¡Joel, baja a tomar tus cereales, se hace tarde para ir al cole!
¡Ya voy mamá!
Una mañana más en el domicilio de los Barnet, en Kansas City.
-Bella cariño, sube arriba o me tendré que ir sin despedirme de Joel-
-Chris, ya ves que estoy liada preparándole el desayuno, sube tú anda, y por favor… ¡Tráelo!
Y siempre lo mismo, el niño travieso que no obedece, o si lo hace, siempre tarde, y los padres sufridos, que aunque lo adoran, más de una vez creen que engendraron a un demonio, pero… Su encantador demonio.
Porque, así era Joel. A veces un terremoto, puro nervio, activo, dicharachero, locuaz, impertinente… Ahí sacaba las mejores notas, pero al mismo tiempo, podía ser la más encantadora de las criaturas. Claro, que para eso, había que ganárselo, y en esos menesteres … la cosa estaba muy difícil… Sí.
Y ahí estaban, bajando los dos por la magnifica escalera que daba a la parte baja de su magnifica mansión.
Porque los Barnet, eran una familia adinerada. Christian Barnet, era un alto ejecutivo en una de las más importantes compañías petrolíferas de Kansas, para ser más exactos, era el hijo del dueño de dicha compañía.
Ahí conoció a Bella seis años atrás.
Era la criatura más dulce, bonita y… Patosa que había conocido jamás. Acababa de incorporarse a la empresa como becaria. Un par de años de preparación para dar el salto profesional. Aunque esos dos años, acabarían siendo tan sólo unos cortos dos meses…
Era la futura secretaria del Sr. Blake. Un septuagenario encantador que se pasaba la mayor parte del tiempo chocheando con el personal femenino de la octava planta de la empresa. Su cometido laboral hacía años que terminó. Su permanencia en su puesto, sólo obedecía a que yo terminase de ascender hasta el lugar que me correspondía ocupar. Vicepresidente de la Empresa.
Ni qué decir tiene, que a partir de la incorporación de Bella a su puesto, yo iba demasiado animado a trabajar. Eso al menos, era lo que me decía mi compañero de apartamento todas las mañanas, Tom Myers. Un tipo de lo más introvertido, pero leal, serio y trabajador.
-Presiento que dentro de poco un maremoto rubio provocará un tsunami-
-¿Un tsunami?, No sé de que me hablas Tom-
-Jajaja, sabes que sí, y no creo que tardes mucho en comprobarlo-
Y claro que sabía a qué se refería. ¡Cómo no! Hablaba de Tanya Denali.
Era la hija del otro empresario más importante del sector. Brandon Denali. Y al igual que su padre, era una persona odiosa en todos los sentidos de la palabra. La detestaba, la rechazaba en lo más profundo de mí ser. Y por si eso fuese poco, había sido "elegida" para desposarla conmigo cuando llegase el momento.
Mi madre era contraria, por su puesto. Ella era la antítesis de mi padre. A veces me preguntaba como podían haber terminado juntos. Supongo que tenía algo que ver con los misterios del amor… Supongo. Pero estaba profundamente enamorada de mi padre, y era correspondida del mismo modo por él. Sencillamente se adoraban. Y de ese amor, nacimos mi hermana Alice y yo.
Alice, qué decir de Alice…
Simplemente, que mi hijo había heredado todo su carácter…
-Chris, hijo. Ya lo hemos hablado muchas veces. El amor se crea con el cariño, no se encuentra. Míranos a tu madre y a mí. No nos conocíamos de nada, nuestro matrimonio fue por poderes y des… -Bla, Bla, Bla…
Ese era el punto de inicio de mi viaje astral. Ese en que mi padre me quería hacer ver las ventajas de un matrimonio pactado con alguien a quien detestaba. Daba lo mismo si yo rechazaba de plano a la "Ambición Rubia", (así la llamábamos mi hermana Alice yo). Para mi padre, el hecho de no quererla, no significaba que no pudiese hacerlo en el futuro. Que el matrimonio con mi madre hubiese funcionado, no quería decir que los demás tuviésemos la misma suerte, o al menos, la intención de comprobarlo.
Y así pasaron los años. Años, sí, porque me "prometieron" a ella, a los 16. Jamás olvidaré aquella tarde…
-Chris, tu padre quiere verte en el salón-
-Ya voy madre, termino de vestirme y bajo-
Y así lo hice, al bajar y entrar al salón, mi padre me esperaba apoyado en una de las esquinas de la enorme chimenea. Mi madre, estaba sentada en uno de los sofás, charlando con Claire Denali, la madre de Tanya. En el otro, ésta, acompañada de su padre, miraba nerviosa al suelo. Miré la estampa, no sabía que pasaba, pero algo me decía que nada bueno. Al menos para mi…
Alice entró en ese momento y se puso a mi lado metiendo una de sus manos en uno de los bolsillos traseros de mis tejanos. Era uno de sus gestos típicos cuando estaba nerviosa. Le hacía sentir segura, agarrarse a mis pantalones, siempre tendía a perderse de pequeña y le indiqué que debería agarrarse así en adelante. Lo que no imaginaba, era que siempre que tuviese miedo, de una manera u otra, lo haría. Y a mi me gustaba que ese pequeño gesto le tranquilizase, pero en ese momento, no la noté tranquila… Más miedo.
Mi padre se dirigió a mi, primero con la vista, después con la palabra:
-Hijo, siéntate, tenemos que hablar-
Me senté junto con Alice, en uno de los sillones con orejas que había a uno de los costados de la chimenea. Entonces, mi padre carraspeó y habló en mi dirección.
-Chris, como ya sabes, Brandon Denali es un gran amigo mío, y espero que algo más en un futuro no muy lejano. Lo que quiero decir, es que llevamos un tiempo barajando la posibilidad de fusionar nuestras empresas, para así convertirnos en el máximo productor petrolífero del país-
-Pero papá- le interrumpí- Tu ya eres el máximo productor. Tu yacimiento es el mayor de todos. No entiendo para qué necesitas la fusión, y mucho menos, qué pinto yo aquí. ¡Aún estoy en la secundaria!
Aquello, lo dije como si fuese lo más obvio del Mundo. Pero mi padre, negó con la cabeza y siguió con su discurso…
-Hijo, si, somos el mayor yacimiento, y el mayor productor. Pero con la fusión, conseguiríamos más producción y una expansión más amplia a la hora de exportar. Y tú, tienes un papel importante en todo esto. Acabarás por dirigir la compañía. Te formarás a fondo. Estudiarás Empresariales en la mejor Universidad de éste país, y una vez te hayas licenciado, comenzarás a formar parte del staff de la empresa, dónde te empaparás de todo lo necesario, hasta que llegues a dirigir la compañía-
Sabía que mi futuro estaba en dirigir la empresa familiar. Lo sabía desde que era un crío. Ese era mi destino y en cierto modo, lo había aceptado. Es más, no me disgustaba especialmente. No, hasta que oí el resto del discurso que mi padre me tenía preparado.
-Brandon está dispuesto a la fusión, está encantado de pertenecer a ésta familia, de estrechar más los lazos si cabe- Ahí me perdí, sinceramente. No entendía a dónde quería ir a parar mi padre con eso de los lazos familiares.- Hijo, Brandon y yo, hemos decidido que Tanya y tú, os caséis una vez hayas entrado a formar parte de la empresa. De ese modo, el negocio se quedará estrictamente en las dos familias. No queremos que ningún "agente externo" se beneficie de nuestro sudor-
¿Qué? ¿Había oído bien? Tanya, empresa, familia… ¿MATRIMONIO?
-Papá, ¿estás tratando de decirme que mi esposa será Tanya?-
-Así es, hijo. La mejor esposa que podrás tener-
-Pero… pero t…tú no puedes hablar en serio papá, no puedes hablar en serio- Mi voz a penas era un leve murmullo. Justo en ese momento sentí la mano de Alice apretar una de las mías. Le miré a los ojos, desprendían incredulidad, o tal vez horror. Miré a mi madre, ella estaba con la mirada fija en un punto perdido. Claire Denali en la misma situación, y los otros tres pares fijos en los míos. Cada uno de ellos con diferente expresión: Mi padre, seguridad, Brandon, amenaza y Tanya… satisfacción. Dios, esa maldita víbora parecía que iba a comenzar a relamerse de un momento a otro.
-¡NO!-
-Hijo, cálmate-
-¡NO! ¿Me has escuchado padre? ¡NO!. Jamás me casaré con ella. ¡La detesto, ni si quiera es mi amiga!
-Lo será, date tiempo y cálmate Christian, estás dando un espectáculo-
-¿Un espectáculo padre? ¿Me estás diciendo que éste circo ha sido idea mía?
Brandon Denali comenzó a ponerse rojo. Se le notaba ofendido, por eso dirigiéndose a su mujer, dijo de forma airada:
-Claire, vámonos. No pienso formar parte de una familia que desprecia a mi hija. Y por supuesto Greg - volviéndose a mi padre- nos olvidamos de la fusión-
-Tranquilo Brandon. No te preocupes, las cosas se harán según lo pactado. Mi hijo- dijo esto de manera fría y amenazadora, mirándome directamente a los ojos- Hará lo que tenga que hacer por su familia, exactamente igual que antes lo hice yo, y antes que yo mi padre-
-¡NO! No voy a hacer nada que no desee. Puede que hayas escogido mi futuro laboral, y lo acepto. Pero no te consiento que me digas con quien debo casarme y con quien no. Pero por dios, si ni siquiera he tenido una novia papá. ¿Cómo puedes decirme que esa serpiente va a ser mi esposa?-
Una sonora bofetada cayó en una de mis mejillas y no sé que dolió más. Si el impacto, que puedo asegurar fue importante, o el veneno que empezó a recorrer mis venas. Rabia, impotencia, desesperación, orgullo… En ese momento habría pegado un puñetazo a mi padre. De hecho, creo que habría sido capaz de pegarle una paliza. Pero opté por mirarlo con odio y a la vez con determinación y espetarle de la manera más fría que pude:
-No papá. Jamás me casaré con ella. Nunca ¿me oyes? Nunca-
Mi padre me agarró de ambos brazos, comenzó a zarandearme de pura rabia al mismo tiempo que gritaba airado.
-Harás lo que se te ordene. Estudiarás sin distracciones, te formarás como el mejor, y te casarás con esa preciosa chica. La harás feliz, dirigirás la empresa y me darás nietos-
Me solté de mala manera de su agarre. Y antes de abandonar la sala corriendo de pura rabia, me volví hacia él para decirle:
-Ni lo sueñes- Sentencié
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Hola chicas!!! Les gusto este nuevo capitulo esta esta nueva historia??? Si es asi dejen sus comentarios y votitos y pronto subiré el siguiente. Saludos
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