Demon Prince (+18)

Autor: sistercullen
Género: Espiritual
Fecha Creación: 15/03/2011
Fecha Actualización: 12/12/2012
Finalizado: SI
Votos: 53
Comentarios: 148
Visitas: 183819
Capítulos: 47

Summary: Bella descubre, que la sesion espiritista hecha en su adolescencia,le marca la vida hasta lo altamente imporbable : la aparicion del principe de los demonios: Edward I.

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Capítulo 37: Capitulo 37

 

                                                DEMON PRINCE.

 

 

   Alice se acercó a Bella para acariciarle el rostro, que seguía inexpresivo y con los ojos perdidos en la nada.  Viéndola así de indefensa, tumbada en aquella cama, quiso cambiarse por ella y redimirse en su dolor. Porque aquella muchacha no se merecía lo que habían hecho con ella, forzándola a una vida que sin lugar a dudas ella no hubiese querido tener y a un amor que no la merecía. Porque si era sincera, su hermano no la merecía por mucho que dijera amarla.

   Se sentó frente a ella y susurró su nombre sin que ella reaccionara. Los gritos de Edward ahora eran más audibles, sus pasos…los puñetazos en aquella puerta donde ambas estaban guarecidas. La pequeña súcubo, susurró ayuda al viento  y una iluminária cruzó aquella habitación……

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Capitulo 37.

 

 

Edward tenia los nudillos cubiertos de sangre. Sangre de su padre. De su creador.

   Y con aquellos mismo puños , asestaba fuertes puñetazos a la puerta armada sin que nadie osara responderle.  Intentó materializarse al otro lado, pero le fué imposible. Una fuerza que no conocía lo obligaba a estar allí parado, destrozándose lo que le quedaba de piel en aquellas manos suyas.

 -¡Abre la puerta! ¡Bella…Bella!.- gimió descomponiéndose por dentro.- Por favor…..te amo, ¡Maldita sea, te amo como un loco! ¡Joderrr!

  Cesó de golpear la puerta y aplastó su espalda en ella, arrastrándose poco a poco hasta el suelo. Aovillándose y enterrando la cabeza entre sus rodillas, haciendo girones su pelo; alborotado de por sí .

 -Por favor…- susurró.- He tardado tanto…- rompió a llorar como nunca lo había hecho. Sentía su corazón hecho trizas y su cuerpo desmadejado sólo podía tener una cura. Sólo ella podía aliviar, consolar, mermar aquel dolor que nunca había  tenido miedo de sentir…. El amor no correspondido…el desapego, la crueldad de la negación…Bella…no lo amaba…no lo amaba.

  Se levantó del suelo violentamente y de nuevo se concentró en materializarse al otro lado de la puerta  y esta vez aliviado sintió como sus moléculas traspasaban aquella materia dura; pero viva. Abrió los ojos y tuvo que agudizar su visión, pues las lágrimas le empañaban la vista y solo podía ver un bulto sentado al lado de la cama. Un bulto oscuro y casi tan desmadejado como él mismo.

  Caminó hacia él.  Sentía que las piernas le fallaban a cada paso. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, se dió cuenta que era Alice. La pequeña súcubo estaba encorvada y no levantaba el rostro.

-¿Dónde esta Bella?.- no prestó atención a como emitía aquella pregunta.  Pero era desolador escucharlo desde fuera….

  Alice levantó el rostro para  focalizar sus ojos en los de su hermano mellizo. 

-No está.- gimió débilmente.-  “Ella” se la ha llevado.- dijo finalmente, destruida.- Me ha desvinculado de ella, Edward….

  Edward no encontraba sentido alguno a las palabras que su hermana emitía.

  -¡Donde coño esta Bella, Alice! ¡No ha podido desaparecer…..ella no puede

 hacerlo!.- vociferó, con las palabras atascadas en la  garganta. Negando interiormente aquella verdad que se hallaba delante de sus narices.

- Estaba tratando de reconfortarla, Edward….no…no me preguntes de donde salió lo que ví, pero…- Alice estalló en lágrimas y comenzó a narrar desesperada.- Un fuerte luz comenzó a prenderse aquí dentro y  de ella surgió una mujer….parecía salir del puto cielo…ella tocó a Bella…el rostro, las manos y finalmente el vientre… hizo un gesto de repulsión con la boca y dijo algo que no  pude escuchar, porque un silbido hiriente se metió en mis oídos y pensé que me iba a destrozar los tímpanos…. Cerré los ojos y cuando los abrí, ni la mujer ,ni Bella estaban aquí…se habían esfumado.

   Alice miró a su hermano y esperó su reacción.

  Pero muy al contrario de lo que ella pensaba, Edward no hizo ni dijo nada. Tan solo bajó el rostro y tomó asiento de la enorme cama. Cerró los ojos y asió la sabana fuertemente con una de sus manos sangrantes,  se llevó el puño con la delgada tela a el rostro e inhaló el perfume de  Bella, volviendo a cerrar los ojos y suspirando con gesto atormentado.

 -Déjame solo.- sentenció al cabo de unos instantes. Alice lo miró  un par de veces sin decir nada antes de  caminar hacia la puerta y desmaterializarse.

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Por lo general nadie entiende de medias partes. Ni de medias verdades. Todo ha de ser blanco o negro. No existe el gris, y mucho menos dentro del punto de vista donde se halle el problema.

  Cielo o infierno. Verdad o mentira. Claro u oscuro.

   Pero existe el gris. Existe algo más allá del cielo y por supuesto del infierno.

  ¿Dónde van las almas perdidas que no encuentran el lugar ni en un  sitio ni en otro?

  ¿Cómo puede ser la vida de un ángel que ha sido castigado? ¿Cómo puede ser la vida de un ángel caído después de refugiarse en los brazos de un demonio? ¿Cómo puede  vivir ese ángel perdido en las arenas del mal, si tan sólo ha  sentido el amor y la verdad del gran padre y de sus hermanos?

   Esme, miró a la muchacha que se hallaba adormilada en su pequeña estancia. La había dejado vencida por el fuerte control sensorial  y por supuesto por aquel viaje que sin esperarlo había hecho de nuevo…aunque esta vez hubiera sido por su propia voluntad.

   Era bella, pero sin duda había heredado todos los rasgos  de su padre.

  Esme le acarició el pómulo, con su mano etérea y suspiró.

  -Isabella.- susurró con un tremendo amor, que llegó a la muchacha como un bálsamo caliente.

  Bella se movió ligeramente. Sus músculos estaban entumecidos y aunque deseaba despertar de aquel embotamiento, su cuerpo no respondía.  Ella estaba despierta…pero su cuerpo no lograba moverse.

  Sintió el terror agujerearle todas las células de su cuerpo y gritó, pero su boca no se abrió y su cuerpo no se sacudió como ella lo estaba haciendo.

  Alguien estaba con ella. La misma presencia que irrumpió en la habitación apartándola de todos ellos. Sólo por aquella razón debía de estar agradecida, aunque estuviese paralizada en aquellos momentos. ¿Pero como podía ver el rostro casi transparente de aquella mujer si no podía sentir como se abrían sus ojos?

 La mujer se acercó a ella y Bella se dio cuenta que flotaba….

  Quiso desmayarse pero no pudo. Su mente estaba increíblemente lúcida. Podía sentir , podía ver, oír, pero sus músculos no respondían y aquello fue acrecentando el terror que la atenazaba.

 -No temas.- una voz llegó a ella y seducida por su tranquilidad, pareció calmar un poco su estado.- No temas preciosa niña. Todo estará bien. Todo pasará y cuando pase, todo volverá a ser como debió de haber sido…absolutamente todo.

  La Bella consciente quiso preguntar, pero no podía hablar….y se maldijo por ello. Tenía tantas preguntas que hacerle.  Volvió a fijar aquellos ojos invisibles de su alma en aquella mujer.

   Era bella…perfecta y su sonrisa era  más que amable, la acariciaba con aquellas manos que se traslucían y la besaba con una adoración digna de una madre…. Bella sintió el dolor de su alma…y peleó con ella misma para no volver a sentir el odio de su verdadera madre, fijó la vista de sus ojos invisibles en aquella presencia y quiso perderse en aquel rostro que enjugaba su cara y la besaba , emanando ondas de amor a su alma desarmada.

“¿Quién eres tú?.- preguntó finalmente  con aquella boca de su alma, sin que su cuerpo se inmutara.

 La presencia sonrió y acarició de nuevo el rostro de Bella.

 -Mi preciosa niña…¿Quién te dice tu alma que soy? Mira con los ojos de tu alma mi adorada y añorada Isabella….Abre ese tercer ojo para mí…este es el momento…¡abrelo!.- Le urgió aquella voz, amable pero enérgica al mismo tiempo.

   Bella sintió correr aquel amor tan grande por su alma, enredando en todo lo que ella era en esencia, agarrando cada fibra mortal y besándola con fervor. Acunándose en aquellos ojos color avellana y sintiendo la necesidad de ser abrazada hasta el final de sus días.

  Era una presencia que nunca conoció, pero que en aquellos momentos la envolvía y la hacía sentirse tan querida que le dieron ganas ponerse a llorar como una loca….

….aquella presencia, mujer o lo que fuese…era su madre.

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   TIEMPO DESPUES….

 

 

  -Debemos de hacer lo que sea. Pero ya.- Emmet se habia vestido con sus mejores ropas de gala y observaba a su padre que mantenía la vista perdida en el gran retrato de Sulpícia, enajenado.- ¿Padre, me estas escuchando? Si no tomamos una decisión inmediata esto será un apocalipsis infernal. Después de lo que ha ocurrido con Edward….él debe de hacerse cargo o entonces…

  -¿Has hablado con él?.- preguntó de repente su padre, mirándolo a los ojos.

   Emmet se dió cuenta que su padre parecía haber envejecido enormemente en aquellas escasas semanas.  El desconsuelo de Edward lo estaba matando.

  Edward…había desaparecido. Después de que Bella también lo hubiera hecho, a él se lo tragaron los mismísimos infiernos y no habían podido saber nada de su paradero.

   -Padre, no sabemos nada de Edward.

  -Él es mi primogénito, Emmmet. Él es Edward I. Entiéndeme hijo. Tú no estas educado para llevar este trabajo tan pesado. Tu misión es otra, más férrea  y cruenta.

  -Pero….

  -Necesitamos algo que lo haga volver….algo que lo haga reaccionar allá donde esté.- Aro pensó en Alice, eran mellizos y tenían un vinculo demasiado fuerte. – Que dices de Alice.¿ Ella no te ha dicho donde se halla Edward?

   Emmet negó con la cabeza y bajó el rostro compungido.

- Tenemos que tomar una decisión padre…nos ha costado mucho formar lo que tenernos hasta ahora…y se están levantando contra nosotros  la mayor parte de los demonios de el clan Denali, en la tierra de Amenek…

-Confío en mi hijo, Emmet. Edward aparecerá.- sentenció, completamente ido.

-¿Y si no lo hace?

-Traéme a Alice.- enunció rotundo con la mirada inquisitiva….

 

 

 

 

 

 

 

Habían sido las semanas más duras de su  existencia.

   Ver como su familia se desmoronaba poco a poco no ayudaba a la relación en ciernes que tenia con Jasper.

   El demonio la  había ido a buscar casi cada noche después de que hicieran el amor como si no hubiese un mañana, pero los últimos tiempos estaba demasiado preocupada por el futuro de su mundo y por el de su hermano mellizo.

   Edward estaba enterrado en vida. Todos pensaban que se había marchado, pero la realidad no era aquella. Él seguía estando en el infierno, hospedado  como uno más en la mina de almas, en la cual Jasper había trabajado.

   Por alguna razón que Alice no entendía él había ido a parar allí y trabajaba como un jornalero mas, en desviar las almas al purgatorio o desquiciadas en el rio del tártaro.

   En la más absoluta soledad y con el alma destrozada por la desaparición de su esposa; como él la llamaba. Alice podía sentir el tremendo dolor que lo atenazaba, muriendo como él por dentro y consolándolo  cuando de vez en cuando se materializaba a su lado, harta de verlo llorar.

  Pero la ruina iba a llegar a sus vidas de una manera u otra. Si Edward no conseguía salir de aquel dolor y dar la cara frente al consejo, aunque fuese sin la compañía de su esposa, los insurgentes se levantarían como lo hicieron antaño y su reinado se defendería con una guerra infernal, que daría paso a otro cambio evolutivo en su especie.

    Perdida en sus pensamientos , se asustó al ver a Emmet parado en el umbral de su puerta cerrada, mirándola con detenimiento y terriblemente serio.

 -Padre te manda llamar. Quiere preguntarte por Edward…él cree que tú sabes dónde se encuentra.- Emmet caminó hacia su hermana y se puso de rodillas .- Hermana…dime. ¿Sabes donde esta mi hermano?

   Alice  cerró los ojos y suspiró asintiendo fuertemente con la cabeza.

  Emmet se levantó  y apretó la mandíbula.

 - Debes de hablar con él, hacerle comprender que si no vuelve la vida tal y como la conocemos aquí… cambiará….arriesgando y perdiendo a muchos seres que amamos…

-¿Crees que no lo sé?.- se defendió la pequeña.- Pero no me escucha. Sólo piensa en ella…en Bella. Emmet, nunca  en mi existencia he visto a un demonio tan enamorado ….¡A quien debemos buscar es a Bella, no a Edward! ¿ Si Bella vuelve, él lo hará!

 Emmet se pasó una mano por su oscura cabeza, llena de rizos.

-¿Y tienes idea de donde puede estar?

 -Creo que podemos volver a la tierra….quizás esté allí

 ¿Y porque debería estar allí?.- preguntó Emmet contrariado…

Alice pensó que su hermano no había nacido para pensar…tan solo para luchar y follarse a su mujer rubia.

-Ella es humana, Emmett. ¿Dónde va a estar?

Emmet asintió y ofreció su mano a Alice.

-Acompáñame hermana.  Hemos de hablar con nuestro padre.

 

 

Continuará…

Capítulo 36: Capitulo 36 Capítulo 38: Capitulo 38

 
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