-¿Qué pasó, una vez que mató a Blake?- Jacob se apoyó en la mesa aún con las manos metidas en los bolsillos. Tenía que recordar quien era. Era el Inspector Jacob Black, no el novio de Ariana Blake y tenía delante al asesino de su malogrado suegro.
-Tanya- Se aclaró la garganta al comprobar la mirada de hielo del Inspector- Ella nos indicó seguirla al despacho de Barnet. Ella y el hacker…- ¿Cuál es su nombre?- Interrumpió Jacob - "Storm", ese es su alias- Respondió Mike.
-Sigue- Apremió.
-Ella y …"Storm"- se repitió- Harían lo mismo, buscar el archivo de nuevo, pero al entrar, Barnet estaba ahí- Se detuvo.
Todos le miraron, y el volvió a carraspear antes de seguir.
-Él se sorprendió al verla. Y Tanya, cerró la puerta dejándonos fuera a nosotros. Lo único que oímos un par de minutos después, fue el ruido sordo de un disparo- Miró a Black.
-¿No trató de negociar con él?- Preguntó extrañado Jacob.
-Al parecer, no. Salió del despacho y nos apremió a volver al parking subterráneo. No abrió el pico durante todo el trayecto hasta el coche- Jacob seguía extrañado.
-¿Tampoco preguntaron nada?- Insistió.
-No. Bueno, no hasta que ella detuvo el coche sobre uno de los puentes que atraviesan el Río Missouri y arrojó el arma- Relató Newton.
-¿Qué les dijo?-
-Básicamente, que Barnet se negó igual que Blake, y ella le mató- Se encogió de hombros.
-¿Sin más?- Preguntó Jacob sorprendido de la frialdad de la mujer.
-Sí- Respondió conciso.
-Luego, Usted estuvo escondido- Comenzó- ¿Por qué?- Jacob paseaba de un lado a otro aún con las manos en los bolsillos.
-Al principio no. Los primeros cuatro meses seguí en casa, ya que al parecer no había peligro de nada. Las dos únicas personas que sabían todo, estaban bajo tierra, y yo, me limité a vivir con relativa normalidad- Se rascó la cabeza y volvió a adoptar la misma postura inicial, manos entrelazadas sobre la mesa, y postura rígida en la silla.
-¿No supo nada de ella en todo ese tiempo?-
-No. Hasta pasados esos cuatro meses-
-¿Qué pasó para volver a saber de ella?- Jacob ocupó su silla de nuevo.
-Una noche…- Paró para poner los recuerdos en orden- Una noche salí a tomar unas copas. No solía hacerlo, soy más bien casero- Sonrió tristemente- Pero la situación no era la mejor y la presión a veces, podía conmigo, así que, decidí relajarme. Llegué a un local de esos de moda, el Whiskey Tango, estaba lleno, pedí un par de copas, y alguien se sentó a mi lado- Todos le miraban absolutamente pendientes. Mike hizo una pequeña pausa y continuó.
-Comenzamos a hablar de tonterías, ya saben, chicas y todo eso- Volvió a sonreír con tristeza- Era un tipo muy refinado, demasiado para ser real- Esta vez sonrió con sorna- Y tremendamente culto- Jacob habló de pronto.
-¿Quién era ese tipo?- Mike levantó una mano, pidiéndole que esperase.
-El tipo…- Miró a Jacob- Me pagó bastantes copas, suficientes diría yo para soltar mi maldita lengua, y eso…- Bramó con rabia- Eso fue mi perdición- Cerró los ojos fuertemente- No sé como, me vi contándole todo. Supongo que necesitaba soltarlo y el alcohol hizo todo lo demás. Le hablé de todo, del fraude, de los asesinatos… Todo- Se maldijo en voz baja.
-¿A quién le contó todo?- Jacob se pegó a su rostro, intimidante. Mike tragó en seco.
-Stevens… Paul Stevens- Otra vez la mirada de Jacob se dirigió al espejo, dónde James apretó los puños con fuerza, al mismo tiempo que su sonrisa de victoria adornaba su cara.
-¿Se conocían?- Preguntó Jacob
-No, en absoluto-
-¿Qué pasó después de esa noche?-
-Tanya se presentó en mi casa la tarde del día siguiente. Estaba tremendamente enfadada, creí incluso, que me mataría- Tembló al recordarlo.
-¿Por qué?-
-El tal Stevens, fue a visitarla unas horas después de que yo largase. Al parecer, había hecho- Ironizó- Un trato con ella- Sonrió burlonamente.
-¿De qué se trataba?-
-El, es broker. Sus acciones en la compañía a cambio de su silencio- Sus labios se torcieron en una mueca sarcástica.
-¿No es ese el prometido de Tanya Denali?- Preguntó Jacob.
-¿Prometido?- Una carcajada hilarante brotó de la garganta de Mike- El sólo la utiliza, la tiene en sus manos. Se ha convertido en su puta y en una fuente de enormes ingresos- Seguía riendo.
-Parece que le divierte- Observó Jacob.
-Oh, sí. A cada cerdo le llega su San Martín- Levantó una ceja sonriente.
-Qué sabe de ese "trato"?-
-Lo único que sé, es que fingieron ese compromiso para que la "cesión" de las acciones no fuese tan descarada. El la trata como a una perra, y ella, se limita a obedecerle.
-¿De quién fue la decisión de esconderle?-
-De él. Por supuesto-
-¿Sabe por qué?-
-Tanya es perversa, pero imbécil e impulsiva. Si por ella fuese, yo también estaría muerto. Stevens no quería más muertos que levantasen más sospechas
-¿Se hizo entonces, cargo de todo?
-Así es. Puso a sus hombres a vigilarme, y de paso, a ella también
-¿Sus hombres?- Jacob pestañeó, no vieron a nadie por la zona.
-Sí. De hecho, ellos estaban al corriente de que la policía me buscaba. Obviamente, no llegaron a enterarse que me encontraron- Rió con burla.
-¿Cómo lo supieron?
-Ella llegó a casa hecha una fiera, dijo que tuviese cuidado porque me buscaban. No dijo nada más, excepto amenazarme otra vez, claro
-¿Se ha visto con ellos de nuevo?
-No. Con Stevens nunca más he vuelto a coincidir
-¿Estaba Brandon Denali al corriente de todo esto?
-No lo creo. Aunque no podría asegurarlo
-¿Tiene algo más que añadir?- Jacob se levantó de repente, de momento, ya tenían bastante.
-Sólo una cosa- Miró fijamente a Jacob- Protejan a Bella Swan. Literalmente, Tanya la desprecia. La culpa a ella de todos sus males, y créame, no dudará en matarla ahora que ya no tiene salida- Jacob apretó los dientes y salió del despacho apresuradamente.
Al salir, se cruzó con los dos hombres que presenciaron todo el interrogatorio tras el espejo.
-¿Hay suficiente?- Les preguntó.
-Suficiente para mandarla al corredor de la muerte- Sentenció Abbot
Jacob asintió y se dirigió a los agentes que se encontraban en la comisaría.
-Cursen una orden de detención contra Tanya Denali y Paul Stevens. Sus fotos en cada estación de trenes, metro y autobuses, en el aeropuerto y cada estación de servicio. Vayan a sus casas, busquen cualquier cosa. Requisen cualquier ordenador que vean. Tú y tú- señaló a dos de los agentes- ahora mismo os vais a su despacho a registrarlo- Si giró hacia una agente que escuchaba tras un mostrador- Lucy, quiero la matrícula de cada uno de sus coches y quiero que transmitas la orden de buscarlos- la chica asintió.
Se dirigió de nuevo hacia James y Carlisle mientras marcaba un número en su móvil- Sra. Barnet- Esperó respuesta- Al habla el inspector Black. ¿Se encuentra en su casa?- Volvió a esperar respuesta- Ok, vamos para allá. No se mueva- Cortó la comunicación y se dirigió a James.
-Tengo el presentimiento de que la prueba que podría haberles mandado hace mucho a la cárcel, la hemos tenido ante nuestras narices- Rugió claramente molesto.
-¿A qué te refieres?- Preguntó éste.
-Al famoso archivo que esa gentuza no logró encontrar- Perdió la vista al fondo- Creo saber dónde está, dónde ha estado todo este tiempo- Y James comprendió.
Unos minutos más tarde, la puerta de la casa de Bella sonó. Al abrirla, se encontró con Jacob, Seth, Carlisle y James. Abrió extrañada.
-Sra. Barnet- Habló Jacob y Bella le miró- Necesitamos ver el maletín de su esposo…
|