Demon Prince (+18)

Autor: sistercullen
Género: Espiritual
Fecha Creación: 15/03/2011
Fecha Actualización: 12/12/2012
Finalizado: SI
Votos: 53
Comentarios: 148
Visitas: 183811
Capítulos: 47

Summary: Bella descubre, que la sesion espiritista hecha en su adolescencia,le marca la vida hasta lo altamente imporbable : la aparicion del principe de los demonios: Edward I.

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Capítulo 9: Capitulo 9

                                                      DEMON PRINCE

-Capitulo 9-

 

-La verdad de todo esto es que yo te amo mamá; y pienso en ti sobre todas las cosas.

Reneé se acercó mas ,escupiéndole casi en  el rostro al hablar.

-¿Quieres decir que mi hija no me quiere?

-Estoy segura que Jo, no sabe lo que es amar a nadie. No se quiere ni a si misma.

Silencio.

La mano de Reneé se alzó  y no llegó al rostro de Isabella.

Llorando y acobardada levantó la mirada y se encontró con los frios ojos de aquel hombre que se decía novio de su hija: Edward.

-Deja a mi madre; Edward. No tienes derecho a inmiscuirte en cosas de la familia.- La voz de Jo, serena y cruel hizo que Edward girara lentamente la cabeza hacia ella.

   Edward estaba enfurecido y ni siquiera podia decirse, que comprendiera la razón de su cabreo monumental.

   Un sentimiento de protección lo embargaba. Una ira descomunal habia estallado dentro de sus entrañas al ver como aquella madre desnaturalizada descargaba contra una de sus hijas; el favoritismo de la otra.

 A Bella Swan se le habia olvidado respirar, parpadear, su alma volaba inerte encima de su cabeza; mientras era testigo de todo lo que estaba aconteciendo en aquel pequeño salón comedor, de su morada.

   Aquel extraño; habia sido el único que habia salido en su defensa.

  Volvió en sí y carraspeó.

  La imagen era burda: ya que Reneé estaba de pie; Jo estaba al lado de Edward y éste no soltaba la muñeca de su madre y la miraba con un odio tan profundo que parecía que todo aquello fuera con él.

   Bella y Carlisle estaban sentados el uno al lado del otro y el rubio ni siquiera se habia inmutado en aquel conflicto.

   Alice miraba a su hermano; con clara aprobación, mientras que una sonrisilla enigmática danzaba por sus perfectos labios carmín.

  -Dejala; Edward.- volvió a increpar Jo.- ¿Qué te pasa?.- Jo, tocó el hombro fibroso del demonio y él soltó la muñeca de Reneé, asqueado.

 Miró a Bella ceñudo y se perdió en el mar de aquellas orbes chocolates intentando buscar una respuesta a aquel acto suyo de buena voluntad. ¡Él era un demonio! ¿Qué mas le daba si aquella castaña débil y sin curvas se moria al cruzar la esquina?

   Aquella pregunta le hizo ahogarse en un amargo sabor de tristeza y sin poder evitar el magnetismo producido por la mirada intensa de la joven; se dirigió a Jo, sin mirarla.

-Ven fuera conmigo. Se me ha agotado la paciencia, Jo. Nunca debí venir.- Se mordió la lengua  y agarró a la morena por la cintura llevándosela casi en volandas hacia la puerta. La abrió y en un periquete, se trasladó con ella hacia un claro; mas profundo del bosque.

  -Tu madre tendría que tener mas consideración con tu hermana pequeña…- le dijo; mirando hacia otro lado; de frente a ella y con gesto preocupado; por aquella reacción suya, a favor de la castaña.

Jo,se rió fuertemente y le cogió con ambas manos los glúteos bien desarrollados del demonio; apretándolo contra si.

-¿Y a ti que mas te da lo que haga la borracha de mi madre con la pequeña y enclenque de Isabella?  .- volvió a reir.-Creí que te iba a divertir la escena; tú Edward I; príncipe de los demonios, hijo natural de Aro; el gran demonio…¿haciendo de angel vengador? ¿Qué coño te ha pasado en el Sabbath…te has follado a una monja y te has comido su corazón puro?.- Ella se relamió los labios gustosa, haciendo que Edward volviese su rostro para mirarla.

-Serias fantástica en nuestras filas…de eso no hay ninguna duda; pero lo que no puedo entender es como no amas a tu familia. Yo amo a mis hermanos y hermanas….pero tú…

-Yo te amo a ti, Edward. Es lo único que quiero; lo único que necesito.

Josephine; agarró la nuca de Edward y acarició levemente el suave cabello; el demonio cerró los ojos; henchido de deseo y la besó con una pasión desgarradora.

-Te he echado tanto de menos mi amor.- le decía ella; mientras se deshacía de las ropas de él, con celeridad.- Tanto.

   Edward respondió a la llamada del deseo de la hembra humana; pero pudo notar notablemente que algo habia cambiado en su cuerpo; su réplica no era la misma; notaba los brazos densos y las caricias de ella; no era como en otro tiempo.

   Rugió al notar la mano firme de ella sobre su falo; erecto,y perfecto….pero como  si de un hechizo se tratase sus ojos se velaron y al abrirlos se encontró con aquellos majestuosos ojos chocolate y no pudo resistir mas; enloquecido, tumbó a Josephine sobre el césped y la hizo suya de una manera bestial; pensando en aquello que habia visto habia sido una locura transitoria y que la humana débil y flacucha era una virgen con buena esencia ; pero nada especial…trataría de pensar que era aquello y no otra cosa.

 

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  Dos días.

  Dos días después de aquella cena…

  Bella suspiraba fustrada; recostándose en el enorme ventanal de aquella que fuera habitación de Jo y que ahora era la suya.

   Todo acabaría en tres días mas…tres días mas.

  Se llevó la mano a la frente; acalorada.

  Contra todo pronostico. Estaban haciendo unos días realmente calurosos en Forks y ella que adoraba el sol y la calidez; no soportaba las noches bañada en sudor y pegajosa.

    El rubor atenuó su belleza ,al recordad lo que la ponía en semejante estado.

Su hermana Jo y Edward.

    Las dos últimas noches; Edward iba a visitar a Josephine por las noches y hacian el amor.

   Los gemidos de su  hermana; la incomodaban e incluso la avergonzaban.

Pero los roncos bramidos de Edward; la excitaban y la llama del deseo predía en ella como un anhelo voraz.

   Habia intentado taparse los oídos; pero algo innato en ella la obligaba a seguir escuchando.

   Notaba como su centro se humedecía y aquel fuego correoso y electrizante le brotaba, hasta llegarle a los muslos.

   Lejos de sentirse  incomoda con la situación; brotaba en ella  una nueva “yo” que no habia descubierto que existía hasta oir a su hermana  y su novio ebullir en las llamas de la pasión.

   Se habia descubierto excitada; hasta el punto de tocar aquella cresta mágica que emergia de su sexo y con una suavidad y un deleite sin fin, habia caído en los brazos engullidores del orgasmo casi a la par del hombre que se tiraba a su hermana; en la otra habitación.

   Sofocada; habia dormido, pero sin olvidar bajo los brazos de Morfeo; aquella árdua y apasionante explosión. Se despertaba a mitad de la noche, acalorada y con los labios resecos. Anhelante…deseosa de fundir su cuerpo con su hombre: Carlisle.

   Despues de haber hecha suya en aquel claro del bosque a Jo; la llevó hacia su cuarto y allí volvió a tomar su cuerpo como un completo animal.

     La siguiente noche también se perdió entre las sábanas de Jo; pero con los sentidos mas agudizados pudo percibir un olor que lo enloqueció a medida que él iba acercándose al climax; intentaba no besar a Jo;  porque perdía el aroma en el momento que se acercaba a la hembra humana.

     Era dulce y aromatizado sutilmente, especiado; también se adivinaba la salinidad del sudor en aquella escena envolvente; cuando mas se sumergía en aquel olor a hembra deseosa de ser poseída por un macho; mas fuerte pegaba sus cadera a Jo ; embargado profundamente en aquel hedor que lo tenia al limite de la demencia, estallaba en un orgasmo tal que lo llevaba al limite de la perdida del conocimiento.

   -¿Edward?

  La voz de Jo; hizo que su falo  se encogiera; y salió de ella; casi  precipitándose en el suelo al caminar hacia atrás; del lecho.

-¿Hum?

-No estamos solos. ¿Sabes? Ruges como un animal…no es que me queje; pero no estamos solos. No tengo que recordarte que la virginal y puritana Isabella; duerme pared con pared ¿no?

  Edward tragó en seco.

  Habia tratado de quitarse de la cabeza a la castaña débil…

-Seguro que se excita oyéndonos.

   El hombre-demonio se llevó la mano a la frente;  confuso.

 Entendiendo así; el olor a hembra en celo; que jamás habia olfateado, en Jo.

 Dejó caer sus posaderas en el colchón y el cuerpo oliváceo y terso de Jo, se acopló a su espalda.

-¿Te preocupa que nos oiga?.- escupió Josephine con sarcasmo.- Seguro que anhelará a Carlisle como una puta virgen que es…

Edward se volvió hacia ella y la miró colérico.

-¿Por quien te jode realmente? ¿Por Isabella o por el humano?

Josephine cambió su expresión malvada a una  buena e inocente; imitando asi; las maneras de Bella.

-Por Bella; por supuesto.

-¡Mientes!.- dijo él; mas que fiero.- Envidias a  tu hermana…y no logro comprenderlo. La miras como si tuviera algo que tú anhelas; te fijas en su melena, en sus labios, en sus ojos…ví como te perdias en sus pechos…¡La envidias Jo!¡ Envidias su fragilidad y  la bondad que destila en toda ella!

Josephine,   alzó el mentón petulante.

-Veo que tú…  no has perdido detalle….

-No digas tonterías.- farfulló Edward.- Es Carlisle quien me preocupa…

Jo se acercó a su demonio y lo abrazo; aplastando sus pechos en los de él.

-Edward…no temas nada. Lo que hay entre nosotros es demasiado fuerte…tres días mi amor…tres días…

-¡Vamonos ahora mismo, Jo! ¿Qué nos detiene?.- Edward la asió de una mano y le sonrió de manera  vulnerable.

Ella dudó y bajó los ojos; intentando esconder algo oculto en su mirada.

-Edward….respeta el trato. Es mi madre…mi hermana.

   El demonio suspiró y cogió a su hembra de la cintura apretándola mas contra si.

-Sabia que no podias ser tan insensible en lo que respecto a tu familia se refiere…

La besó y volvió a caer con ella, en el colchon.

 

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-Debes hacer lo imposible; Alice.- Aro miró el el astro de la noche; mientras los lobos aullaban entonando el llanto amargo del miedo; el demonio estaba cerca.

    -Padre. Debes mantener a Edward lejos de  ésa; ella está esperando que el humano caiga en sus brazos…y entonces haremos que Edward vuelva y se dará cuenta de cómo es realmente esa tal Jo…

Aro; miró hacia la espalda de Alice y su rostro adaptó una expresión dulce.

-¿Alice?.- la voz de Bella sonó intranquila.

 Alice; se volvió rápidamente y vió a la castaña, que caminaba hacia ella en camisón y descalza.

-Bella…¿Qué haces aquí? Deberias estar durmiendo…

Bella miró al hombre que se hallaba con Alice.

-Si. Y tú también.-dijo Bella mecánicamente. Habia algo en los ojos de aquel hombre que le era vagamente familiar.

-Mi padre….Bella; mira sé que esta no es manera de  presentarte a …

-Encantada.- sonrió Isabella, caminando hacia el hombre y ofreciendo su blanca mano.

-No.- susurró Aro.- La familia se saluda asi. Hija mia…- cogió su cintura y la apretó contra su cuerpo, sintiendo asi¸ el aroma de la exclusividad.

-¿Qué pasa aquí?- La voz de Edward resonó como un trueno; en la parte delantera de la casa.

Bella se separó de Aro y miró el porte  gallardo de Edward; achicó los ojos y sus verdes orbes se fijaron en ella.

-Reunion familiar.- espetó Aro; mientras caminaba hacia su hijo y lo abrazaba de la misma manera que habia  abrazado a Bella.- Debes acompañarme hijo; es vital para nuestra raza.

-¿Cómo?.- preguntó él; incomodo.

-Solo son tres días; Edward y `podras venir a por tu hembra.

Edward se separó de su padre; que le habia dicho esto; en un sordo murmullo.

-Lo que tú me digas; será obedecido; padre

Aro; elevó una ceja y sonrió con arrogancia.

-No todo; hijo; no todo.

Continuará…..

Chicas…¿Qué les pareció?

Capítulo 8: Capitulo 8 Capítulo 10: Capitulo 10

 
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