó más contra su cuerpo. Rose, que contemplaba la escena desde el sofá que se encontraba frente a ellas. Se incorporó dejando la cabeza de su novio apoyada contra el sofá, y se encaminó hacia ellas. Se arrodilló, quitó los zapatos a Bella, recostando sus piernas en el sofá, y cubriéndola con su abrigo.
Una enfermera apareció con una bolsa y se la entregó a Bella. Era la misma que la atendió a su llegada. Acarició su mejilla dulcemente y se retiró de nuevo. Bella miró la bolsa y entrecerró los ojos. Alice la tomó y suspiró hondo dejándola a un lado.
-Quiero verla- Susurró tan bajito que les costó oírla.
-Bella no…- Alice trató de disuadirla, pero Bella se incorporó sobre el sofá, extendiendo su brazo.
Sacó su abrigo y las lágrimas no se hicieron esperar cuando su olor la golpeó bruscamente. Se levantó y se lo puso, envolviéndose de él y con él. No habló, se movió en silencio mientras los demás tragaban en seco. Acarició su ropa con dulzura, y dio con el reloj… Un gemido escaló por su garganta cuando lo examinó, contemplando la inscripción en la parte interior.
-Mi vida…- Susurró - Mi vida…- Su voz sonó como un lamento lastimero. Su mano se movió nerviosa mientras se lo intentaba poner.
-Déjame a mí cielo- Rose le abrochó el reloj y lo subió por su brazo, ajustándolo para que no se le cayera.
Bella agradeció con la mirada y volvió a apretar el abrigo, cerrando los ojos mientras aspiraba su aroma.
Esme y Carlisle observaban la escena cubiertos de lágrimas. Jamás habían llorado tanto, al menos, no tan seguido. Lloraban por su hijo, pero también lo hacían por esa mujer que revivía la crueldad tan infamemente.
Jasper seguía de pie, apoyado contra la fría ventana, observando la nevada entrada del hospital y el trasiego de la gente con las primeras horas de la mañana. Su rostro permanecía impasible, tan sólo sus ojos se movían. Sus manos en los bolsillos, su corbata deshecha descansaba sobre su arrugada camisa. Cerca de él, Ariana permanecía también en silencio, con una de sus manos entrelazada en la de Jacob, quien de vez en cuando se levantaba para atender el teléfono, esperando, como los demás, sintiéndose parte irremediablemente de aquella gente y su desgracia.
Su teléfono sonó de nuevo, sacándolo de sus pensamientos.
-Black- respondió mientras rápidamente se dirigía al pasillo. Del otro lado el comisario Montes le daba las últimas noticias.
-Están en Ucrania- Esperó unos instantes.
-¿Ucrania?- Jacob se quedó perplejo.
-Un avión privado despegó ésta madrugada, aproximadamente una hora después del atropello. Los empleados nos facilitaron la matrícula del aparato. Pertenece a Vladimir Kuznetsov- Paró unos instantes.
-¿Cómo lo habéis sabido?- Preguntó extrañado.
-Abbot- Jacob comprendió- Sabes que tiene un enorme historial de Stevens- Jacob le interrumpió.
-Sí, lo sé. Pero… ¿Quién es ese tipo y que conexión les une?- No entendía qué, pero era algo gordo.
-Kunznetsov es un importante empresario en Kiev, aunque según la Interpol, no es que sus negocios sean muy cristalinos precisamente. Posee varios locales de alterne. Ha sido investigado varias veces por comercio ilegal, tráfico de drogas, por prostitución, pero…- Aspiró profundamente- Jamás han podido encontrar nada. ¿Extraño, verdad?- Sonrió irónicamente.
-¿La conexión Comisario?- Insistió impaciente.
-No lo sabemos exactamente, pero teniendo en cuenta la clase de pájaro que es Stevens, no es difícil que se muevan en el mismo terreno y hasta sean camaradas. Quién sino iba a prestarle un avión a alguien en busca y captura- Terminó.
-Entiendo. ¿Es necesario que vaya para allá?- Miró hacia dentro de la sala, a decir verdad, no le importaría salir unas horas de ahí, pero por otro lado…
-No es necesario por el momento- Suspiró- ¿Cómo está Cullen?- Jacob miró de nuevo a la sala.
-Luchando por vivir- Concluyó.
-Ya veo… Bien Black, le mantendré informado. Adiós- Jacob se despidió de él y cerró su teléfono.
Justo cuando estaba llegando de nuevo al lado de su novia, las puertas se volvieron a abrir, y el mismo cirujano se dirigió a ellos. Todos se levantaron con suma rapidez, incluida Bella, cuyas piernas estaban a punto de rendirse. No se puso los zapatos, simplemente caminó del brazo de Ariana.
-Bien- Aclaró de nuevo su garganta antes de dirigirse al expectante grupo que le rodeó.
Todos unieron sus manos en un gesto al unísono. No pasó desapercibido al cirujano. Abordó el tema sin pausa. Contuvieron la respiración en cuanto el cirujano llenó sus pulmones.
-Se le ha drenado con éxito la sangre que permanecía fuera de lo que hemos denominado la zona de riesgo, es decir, la zona exterior del cerebelo, pero no podemos asegurar con certeza, que no haya habido algo de sangre que se haya filtrado y causado un daño mayor al oxidarse en la zona interna de esa misma área…
Por lo pronto, tan sólo podemos establecer que el coma en el que el paciente se halla, será reversible, en caso de que el mismo organismo así lo decida. Pero no sabemos cuando ocurrirá eso. He ahí el problema. No podemos hacer nada más, tan sólo esperar y tener la esperanza de que esto no afecte a ninguna de sus funciones motoras en caso de…- Les miró fijamente-… De que despierte.
-Está vivo- Susurró emocionada Esme- Está vivo… Mi hijo vive- Estalló en llanto cuando Carlisle la estrechó entre sus brazos.
-Vivirá Bella. Tan sólo hay que esperar y no perder la fe- Ariana sonrió a su amiga mientras esta procesaba la información en su mente.
-Vive… Vive… Vive- Su voz se tornó en un susurro, y las comisuras de sus labios se inclinaron levemente.- Vive- Miró a Ari y se arrojó a sus brazos- Vive Ari… ¡Vive!- Las lagrimas se mezclaron con sus tímidas risas.
Emmet se encontraba igual. Después de todo, su hermano estaba vivo. Ya habría tiempo para procesar el resto. Su hermano vivía. Era todo lo que necesitaba en ese momento.
-¿Podemos verle?- Preguntó un ansioso Carlisle.
-Una enfermera les avisará. Quiero que entiendan la gravedad en la que se encuentra su hijo, por lo pronto, las visitas estarán restringidas severamente. Permanecerá en la UVI indefinidamente- Carlisle asintió.
-Lo comprendo. Gracias Dr. …- Le miró mientras le extendía su mano
- Delaware, Mark Delaware- Carlisle estrechó su mano.
-Encantado Dr. Delaware, y agradecido de veras. Gracias por salvar a mi hijo- El cirujano sonrió.
-Ha sido un trabajo en equipo- Aseguró humilde.
-Entonces, extienda nuestra gratitud a todos- Carlisle soltó su mano, y el cirujano con un gesto de cabeza, se despidió de todos.
-¿Quién entrará primero?- Emmet silenció a todos con la pregunta.
-Esperemos a que la enfermera nos diga- Esme terció y todos asintieron.
Bella aceptó por primera vez, el café que Jacob le ofreció. Ahora sentía que necesitaba el líquido reparador bajar por su garganta. Deseaba con toda el ansia que tenía, ver a Edward, pero más tocarlo, sentirlo vivo. Acariciar su piel y besar sus dulces labios. No veía la hora de hacerlo. Ni respirar se le hacía tan necesario.
Alice marcó el teléfono de su madre, y ésta descolgó al primer tono.
-¿Hija?- Preguntó nerviosa.
-Tranquila mamá- Alice esbozó una pequeña sonrisa que llegó al otro lado de la línea, que tuvo un efecto reparador. Alice oyó a su madre suspirar profundamente - Edward está vivo, aunque… en coma- Jackie no pudo evitar un respingo.
-¿Entonces?- Preguntó angustiada.
-De momento es todo mamá. Han conseguido salvarle la vida. Pintaba muy mal… realmente mal. Nos han asegurado que es reversible, pero… sin fecha- Terminó susurrando.
-¿Cómo está Bella?- Aunque se lo imaginaba.
Alice la miró. En su cara había aparecido la esperanza.
-Es fuerte mamá… Muy fuerte- Y lloró admirada ante la fortaleza de su amiga y cuñada…
|