Próxima Estación: El Paraíso

Autor: caro508
Género: + 18
Fecha Creación: 12/06/2011
Fecha Actualización: 12/06/2011
Finalizado: SI
Votos: 15
Comentarios: 72
Visitas: 163653
Capítulos: 93

Tras la violenta muerte de su marido, Bella trata de reconducir su vida junto a su hijo embarcandose rumbo a un paraje de ensueño, donde descubrirá no sólo el amor, sino su propia fuerza para hacer frente a las duras pruebas que tendrá que superar.


Hola aquí estoy con otra historia que no es mía, esta vez el turno le pertenece Sethaum,  yo solo la subo con su autorización, otro fic entre mis favoritas, espero les guste…

Los personajes pertenecen a Stephanie Meyer; los que no pertenecen a la saga son de cosecha propia de la autora.


+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 77: ¿Qué hay de nuevo?

Jamás. Jamás podría describirse lo que Bella sintió al ver de nuevo los dos verdes luceros que la miraban. Las sensaciones se sucedían unas tras otras, quebrándose entre sí para dar paso a la siguiente.

Maravillada no habló, otorgando al momento, el respetuoso silencio que merecía. Dejó que sus calidas orbes la mirasen, reconociesen y aceptasen. Optó por no mover más que los pulmones de manera frenética, mientras la persona que le daba la vida se insuflaba de la suya.

Le vio llorar, y acompañó esas lágrimas con sonoros sollozos de absoluta y radiante felicidad. No hizo nada más que mirarlo. Jamás se sentiría llena, nunca sería bastante, siempre sentiría esa sensación de quien se sabe cerca de conseguir algo, de llegar a una meta, pero de saborear con verdadero placer esos instantes finales que nunca llegan. No quería sentirse completa, quería una dosis diaria. La plenitud sólo indicaba una cosa. No habría más caminos que recorrer, nada por descubrir, y ella, deseaba convertir su vida en una especie de búsqueda del tesoro. No, jamás tendría bastante de Edward, y eso la mareaba.

Para él era redescubrirla de nuevo. Maravillado posó sus ojos en su rostro. Recorrió con infinita ternura cada una de sus facciones, registró sus movimientos, sonrisas, lágrimas, suspiros… Todo. Estaba impresionado. Era con mucho la mejor elección de su vida. No tuvo dolor. No sintió nada más que un exquisito placer que le recorrió el alma entero. Lloró. No pudo evitarlo. No supo cuanto tiempo pasó dormido, había mucho por preguntar, pero de momento, esa estancia en su nube, era lo único que deseaba.

Haciendo un esfuerzo, consiguió elevar uno de sus brazos. Bella captó el gesto y rápidamente tomó su mano. Notó como la de Edward presionaba, notó su temperatura, y su cuerpo respondió quebrándose.

No podía, se desesperó por parar pero su cuerpo no obedecía más que a sus impulsos más primarios. Liberó cuatro largos meses de presión, angustia, desolación, soledad, tormento y dolor a través de sus ojos. Lloró hasta que su cuerpo dijo basta. No recordó haberse inclinado sobre el pecho de Edward, hasta que sintió que su mano acariciaba su cabeza.

-Te Amo con todo mi ser- Susurró en su corazón, y notó a Edward contraerse.

Se irguió sin soltar su mano, y acercó su rostro al de él. Ambos se acariciaron con la mirada. Clavaron sus pupilas el uno en el otro por largo rato. Hablaban a través de ellas, hasta que la jodida sonrisa de su hombre asomó tímidamente por debajo del respirador.

-¿Sabes que me muero por besarte?- Una sonrisa ilumino su cara.

Intentó responder pero sólo salió un gemido. Su garganta le mataba. Cerró los ojos con dolor.

-Tranquilo cariño. Sabes que no necesitas decirme nada- Acarició su hermoso rostro, y el cerró de nuevo sus ojos, pero esta vez con el placer pintado en ellos. Notó sus dedos acariciar el dorso de su mano.

Ahora la sonrisa se había tatuado en su rostro.

-Tengo tantas cosas que decirte, que contarte- Hizo una pausa tomando aire. Edward la miraba fijamente- Pero no me sale nada- Hizo una mueca y Edward sonrió con dulzura- Tan sólo me sale decirte cuanto te quiero, lo guapo que eres, lo mucho que te necesito y lo demasiado- rodó sus ojos- Que te deseo.

Edward le guiño un ojo.

-Por eso…- Se acercó a su oído- Más te vale haber descansado lo suficiente. Hay que superar la última vez Sr. Maravilla- Susurró pícaramente.

Edward notó calorcillo en cierta parte de su anatomía. Le gustó. Mucho.

-Quiero comerme esos labios- Pasó su dedo por los escasos centímetros de piel que el respirador dejaba libres- Y te prometo, que los voy a desgastar- Estaba fija en ellos. Hablaba divertida, sexy pero divertida. Edward se la comía con los ojos. A pesar de todo, a pesar de notar dolor en todo su cuerpo, la realidad se manifestaba de manera brutal. Amaba y deseaba a esa mujer de una manera insoportable.

Unos golpes en la puerta les sacaron del trance. Un tímido Joel, acompañado de Emmet entró lentamente.

Edward le miró. Volvió a llorar y Joel se tensó. Tardó unos segundos en recuperarse, y como alma que lleva el diablo se lanzó contra él.

-Papá- Las lágrimas llegaron a los ojos de todos. Esa simple palabra dio el pistoletazo de salida para que los sentimientos aflojasen de manera precipitada. Edward resolló con el golpe, pero aguantó el dolor estoicamente. Pasó lentamente su brazo por la espalda de Joel, y acarició ésta tan lentamente como su fuerza le permitía.

-Hermano- Gimoteó Emmet acercándose a él por el otro lado de la cama. Se sintió perdido sin saber que hacer, las lágrimas apenas le dejaban distinguir la figura de su hermano. Como pudo, se sentó a su lado y le abrazó. Su cuerpo se liberó al instante.

-Me aplastas tío Emmet- La vocecita de Joel le hizo reaccionar.

-Jolines enano. ¡No te había visto!- Pasó el puño de su chaqueta por sus llorosos ojos mientras Edward mezclaba su sonrisa con la sal de sus lágrimas. Lo que daría por poder hablar en ese momento.

Acarició el rostro de su hermano, llevó la mano a su cuello, y lo atrajo de nuevo a él. Emmet volvió a llorar contra su hombro.

-Joder, menudo cuadro- La voz les llegó de la puerta. Jasper estaba apoyado contra el marco, aparentando una normalidad que se caía a pedazos.

Caminó lentamente apretando los labios, intentando que las lágrimas no saliesen de estampida.

-Compañero- Apretó su mano y Edward le miró. Los dos se quedaron así unos instantes. Jasper ya no pudo más- Qué sepas que me has dejado mal- Tragó saliva tratando de sonar relajado- Te dí un mes- Le apuntó con su dedo, fingiendo enojo. Edward volvió a sonreír y apretó más su agarre, imitando el abrazo con su hermano.

-Tuve fe Edward. Tuve fe. Sabía que volverías- Habló entrecortadamente, con un esfuerzo hercúleo por no dejarse vencer por el llanto.

Edward recordó algo que le dijo Jasper -te dí un mes- ¿Un mes? Una sombra cruzó sus ojos, gesto que no pasó desapercibido. El holter se aceleró. Todos se alarmaron.

¿Un mes? Dios mío, pero ¿qué me ha pasado, cuanto tiempo llevo así? Se desesperaba por momentos. Miles de preguntas le asaltaban, quería respuestas que nadie le daba, quería preguntar tantas cosas… Su ansia por saber le hizo querer hablar de nuevo, ganándose con el simple intento un dolor tan intenso que sus pulmones exhalaron un sonoro jadeo.

-Tranquilo hermano, tranquilo- Dijo un alarmado Emmet.

-Todo está bien cariño- Bella le sonrió, tratando de calmarlo. Pero Edward estaba lejos de hacerlo. Estaba angustiado.

Una enfermera entró con rapidez, pidiéndoles a todos que se marcharan.

-¡No!- Chilló Joel, quien no quería soltar la mano de Edward- ¿Qué le pasa? ¿QUÉ LE PASA?- Vociferó mientras Emmet le tomaba de la cintura, arrastrándole con él.

-Vamos cariño, vamos. Tenemos que salir- Le habló su tío demasiado tenso.

-No te pongas malo otra vez- Gimoteó mientras le sacaban de la habitación- Si te mueres, te voy a odiar- Edward quiso abrazarlo. Estaba tenso, alterado, dolorido, asustado, pero lo que más sentía, era impotencia. Quería abrazar a ese niño y no podía. Quería hablarle, decirle que no se moriría… O eso esperaba. Ya no sabía que pensar, en realidad, ya no sabía nada. Sólo que todo era demasiado doloroso.

Otro pinchazo. Sopor, relax, placer…

.

.

.

La celda no estaba tan mal. No tenía que compartirla con nadie, aunque sabía que era temporal. Una vez se hubiese celebrado el Juicio, su destino sería completamente distinto. Dos meses y medio llevaba recluida en esa celda, tiempo más que suficiente para que su cuerpo se fuese recuperando de las atrocidades que sufrió. Su mente… Ese era otro cantar.

No sabía nada de Paul. Tampoco es que le importase mucho. Jamás le consideró alguien de fiar, mucho menos un amigo. Pensó unos instantes, una burlona sonrisa se formó en sus labios. Jamás había tenido amigos. Pero tampoco pudo pensar ni por un solo momento, que la vendiese.

Sí. Paul la vendió.

No quiso saber en qué términos. Jamás lo preguntó. Jamás se lo dirían. En el largo mes que pasó en aquel país, nunca intercambió palabra alguna con nadie, salvo insultos que jamás le devolvían. No así los golpes.

Pensó en sus padres. Odio.

Le daba igual si vivían o habían muerto. Total, habían renegado de ella, así que, ¿para qué preocuparse? Sacudió sus hombros con indiferencia cuando oyó un familiar sonido al otro lado de la puerta.

-La comida- La insípida e impersonal voz de todos los días se dejó oír.

-¿Cuánto falta para el juicio?- Misma pregunta automática

-Yo sólo me encargo de traer la comida a la chusma- Misma respuesta automática.

La mirilla se cerró de golpe. Se acercó a recoger la bandeja del suelo. Suspiró con asco. La misma bazofia de siempre.

Pasaron horas hasta que el cerrojo de la puerta la sacó de sus pensamientos. Un vigilante entró.

-Tienes visita- Se apartó de la puerta dejando paso al rechoncho hombre que con regularidad y en contra de su voluntad la visitaba.

-Vaya- Saludó irónica- Qué sorpresa- Rió- ¿Puedo ofrecerte algo, té quizá?- El tono era insoportablemente burlón- Pero pasa, pasa hombre, no te quedes ahí. Siéntate en el sofá- Le indicó el catre.

-Srta. Denali- Se aclaró la garganta- Sabe que es tan desagradable para mí el verla como para Ud. Así que, métase su sarcasmo por su trasero y no me haga perder más el tiempo. Recuerde que me asignaron de oficio, no he aceptado su caso por gusto- Escupió con saña a una orgullosa Tanya.

-No necesito que nadie me defienda- Siseó con rabia mientras paseaba como león enjaulado por la celda- El hombre la miró con burla.

-En eso estamos de acuerdo. No tiene nada que hacer contra James Abbot.- El rostro de Tanya se contrajo.

Sabía quien era Abbot, y sabía, que sus días estaban contados. Tragó en seco.

 

Capítulo 76: Día 63, Luz Capítulo 78: Cuéntame

 


Capítulos

Capitulo 1: Introducción Parte 1 Capitulo 2: Introducción Parte 2 Capitulo 3: Introducción Parte 3 Capitulo 4: Aterrizando en la realidad Capitulo 5: Acostumbrándome al vacío Capitulo 6: Ya lo he visto.... He visto el mar Capitulo 7: Buceando en tus aguas Capitulo 8: Estupendo, está pillado Capitulo 9: Me lías, me lío? ¿Nos liamos? Capitulo 10: ¿Porqué no me siento culpable? Capitulo 11: ¿Es ella? Sí. Es ella Capitulo 12: Lo que me haces sentir Capitulo 13: Lo Siento Capitulo 14: Un "helado" interesante Capitulo 15: Un Imposible Capitulo 16: La Vista Capitulo 17: Agridulce Capitulo 18: Aclarando puntos Capitulo 19: Y ahora, ¿qué? Capitulo 20: Comenzando? Capitulo 21: No puedo más Capitulo 22: Interrogatorio Capitulo 23: Afianzando Capitulo 24: Ley de Murphy Capitulo 25: Maldita Zorra Capitulo 26: Despedidas Temporales Capitulo 27: De Nuevo Por Aquí Capitulo 28: Te Necesito Capitulo 29: La Perra y su Amo Capitulo 30: A esto se le llama caer bajo Capitulo 31: Haciendo Conjeturas Capitulo 32: 24 Horas Capitulo 33: Por fin estás aquí Capitulo 34: La Charla Capitulo 35: Escondido Capitulo 36: Hiel Capitulo 37: Rabia Capitulo 38: Primer Contacto Capitulo 39: Instrucciones Capitulo 40: Compromisos Ineludibles Capitulo 41: Reencuentros y Primeras Citas Capitulo 42: Coto Privado Capitulo 43: Cena de Navidad Capitulo 44: Cuentas Pendientes I Capitulo 45: Cuentas Pendientes II Capitulo 46: Comida infructuosa Capitulo 47: Chocolate Calientito Capitulo 48: Verdades como puños Capitulo 49: Actos y Consecuencias Capitulo 50: Confesiones a la luz de las velas Capitulo 51: Nada Capitulo 52: Canta para mí I Capitulo 53: Canta para mí II Capitulo 54: Estoy aquí Capitulo 55: ¿Maravilla? Capitulo 56: Amargo desayuno Capitulo 57: Haciendo balance Capitulo 58: Fiesta Capitulo 59: Año Nuevo, Vida... Capitulo 60: Otra vez no Capitulo 61: No puedes irte... Capitulo 62: El presente Capitulo 63: Deja vú Capitulo 64: Des... Esperanza Capitulo 65: Desesperación Capitulo 66: Día Uno oscuridad Capitulo 67: Recogiendo Tempestades Capitulo 68: Día dos, tormenta Capitulo 69: Bombones Capitulo 70: Asimilando Capitulo 71: Día 15, como en casa Capitulo 72: Día 30, carta al cielo. Capitulo 73: Siguiendo la pista Capitulo 74: Desnudando el alma. Capitulo 75: Día 57, señales Capitulo 76: Día 63, Luz Capitulo 77: ¿Qué hay de nuevo? Capitulo 78: Cuéntame Capitulo 79: Normalidad Aparente Capitulo 80: Face to Face Capitulo 81: SÍ Capitulo 82: Previa Capitulo 83: Para siempre Capitulo 84: Consumando Capitulo 85: Step by Step Capitulo 86: Separando Destinos Capitulo 87: Cosechando Capitulo 88: Sentencia Capitulo 89: Buenas Nuevas Capitulo 90: !Hola! Capitulo 91: Cerrando Ciclo Capitulo 92: Y Comieron Perdices Capitulo 93: Epilogo

 


 
14443982 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10761 usuarios