Enamorandose de un desconocido (bad girl)

Autor: GBCullen
Género: + 18
Fecha Creación: 29/07/2013
Fecha Actualización: 20/08/2013
Finalizado: SI
Votos: 15
Comentarios: 13
Visitas: 91318
Capítulos: 61

La tímida asistente social Isabella Swam sólo tenía un vicio: al oscurecer, espiaba a sus vecinos durante sus momentos más desinhibidos. Noche tras noche, detrás de cada ventana, en cada dormitorio anónimo, Bella encontraba material para sus fantasías más salvajes. No hacía daño a nadie. Era solo un juego. Nadie se iba a enterar. Hasta que una noche sonó el teléfono...

-«Has sido una niña mala.»

Él se hace llamar Justice, y también tiene una afición: observar como Bella observa a los demás. Tiene fotos que lo demuestran. Ahora le toca jugar a él.

La historia no es mia, pero me gusto asi que decidi adaptarla con los personajes de stephenie meyer, espero les guste la historia :) , dejen sus comentarios.

Esta novela es una adaptacion de el Libro Bad Girl, la autora del es Maya Reynolds

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Capítulo 2: Algo inesperado

El dominador se recostó sobre los cojines de cuero y estudió a su invitada antes de emitir una orden corta y directa. Bella vio cómo movía sus labios y cómo de inmediato la muñequita se.....levantaba y empezaba a desabrocharse la blusa sin retirar los ojos de los de él, que permanecía sentado y miraba caer la prenda al suelo tras deslizarse por sus hombros.

El negro del sujetador de puntilla que llevaba, resaltaba aún más la blancura y suavidad de su piel, y eso aumentaba su
aspecto vulnerable.

Bella se percató de que el dominador hablaba de nuevo. Acto seguido, la muñequita se bajó la cremallera de la falda y arrastró la tela a lo largo de sus caderas hasta que la prenda quedó tirada en el suelo. El tanga tan sexy que llevaba iba a juego con el sujetador.

Bella se preguntó qué se sentiría al estar casi completamente desnuda delante de un hombre que la juzgaba con semejante frialdad. Aquel sentimiento le provocó un escalofrío que la recorrió de arriba abajo. ¿Sabría aquella chica lo que vendría después?

La muñequita se quedó quieta mientras esperaba. Bella había observado al dominador otras veces, así que sabía con certeza que la chica no haría nada sin que se lo ordenaran. El corazón empezó a latirle con fuerza y se preguntó si la joven estaría sintiéndose la mitad de tensa que ella.

El dominador habló otra vez. La muñequita se inclinó y se llevó las manos a la espalda para desabrocharse el sujetador. En cuanto hubo soltado el último enganche, el sostén cayó al suelo y los pechos quedaron al descubierto. Él volvió a decir algo y la hica se quitó las bragas, dio un paso adelante y se arrodilló delante de él.

Bella empezó a temblar. No le gustaba la visión de aquella muñequita desnuda a los pies del dominador: era como si estuviera adorándolo. Con todo, no cabía duda de que aquella escena también estaba cargada de erotismo. Bella abrió el puño para volver a cerrarlo al instante, tratando de dominar la tentación de tocarse los pezones ya erectos.

El dominador alargó el brazo derecho para acariciarle el rostro a la muñequita, que lo presionó contra la mano de aquél mientras se la besaba. Él continuó acariciando su mata de pelo castaño. «Si realmente es sumisa, le gustará someterse a un amo», se recordó Bella. Aun así, en cuanto lo vio tirarle de la cabellera no pudo evitar suplicar:

-¡No, no lo hagas!

El dominador la agarró por la melena y la obligó a levantar las rodillas. Ella se mantuvo allí, suspendida entre aquel puño y el suelo, con la cara contraída por el dolor.

Completamente vestido, él arrastró la desnudez de su cautiva por la habitación hasta una silla otomana que había delante de la chimenea. Luego empujó a la chica hacia aquel mueble gigantesco al que ella, obediente, se subió para colocarse a cuatro patas frente a su dominador,
que permanecía erguido delante de ella.

Bella, que ya había visto a su vecino subir a una chica a la otomana, sabía de sobra lo que vendría después, así que juntó los muslos y los apretó con fuerza mientras disfrutaba de la sensación de calidez que le iba naciendo en la entrepierna.

El dominador caminó hasta un paragüero que había cerca de la puerta principal y, después de sacar de él lo que parecía una vara de caña, volvió a colocarse detrás de la muñequita. Bella no podía verle la cara, así que no sabía si había ordenado algo más antes de elevar el accesorio y dejarlo caer con fuerza sobre las nalgas desnudas de la chica. En cuanto notó el contacto de la caña sobre la piel, la muñeca arqueó la espalda. Inmediatamente, el dominador volvió a levantar el brazo y trazó de nuevo un arco con la vara que se estrelló con fuerza en el trasero de la joven. Esta vez, la muñequita se tambaleó hacia delante de modo que acabó con medio cuerpo fuera del
mueble.

El dominador reaccionó negando con la cabeza, arrojó el bastón al suelo y se marchó de la habitación pisando fuerte. La muñequita se volvió hacia él con una expresión de súplica, aunque sin decir nada, mientras él se dirigía a la mesa del despacho y abría un cajón. A Bella y se le agarrotaron los músculos del hombro por la tensión; sabía bien lo que había en aquel lugar.

El timbre del teléfono la distrajo de lo que estaba ocurriendo enfrente. Cuando volvió a sonar, Bella se debatió entre contestar o no. Si se trataba de su madre, no responder implicaría una retahíla de insistentes llamadas a intervalos de veinte minutos hasta que por fin descolgara - incluso si ello implicaba seguir telefoneando hasta las dos de la madrugada-. «Mejor lo cojo ahora.»

Corrió hacia el cuarto de estar rozando a su paso las cortinas y contestó, por fin, al cuarto timbrazo, justo antes de que saltara el contestador.

-¿Dígame? -preguntó sin aliento.

-Has sido una niña mala, Isabella Swam-decretó una voz masculina al otro lado de la línea.

-¿Quién es? -quiso saber Bella. Debía de tratarse de alguno de sus hermanos o de algún amigo.

-Soy la Justicia -la voz se detuvo de modo que a Bella le dio tiempo a pensar si se trataba de Matt, su hermano mayor-. Has estado espiando a tus vecinos, ¿te has parado a pensar cómo se sentirían si se enteraran?

El corazón de Bella y empezó a palpitar con fuerza. «¡No! Esto no podía estar ocurriéndole a ella.» Con el cuidado que había tenido, era imposible que la hubieran visto.

-No sé a qué se refiere -contestó con una voz gélida-. Voy a colgar ahora mismo, y si vuelve usted a llamar, avisar é a la policía.

Colgó el aparato con fuerza. ¡Dios, Dios, Dios! Bella se mordió el labio inferior y se quedó mirando el teléfono. ¿Y si de verdad la habían visto? A lo mejor alguien lo sabía. La realidad caía sobre ella con todo su peso. Si algo salía a la luz, podían detenerla, podía perder su trabajo. En ninguna empresa querrían contratar como trabajadora social a una persona a la que le hubieran imputado delitos de índole sexual, porque el empleo implicaba visitar familias. ¡Y su madre! Dios santo, ¿qué diría su madre?

Bella trató de pensar a pesar del pánico que iba invadiéndola por momentos. Primero decidió sacar el telescopio del balcón . Tenía que sentarse y planificarlo todo con calma...

El teléfono empezó a sonar de nuevo. Bella lo miró aterrada como un ratón asustado ante una serpiente. No se movió ni un ápice. Un segundo timbrazo... Un tercero... y, por último, un cuarto.

El contestador saltó y Bella pudo oír la misma voz de hombre de antes.

-Eso no está nada bien, Isabella. No puedes esconderte de la Justicia. Si no me crees, echa un vistazo a la alfombra de tu puerta. Esperaré.


A Bella se le encogió el estómago. Dirigió la mirada hacia la puerta y dio un paso atrás de modo inconsciente. ¿Se trataría de algún truco? A lo mejor el sujeto estaba allí fuera esperando
para secuestrarla.

Como si le hubiera leído el pensamiento, la voz continuó:

-No es ningún truco. No estoy esperándote fuera. Deja puesta la cadena de la puerta y echa un vistazo. He dejado algo para ti.

Bella se mordió el labio inferior y caminó hasta el recibidor, para echar una ojeada por la mirilla. No había nadie. Aunque eso no significaba nada, porque podía haberse colocado fuera del
ángulo de visión.

-Vamos, Isabella . Mira -la animó la voz.

Corrió el pestillo y abrió la puerta sin quitar la cadena. En su alfombra había un sobre grande de color marrón que Bella trató de coger pasando el brazo por la rendija, pero era demasiado estrecha.

-Vamos, Isabella, no tengo toda la noche.

Irritada, Bella se volvió para mirar el teléfono. Lo de llamarla Isabella empeoraba aún más las cosas.

Isabella era el nombre que usaban su madre, su jefa y su ginecóloga, así que todas las connotaciones ligadas a él eran negativas.

En un arrebato, Bella retiró la cadena, abrió la puerta, cogió el sobre y luego cerró dando un portazo tan fuerte que hizo vibrar el marco.

-Buena chica. Ahora, ¿por qué no te preparas una copa antes de abrir el sobre? Volveré a llamarte dentro de un rato.

Capítulo 1: Fantasias Capítulo 3: Algo inesperado Part. II

 


Capítulos

Capitulo 1: Fantasias Capitulo 2: Algo inesperado Capitulo 3: Algo inesperado Part. II Capitulo 4: Justice Capitulo 5: HOT CALL Capitulo 6: El Comienzo Capitulo 7: Pasado Capitulo 8: Museo Capitulo 9: Museo Part. II Capitulo 10: Luces, Camara... ACCION Capitulo 11: 2 Round Capitulo 12: Deseos Capitulo 13: "Cita" Capitulo 14: Jerry's Capitulo 15: encuentros Capitulo 16: Edward... Capitulo 17: ¿ Quien eres? Capitulo 18: Juntos Capitulo 19: Juntos Part. II Capitulo 20: Eres perfecta Capitulo 21: nuevas sensaciones Capitulo 22: Empezando... Capitulo 23: Recuerdos Capitulo 24: conociendonos Capitulo 25: Primera noche juntos Capitulo 26: ¿Problemas? Capitulo 27: un beso de desayuno Capitulo 28: Eres lo que esperaba Capitulo 29: tus fantasias Capitulo 30: tus fantasias part. II Capitulo 31: un regalo mas Capitulo 32: Dejate llevar Capitulo 33: Jardin botanico Capitulo 34: Disfrutando del paisaje Capitulo 35: ¿Flores? Capitulo 36: M.V Capitulo 37: Nervios Capitulo 38: Terraza Capitulo 39: Alguien quiere hablar contigo... Capitulo 40: Calle Hatcher Capitulo 41: Oak Cliff Capitulo 42: ¿Que ocurrio? Capitulo 43: Comisaria Capitulo 44: te prometo... Capitulo 45: ¿Que hago? Capitulo 46: Te encontrare Capitulo 47: ¿Donde estarás? Capitulo 48: ¿Donde estarás? Part.II Capitulo 49: Capitulo 50: Ecuentrame Capitulo 51: Miedo Capitulo 52: secuestrada Capitulo 53: Esperame Capitulo 54: ¿Salida? Capitulo 55: sin salida Capitulo 56: Dejame recuperarla Capitulo 57: Por fin Capitulo 58: te encontre Capitulo 59: Propuesta? Capitulo 60: Escaleras Capitulo 61: Final

 


 
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