Demon Prince (+18)

Autor: sistercullen
Género: Espiritual
Fecha Creación: 15/03/2011
Fecha Actualización: 12/12/2012
Finalizado: SI
Votos: 53
Comentarios: 148
Visitas: 183803
Capítulos: 47

Summary: Bella descubre, que la sesion espiritista hecha en su adolescencia,le marca la vida hasta lo altamente imporbable : la aparicion del principe de los demonios: Edward I.

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Capítulo 34: Capitulo 34

                                                              DEMON PRINCE.

 

Hemos puesto a nuestro hijo y a su futuro al pie de los caballos; querida mía. Yo por ser un inconsciente y no proteger a Isabella y tú por llevar a esa arpía a los brazos de su madre de nuevo. Si tienen dos  dedos de frente ninguno de los dos nos mirará a la cara después de esto.

 Sulpícia cerró los ojos angustiada y dos enormes lagrimas se escaparon de sus ojos.

-Pero…tiene que haber algún tipo de posibilidad…por pequeña que sea…

 -La hay. Pero la pregunta es. ¿Quieres escucharla?

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Capitulo 34.

 

 

 

-Has despertado esta noche…y me has utilizado.- la voz de Jasper rompió el silencio, cuando Alice había recuperado la respiración, deshecha, encima de su cuerpo y completamente exhausta.

   Ella, paseó la pequeña nariz por su clavícula , alzó la cabeza y seguidamente todo su cuerpo para contemplar el rostro de aquel demonio bello, que efectivamente la había despertado de su letargo.

 -Me ha gustado.-Sonrió ella, débilmente.- Y no te he utilizado; lo hemos hecho ambos, tú has disfrutado tanto como yo. ¿O me equivoco?

  Jasper bajó la mirada por aquellos pechos pequeños con las cimas oscuras y erguidas. Cerró los ojos fuertemente y se preguntó si una sola noche con aquella súcubo había bastado para anclar su corazón a ella. Se negó aquello desde el minuto uno y quiso levantarse de aquel lecho, coronado con su semen y el olor a hembra de ella; pero Alice se lo impidió abalanzándose sobre él y besándole el pecho suavemente.

-No se te ocurra macharte. Todavía no estoy saciada de ti..ni tú de mí…- la sonrisa de Alice fue sexualmente endemoniada.- …te siento, siento como te hinchas y te alargas para mí.

  Jasper puso los ojos en blanco e hizo caso a su cuerpo, que como Alice acababa de decir, todavía no estaba saciado de ella. La volcó debajo de él y bebió de ella como un sediento.

   Se había pasado gran parte de la noche copulando con ella.  Vaciándolo y llenándola a ella. Como si esta acción, la volviese mas bella y frustrantemente mucho mas deseable.

   No se había fijado en ella anteriormente como mujer, pero ahora siendo sincero con su mente y con su cuerpo, sabía que había encontrado aquella otra mitad que pensó que nunca encontraría.

   Las manos de ella obraban milagros a cada toque; como si supiera lo que él anhelaba en todo momento. Recordó como los labios de ella se habían apoyado en su polla; suavemente y luego lentamente, ella había abierto la boca para sacar su pequeña lengua y pasearla por toda la extensión de la polla que él tenia; orgullosa y erguida. La ensalivó toda; desde la misma base hasta la punta, haciéndolo gemir como un loco y preso de aquella locura le rogó que se apartara de él y ella no lo escuchó…y se  corrió en su lengua, haciendo aquella visión insoportable de creer para cualquier macho…..por lo sensual y mágica.

  ¡ Y por todos los Demonios del abismo! Cuando se había posicionado entre aquellas piernas, para clavarle su falo duro como una piedra, ella se había movido como una puta, arqueándose y meneándose circularmente en torno a él, estrujándolo y vaciándolo, explotando…y a cada  latigazo de semen, el placer se volvía mas y mas intenso…haciéndolo volar y sintiendo que se le iba la vida, con aquella hembra que lo masticaba y lo engullía de pura sexualidad.

   Cabalgaron durante horas; sin que el cansancio se filtrara en sus poros, lentamente a veces y besándose.. y otras, presos de la locura y a velocidades de vértigo…pero él había preferido aquellas lentas y duras cabalgadas; donde se había perdido dentro de ella y la había sentido en toda la extensión de la palabras, llenándose con cada gota de su néctar y siseándole que era lo mejor que le había pasado en su vida.

   Y ahora comenzaban de nuevo…sintiendo como la boca de ella lo volvía a tomar…..

 

 

 

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Edward se habia levantado y admiraba desde  una butaca acolchada el sereno rostro de su amada. Vigilando sus sueños; que debían de ser buenos, porque se había instalado una sonrisa en su rostro desde hacia horas.

    Después de haberla hecho suya de verdad; él la había dejado descansar y sin poder pegar un ojo, se había levantado y se había dedicado a vigilar los sueños sin ni si quiera pestañear….se había dedicado a memorizar cada rasgo de su rostro y admirar en silencio la belleza en la que se había convertido con el paso de los años.

   Completamente desnudo y excitado se había dejado llevar por el recuerdo de aquella noche y la pasada;  teniendo que cargar con una dura y gran erección a lo largo de todo aquel rato…esperando que despertara, para hacerla suya nuevamente….pero algún dia tenían que salir de aquella habitación y dar la cara a todos los problemas que gritaban detrás de aquella maldita puerta….así que cubrió su cuerpo y besó a Bella en la frente, antes de marcharse de allí, mirando hacia atrás antes de desaparecer por completo.

-Te quiero.- dijo mirándola detenidamente.-mas que a mi propia vida….Ahavá.

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   Emmet y Rosalie habían salido al gran comedor del castillo y entre risas y juegos se daban de comer el uno al otro sin deparar en la presencia que recién se había materializo en el umbral de la puerta, cuando Edward avanzó y se dejó ver entre las sombras no pudo ocultar el gesto interrogante de su rostro antes de saludar a su hermano, que se levantó para saludarlo con toda la alegría que lo llenaba en su interior.

-Edward, hermano.- le dijo rodeándole con un brazo su espalda y dándole un cálido abrazo.- Ella es Rosalie, mi futura esposa.

   Edward miró a su hermano asombrado, haciendo que el fortachón emitiera una sonora carcajada;   Edward lo imitó casi inmediatamente; pero en sus ojos todavía estaba instalada la sombra de la sorpresa.

 -Veo que tengo que compartir mi felicidad contigo hermano.- enunció Edward, esta vez con una sonrisa en sus labios.-  Encantado Rosalie, si haces feliz a mi hermano, me haras feliz a mí.

   Rosalie  se habia quedado de piedra al advertir la presencia de Edward en el comedor. Había algo en él mucho mas tenebroso y malvado que en Emmet. Había indagado en aquellos ojos por unos instantes, antes que su expresión se hubiese relajado y un estremecimiento interior la embargó dejándola en estado de shock durante tan solo unos instantes.

   Notó como Emmet, le dio dos toquecitos en la espalda y se levantó para saludar como convenía a aquel demonio. Le entregó su mano y adquiriendo una posición encorvada, lo saludó como dos días  antes lo hiciera con Aro.

-No. No hace falta.- la instó Edward.- Formas parte de mi familia y como tal, contigo sobran esos formalismos.- Edward arrastró una silla y asió la pata de un carnero para llevarla acto seguido hasta su boca.

  Emmet y Rosalie volvieron a sentarse y prosiguieron alimentándose, esperando que de un momento a otro, alguno que otro resolviera aquel incómodo silencio.

 Fue Emmet el que lo atajó, mirando primero a  Edward y sonriéndole, cuando los ojos de su hermano se fijaron en él.

 -Entonces…¿Ya puedes presentar a Bella ante el Consejo?

  Emmet vió el rostro meditabundo de Edward y se preocupó. No le pasó desapercibido el gesto tampoco a Rosalie que  deseosa de que siguieran aquella conversación, intentó por todos los medios mostrarse indiferente.

 -No sabe nada, Emmet. Aunque ya es mía en todos los sentidos, temo que reaccione de la misma manera que lo hizo mamá cuando se enteró de quien se había enamorado… no quiero ni si quiera pensar que ocurriría si ella me abandonase.

 Emmet se mantuvo callado por unos instantes y luego asintió bebiendo un largo trago de su bebida.

-Debes  ser claro con ella, hermano. ¿En verdad la amas?

Edward se quedó con la mirada perdida y Rosalie sufrió por su gesto amargado.

-La amo como nunca creí amar a nadie. Ahora comprendo a padre y también sus deseos que yo llegue al trono para marcharse en  busca de mamá….- Edward rió y miró alternativamente a Emmet y a su compañera.- No sabes lo fácil que será para ti, Emmet. Por lo que veo ella ya lo sabe y es feliz sin preguntarte quien eres o lo que has hecho. Tan solo te ama y eso es lo mas importante. Mi esposa es terca como una mula y sé positivamente que cuando se entere de donde se encuentra y de lo que somos, reniegue de mí y me mate a sartenazos.

  Rosalie no pudo evitar reir con ganas, mientras Edward la miraba con un gesto extraño en su rostro. Había algo de ella, que le era terriblemente conocido. Y aquella esencia que emanaba, era parecida a Bella, increíblemente parecida…si bien podía advertir la marca de Emmet en su cuerpo, no le pasaba desapercibida el aroma de su alma.

  -Hermano, hoy mismo llevaré a Rosalie al Consejo. Tú deberías hacer lo mismo con Bella. Aplacaremos sus ánimos y se iran al traste algunos rumores sobre revueltas. Ya te pasaré factura sobre todo lo que hice este tiempo por tí , hermano.  El Consejo apenas confía en tu buen juicio, seria bueno que llegaras con tu esposa lo antes posible.

 -Necesito la ayuda de Alice.- Edward frunció el ceño.- ¿Has visto a Alice esta mañana?

 Emmet negó y alcanzó la mano de amada, para acariciarla.

-Alice es nuestra hermana, mi amor. Cuando la conozcas; quizás te arrepientas de haberlo hecho. Es un cúmulo de energía.

 Rosalie sonrió y bajó la mirada ante el apelativo cariñoso de su demonio.

-Me gustaría que me ayudara con lo de Bella. Ellas dos son prácticamente hermanas …creó vinculo con ella hace un montón de tiempo y la entiende casi mejor que yo.- Edward maldijo entre dientes y sonrió al mismo tiempo.- Si no fuera porque sé que ella se siente sexualmente atraída por Bella, estaría encantado con el asunto; pero sabiendo las   preferencias de Alice, no hago si no maldecirme por no hacerle caso en su tiempo.- enunció Edward con la voz cargada de ira.

  -Si deseas yo puedo ayudarte.-La voz de Rosalie, sonó enérgica. Aunque era solícita en aquel deseo, había algo en su tono que apelaba que fuera ella quien hablara e hiciera comprender a la esposa del hermano de su macho.

  Ambos hermanos la miraron interrogantes y Emmet  volvió a acariciarla dulcemente en la mano.

-¿Pero que harás tú? Bella no te conoce  y se supone que tendría que confiar mas en Alice que en ti.  ¿Tú que dices, Edward?.- Preguntó Emmet, algo asombrado.

  Edward evaluó unos momentos a su cuñada y asintió lentamente.

-Estoy agradecido, en verdad. No me conoces y ya quieres ayudarme…

-Edward, Rosalie ha estudiado wicca y es una bruja con estupendas habilidades, puede ejercer algún tipo de conjuro sobre Bella….quizás ella si pueda hacerlo, ya que ninguno de nosotros hemos podido.- expresó Emmet, mirando a su hermano.

-¿Wicca? No me pasa por alto que eres mortal, como Bella.  ¿Pero que hace una bruja en el infierno si no es para despertar a Morgana?

Rosalie respiró hondo y se decidió a  hablar; aunque alguien lo hizo antes que ella y todos se volvieron para alzarse y saludar como se merecía; Aro.

  -Ella es una alumna muy aventajada de vuestra madre.- setenció mirando a Edward inquisitivamente, sin dejar de caminar y parándose al lado de Rosalie.- Querida…ya veo que se ha desarrollado la unión gratamente. Bienvenida a la familia…hija.

  Rosalie se levantó y se inclinó levemente, haciendo que Aro sonriera para sus adentros.

  Miró a sus hijos y esperó a que uno de ellos comenzara a preguntar; ya que los dos estaban en estado de shock.

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   Morgana tenia su propia dimensión dentro del infierno. Aunque había estado confinada durante varias décadas dentro del imperio liquido, su belleza no había mermado en absoluto.

   Con largos ropajes negros y  el cabello pulcramente peinado hacia atrás en un apretado moño, miraba la crisálida donde se curaba, el cuerpo inmortal de su hija.

   Nunca pensó que el tiempo la recompensara de aquella manera y pese a que los años transcurridos, habían hecho mella en su raciocínio, todo volvió a su lugar al ver a Aro frente a su puerta, con el cuerpo inerte de una joven entre sus brazos.

 -¿Qué haces aquí? Me importa un comino si eres el rey o si no, pero estas son mis tierras y aquí es tierra de nadie…

Él la miró de arriba abajo y suspiró abatido.

-Es mi deber traerte a tu hija contigo. Felicitaciones, porque es digna hija tuya, ya en la tierra hizo sus maldades. Imagino que puede organizar estando en su hábitat natural.

 Ella miró el bulto sanguinoliento y se acercó lentamente para observarlo.

-¿Mi hija?...Es imposible, tú y Azazel con su legión de demonios, eliminasteis a toda mi descendencia…

-No, algunas escaparon y una de ellas está dentro del cuerpo de esta mujer. Su nombre humano era Josephine Swan….ella se reconocerá así cuando despierte.

 Morgana acarició la espesa cabellera negra sonriendo.

-Mi hija….nuevamente mi estirpe caminará libre….

-No te equivoques Morgana…haremos lo imposible para que  Josephine  se acerque a Edward…ni a su esposa…

Morgana, torció el gesto y tocó el pecho de aquel ser, retorcido en un ovillo.

-No puedes amedrentarme en lo que se refiere a eso, Aro. Y lo sabes. Mi hija continuará pariendo brujas inmortales…pero hay algo raro en ella…su alma, su alma está atada….¡Que maldito juego es este, Aro!

-No es ningún juego…Josephine está atada a la esposa de Edward…si algo le ocurre a ella, tu hija morirá, y ésta vez para siempre, viajando su alma hasta el mismo calvario…

-No te creo. Dámela.- Aro se la cedió y Morgana la acogió entre sus brazos, acariciando su frente.- Puedo suponer que tu nuera es un híbrido. ¿Qué ha de pasarle?

-Isabella es mortal. Morgana. Sigue siendo mortal.

Morgana, vió como Aro desaparecía y corrió con su hija en brazos, abriendo la puerta de su mundo y allí la envolvió en la crisálida carmín de la vida; donde permanecería durante 40 dias…y entonces,  de nuevo resurgiría; pese a las palabras de Aro.

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Carlisle había pasado los días mas angustiosos de toda su existencia.

   El amor de su vida se había desintegrado sin saber ni si quiera donde buscarla…y sus hijos se habían quedado sin madre, pese que aquello, le daba exactamente igual.

   Había ido a poner una denuncia, ya que el cuerpo de Josephine se habia evaporado, igual que el de Bella. Pero si era justo consigo mismo, su esposa le importaba un comino y por quien estaba realmente desesperado era por Bella. “ Su Bella”.

   Había indagado lo suficiente durante aquellos días, para ir a parar hacia Jacob Black, primero y después de decirle una serie de cosas sin sentido, el indio lo había  invitado a ir a conocer a su padre, el chaman de los indios de una reserva en La Push .

  Continuará…..

Capítulo 33: Capitulo 33 Capítulo 35: Capitulo 35

 
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