Próxima Estación: El Paraíso

Autor: caro508
Género: + 18
Fecha Creación: 12/06/2011
Fecha Actualización: 12/06/2011
Finalizado: SI
Votos: 15
Comentarios: 72
Visitas: 163651
Capítulos: 93

Tras la violenta muerte de su marido, Bella trata de reconducir su vida junto a su hijo embarcandose rumbo a un paraje de ensueño, donde descubrirá no sólo el amor, sino su propia fuerza para hacer frente a las duras pruebas que tendrá que superar.


Hola aquí estoy con otra historia que no es mía, esta vez el turno le pertenece Sethaum,  yo solo la subo con su autorización, otro fic entre mis favoritas, espero les guste…

Los personajes pertenecen a Stephanie Meyer; los que no pertenecen a la saga son de cosecha propia de la autora.


+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 6: Ya lo he visto.... He visto el mar

Hola chicas que tal, aquí paso dejando un nuevo capitulo, no se si para mañana pueda subir uno, porque tengo la juramentación de mi carrera en el Colegio de Médicos y Cirujanos, si acaso no lo subo las compenso el sábado con 2 capitulos, les parece??? Espero les guste este y espero sus votitos y comentarios que son bien recibidos… Saludos.

 

Aterrizamos después de un largo vuelo. Rose se encargó de impedirme mirar por las ventanillas, quería que mi primer encuentro con el mar fuese perfecto. Yo no entendía su postura, pero los nervios por volar hicieron que desistiese en mi cometido de mirar, y simplemente me dejé vencer.

Llegamos a la terminal andando desde el avión, ya que se trataba de un aeropuerto bastante pequeño. Al llegar, un imponente rubio nos saludaba con la mano llamando nuestra atención. De repente, Rose soltó su pequeña maleta de mano, y después de atravesar un corto trecho, se abalanzó sobre el chico rubio y casi lo tira al suelo al chocar.

Alice y yo, nos miramos, y poniéndonos de acuerdo, ambas dijimos al unísono: - Jasper-.

Nos aproximamos a ellos, ambos seguían abrazados y dándose pequeños besos. Decidimos dejarles su tiempo, y nos limitamos a observarles sonriendo. Fue entonces, cuando me dirigí a Alice para comentarle que teníamos que recoger el equipaje, pero me quedé callada. Alice miraba Jasper con verdadera atención, adoración diría yo. Tenía los ojos abiertos como platos, y una sonrisa placentera en los labios.

No fui consciente que los hermanos se habían acercado, hasta que oí a Rose hablar.

-Chicas, os presento a mi adorable, guapo y maravilloso hermano- Volví la cara hacia ellos, di un paso al frente y tomé la mano que me ofrecía Jasper. -Mucho gusto Jasper, me llamo…- El me interrumpió- Bella, si, mi hermana me ha hablado mucho de ti. El gusto es mío- Y acto seguido me estampó dos besos en la cara.

- Y tú eres… ¿Alice?- La miró extrañado, supimos por qué nada más volver la vista a ella. Alice se había quedado congelada en el sitio. Seguía manteniendo los ojos como platos sobre él, mientras éste sostenía su mano en el aire. Le di un pequeño codazo. Ella me miró y torció el gesto, pero inmediatamente salió del trance, y sus mejillas se tornaron de un rojo vergüenza bastante evidente. Tomó la mano de Jasper, y se volvió a quedar embobada mientras balbuceaba un intento de saludo.- H…hola, soy Alice, y soy tuya…¡Ups! Quiero decir, soy amiga de Rose ¡encantada de conocerte! El rojo de sus mejillas, se había tornado en un fuerte morado.

Jasper se quedó alucinado, pero inmediatamente comenzó a reírse igual que nosotras dos, para luego acercarla a él, y dejándole los dos besos en la mejilla, susurrarle al oído -Lo tendré en cuenta- A lo que le siguió un guiño de ojos.

-¿Y quién es el caballero que os acompaña?- Dijo bajando la mirada a Joel- Mi hijo se había mantenido callado mientras la escena de la presentación estaba dando lugar, pero se envaró y contestó dejándonos alucinados a los cuatro.

-Soy Joel. Y no me gusta como miras a tía Alice- Yo no pude evitar reírme, y afortunadamente Jasper también lo hizo. Se agachó a la altura de mi hijo, le tomó por los hombros y sonriéndole le dijo: Tranquilo Joel, tu tía Alice me parece una mujer encantadora, y jamás le haría nada malo- Mi hijo, asintió, pero un mohín nos hacía saber que le tendría vigilado.

-Bien chicas, tenemos que ir a recoger el equipaje. Mi socio nos espera a la salida con el coche, así que no tardemos mucho porque no puede quedarse mucho tiempo en la puerta- Dijo Jasper comenzando a caminar.

Asentimos, y después de recoger nuestras maletas, nos dirigimos a la salida del aeropuerto. Una bocina llamó nuestra atención, y después de ver a Jasper dirigirse al coche, lo seguimos. De él, bajó un hombre joven, tenía un cuerpo de escándalo. Su broncíneo y despeinado pelo, brillaba en diferentes matices de ocres y castaños por la luz del Sol.

Tenia una ancha espalda, y la camiseta que llevaba ligeramente ceñida, marcaba a la perfección los músculos. El viento que en ese momento era notorio, hacía el resto en aquellas partes que no quedaban pegadas a su piel. Un short de medio muslo, mostraba sus bien formadas y bronceadas piernas, además de un trasero de lo más sexy. Le estaba mirando de espaldas, aunque debería decir, que literalmente, hacía un inventario de lo que por el momento, estaba contemplando.

¡Un momento! Estaba comiéndome a ese hombre con la mirada, con mi hijo al lado. ¿Pero, en qué estás pensando Bella? Tú no has venido a eso, has venido a descansar, a desconectar, a estar más con tu hijo. Sacudí la cabeza, y salí del trance para entrar de nuevo en él, al mismo tiempo que ese hombre se giraba hacia mí para tomar mi maleta. Dios. Dios. Me sumergí de lleno en un mar esmeralda.

Me costó salir a la superficie, ya que me encontraba bien, demasiado bien buceando en las profundidades de ese verde mar. Su pelo, oscilaba caprichoso a merced del viento, dejando que unos mechones cayesen rebeldemente sobre su frente, tenía una nariz angulosa, y unos labios que con toda seguridad, serían la entrada al paraíso. A penas fui consciente de nada ni nadie más cuando me perdí totalmente en su boca.

Mostraba una dentadura perfecta cuando sus labios se torcieron haciendo que mi cuerpo involuntariamente emitiese un gemido. No pude… ni quise evitar seguir haciendo inventario del resto de su cuerpo, su pecho… ¡Oh Dios su pecho!… No sé como fui capaz de contener la mano que amenazaba con tocarlo, su camiseta marcaba unos pezones que en ese momento quise morder, sin más, pero aún me quedé más alucinada cuando el viento subió ligeramente su camiseta, mostrándome una "V" de lo más sexual. Y me mojé. Sí, no pude evitarlo.

Me mordí el labio inferior cuando bajé más mi mirada, a su vientre… viendo más allá de lo que su short cubría. Imaginaba ese miembro en mis manos, en mi boca, en mi interior, y no puede evitar cruzar las piernas en un intento de rozar mi entrepierna. Estaba en el cielo, había muerto y ese Ángel me estaba dando la bienvenida al Paraíso. Pero Alice me hizo una maniobra de resucitación en forma de codazo en mis costillas, y regresé al mundo de los vivos .

Abrí mis ojos de vuelta a la consciencia, para reparar en esos ojos verdes que me miraban divertidos y noté que su mano tiraba del asa de mi maleta, bajé la vista a ella, y de repente tomé conciencia de dónde estaba, con quién, y lo peor, cómo.

-Te prometo que no te la voy a robar- dijo una voz tan sensual como divertida -Sólo quiero cargarla en el jeep, en serio-

La solté como si quemara, tanto como mis mejillas. No acerté ni a balbucear mi nombre cuando habló de nuevo.

-Edward Cullen, y tú eres…-

-B… Bella… ehm… Barnet, ¡Swan!- Dios, no sabía ni qué apellido usar. ¿Bella Swan? Le he dicho Bella Swan? Por dios, ¿como puedo ser tan idiota? Iba a corregir de nuevo el apellido, cuando él se me adelantó…

-Entonces, encantado Bella ehm Barnet ¡Swan!- se lo estaba pasando pipa el condenado.

Cuando me giré, Rose y Jasper comenzaron a mirar a algún punto indefinido intentando no doblarse de la risa, Alice me miraba con esa mirada picara que decía muchas cosas. Ni siquiera había reparado en mi hijo, ¡Mi propio hijo ignorado por la salida de su madre!

-Mamá, necesitas aire frio, estás muy roja. Estupendo, ahora mi hijo acababa de dar el golpe de gracia, que por su puesto hizo que las risas que se estaban aguantando, saliesen en forma de carcajadas.

-¿Nos vamos? Tengo entendido que no se puede estacionar aquí durante mucho tiempo- Dije lo más indiferente que pude, aunque el tono de mi voz no pudo ocultar el enojo y la vergüenza.

Nos subimos al jeep. Edward conducía, y yo me senté justo detrás de él. Jasper se giró en el asiento del copiloto, y hablaba con su hermana y Alice, yo, sujetaba la mano de Joel y miraba por la ventanilla intentando por todos los medios aparentar normalidad. De vez en cuando, desviaba mi mirada al espejo retrovisor, para descubrir a unos divertidos ojos verdes mirándome. Lógicamente, mis mejillas no tardaban en hacerse notar cada vez que esto pasaba. Se me hizo un viaje largo, larguísimo, a pesar de que nos hallábamos a tan sólo un par de Km. del puerto, dónde una lancha nos llevaría a la Isla en que teníamos la reserva hecha.

El Trayecto en la lancha, lo pasé embobada contemplando el océano. Me agarré a una de las barandillas, y dejé que mi pelo se moviese a merced del viento. Cerré mis ojos y llené mis pulmones de ese fresco y limpio aire. No pensaba en nada más, sólo en sentir las sensaciones que me provocaba la velocidad de la lancha. Una voz sensual en mi espalda, me sacó de la ensoñación.

-La sensación de libertad es increíble, ¿verdad?-

-Yo diría que más de libertad, es sensación de paz. No me siento presa de nada-

-Umm, aceptamos paz pero, a veces, los grilletes que nos atan a algo son invisibles-

Al decir esto, aún seguía a mi espalda, y el movimiento que la lancha hacía al romper las olas, provocaba que de vez en cuando me rozase con su pecho, haciendo que cerrase los ojos más de una vez siendo presa, que razón tenía de mis propias sensaciones.

-¿Eres psicólogo?- El sonrió divertido

-No, para nada- Y se giró para apoyarse a mi lado en la barandilla - Pero tus expresiones dicen mucho de ti, nada malo, no te preocupes- Y me guiñó un ojo.

-Y… ¿Qué dicen mis expresiones?- Pregunté directa.

-Que tienes miedo- Dijo sin dudar.

-¿Por qué supones eso? - Le pregunté extrañada.

-Bueno, digamos que tengo una teoría al respecto. Pero, de momento prefiero quedármela para mí. Ya habrá tiempo de comentar- Y sin más, apretó una de mis manos con otra de las suyas, me dedicó una bonita sonrisa y se marchó a hablar con Jasper.

Me giré de nuevo al océano, después de cerciorarme que Joel estaba con Alice y Rose, y volví a experimentar paz, si eso era, paz con los ojos cerrados hasta que la lancha aminoró la velocidad. Nos dirigimos a un pequeño embarcadero, de uno de los 1192 Islotes e Islas que conforman el Archipiélago de Las Maldivas.

Bajamos a un pequeño puente de madera que nos llevaba directamente a unas escaleras de piedra natural, y éstas a la recepción de un pequeño hotel de madera. Nos quedamos alucinadas. Los chicos se acercaron a la recepción dónde tomaron las llaves de los dos bungalows que teníamos reservados. Uno de ellos, para mi y mi hijo, el otro, para Rose y Alice.

Volvimos en nuestros pasos, para retomar el pequeño puente que se bifurcaba en dos tramos en horizontal, los cuales llevaban a los pequeños bungalows que se encontraban levantados sobre las tranquilas aguas del islote. (http://www.vuelosislas.com/images/imagen10.jpg)

Era curioso, como en el extremo de ese puente, había un fabuloso jacuzzi. Si ya habíamos abierto los ojos como platos al ver la recepción del pequeño hotel, al pasar junto al jacuzzi (http://quehotelreservo.es/files/2008/09/hotel-maldivas.jpg), no pudimos hacer menos los chicos reían al ver nuestras caras, y nos apremiaban a seguirles hacia las cabañas. Alice seguía dando saltitos mientras seguía a Jasper y Rose a una de las cabañas. Edward me indicó que yo le siguiese a él con mi hijo. Paró delante de una de ellas, se encontraba al lado de la de mis amigas. Metió la llave en la cerradura y volviéndose a mí dijo:

-¿Estás lista? Asentí, y después de abrir la puerta hizo que entrase yo primera.

Flipada es un término escaso para describir la primera sensación. No sabía si llorar, reír, saltar… me limité a caminar lentamente por el interior de la estancia principal sin abrir la boca, muda de la sorpresa.

El bungalow constaba de un dormitorio principal y su baño junto a una cocina que comunicaba con la terraza en forma de barra americana en la primera planta, quedando en la superior otra habitación de un tamaño más reducido con su correspondiente baño (http://static0.splendia.com/commun/images/imageshotel/31710/moz_27_bungalow_interior.jpg). Edward me explicó, que no había sala de estar como todos la conocemos, ya que la vida para esos menesteres, se hacía en las terrazas de la cabaña. Yo le contemplaba idiotizada mientras hablaba, tanto por su voz, que me transportaba, como por lo que veía …

 

Wiii apareció nuestro querido Edward, jeje vieron como Bella se quedo casi sin habla, ya me lo imagino todo bronceado y con ese cuerpazo de playa, por otra parte Alice tampoco se queda corta cuando afirma soy tuya siempre tan Alice.

Capítulo 5: Acostumbrándome al vacío Capítulo 7: Buceando en tus aguas

 


Capítulos

Capitulo 1: Introducción Parte 1 Capitulo 2: Introducción Parte 2 Capitulo 3: Introducción Parte 3 Capitulo 4: Aterrizando en la realidad Capitulo 5: Acostumbrándome al vacío Capitulo 6: Ya lo he visto.... He visto el mar Capitulo 7: Buceando en tus aguas Capitulo 8: Estupendo, está pillado Capitulo 9: Me lías, me lío? ¿Nos liamos? Capitulo 10: ¿Porqué no me siento culpable? Capitulo 11: ¿Es ella? Sí. Es ella Capitulo 12: Lo que me haces sentir Capitulo 13: Lo Siento Capitulo 14: Un "helado" interesante Capitulo 15: Un Imposible Capitulo 16: La Vista Capitulo 17: Agridulce Capitulo 18: Aclarando puntos Capitulo 19: Y ahora, ¿qué? Capitulo 20: Comenzando? Capitulo 21: No puedo más Capitulo 22: Interrogatorio Capitulo 23: Afianzando Capitulo 24: Ley de Murphy Capitulo 25: Maldita Zorra Capitulo 26: Despedidas Temporales Capitulo 27: De Nuevo Por Aquí Capitulo 28: Te Necesito Capitulo 29: La Perra y su Amo Capitulo 30: A esto se le llama caer bajo Capitulo 31: Haciendo Conjeturas Capitulo 32: 24 Horas Capitulo 33: Por fin estás aquí Capitulo 34: La Charla Capitulo 35: Escondido Capitulo 36: Hiel Capitulo 37: Rabia Capitulo 38: Primer Contacto Capitulo 39: Instrucciones Capitulo 40: Compromisos Ineludibles Capitulo 41: Reencuentros y Primeras Citas Capitulo 42: Coto Privado Capitulo 43: Cena de Navidad Capitulo 44: Cuentas Pendientes I Capitulo 45: Cuentas Pendientes II Capitulo 46: Comida infructuosa Capitulo 47: Chocolate Calientito Capitulo 48: Verdades como puños Capitulo 49: Actos y Consecuencias Capitulo 50: Confesiones a la luz de las velas Capitulo 51: Nada Capitulo 52: Canta para mí I Capitulo 53: Canta para mí II Capitulo 54: Estoy aquí Capitulo 55: ¿Maravilla? Capitulo 56: Amargo desayuno Capitulo 57: Haciendo balance Capitulo 58: Fiesta Capitulo 59: Año Nuevo, Vida... Capitulo 60: Otra vez no Capitulo 61: No puedes irte... Capitulo 62: El presente Capitulo 63: Deja vú Capitulo 64: Des... Esperanza Capitulo 65: Desesperación Capitulo 66: Día Uno oscuridad Capitulo 67: Recogiendo Tempestades Capitulo 68: Día dos, tormenta Capitulo 69: Bombones Capitulo 70: Asimilando Capitulo 71: Día 15, como en casa Capitulo 72: Día 30, carta al cielo. Capitulo 73: Siguiendo la pista Capitulo 74: Desnudando el alma. Capitulo 75: Día 57, señales Capitulo 76: Día 63, Luz Capitulo 77: ¿Qué hay de nuevo? Capitulo 78: Cuéntame Capitulo 79: Normalidad Aparente Capitulo 80: Face to Face Capitulo 81: SÍ Capitulo 82: Previa Capitulo 83: Para siempre Capitulo 84: Consumando Capitulo 85: Step by Step Capitulo 86: Separando Destinos Capitulo 87: Cosechando Capitulo 88: Sentencia Capitulo 89: Buenas Nuevas Capitulo 90: !Hola! Capitulo 91: Cerrando Ciclo Capitulo 92: Y Comieron Perdices Capitulo 93: Epilogo

 


 
14443961 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10761 usuarios