Edward Pov.

«No puedo creer que le haya hecho esto.»

Edward permanecía en cuclillas entre un Cadillac y un Jaguar, desde donde oía alejarse las pisadas de Bella . Se sacó el arma que llevaba en la cintura y comprobó que el seguro estaba en su sitio. «¿Estás seguro de que estás haciendo lo correcto?»

Mierda, no, no lo estaba, pero ¿qué iba a hacer? ¿Permitir que el tipo la siguiera hasta su propia casa? Si Vulturi quería encontrarla, lo haría. Esto no era más que una forma de retrasarlo.

Se agachó para echar un vistazo debajo de los vehículos. Habría unos mil; dos mil; tres mil; cuatro... Oyó el ruido del ascensor. Bien. Eso significaba que Bella ya había salido de allí.

De repente descubrió a lo lejos las piernas de la persona que había estado siguiéndolos. El tipo se movía con rapidez y resultaba evidente que trataba de ver a qué piso subía el ascensor.

Edward se puso en tensión y se obligó a esperar hasta que su perseguidor estuvo a medio paso de distancia del lugar en el que permanecía escondido. Entonces saltó hacia delante y se lanzó sobre él por la espalda. El desconocido, alertado por algo en el último momento, se volvió justo cuando Edward caía sobre él.

El policía le golpeó la nuca con la culata de la pistola y lo derribó en silencio. Lo agarró a tiempo para impedir que se golpeara contra el suelo y luego recostó el cuerpo inconsciente sobre el cemento. Después volvió a guardarse el arma y se arrodilló para tomarle el pulso: todo en orden, el corazón le latía con fuerza y regularidad. Tampoco había sangre.

Contento de que el hombre sólo hubiera perdido el sentido, echó un vistazo con rapidez. El garaje continuaba vacío. Cambió de posición y se colocó detrás de la cabeza del tipo. Se inclinó, le pasó los brazos por debajo de las axilas y lo incorporó. El sonido metálico de un coche en la entrada anunció la llegada de algún inquilino. Tenía que actuar con rapidez.

Arrastró el cuerpo entre dos coches, se agachó y esperó a que el vehículo que entraba -un todoterreno- pasara de largo el lugar en que se agazapaba y continuara hacia algún piso
superior.

Una vez recuperado el silencio, Edward cacheó al hombre. Le quitó un arma y se la metió en el bolsillo de la chaqueta; tras localizar la billetera, comprobó el documento de identidad y volvió a depositarlo en su sitio.
«Espabílate -se dijo-, o Bella llamará a la policía y tendrás problemas.»

Se apartó de el tipo, se irguió y se dirigió hacia los ascensores. Al llegar decidió subir por las escaleras a toda prisa. Entró en el portal justo en el momento en que el conserje le preguntaba a Bella:

-¿Y a qué inquilino viene a ver usted?

-Perdona que llegue tarde, cielo -interrumpió Edward. La mirada de alivio que vio en la cara de Bella le hizo sentir culpable. Entonces miró al portero-. Éste es el edificio Roanoke, ¿verdad?

-No -corrigió el hombre de mediana edad-, están ustedes en el Thackeray Faire. El Roanoke está al final de la calle -y señaló hacia el norte.

-Vaya, sentimos mucho haberlo molestado. Vamos, cariño.

Edward tomó a Bella del brazo y la llevó hasta la puerta. Ella se dejó guiar.

Una vez en la calle, él se cercioró de que no hubiera nadie sospechoso por ningún lado y empujó a _Bella  en dirección norte con delicadeza.

-Mi piso está justo enfrente, al otro lado de la calle.

Edward la cogió de la mano antes de que ella pudiera reaccionar.

-Ya lo sé, cielo, pero el vigilante está mirándonos y no quiero que vea dónde vives.

Bella dejó escapar un suspiro, pero no protestó.

Caminaron en la dirección indicada hasta pasar una manzana antes de cruzar la calle. Edward agradeció que Bella no hubiera empezado a interrogar lo nada más verlo. Ya tenía bastante con vigilar por delante y por detrás. Más adelante, insistió en que continuaran un bloque más tras el edificio del dominador -o, más bien, de Vulturi- antes de cruzar a la acera de Bella , quien notaba que Edward estaba muy tenso y decidió seguirle la corriente.

Con todo, no dejó de mirarlo de reojo: Edward se mantenía demasiado concentrado en controlarlo todo como para darse cuenta. Todo aquello parecía sacado de una peli de espías, y una parte de ella estaba disfrutando de la intriga y de la sensación de sentirse protegida por un hombre fuerte y apuesto. La situación la convertía en una sexy mujer fatal.
Cuando por fin cruzaron la calle,Bella sugirió:

-Si crees que pueden vernos entrar en el edificio, podemos atajar por el garaje, así evitaremos pasar por la entrada principal.

-Buena idea -dijo él.

Bella lo guió hasta la entrada del garaje. Pasaron por delante de dos hileras de coches hasta que alcanzaron la puerta lateral del bajo, que Bella abrió con su llave.

Como él había logrado contagiarle su preocupación, en lugar de tomar el ascensor de atrás, llevó a Edward por detrás de las cámaras de seguridad del portal, sin que él dijera una sola palabra al respecto. Sin embargo, se aseguró de que, al saludar al conserje, Edward se diera cuenta de que aquél se había fijado en su cara.

A salvo en el ascensor que los llevaba hasta el piso Bella , él se sintió por fin relajado. Ella percibió que liberaba la tensión.

-Gracias por seguirme la corriente ahí fuera -le agradeció él.
Bella asintió.

-Ahora cuéntame, ¿qué es lo que ha pasado en el garaje?

Edward se metió las manos en los bolsillos y explicó:

-Me lo he quitado de encima. Ahora debe de estar despertándose con un tremendo dolor de cabeza.

-¿Lo has... agredido? -quiso saber ella, casi incapaz de pronunciar las palabras.

-Lo he disuadido. Llevaba... -e mpezó mientras se sacaba de la chaqueta la pequeña pistola negra para enseñársela.

Bella miró atónita cómo Edward extraía las balas del arma y se las ofrecía. Se quedó mirando las letales bolitas metálicas que sostenía ahora en la palma de la mano. «Si cree que con vaciarla va a dejar me más tranquila, lo lleva claro. Tú no vas a ver mi piso ni de broma, y mucho menos mis bragas si las llevara puestas.» Le devolvió las balas y presionó el botón de EMERGENCIA.

El ascensor se paró en seco y la alarma empezó a sonar. Bella se mantuvo imperturbable ante aquel tremendo pitido.

-Muy bien, Edward, o me enseñas algún tipo de identificación o bajamos directamente al portal. Ahora mismo.