Demon Prince (+18)

Autor: sistercullen
Género: Espiritual
Fecha Creación: 15/03/2011
Fecha Actualización: 12/12/2012
Finalizado: SI
Votos: 53
Comentarios: 148
Visitas: 183807
Capítulos: 47

Summary: Bella descubre, que la sesion espiritista hecha en su adolescencia,le marca la vida hasta lo altamente imporbable : la aparicion del principe de los demonios: Edward I.

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Capítulo 19: Capitulo 19

                                                                       DEMON PRINCE.

 

 

 

-¡Sueltame!.- Bella lo empujó, limpiándose los labios con repugnancia.- ¿Quieres burlarte de mí? ¡No me toques ni una sola vez  mas en tu vida, Edward! …..Si quieres alguien que caliente tu cama…busca a Jo, seguro que ella esta deseosa yo…..

-¡Shhhhh!.- Edward rozó con sus dedos los labios hinchados y rojos de ella.- Escucha bien lo que te voy a decir Isabella, si yo hubiera sido ese débil humano…. solo estando  ciego, sordo o imbécil te hubiese dejado por  otra; y mucho menos por la zorra de tu hermana….

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Capitulo 19.

Bella dio un fuerte manotazo a la mano suave  de Edward. Aún estaba en shock, intentando comprender lo que aquel “fantasma” quería de ella; ahora que Josephine no estaba disponible.

 La risita de él, la enervó mucho mas y cargó contra su pecho haciendo que los brazos fuertes de él, la abrazaran por completo.

-Me gusta esta nueva faceta tuya. Me parece irresistible.- Le habló él en el oído; rozando sus labios por el lóbulo de la oreja. Bella se estremeció y se enfadó mucho mas con ella misma, si cabía.

   Intentó zafarse de su agarre y él la apretó más fuerte. Aplastando sus deliciosas formas contra el robusto y amplio pecho  de él.

 -Me avergüenzo de mi mismo.- siseó con los dientes apretados, Edward.- Desatas una marea de emociones en mí y son todas demasiado peligrosas, Isabella…

  Ella lo miró a los ojos y se ahogó en el verde liquido del jade. Allí; dentro de aquellas orbes, sumergida por completo se sintió segura sin saber porqué y también encontró el valor para zafarse de su poderoso agarre y encararlo con emoción.

-No sé lo que pretendes. Pero tampoco me interesa.- Caminó hacia el amplio escritorio y picó un telefonillo.- ¿Alice?

  La voz de Alice surgió de aquel aparato y Edward se cruzó de brazos analizándola de arriba abajo.

  La deseaba.

  Maldita sea. La deseaba como nunca habia deseado a nadie. Y si hacía un momento le hubieran preguntado por Josephine Swan; hubiera contestado quien coño era.

  Cuando estaba cerca de Bella, lo envolvía una burbuja particular.

  Le miró el canalillo de sus pechos; ahora mas generosos y  Edward apretó la mandíbula, se le deshacían los cojones por estar metido dentro de ella. Se rió de sí mismo y tocó sus labios rememorando aquel beso salvaje que le habia robado. Deliciosa. Y quizás el diccionario todavía no albergaba una palabra lo suficientemente extensa para poder definir como era tener aquella boca entre sus labios y sus dientes.

  -Alice te llevará con ella. Te dirá lo que debes hacer. Ahora déjame.- Bella miró a Edward directamente a los ojos.- Espero que no se repita lo que ha ocurrido; lo espero de veras por el bien de nuestra relación laboral.

Edward caminó hacia ella y se inclinó levemente para enroscar un mechón del cabello de ella sobre uno de sus dedos. Sonrió de manera ladina.

-No esperes que pida permiso. Ese no es mi estilo.

-Si vuelves a besarme o acercarte a mi se lo diré a  mi cuñado y …

 Edward acercó con rabia el mechón de cabello de ella hacia él; haciendo que Bella emitiera un pequeño jadeo de  dolor.

-¿A tu cuñado? ¿Crees que le tengo miedo?.- Edward rió malévolamente.- Me gustaría arrancarte la cabeza y borrar todos los recuerdos que tienes del insignificante ese. No lo soporto.

  Edward cerró los ojos con fuerza y  expulsó el aire lentamente.

Pensar en Carlisle lo ponía frenético. Aquel hombre patético le habia quitado a la mujer que amaba y a la hermana de ésta, antes de tenerla suplicando por él.

  Rugió y Bella se apartó con miedo de él, dando dos pasos hacia atrás.

   Edward se dio la vuelta y abrió la puerta llevándose consigo gran parte del pomo que la abría. Dio un fuerte portazo y desapareció.

 Bella tanteó la silla y se sentó en ella.

 ¿Quién era aquel hombre? Habia algo en él que era malvado, egoísta ….cruel.

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Aro habia descendido de las escaleras del gran patio y miraba por el ventanal de Oscilus, cuando escuchó unos pasos en sus espaldas.

Reconoció el hedor y sonrió íntimamente.

-Edward hijo.- Se giró para saludarlo.- No te veo bien. ¿Qué tal te va con Isabella?

-Me saca de mis casillas…pero me divierte.

Aro juntó sus manos y las llevó a su boca; sonrió abiertamente y miró a su hijo detenidamente.

-¿Y bien?

-Necesito tu ayuda.- Edward apretó los puños e hizo un gesto muy peculiar de él con la boca.- Quiero meterme en sus sueños. Asaltarla de dia y de noche…

Aro comenzó a reir con fuerza y paseó alrededor de su hijo divertido.

-¿Desesperado Edward?

-No.

-¿Entonces?.- Aro alzó una ceja interrogante.

- No deseo que esto se alargue mucho mas en el tiempo. No sé cuanto tiempo podré mantenerme alejado de Josephine. La sigo amando y su mente me llama a cada segundo. Siento su dolor por mi rechazo.

-¿Te conmueve?

Edward analizó aquello unos  instantes y se sorprendió al llegar a la conclusión que no. Ella no le conmovía lo mas mínimo. Y si se apuraba; se podia decir que tampoco la deseaba. No como deseaba a Isabella. Con todas sus fuerzas. Con toda su alma inmortal.

  Aquella respuesta lo dejó aturdido y su padre pudo leer en sus ojos.

 -Lo siento hijo. Pero no puedo ayudarte. Bella tiene un escudo muy poderoso y hemos hecho verdadera locuras para poder mantenerla virgen y pura para ti….

 Edward dio un paso hacia su padre y abrió la boca para hablar. Por primera vez en su vida no tenia palabras.

 -No comiences con lo de siempre Edward. – Su padre alzó la mano y negó con ella.-   Te creía mas inteligente hijo, pero eres un terco.  Pero bueno… ya te darás cuenta de ello. Mientras nos divertiremos a tu consta.

 -¿Ella es virgen.., para mí?.- Edward no reconoció su voz al preguntar a su padre.

 -Así lo manda la tradición y asi debe ser.

-Pero padre. ¿Qué le habeis hecho a esa chica? ¿No le habeis dejado vivir su vida por una idea loca  tuya y de Alice? ¿Qué pollas le habeis instalado en la cabeza a Bella?.- Edward comenzó a notar como la ira se iba apoderando de él.

-Nada. No tiene recuerdos. No recuerda nada. Sus incursiones amatorias tienen un comienzo pero no un final. Ella cree que su primera vez fue con un chico del campus universitario. Con los patéticos humanos que quieren tenerla; es mucho mas fácil. Ella se  convierte en su peor pesadilla y punto.

-¿Quién te esta ayudando con ella? ¿Jasper?

-Exacto.- sentenció Aro.

Edward caminó pensativo unos instantes y su mente voló hacia ella de nuevo.

  Su padre y su hermana creían a pies juntillas que ella era la elegida. La mujer que debia ser suya. Pero él; aunque se volvia literalmente loco por su esencia la cambiaria por cualquier otra si se diera el caso.

  Y ahí volvió de nuevo a pensar en Josephine.

  Era injusto que siguiera amándola. Seria tan fácil amar a la hermana y olvidar que un dia la amó por encima de todo.

   Pero la imagen de Bella se fundía en su cerebro con una fuerza  difícil de calibrar.

  Su fruto prohibido.

 Isabella.

  La boca se le hacia agua cada vez que recordaba el sabor de sus labios. De su lengua.

 -Si no puedes ayudarme te ruego que hagas una cosa por mi.

-Dime hijo.

-No intervengas mas en su vida. Ahora me toca a mi. Y hazle saber a la pequeña súcubo que me deje actuar a mi antojo;  que no se meta en medio.  Se cree la escudera de “ella” y eso me tiene jodidamente cabreado.

Aro sonrió.

-Está bien, hijo.

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   Josephine alargó el brazo hacia el teléfono y  marcó el teléfono de casa de su hermana Isabella. Necesitaba hablar con Alice.

  Edward. Tenia que hablar con Edward, rogarle. Suplicarle si era necesario.

  Ella odiaba la vida que llevaba y habiendo vuelto él, volvía su ilusión por vivir.

  -¿Si?.- La voz de la pequeña súcubo la hizo sonreir victoriosa.

 -Alice; soy Jo. Necesito que me digas donde se hospeda Edward. O tratar de solaparme una cita con él a solas. Es importante.

-Te recuerdo que estas casada Josephine y a Edward no le interesan las mujeres casadas….si no son con él.

 -¡Necesito explicarle!¡Maldita! ¿No entiendes que su vuelta ha sido solo por mi?

-Si. Eso cree él. Mi hermano es corto de entendederas el pobre.

-No me interesa tu opinión. Necesito hablar con él. Verlo.

-Esta bien. Se lo diré y él se pondrá en contacto contigo.

Josephine colgó.

 Y una sonrisa triunfal atravesó su rostro.

 Cuando Edward volviera a verla; de nuevo caería en sus brazos y entonces se largaría con él al inframundo. El lugar de donde  no tenia que haber salido jamás.

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  Alice llamó mentalmente a su hermano y Edward tardó unos minutos en presentarse.

  Cuando lo hizo, fue en la cocina; mientras la pequeña súcubo preparaba algo de cenar para ella y Bella.

 El carraspeo nevioso a su espalda la hizo sonreir.

-Edward.- Se giró en redondo y corrió hacia él para rodearle el cuello con sus brazos.- Alguien quiere hablar contigo.

-¿Es ella? ¿Bella quiere hablar conmigo?

-¿Te gustaría?.- Alice rió y tocó la nariz de su hermano . divertida.- No. Es la zorra de la hermana. Quiere hablar contigo.

Edward caminó pensativo y se paseó los dedos por el cabello despeinado.

-No sé si estoy preparado. Temo ser débil y volver a hacerla mía. Josephine desborda sensualidad por todos sus poros. Parece una bruja. Temo que si vuelvo a verla no quiera devolvérsela a su marido.

  Alice alzó una ceja y miró a Edward interrogante.

  Habia algo que no cuadraba en aquella situación.

  El brillo de los ojos de Edward y la dirección que tomaron éstos,le dieron la repuesta rápidamente.

Bella estaba en casa y estaba escuchando aquella conversación.

-Carlisle se moriría de pena el pobre.- dijo ella, en la mejor de sus actuaciones .- ¡Y los niños! Pobrecitos.

-Si por lo menos la hermana me ayudara a ponerme bajo control.

 Alice hizo un mohín de disgusto.

-¿La hermana? ¿Bella? ¿Quieres cambiar a Josephine por Bella? ¡Eso es una locura! ¡A Bella ni siquiera le gustas! ¡Creo que hasta le caes mal! No. Eso es imposible.

Edward intentó sofocar una carcajada. Vió la sombra de Isabella, perfecta dibujada en el limite de pasillo e intentó ser lo mas convincente posible.

  -Si vuelvo a ver a Jo, caeré en sus brazos, si ya lo he hecho en brazos de la hermana, seguro que me contendré.

  Bella lo habia oído todo  y su corazón palpitaba loco por lo que estaba haciendo.

¡Escuchando a hurtadillas! Pero habia pensado que no habia nadie en la casa al entrar. Al escuchar las voces de los dos hermanos se paró en seco y escuchó nombrar a Josephine. Se le encogió el estomago. Edward y ella volverían a verse y eso no lo podia permitir. 

                                                                                                                                                                                 Salió de entre las sombras y ambos hermanos se giraron para mirarla.

  Ella simplemente miró a Edward.

-Os dejo solos.- susurró Alice que huyó de allí al ver a la pareja mirándose intensamente.

-Lo he oído. Y no voy a permitir que le arruines la vida a Carlisle ni a mis sobrinos.

Él sonrió ladinamente.

-¿Prefieres que te la arruine a ti?

-Si.

Edward la miró hambriento y alcanzó un codo de ella. La apresó contra sí y susurró cerca de su boca, antes de besarla.

-Te advierto que no quedaran ni cenizas…..

Continuará….

Capítulo 18: Capitulo 18 Capítulo 20: Capitulo 20

 
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