Todos permanecían de pie, esperando ansiosos y magníficamente nerviosos la aparición de la enfermera. Carlisle y Esme se aproximaron a Bella.
-Cielo- Esme la cogió de la mano- Hemos hablado y queremos que tú seas la primera en verle- Sonrió a una impactada Bella, que no tardó en emocionarse.
-Esme yo…- Se detuvo emocionada- Gracias… Muchas gracias- Miró a Carlisle y tirando de su mano, se abrazaron los tres- Nunca olvidare esto- Volvió a emocionarse y Carlisle besó su mejilla.
La enfermera apareció en la sala. Todos la rodearon.
-Bien, ¿quién será la primera persona en visitarlo?- Bella dio un paso al frente, y la enfermera le sonrió.- Acompáñeme- Bella la siguió, y recordó entonces que no se había puesto los zapatos. Pero no la importó en absoluto.
Siguió a la enfermera por los pasillos, hasta que llegaron a una sala bastante grande, rodeada de puertas, alrededor de veinte, todas ellas permanecían abiertas, y el sonido de los monitores salía de ellas. Estaban en semi-penumbra, por lo que no vislumbraba nada cuando pasaba ante ellas. Sólo a alguna persona que caminase cerca de la puerta. Familiares, intuyó.
Llegaron a una de ellas, ésta, extrañamente permanecía cerrada. Se hallaba justo delante del control de enfermeras. Pararon frente a ella y la enfermera llamó su atención.
-Aquí es- Bella aspiró hondo. De repente estaba nerviosa, tremendamente nerviosa, pero sus ansias de ver a su amor, pudieron con los nervios- Recuerde su estado. Al principio será un shock, por lo que será mejor que entre prevenida. Tenga cuidado con el equipo- Bella asintió.
-¿Puede… Puede oír?- Preguntó tímidamente.
-La verdad, no lo sabemos. Si quiere, háblele- Sonrió dulcemente y Bella asintió.
-Puedo…- Suspiró- ¿Tocarle?- Se sonrojó y bajó su cara. La enfermera se la levantó con otra sonrisa.
-Cariño, acaríciale todo lo que quieras. Hazlo- Bella le devolvió la sonrisa y se volvió hacia la puerta- ¿preparada?- Preguntó la enfermera.
-Siempre- Y apretó sus puños cuando la puerta comenzó a abrirse.
La habitación estaba tenuemente iluminada. Tan sólo un pequeño punto de luz en el techo, que incidía directamente sobre la cama. Vio los monitores, y dio un respingo al comprender que el corazón de su hombre provocaba ese sonido. Cerró los ojos y agradeció en silencio. Los pies de Edward se marcaban bajo la fina sábana que los cubría, y llevó la mano a su pecho, apretando el escote del vestido.
Siguió el contorno de su silueta, y vio sus manos. Una de sus muñecas tenía puesta una vía, de su pecho… Su flamante y hermoso pecho, un vendaje alrededor de él, ocultaba otra. Probablemente iba directa al corazón. Un tubo bastante ancho, subía por su garganta hasta su boca… y Se maravilló.
Su cara… Su perfecta y hermosa cara. Sus esmeraldas cubiertas por los párpados, su precioso pelo tapado por el vendaje.
Estaba vivo…
No fue consciente de que lloraba, hasta que una de sus lágrimas impactó en la mano de Edward.
-Mi vida…- Susurró rota - Mi vida…- Se acercó con sumo cuidado y depositó un cálido y cargado beso en su mejilla- Te quiero tanto mi amor… Tanto- Sorbió sus narices y se pasó el dorso de la mano por sus ojos.
Con dulzura, comenzó a rozar su cara. Sus dedos temblorosos delineaban su mentón, sus ojos, su nariz… Lamentó no poder besarlo. Estaba intubado. La máquina respiraba por él.
Movió la cabeza a ambos lados, sacudiendo el pesimismo, y volvió a sonreírle.
-Eres tan guapo cariño- Volvió a besarle, ésta vez en la nariz.- Sabía que no me ibas a dejar- Lloró de nuevo- Sabía que tu no me fallarías Edward. No sabes cuanta falta me haces mi vida- Cogió su mano.
-¿Sabes?-Sonrió - Cuando salgas de ésta, voy a pedirte que seas el Señor Swan- Rió abiertamente sorbiéndose las lágrimas- No voy a dejar que escapes Señor Maravilla- Apretó su mano con dulzura- Y Joel será quien lleve los anillos- Se rió al imaginárselo- No quiero ni pensar lo que dirá cuando tenga que ponerse el traje- Miró a Edward fijamente y calló.
Quedó unos minutos en silencio, aspirando su aroma, llenándose de él. No dejó de acariciar su rostro, su cara, su cuello, su pierna buena…
-Debería salir y dejar que entrasen tus padres- Se le quebró la voz- No quiero irme cariño. No soportaré estar separada de ti, pero todos están fuera y …-Suspiró- Te quiero- Bella se levantó y acercó su rostro al de Edward. Se inclinó a su oído- Te amo Edward… Te amo… Te amo. Todo va a ir bien. Todo.- Le besó de nuevo la mejilla, dilatando el beso, acariciándole con sus labios- Te amo. Volveré en seguida mi vida.- Se llevó su mano a los labios y besó su dorso, cada uno de sus dedos.
La depositó con dulzura, y sin girarse comenzó a retroceder hacia la puerta. No quería dejar de mirarlo. Se iba rompiendo a medida que se separaba de él, y la desesperación tomó forma en cuanto salió y Emmet la estrechó entre sus brazos.
Carlisle y Esme la miraron y respiraron hondo antes de entrar. Emmet la sacó de ahí y la llevó con los demás.
-Por favor, llevadla a casa- Pidió a Jacob y Ariana.
-¡No!- Protestó Bella- Yo me quedo- Dijo tajante y se sentó.
-No Bella- Jasper intervino tan tajante o más que ella. Llamando la atención de todos, sobre todo la de ella- Tienes que irte y descansar. No- La calló de nuevo cuando vio que abría la boca- Tienes que darle una explicación a tu hijo. Tienes que hacerlo. Edward no va a quedarse sólo, y tú necesitas estar entera para él- Se acercó y la abrazó- Tienes que hacerlo, ¿de acuerdo?- Bella asintió en silencio.- Bien-
Se separó de ella y le dio un beso en la mejilla.
-Nosotros iremos contigo- Alice tomó sus cosas y las de Bella, y entre los dos la levantaron del sillón.
-Emmet, si…- No la dejó terminar.
-Sabes que sí. Con cualquier cosa te llamamos. Descansa cariño- También la besó.
Rose la sonrió con dulzura y copió a su novio- Todo va a ir bien mi niña. Ahora descansa- Acarició su pelo y la dejó ir.
-Vamos cielo- Emmet entrelazó sus dedos con Rose, y se encaminaron de nuevo a la UVI.
Sus padres aún estaban dentro, y esperaron en silencio su turno. Minutos después salieron, enjugándose las lágrimas y abrazados.
-Tan…- Paró- ¿Tan mal está?- Miró a su padre. Rose apretó con fuerza su mano.
-Bueno…- No fue capaz de seguir y Emmet asintió comprendiendo.
Se dieron un tímido abrazo y entraron dentro.
-Edward- Impactado, soltó a Rose y acabó en cuclillas, tapándose el rostro con sus manos. Su novia permaneció a su lado, acariciando su cabeza, pero con la vista clavada en su cuñado.
Las lágrimas resbalaban sin control por su cara. Delante de ella, estaba aquel hombre fuerte y vigoroso que la impactó nada más verlo. Tan seguro… Tan fuerte…
Emmet se levantó, y lentamente fue acercándose a la cama.
-Hermano… Joder hermano, ¿qué te han hecho dios?- Apretó los puños y tensó sus labios, la rabia le carcomía por dentro.
Suspiró repetidas veces, tratando de calmar la ira que le llenaba. Se dedicó a contemplar su cuerpo. Estaba tan quieto, tan ausente, tan…
Tomó su mano, y Rose le acercó una de las sillas. Emmet se sentó y comenzó a hablar.
-Sabes Eddie- Sonrió tristemente- Vaya, ahora puedo aprovechar y castigarte… Eddie- Rose rió ante el tono de Emmet- Eres un tío cojonudo, estás saliendo de ésta hermano. Tienes a mucha gente maravillosa que te espera y una larga vida junto a tu mujer- Tomó aire- Dicen, que no saben si puedes oírnos, pero yo sé que sí , y ahora que te tengo así- Le guiñó un ojo, como si pudiese verlo- voy a aprovecharme- Sonrió guasón.
-Me das miedo Emmet- Rose bromeó.
-Cuando salgas de ésta, vamos a pasar un tiempo juntos. Todos, los cuatro- Hizo una pausa- Una escapada de hombres, para hablar cosas de hombres, hacer cosas de hombres- Rose frunció el ceño.
-¿Emmet?- Preguntó ésta.
-¿Qué Rose?. Ya sabes, pescar y beber cerveza hablando de fútbol y chicas, esas cosas de hombres- Exclamó encogiéndose de hombros - Hace mucho que dejamos de hacerlo y lo echo de menos hermano- Sus ojos volvieron a aguarse - Te echo de menos Ed y quiero que te cures cuanto antes. Me haces falta hermano, en realidad, nos haces falta a todos- Miró su cara- Por Bella no te preocupes, ella estará bien. No sabes el pedazo de mujer que tienes, lo fuerte que es…- Sonrió y Rose asintió acariciándole el hombro.
-Yo creo que sí lo sabe cariño, por eso la eligió- Se puso en cuclillas junto a Emmet, y éste la instó a sentarse en sus rodillas.
-Sabes Hermano, creo que tendrías que pedirla que sea tu mujer en cuanto te recuperes. Está más que claro que sois el uno para el otro, y Joel…- Paró, pensó en ese niño que se había metido a todos en el bolsillo y se emocionó de nuevo- Joel te quiere Ed, serás un perfecto padre para él- Miró a Rose, quien estaba completamente embobada.
-Bueno, ya dije que me aprovecharía, ¿no?- No pudo menos que reír. Su novio era así, perfecto a su manera. Lo besó dulcemente.
-Te quiero- Le susurró bajito y el sonrió complacido.
-Bueno hermano, ahora viene lo menos bueno- Carraspeó y Rose entrecerró los ojos.
-Veras, tú tienes que tratar de recuperarte cuanto antes, ese va a ser tu cometido. Pero como sé que me escuchas, quiero que sepas que por este lado todo está controlado. Sabemos quien te hizo esto, y van a pagar, de eso no te quepa duda Edward. Van a pagar y con creces- Apretó con rabia los dientes- Así que, concéntrate en ti, y en ponerte bien . De lo demás, nos ocupamos nosotros. ¿De acuerdo?- Esperó tenso.
Lloró, por unos instantes esperó un gesto de su hermano que no se produjo. Bajó la cara y dejó caer las lágrimas en silencio.
Pasaron varios minutos y Rose le instó a levantarse.
-Cariño. Vamos a descansar y en unas horas volvemos. ¿Sí?- El accedió levantándose.
-Hasta luego hermano. Estarás bien. Y no te preocupes, Bella no tardará mucho en llegar- Sonrió pícaramente- Pórtate bien- Susurró con picardía.
Rose no pudo evitar rodar los ojos. Se despidió de Edward besándole la mejilla.- Recupérate pronto cuñado macizo- Le susurró en su oído.
-¿Eh?- Lo he oído- Protestó Emmet.
-Lo sé- Besó rápidamente sus labios tirando de él hacia la puerta.
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