Demon Prince
Ve con Alice; nena. –Isabella se quedó estupefacta; pero lo estuvo mucho más cuando los labios frios de él, se pegaron a su frente y la besó.
   El corazón comenzó a tronarle en los oídos y se apresó el labio inferior entre los dientes. Asintió mirándolo y corrió en busca de Alice.

  Edward cerró la puerta de la habitación de  Bella y caminó hacia el extraño que se escondia entre las sombras de la noche.
-Hermano.- la voz del hombre llenó el espacio y Edward apretó los puños con fuerza.
-Emmet.-  Edward, apretó la mandíbula y encendió la luz para mirarlo a los ojos.
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Capitulo 23.

Bella corrió a lo largo del pasillo con los pies descalzos y un temor acrecentado en su blanco pecho. Edward conocía a el hombre que se había colado en su habitación y por como surgían chispas de sus ojos al  mirarlo; suponía que estaba condenadamente enfadado con el individuo.
   Llamó a Alice y a una velocidad propia de un ser sobrenatural; la pequeña súcubo, llegó a ella con un brillo de preocupación en sus ojos.
-¿Qué ocurre Bella?.- Alice tomó el rostro de su amiga entre las manos y acarició suavemente su mandíbula con uno de los pulgares.
-Un hombre se ha metido en mi habitación Alice. Un hombre que Edward conoce….- Bella se echó encima de su amiga intentando controlar su cuerpo. Se agitaba como una hoja y por las ligeras convulsiones tenia miedo que otra vez se presentara el asma como castigo a su cuerpo.
Alice masculló algo en un idioma totalmente desconocido y se deshizo de su abrazo; para cogerle las manos con fuerza.
-¿Cómo sabes que Edward conoce a ese hombre? ¿Te lo dijo él?
-No. Edward esta arriba en mi cuarto. ¿No lo has visto? No ha entrado por la puerta. ¿Qué lo ha hecho volando?.- Bella comenzó a reir de manera histérica y a llorar segundos después.
-Debo…debo de haber dejado la puerta abierta y mi hermano se ha colado…
-¿A mi habitación? ¿Qué coño tendría que hacer Edward en mi habitación; Alice?.- Bella frunció el ceño y se  soltó de las manos de su amiga para darle la espalda y suspirar hondo.
-Bella….
-Mira…he sido condescendiente contigo y con tu padre. Hasta con Edward, pero hay algo en vosotros que me supera. Y a la misma vez me aterroriza. Nunca te he preguntado nada que no me hayas contestado Alice, pero me gustaría que algún dia me dijeras porque no estaís censados y no apareceís en ningún registro….
Alice se tapó la boca con sorpresa y emitió un débil gemido.
Aquello no estaba en los planes.Ni en los de Aro, ni en los suyos. Bella no debía saber todavía su procedencia y lo que eran; porque aterrada, huiría y todo debía ser perfectamente hilado para que surgiese lo mas natural posible.
-¿Nos has investigado Bella? ¿Has investigado a papa y a mí? ¿Has sido tan injusta, tan desconsiderada?..
Bella dulcificó las facciones de su rostro y se volvió para encararla.
-Os estoy dando la opción que me lo digáis. Si huis de la policía o algo por estilo…..
Alice se rió mentalmente y le hizo un guiño.
-Hablaré con papá. Él mismo te dará esa información. Y no te preocupes no somos convictos ni delincuentes.- le dijo Alice, agarrándola por un hombro y guiándola hacia la cocina.- Ven; te prepararé una tila. Y tranquila, sospecho que el hombre que esta arriba con Edward, es mi hermano Emmet.
-¿Tu hermano?.- Bella tragó en seco.-No me habeís hablado nunca de él. Alice…- Bella resopló.- A eso me refiero. No sé nada de vosotros y eso a veces me pone los vellos de punta. Demasiada privacidad , tú lo sabes prácticamente todo de mí.
-Tranquila Bella. Seamos lo que seamos nunca te haremos daño. Te consideramos familia y te tratamos como tal…
-Emmet. Tu hermano. ¿Por qué se ha metido en mi habitación?
Alice ; como una mentirosa experimentada, trazó una sutil mentira para calmar a su amiga.
-Mi hermano siempre ha sido un loco. Le gusta subir por las cañerías y meterse en las habitaciones de sus hermanos desde que era un enano. Seguramente creyó que era la mia y  por eso…
-Alice; eso es imposible. Él me preguntó si yo era Isabella Swan. Sabia perfectamente donde se metía.
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Emmet observó a su hermano con detenimiento. Estaba orgulloso de él; pero últimamente aquel lio de faldas era un conflicto de estado y ya debía de estar radicado.
   Se pasó una mano por la ligera barba e intentó deslumbrar con una sonrisa a su hermano. Sabía que estaba de mal humor y no podía entender el motivo. Se suponía que la hembra en cuestión, no era de su gusto.
-¿Qué has venido a hacer aquí, Emmet?.- Edward dió varios pasos hacia él y se hallaron tan cerca que casi se rozaban sus anchos pechos.
-¿”Qué has venido a hacer aquí Emmet”? ¿Te parece eso un saludo para tu hermano? Déjame que te abrace Edward. Sigues siendo un condenado engreído de mierda. ¿Piensas que te debo sumisión por ser el heredero? Ven aquí hermano. Dame un abrazo.
   Edward abrazó a su hermano propinándole dos palmadas fuertes en la espalda y se separó de él con una sola idea en la cabeza.
-Contéstame a lo que te he preguntado.
-Esta bien. Esta bien, hermano. He venido a reclamar a Isabella Sw….- Emmet no pudo terminar aquella frase. El puño de Edward arremetió contra su mandíbula y lo desestabilizó lentamente.
-Ni se te ocurra. ¿Entiendes? Ella es mía.- Siseó Edward con los ojos llameantes. Estaba ofuscado  y sin bien no tenia que haber reaccionado de aquel modo, tampoco se arrepentía de ello.
-Vaya…¿Y de qué tiempo a esta parte te has dado cuenta que ella es tu hembra? Porque tenia entendido que te revolcabas con la hermana.
Edward apretó tanto los dientes, que  cerró los ojos victima del dolor en las quijadas.
-Fue un error.
-Pues he de decirte hermano que las cosas no están para ir cometiendo errores y el tuyo ha durado demasiado. Siete años confinado en la arenas de Himrum y sin volver al parlamento ha dado para muchas habladurías.Se oyen rumores de un posible golpe de estado y todo es por tu maldito error. Esto lo tienes que subsanar ya. Si no yo mismo tomaré cartas en el asunto. Tengo el beneplácito de Aro.
Edward cambió la expresión de su rostro y se sintió terriblemente dolido con su padre. ¿Cómo era posible? Aro había dispuesto a Isabella mil veces en su camino para que la mirara, para que se diera cuenta que era ella y no otra.
-¿Cuánto tiempo me das? Porque supongo que me daras esa oportunidad. ¿no?.- Edward estaba nervioso, había comenzado a pasear de un lado a otro de la habitación de Isabella sin poder mirar a Emmet a los ojos.
-No mucho, dos semanas a lo sumo. La cosa se está calentando Edward. Te lo digo en serio. La cúpula mayor de los ejércitos se me escapa de las manos…tienes que unirte lo mas pronto posible a esa  humana. Llevarla a nuestro hogar y presentarla como tu mujer. Eso calmará los ánimos por el momento.
Edward sonrió algo nervioso y le tendió la mano a su hermano.
-Gracias Emmet.
-No hay de qué. Para mi también habría sido doloroso reclamarla, hermano. Yo también quiero a mi hembra conmigo y si tomase la tuya; nunca la encontraría y mi vida seria un desperdicio….
Se miraron durante un segundo a los ojos y volvieron a abrazarse. Esta vez sin tensiones ni malos entendidos. Como auténticos hermanos.
-Es muy hermosa.- le dijo Emmet, a su hermano antes de marcharse.- Casi se  me pone dura al contemplarla.- Tuvo que esquivar otro puñetazo de Edward; con una sonrisa en sus labios.- Dile a mi pequeña hermana que tengo ganas de abrazarla…pero creo que será en otro momento. Tendrás noticias mías hermano.
  Edward contempló como Emmet se desmaterializaba y salió de la habitación de Isabella con un orgullo que no le cabía en el pecho.
   Bajó las escaleras con lentitud y pudo oír los siseos de su hermana y Bella. Estaban en la cocina.
  Llegó hasta ella y se recargó contra el marco; cruzado de brazos y taladrando a Bella con la mirada.
“Pero que preciosa es…..como no me he dado cuenta antes.”
  Edward notó como su miembro viril pulsaba hacia arriba; desafiando la gravedad y soltó una risita ; que hizo que Bella se girara para contemplarlo.
   Sus ojos se encontraron y no pudo apartarlos de aquella mirada. Algo en Edward había cambiado….algo lo hacía mas perturbable para ella…mas enloquecedor. Le hacía perderse en los lamentos de su cuerpo, que al tenerlo cerca reaccionaba, como nunca lo había hecho con nadie. Era como si lo reconociera. Como si su piel; adolorida, rogara para que aquellas manos la acariciaran.
  -Edward….Emmet le ha dado un susto de muerte a Bella. ¿Por qué era Emmet; no? .- Alice se acercó a él y le dio un ligero beso en la mejilla, esperando su contestación.
 -Si.- dijo sin mirarla. Sus ojos estaban acariciando a Bella con aquellas pupilas incandescentes.
 -¡Pues ya podría haber bajado para presentarse formalmente! Vaya hijo del….- Alice miró a Bella a hurtadillas.- demonio.
“¿La deseas, eh? Te lo veo en los ojos maldito descarado”.- su mente se conectó con la de su hermano y suspiró.
“ Largate, ahora mismo de aquí Alice, si no quieres hacer peligrar tu vida, hermanita. Porque tan solo pensar que ha creado vinculo con ella; me pone ciego de celos….vete. Quiero estar solo con ella”
“Hum….lo sabia. Sabia que ocurríria esto….
Se giró y sonrió a Bella abiertamente.
-Bueno; yo me marcho a dormir. Bella….
Bella corrió hacia Alice y la cogió de la manga de su camiseta.
-No. No te marches. Quédate.- Bella miraba a su amiga con un ruego desesperado.
  Alice hizo oído sordos y se marchó , no sin antes, dedicarle a Bella un hermosa mirada de amor. Alice no habia tenido hermanas, y a su madre apenas la recordaba. Bella había sido todo para ella durante aquellos años. Estaba pletórica. Edward por fin habia reconocido la verdad   y podia sentir como su hermano se moria de ganas por estar con ella a solas. Edward no se lo merecía; desde luego. Pero también quería verlo feliz….

Bella no oía nada. Sólo era consciente de la cercanía de Edward y del atronador pulso en sus oídos. Él no habia dejado de mirarla ni un segundo y por como lo hacía, no dudada que quería volver a repetir lo que habia pasado entre ellos aquel mismo dia.
   Le dio la espalda y antes de darse cuenta las manos de él, ya se habían posado en sus hombros.
-Necesito que me escuches.- susurró Edward, casi rozando su oído.- Lo necesito con urgencia.
Bella se estremeció. Algo en su voz también habia cambiado. No parecía el repugnante ser, pagado de sí  mismo que había retozado con Jo…su voz era cálida, hermosa…sensual.
-Te escucho.- susurró ella sin volverse. Temía que al volver su rostro hacia él. La besara. Estaba segura que lo haría y ella se moría de ganas de que lo hiciera.
-Debes de tener cuidado con tu hermana, Bella. Esta algo desquiciada por que no quiero saber nada de ella…ella te odia.
 Bella abrió muchos los ojos y se tapó la boca con una mano. Se dignó a mirarlo a los ojos y se perdió en ellos, de nuevo; como cuando llegó al umbral de la puerta de la cocina.
-No sé porque me sorprendo…siempre lo he sabido…gracias.- le dijo bajando la mirada. Se sorprendió a si misma al preguntar.- ¿No te interesa? ¿Ya no la amas?
Él, alzó su mentó con sus dedos y negó con la cabeza, sin poder dejar de mirar los suaves y tentadores labios, de ella.
 Bella, carraspeó nerviosa y se separó lo que su cuerpo permitió, de él.
-¿No mas odio  a Carlisle?
Edward cambió de expresión al oir aquel nombre y se dejó llevar por una fúria aterradora.
-¡¿Es él el que te preocupa?! ¡Pues no!.¡ De momento voy a dejar que viva;  pero depende de ti que cambie de opinión, nena.!
-¿Yo? Eh….
La agarró de una mano y tiró de ella hacia sí. Bella tembló por el contacto. Se amoldaba perfectamente a él. Tanto que podÍa sentir todas las depresiones del cuerpo de Edward  en su fina piel.
  Era duro, atlético y podía sentir el firme bulto en su vientre; haciéndola sentirse terriblemente mujer.
-Quiero que seas mía. Completamente mía….
Continuará…..