Demon Prince (+18)

Autor: sistercullen
Género: Espiritual
Fecha Creación: 15/03/2011
Fecha Actualización: 12/12/2012
Finalizado: SI
Votos: 53
Comentarios: 148
Visitas: 183823
Capítulos: 47

Summary: Bella descubre, que la sesion espiritista hecha en su adolescencia,le marca la vida hasta lo altamente imporbable : la aparicion del principe de los demonios: Edward I.

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 21: Capitulo 21

                                      DEMON PRINCE.

 

 

Estoy hasta las narices Edward! ¡Eres un lerdo! ¡y permíteme decirte que rebajas al lodo a la mujer que hay escondida en una de las habitaciones de allá arriba!. Ella, escúchame bien Edward. Ella, es la elegida y temo que te vas a dar cuenta demasiado tarde de ello. No juegues con ella Edward. Si no la amas; no la ultrajes por venganza….- Alice le dio la espalda a su hemano, para proseguir.- Si la repudias, uno de nuestros hermanos pueden reclamarla como suya….no des lugar a que ocurra eso Edward. Ella cree amar a Carlisle, pero queda muy poco tiempo para que comprenda. No la utilices. Si queda un ápice de sincerad en ti, te ruego que te preguntes que sientes cuando estas con ella y en que sentirías si la tuvieses lejos y a merced de uno de nuestros hermanos.

   Edward rugió y apretó los puños con fuerza.

  -¿Quién osa desear lo que yo deseo?.- bramó; haciendo que sus ojos se tiñeran del carmín de la ira.

 - Emmet.

……………………………………………………………………………………………………………………………………………

 

 

 

Capitulo 21.

 

 

Josephine Swan recorría los alrededores de la casa de su hermana con una ansiedad poco contenida. Dudaba que la pequeña súcubo le hubiese dicho a a Edward que quería verlo en un sitio seguro e intimo.

    Habia dejado a los niños y a Carlisle dormidos y ella habia arrancado su vehículo con sigilo para encaminarse a casa de su hermana Isabella.

   Dudaba entre tocar a la puerta o gritarle a Alice desde el jardín, ya que sabia que no era bienvenida por su hermana.

   Las cosas entre Bella y ella no habían ido bien nunca. Pero desde lo de Carlisle, habia un enfriamiento que rozaba la indiferencia entre ambas.

  Habia planeado durante todo el dia como asaltar a Edward y también; si aquello fallaba, hablar con Bella y contarle lo que le habia dicho Carlisle. El maldito la amaba en silencio y sufría por ello.

    Torció la boca en una mueca hosca y se refregó los brazos, con ambas manos. La ligera brisa  era fría y si seguía allí mucho tiempo parada, iba agarrar un buen resfriado.

   Se armó de valor y tocó a la puerta.

   -La que faltaba….- Alice puso los ojos en blanco al verla y abrió totalmente la pesada puerta para darle paso.- ¿Qué haces aquí? Es la primera vez que te dignas a pisar la casa de tu hermana. Supongo que habras venido a importunarme para hablar de Edward.

  Josephine la seguía sin decir nada, maldiciéndola interiormente. Suplicando para sus adentros.

  -Sabes perfectamente para lo que he venido.- le dijo escueta, pasando el umbral de la cocina.

   Se quedó sin respiración al ver  a Edward sentado en uno de los taburetes arrimados a la inmensa mesa de cocina. El hombre al sentir su presencia se levantó de un salto y la miró sorprendido.

 -Jo. ¿Qué haces aquí?.- preguntó dudoso.

Ella sonrió y se acercó mas a él, acariciando su rostro, cuando al fin se encontró a su altura.

-Tenemos que hablar Edward. Hay miles de cosas que tenemos que aclarar.- Josephine, miró hacia la presencia de Alice y su expresión se enfrió.- No delante de ella. Nunca me dijo donde te encontrabas. Le pregunté una y mil veces y siempre omitió tu paradero….yo estaba verdaderamente preocupada por ti, Edward.

El demonio tensó sus músculos y la miró de arriba abajo.

 ¿Qué ocurría?

 Algo iba mal, muy mal. La presencia de Josephine, la caricia efectuada en su rostro. No habia hecho otra cosa que exasperarlo. Bufó inquieto y le dio la espalda a ella y a su hermana.

  -Este no es el lugar mas adecuado, Josephine. Tu hermana esta en esta casa y no quiero incomodarla con tu presencia…

 -¿Con mi presencia?.- inquirió Jo, con voz estridente.- ¿Y tú que haces aquí? ¿Visita de cortesía?

Edward rió roncamente; pero no se volvió para encararla.

-Este también es el hogar de mi hermana. Y tengo todo el derecho a venir a visitarla. Soy un buen hermano. No como tú.- El demonio se giró con la maldad reflejada en su rostro.- ¿Siempre la odiaste verdad? Cuando volviste del infierno y la viste con el que es tu marido, se te revolvieron las tripas y decidiste quitárselo aunque fuese por el mero hecho de divertirte. ¿Sabes lo que creo? Que la envidias. Siempre la envidiaste. Ella es mucho mas pura y transparente que tú; como ya te dije en su dia, serias bien recibida en nuestras filas  por tu exquisita maldad, Josephine Swan. Pero ahora larguémonos de aquí. No quiero que tu hedor se impregne en estas paredes, no quiero que pudras el aire con tu esencia corrompida.

 

 Josephine apretó tan fuerte los puños que notó como las uñas le desgarraban la carne y sangraba. Edward estaba defendiendo a Bella y aquello la lleno de un odio desmesurado hacia su hermana pequeña. En su interior sabia que Edward ya no le pertenecía completamente; pero podia hacer algo para tenerlo justo cuando ella quisiera. Cuando la necesitara.

 -Vámonos entonces.

 Edward dio unos pasos hacia ella y la agarró por los hombros. Se desmaterializaron delante de Alice que se pasó una mano por el cabello, en un gesto digno de su gemelo.

   En su interior, sabia que aquella noche, algo cambiaria en la vida de Edward….

………………………………………………………………………………………………………………………………………………..

 

 

 

-El sobre no se ha roto padre.-Aro tenia la cabeza gacha y maldecía interiormente al favorito de sus hijos por andar perdiendo el tiempo con excusas idiotas sobre el amor, la vengaza y la pasión.

   Emmet habia vuelto de la guerra; como general de los ejércitos demoniacos. Le debia obediencia a Edward, pero también estaba bien enterado por todo lo que estaba pasando su hermano en el mundo de la humanidad.

   Sabia de su confinamiento en las tierras de Hinrum y también de su escarceo con la humana que no era la elegida. En el congreso las cosas se estaban poniendo feas ya que se sabia que Aro iba a abdicar para cederle el trono a su hijo Edward; pero éste tal y como mandaba la tradición tenia que haber arrastrado hasta el infierno a la hembra para la cual estaba predestinado.

 -No; no se ha roto. Pero hemos de darle un poco mas de tiempo, Emmet. El chico es algo cabezota y ahora mas que nunca esta provisto de debilidades humanas; parece que estar rodeado de ellos lo hace mas  ….humano; valga la redundancia.

- Pero el tiempo pasa y el gobierno se está poniendo nervioso, padre. Se  esperan vientos de guerra nuevamente por el reino, si Edward no se decide de una buena vez por su hembra. Sabes perfectamente que estoy en pleno derecho a revocarlo. Soy el segundo en la línea de sucesión al trono. Si él quiere seguir con sus debilidades humanas yo me pondré en su lugar y haré mía a la que él desprecia. ¿Por qué la desprecia verdad?

 Aro, alzó la cabeza y miró a su hijo con seriedad.

  Emmet era duro y enérgico. Si bien Edward era la maldad personificada para sus semejantes, Emmet daba pavor tan solo mirarlo. Sus casi dos metros de altura, junto con su complexión musculosa le daban un aire de gladiador romano que lo exalzaba hasta la divinidad.

   Si bien; muchos de los semidioses creados por los humanos en esas increíbles historias de la época romana, estaban basados en la figura de Emmet, en su totalidad.

     Emmet se habia paseado por la tierra en infinidad de ocasiones. Divirtiéndose en diferentes épocas y marcando un antes y un después en los libros de historia para los humanos.

   -No la desprecia. Tu hermano tiene la mente obnubilada, hijo. Debemos darle algo de tiempo…

Emmet crujió la mandíbula y asestó un puñetazo a la mesa donde se apoyaba su padre.

  -¡No hay tiempo! ¡Padre maldita sea; no lo hay! Se están creando grupos para un ensalzamiento. Todos saben que te marchas en busca de mamá…y Edward sintiéndolo mucho no esta a la altura de las circunstancias. Esa Josephine…

-No ama a esa mujer. Cree hacerlo, pero no la ama.

-Me es indiferente si la ama o no la ama. Debia de haber roto el sobre lacrado . Estos son los tiempos en los  que ya habia de haber tomado a “la humana especial” y no lo ha hecho. ¿Tan repugnante es, que esta dando vueltas como una polilla?

Aro rió y se levantó cruzando las manos detrás de su espalda.

-Isabella Swan es todo lo que un hombre de cualquier especie puede desear, pero tu hermano es tan ciego que todavía no lo ha visto.- volvió la cabeza y se formó una sonrisa siniestra en su rostro.- ¿Entonces, la reclamas?

-Si.- admitió Emmet sin ninguna emoción.

-Está bien. El sobre se rasgará en el momento que la hagas tuya. La muchacha es virgen, lista para ser reclamada. Aunque he de prevenirte que ningún glamour servirá con ella. Tiene un escudo protector muy fuerte y no puedes predisponerla a que te ame…Ademas hay otro pequeño inconveniente.

-No me amedrantaré padre.

-Isabella ama a otro hombre.

Emmet frunció el ceño y cerró los ojos con fuerza. Dejó caer la espada de su cinturón y se arrodilló frente a su padre, implorando algo que solamente el rey de los demonios podia darle.

-Anula ese amor; padre. Sólo tú puedes hacerlo.

Aro miró a su hijo con seriedad y caminó hacia un pequeño expositor minimalista.

  De allí extrajo un pequeño tubo que agitó en el aire.

-Edward nunca me  lo ha pedido. Nunca se ha arrodillado ante mi ; sabiendo que podia tener esa carta guardada en la manga.- Miró a su hijo con orgullo y algo mas, que Emmet no supo reconocer.- Lanza esto con fuerza  cuando llegues al mundo humano. Cuando el liquido que hay en su interior se vierta. El amor de Bella por el humano, se desintegrará.

  Emmet se alzó y cogió el pequeño bote de barro entre sus dedos. Saludó a su padre de manera enérgica; digna de un general y se marchó dando grandes zancadas y sin mirar atrás.

 

 

………………………………………………………………………………………………………………………………………

 

 

 

Edward soltó a Jo, con repugnancia, al sentir como le rodeaba el cuello con sus brazos.

Josephine lo miró con turbación fingida y sonrió con picarcia; volviéndose y admirando, aquella habitación, donde tantas veces habían hecho el amor.

   -Me alegra que me hayas traido aquí, Edward.- dijo sin mirarlo.- Estas paredes rezuman todos los momentos vividos entre nosotros.¿Los sientes?

-Hace días que dejé de sentirlos.- le dijo él, escudriñándola con la mirada.

-Te preguntarás porque me entregué a Carlisle.- dijo ella; ahora enfrentándolo.

-No; puedo ver la envidia por todas las cosas que atesora Isabella y el odio que confinas hacia ella en tu interior. Antes lo que sentía por ti me cegaba; pero ahora todo lo veo mucho mas claro.

-Te equivocas. No anhelé a Carlisle porque le perteneciera a Isabella. Si bien aquello me dio un pequeño empujoncito, fue la lujuria de la que bebí estando aquí contigo, la que me hizo ser como tú eres. Fue tu mala influencia la que se apoderó de mí. ¡Me lo debes Edward!.

El demonio se rió entre dientes y la miró con indiferencia.

-¿Qué coño te debo, Jo?

-Yo era una muchacha que dormía plácidamente en su cama cuando un demonio con ojos como brasas se apoderó de mis labios y me violó…

-¿Qué yo te violé…? No me hagas reir. Estabas incluso mas deseosa que yo, maldita perra mentirosa. No creas que me vas a manipular con tus mentiras. Ya no. Ahora si, me gustaría saber un pequeño detalle; quizás para ti no tenga la mas mínima importancia pero para mí si que la tiene.- La agarró por la cara con una mano y apretó haciendo que sus labios formaran una mueca repugnante.- ¿No eras virgen verdad? Y dime la verdad porque ahora que no tienes poder sobre mí, puedo meterte en tu cabecita y hacerla explotar con la verdad antes de que mueras desmembrada.

  Josephine le dio un fuerte empujón y sintió como los vellos se le ponían de punta, al soltarse de su agarre.

-Tiene poca importancia si lo era o no. Me tomaste y fui tuya..

Edward masculló algo entre dientes y se alzó contra ella,con ganas de estamparle una bofetada.

-Nunca debí de meterme en tu habitación, me engañaste, no era virgen y fingiste sangrar para hacerme creer que habia sido el primero; pensando que tú eras la elegida. Creyendo que tú eras mi verdadero amor, manipulando mi manera de pensar y volviéndome ciego  y sordo , haciendo el ridículo delante de las personas que realmente me querían.- Edward se calló y paralizado, la aplastante verdad lo azotó como un gigantesco huracán.- Pero no me importa.- dijo distraído.- No me importa en absoluto.- le dijo, mirándola y sonriendo con maldad.- Porque ya no te amo. Creo que nunca te amé; me equivocado contigo y he sido un imbécil creyendo que eras tú cuando en realidad era ella….siempre ha sido ella..

-¿Qué coño dices Edward?  ¿Y quien es ella?

Edward ensanchó mas su sonrisa.

-Bella. Yo…..amo ardorosamente a Bella….

Continuará….

 

Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!! Al fin se dio cuenta de la verdad el maldito tonto…pero quizás ahora sea un poquitín tarde…o no??? Veremos. Un beso lindas .Espero que os haya gustado. Besos!!!

Capítulo 20: Capitulo 20 Capítulo 22: Capitulo 22

 
14444689 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10762 usuarios