Enamorandose de un desconocido (bad girl)

Autor: GBCullen
Género: + 18
Fecha Creación: 29/07/2013
Fecha Actualización: 20/08/2013
Finalizado: SI
Votos: 15
Comentarios: 13
Visitas: 91331
Capítulos: 61

La tímida asistente social Isabella Swam sólo tenía un vicio: al oscurecer, espiaba a sus vecinos durante sus momentos más desinhibidos. Noche tras noche, detrás de cada ventana, en cada dormitorio anónimo, Bella encontraba material para sus fantasías más salvajes. No hacía daño a nadie. Era solo un juego. Nadie se iba a enterar. Hasta que una noche sonó el teléfono...

-«Has sido una niña mala.»

Él se hace llamar Justice, y también tiene una afición: observar como Bella observa a los demás. Tiene fotos que lo demuestran. Ahora le toca jugar a él.

La historia no es mia, pero me gusto asi que decidi adaptarla con los personajes de stephenie meyer, espero les guste la historia :) , dejen sus comentarios.

Esta novela es una adaptacion de el Libro Bad Girl, la autora del es Maya Reynolds

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 23: Recuerdos

La primera vez se había quedado aterrorizada. Las marcas rojas que el dominador había dejado en la espalda de la mujer sometida la habían horrorizado hasta tal punto que había salido de su propio piso y había corrido escaleras abajo hasta una cabina desde la que había llamado a la policía. Se había hecho pasar por una vecina que telefoneaba para alertar de unos chillidos que se oían desde su apartamento y había colgado sin dar su nombre.

Para cuando había llegado la policía, Bella ya estaba de vuelta en su balcón. Desde allí había visto a Vulturi abrir la puerta e invitar a pasar a dos policías mientras la sometida, una rubia alta y delgada, se apresuraba a recoger la ropa esparcida por el suelo. Los agentes habían insistido en
interrogar a la chica que, aunque parecía algo avergonzada, admitió, claro, haber participado en aquel juego sexual por voluntad propia. Los policías habían señalado las paredes, les habían advertido que no molestaran a los vecinos y habían abandonado el lugar.

Desde entonces, el dominador había probado varios sistemas para que las mujeres no gritaran mientras las azotaba. A Bella siempre le había asustado el instrumento con que finalmente había dado: una especie de capucha de tela y una bola de goma de color rojo.

El dominador guardaba el artilugio en un cajón. Antes de empezar a azotar a su compañerade juegos, le metía la pelota de goma en la boca y le colocaba la capucha de modo que la cabeza quedaba cubierta hasta el cuello, donde acababa haciendo un nudo. De verlo tantas veces, Bella
había deducido que aquello volvía muda y ciega a la sometida, pero no sorda, de modo que aún podía escuchar las órdenes que Vulturi le daba. Así, éste podía emplear su vara sin miedo a molestar a los vecinos.

Después de que Bella acabara de relatarle la historia a Edward, él la abrazó con más fuerza.

-¿Te excita verlo con sus mujeres?

-No lo sé -respondió ella, pensativa-. Quiero decir, los picantones que viven dos pisos más abajo también se dan cachetes de vez en cuando y eso sí me excita, pero ellos comparten algo, se lo pasan bien juntos. Lo que el dominador, bueno, lo que Vulturi hace... no tiene nada que ver con una pareja o con compartir. A esas chicas debe de ocurrirles algo tremendo para que le permitan hacer lo que hace.

Como su copa ya no contenía más que hielo, Bella no protestó cuando Edward se la retiró y la depositó, junto a la suya, en la cornisa. Luego la abrazó con ambos brazos y ella se acurrucó contra él apoyando la cabeza sobre su hombro.

-Sospecho que la mayoría de esas pobres son profesionales del sexo.

-¿Tú crees? Parecen tan jóvenes -dijo ella mirándolo.

Edward se rió sin que aquello le hiciera gracia.

-Las prostitutas viejas no tienen demasiados clientes, ¿sabes?
Bella dudo un momento antes de decidirse a preguntarle lo que estaba pensando:

-¿Has estado alguna vez con una prostituta?

Él negó con la cabeza.

-No, no me excita pagar por sexo. Y he visto lo que ese negocio hace con las niñas.

-Como poli, quieres decir... -dijo ella tratando de mostrarse tranquila.

Edward asintió. En un susurro continuó:

-Siempre he trabajado en la Brigada Anticorrupción. Seis meses contemplando todo eso bastan para acabar con la ilusión de cualquiera -entonces la miró-. Me han pasado
temporalmente a la Brigada de Crimen Organizado, a un equipo que vigila a Vulturi, así es como te encontré.

-¿Ah, sí? -lo invitó a continuar.

-Estaba comprobando que nuestro puesto de vigilancia no podía verse desde el ático de Vulturi. Miré hacia abajo y te vi en el balcón... con el telescopio.

A Bella le entró miedo.

-¿Se lo dijiste a alguien?

-No, a nadie.

-¡Menos mal! -replicó ella, aliviada, a la vez que bajaba los hombros.

-De todas formas, ya sabes que no puedes volver a espiar a tus vecinos, ¿verdad?

-Claro, Ed. No volveré a hacerlo nunca más, te lo prometo.

Él le acarició el cabello.

-Bien, entonces ya está. Ya no hace falta que volvamos a hablar de ello -sentenció.

Luego bajó la mano acariciándole los hombros hasta que se topó con la toalla y empezó a tirar del borde que la sujetaba.
Bella le dio un manotazo.

-¿Qué haces?

-Oye, que sólo quiero ver lo que hay debajo -respondió él con la voz nítida y guasona.

Bella se alejó, pero de repente se le ocurrió algo que la hizo detenerse. Con los ojos fijos en los de Edward, se arrodilló delante de él.

-¿Y ahora qué haces tú?

Por debajo del murete, fuera de la vista de los pisos cercanos,Bella se descubrió despojándose lentamente de la toalla.

-Pero, ¿qué ha...? -Edward se quedó mirándola boquiabierto.

Ella le dedicó una sonrisa.

-Sólo estoy devolviéndote el favor. Te debo un orgasmo.

Entonces Bella enrolló la toalla de felpa a modo de cojín y se la colocó bajo las rodillas.
Libre de su envoltorio, había quedado totalmente desnuda y a los pies de Edward.

-¡Dios, nena...! -dijo él con la respiración marcada mientras se inclinaba hacia ella.

Bella lo detuvo con un gesto.

-No. Ahora me toca a mí hacerte disfrutar -dijo, y empezó a acariciarle el bulto que se había formado en sus vaqueros y que, de inmediato, empezó a crecer. La mirada perpleja de Edward la hizo reír.

-Te gusta, ¿eh? -bromeó antes de bajarle la cremallera de los pantalones.

El pene apareció como una roca, dispuesto en el agresivo ángulo agudo que formaba con su cuerpo y brillante como una pieza de mármol de Carrara a la tenue luz que iluminaba el balcón.

Blanquecina, recubierta de venas de tono más oscuro que la recorrían desde la base hasta la punta, la polla parecía enorme. La erección había retirado el prepucio, de modo que el miembro aparecía desnudo. Bella descubrió una gota de líquido seminal a punto de caer de la punta en forma de seta, y la recogió con la lengua. Sabía salada y ofrecía una textura viscosa.

-¡Dios...! -dejó escapar Edward.

Bella rió y se inclinó hacia delante. Abrió la boca y se introdujo la punta del pene en la boca.

Lamió la raja hasta que vio brotar una nueva gotita, lubricó la cabeza del miembro con la lengua antes de sacársela de la boca y chupó de nuevo la abertura, aunque esta vez por la parte inferior.

Edward temblaba y se balanceaba sobre Bella , que, al acordarse del placer que él le había proporcionado media hora antes, se sentía encantada de poder corresponderle. Aunque ya les había hecho mamadas a otros chicos antes, nunca lo había disfrutado. Pero en esta ocasión parecía diferente. Edward resultaba tan excitante y tan generoso en la cama que le apetecía ofrecerle lo mismo. Alternó los lametazos con los movimientos de succión y se concentró en la cabeza hinchada del pene.

Edward la agarró del pelo con las dos manos para tirar de ella hacia sí y clavársela más. Ella se resistió y alejó la cara para extraerse el miembro.

-Todavía no, encanto. Aún no estás listo.

Convencida de que iba a regalarle la mejor mamada de su vida, Bella le levantó la polla y la lamió por debajo desde la punta hasta la base. A Edward se le tensó el cuerpo hasta tal punto que ella pudo notar la contracción de los músculos.

-Nena, me estás matando -murmuró él.

Encantada de pillarlo desprevenido por una vez, continuó aplicándole aquel dulce tormento.

El miembro permanecía erecto y en dirección hacia el cielo, de modo que Bella tenía acceso a los testículos. Inclinó la cabeza y se acercó para empujar suavemente con la nariz los sacos recubiertos de vello mientras aspiraba su aroma almizclado y ligeramente amargo. Se introdujo
una de las bolas en la boca y jugueteó con ella antes de atraparla con los dientes.

-Ten cuidado... -la voz de Edward sonó ronca.

Bella separó los labios y movió la lengua alrededor del testículo para aliviarlo. Luego, mientras le rascaba delicadamente el interior de los muslos con la mano izquierda, trató de registrar todos aquellos datos en la memoria: la sensación era de extrañeza, al tacto resultaba áspero y blando, y el sabor era inconfundible.

La respiración de Edward iba aumentando los intervalos y era entrecortada.

-Mámamela, por favor -rogó.

Capítulo 22: Empezando... Capítulo 24: conociendonos

 


Capítulos

Capitulo 1: Fantasias Capitulo 2: Algo inesperado Capitulo 3: Algo inesperado Part. II Capitulo 4: Justice Capitulo 5: HOT CALL Capitulo 6: El Comienzo Capitulo 7: Pasado Capitulo 8: Museo Capitulo 9: Museo Part. II Capitulo 10: Luces, Camara... ACCION Capitulo 11: 2 Round Capitulo 12: Deseos Capitulo 13: "Cita" Capitulo 14: Jerry's Capitulo 15: encuentros Capitulo 16: Edward... Capitulo 17: ¿ Quien eres? Capitulo 18: Juntos Capitulo 19: Juntos Part. II Capitulo 20: Eres perfecta Capitulo 21: nuevas sensaciones Capitulo 22: Empezando... Capitulo 23: Recuerdos Capitulo 24: conociendonos Capitulo 25: Primera noche juntos Capitulo 26: ¿Problemas? Capitulo 27: un beso de desayuno Capitulo 28: Eres lo que esperaba Capitulo 29: tus fantasias Capitulo 30: tus fantasias part. II Capitulo 31: un regalo mas Capitulo 32: Dejate llevar Capitulo 33: Jardin botanico Capitulo 34: Disfrutando del paisaje Capitulo 35: ¿Flores? Capitulo 36: M.V Capitulo 37: Nervios Capitulo 38: Terraza Capitulo 39: Alguien quiere hablar contigo... Capitulo 40: Calle Hatcher Capitulo 41: Oak Cliff Capitulo 42: ¿Que ocurrio? Capitulo 43: Comisaria Capitulo 44: te prometo... Capitulo 45: ¿Que hago? Capitulo 46: Te encontrare Capitulo 47: ¿Donde estarás? Capitulo 48: ¿Donde estarás? Part.II Capitulo 49: Capitulo 50: Ecuentrame Capitulo 51: Miedo Capitulo 52: secuestrada Capitulo 53: Esperame Capitulo 54: ¿Salida? Capitulo 55: sin salida Capitulo 56: Dejame recuperarla Capitulo 57: Por fin Capitulo 58: te encontre Capitulo 59: Propuesta? Capitulo 60: Escaleras Capitulo 61: Final

 


 
14444947 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10762 usuarios