Enamorandose de un desconocido (bad girl)

Autor: GBCullen
Género: + 18
Fecha Creación: 29/07/2013
Fecha Actualización: 20/08/2013
Finalizado: SI
Votos: 15
Comentarios: 13
Visitas: 91376
Capítulos: 61

La tímida asistente social Isabella Swam sólo tenía un vicio: al oscurecer, espiaba a sus vecinos durante sus momentos más desinhibidos. Noche tras noche, detrás de cada ventana, en cada dormitorio anónimo, Bella encontraba material para sus fantasías más salvajes. No hacía daño a nadie. Era solo un juego. Nadie se iba a enterar. Hasta que una noche sonó el teléfono...

-«Has sido una niña mala.»

Él se hace llamar Justice, y también tiene una afición: observar como Bella observa a los demás. Tiene fotos que lo demuestran. Ahora le toca jugar a él.

La historia no es mia, pero me gusto asi que decidi adaptarla con los personajes de stephenie meyer, espero les guste la historia :) , dejen sus comentarios.

Esta novela es una adaptacion de el Libro Bad Girl, la autora del es Maya Reynolds

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Capítulo 33: Jardin botanico

Bella retiró la mano que tenía encima de la de Edward y se apoyó con ambas palmas en la mesa. Se inclinó hacia delante para apretarse más contra el vibrador y dejarse invadir totalmente por las sensaciones. Se mordió el labio inferior y empezó a jadear.

-Eso es, vamos -la animó él al tiempo que aumentaba de nuevo la intensidad.

A ella le resbalaban las lágrimas por las mejillas mientr as trataba de mantener la compostura.

-Edward, por favor -le rogó en un susurro.

Había empezado a dolerle el estómago del esfuerzo por contenerse. De pronto, no pudo aguantar más: se inclinó hacia delante y luego se combó hacia atrás recostándose en la silla,totalmente desencajada por el orgasmo. Durante unos segundos no dejó de temblar. Oleada a oleada, el éxtasis la agitó de la cabeza a los pies. Tuvo que controlarse para no caerse de la silla y acabar desparramada en el suelo de ladrillos como si fuera un charco de agua. El patio, Edward,
todo lo que la rodeaba fue difuminándose al electrizársele todas las terminaciones nerviosas.

Poco a poco fue recuperando el control. Tenía la frente empapada y las gotas de sudor le resbalaban entre los pechos.

El vibrador se guía activado y aún le frotaba el clítoris, ya muy sensible. El intenso placer de hacía unos segundos se convertía ahora en un dolor insoportable.

Bella chasqueó los dedos y ordenó:

-Apaga eso.

Edward obedeció al instante.

-¿Estás bien, cariño? -quiso saber, algo nervioso.

Ella cogió una servilleta de lino y se secó con ella la cara y el cuello, aunque no respondió.

-Bella, esta mañana me has dicho que te gustaría saber qué se sentía cuando un hombre tomaba el control de tu cuerpo.

Y tenía razón. Lo había dicho. Y él había hecho exactamente lo que ella había pedido: le había preparado una experiencia de dominación y la había hecho perder el control de su propio
cuerpo. Los orgasmos habían sido increíbles. A Bella se le dibujó una media sonrisa.

Con aquella reacción, Edward se quedó visiblemente más relajado.

-Vaya, menos mal. Me habías asustado.

La sonrisa de Bella se tornó burlona.

-Que no se te olvide que he confiado en ti todo el rato. Así que cuando yo te lo pida, tendrás que hacer lo mismo.

Él levantó las manos en actitud de defensa.

-Por supuesto. Cuando quieras.

Edward en ese momento apareció la camarera con las bebidas y los platos. Bella y Edward se pasaron el resto de la comida charlando sobre todo y sobre nada en particular.

Hacia las tres y cuarto, ella esperaba ya, de pie, en el cuarto de estar de Edward y aprovechaba para explorar el apartamento mientras él, en el dormitorio, se preparaba una pequeña maleta. El lugar era típicamente masculino y los muebles eran sin lugar a dudas hermosos, tenia aparatos electrónicos: la enorme televisión de pantalla plana, el lector de DVD, el vídeo y un aparato de música estéreo último modelo. También había una fotografía encima de la mesa situada al lado de Bella que llamó su atención. La cogió y comprobó que se trataba de una toma profesional de seis personas: Edward vestido con el uniforme militar y unas personas que serían seguramente sus padres y su hermana.

-¿De cuándo es esta foto de tu familia?

Él se asomó a la puerta con la bolsa ya preparada.

-De justo antes de que se casara mi hermana, hace algunos años ya. Yo estaba en casa de permiso y mi madre insistió en que un fotógrafo nos hiciera una foto.

-Son todos muy guapos.

-Gracias -respondió él antes de tirar la bolsa encima del sofá y colocarse detrás de Bella . La rodeó con los brazos por la cintura y le mordisqueó el cuello por un lado-. ¿Qué
quieres que hagamos ahora?

Ella notó enseguida que el pene se iba endureciendo contra sus nalgas. Era el momento de llevar a cabo su plan. Se dio la vuelta y lo abrazó por el cuello.

-¿Sabes lo que de verdad me apetece? Ir a dar un paseo por el Jardín Botánico. Cierran a las cinco, así que tendrá que ser cortito.
Bella se percató de la cara de desilusión de Edward, que preguntó, sin poder creérselo:

-¿Quieres que vayamos a ver flores?

Ella bajó la mirada con timidez, de modo que él no pudiera verle los ojos.

-La verdad es que estoy un poco dolorida después de todo lo que hemos hecho estos dos días. Creo que mi cuerpo necesita un descanso.

-Vaya -Edward procuró esbozar una sonrisa sexy-, pues acabo de coger más preservativos.

Ella levantó los párpados para mirarlo y se mantuvo en silencio.

-En fin, claro, lo entiendo. Seguro que disfrutamos mucho del paseo -continuó él tratando claramente de disimular su decepción.

Bella se emocionó con el triunfo.

-Soy socia, así que no tenemos que pagar entrada -añadió encantada.

Siguió charlando mientras salían del apartamento, depositaban la bolsa de Edward en el maletero del coche y conducían unas diez manzanas hasta la entrada del Jardín Botánico. Una vez allí, Bella mostró su carnet y les recordaron que el recinto cerraría en una hora y media.

El jardín, llamado Arboretum Dallas, ocupaba unas veinticinco hectáreas y estaba situado en la ribera sudeste del lago White Rock. Las enormes y exuberantes zonas de césped, los majestuosos árboles y la fragancia dispersada por los parterres de flores convertían el lugar en un espacio impresionante desde el que observar las cuatrocientas hectáreas de agua que se extendían desde la orilla.

-Vamos al jardín «Jonsson Color» -sugirió Bella .

Le encantó que Edward no pareciera estar molesto por aquel sorprendente cambio de planes que consistía en ir a pasear por un jardín; no como Jacob, su ex, que tenía la desagradable costumbre de poner mala cara siempre que le pedía que hiciera algo que a él no le apetecía demasiado.

Tal y como había supuesto, no había prácticamente nadie en aquella zona. Aunque se cruzaron con un par de parejas de ancianos con zapatillas de deporte que disfrutaban de su caminata diaria, cuanto más se adentraban en el jardín, menos gente encontraban. En el lago, que quedaba a unos noventa metros a su izquierda, se veía navegar, apenas rozando el agua en calma, a una media docena de barquitos.

El sol de la tarde reverberaba y creaba así un espejo sobre la
acuosa superficie.

-¿Sabías que en el Jonsson Color hay más de doscientas especies de azaleas? -preguntó.

-Pues no, la verdad es que no tenía ni idea.
-¿Qué lista soy, eh? -Bella le golpeó el hombro con el suyo. Y el se hecho a reir.

El camino que recorrían empezó a serpentear. Ella había escogido el jardín de las azaleas porque tenía forma de meandro y acababa girando hacia fuera. Aunque en él se entrecruzaban unos diez caminos en distintos puntos, Bella sabía que si se colocaban en el extremo sur quedarían en una elevación que les permitiría ver si alguien se acercaba por cualquiera de las rutas.

-¡Anda, mira! ¡Los crisantemos y las azaleas están en flor!

Enseguida se vieron rodeados de los colores dorados y violáceos del otoño que contrastaban con los tonos rojizos de los caladios y las astromelias.

-Es precioso -coincidió Edward.

Se encontraban ya en la pequeña colina que Bellarecordaba. Había un banco de madera y hierro forjado desde el que se divisaban el lago y el resto del jardín. Se dio un paseo con la intención de inspeccionar la zona. Aunque se veían algunas personas a lo lejos, no había nadie cerca.

-Este es el sitio perfecto -afirmó.

-¿Perfecto para qué? -quiso saber él, que estaba acariciando el pétalo de una flor violeta.

-Para hacer realidad tu fantasía.

Capítulo 32: Dejate llevar Capítulo 34: Disfrutando del paisaje

 


Capítulos

Capitulo 1: Fantasias Capitulo 2: Algo inesperado Capitulo 3: Algo inesperado Part. II Capitulo 4: Justice Capitulo 5: HOT CALL Capitulo 6: El Comienzo Capitulo 7: Pasado Capitulo 8: Museo Capitulo 9: Museo Part. II Capitulo 10: Luces, Camara... ACCION Capitulo 11: 2 Round Capitulo 12: Deseos Capitulo 13: "Cita" Capitulo 14: Jerry's Capitulo 15: encuentros Capitulo 16: Edward... Capitulo 17: ¿ Quien eres? Capitulo 18: Juntos Capitulo 19: Juntos Part. II Capitulo 20: Eres perfecta Capitulo 21: nuevas sensaciones Capitulo 22: Empezando... Capitulo 23: Recuerdos Capitulo 24: conociendonos Capitulo 25: Primera noche juntos Capitulo 26: ¿Problemas? Capitulo 27: un beso de desayuno Capitulo 28: Eres lo que esperaba Capitulo 29: tus fantasias Capitulo 30: tus fantasias part. II Capitulo 31: un regalo mas Capitulo 32: Dejate llevar Capitulo 33: Jardin botanico Capitulo 34: Disfrutando del paisaje Capitulo 35: ¿Flores? Capitulo 36: M.V Capitulo 37: Nervios Capitulo 38: Terraza Capitulo 39: Alguien quiere hablar contigo... Capitulo 40: Calle Hatcher Capitulo 41: Oak Cliff Capitulo 42: ¿Que ocurrio? Capitulo 43: Comisaria Capitulo 44: te prometo... Capitulo 45: ¿Que hago? Capitulo 46: Te encontrare Capitulo 47: ¿Donde estarás? Capitulo 48: ¿Donde estarás? Part.II Capitulo 49: Capitulo 50: Ecuentrame Capitulo 51: Miedo Capitulo 52: secuestrada Capitulo 53: Esperame Capitulo 54: ¿Salida? Capitulo 55: sin salida Capitulo 56: Dejame recuperarla Capitulo 57: Por fin Capitulo 58: te encontre Capitulo 59: Propuesta? Capitulo 60: Escaleras Capitulo 61: Final

 


 
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