Demon Prince (+18)

Autor: sistercullen
Género: Espiritual
Fecha Creación: 15/03/2011
Fecha Actualización: 12/12/2012
Finalizado: SI
Votos: 53
Comentarios: 148
Visitas: 183829
Capítulos: 47

Summary: Bella descubre, que la sesion espiritista hecha en su adolescencia,le marca la vida hasta lo altamente imporbable : la aparicion del principe de los demonios: Edward I.

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Capítulo 6: Capitulo 6

 

                                        DEMON    PRINCE

                                  Capitulo                  Seis.

 

El Black Sabbath.

  Edward habia adquirido la forma de macho cabrío; tal y como mandaba la tradición.

  Expuesto en aquel gran sillón de cuero nuevo y en su mano, un bello y antiguo candelabro, daba la luz  suficiente, para  poder asimilar con  egocéntrismo todo lo que ocurria en aquel lugar.

   A lo lejos, la hoguera  estaba en pleno auge y las brujas y brujos, bailaban alrededor de ella, mientras que otros tantos le ofrecían: pollos, cabras o algún que otro animal desviscerado.

  Despues de dar una fuerte reprimenda a alguno de ellos. Maltratar, fustigar, quemar y devorar por las llamas a otros tantos; Edward pensó que  seria bueno trasmutarse y buscar  a Alice para preguntarle sobre Jo.

   La orgia a la que se habia sumado; hacia breves horas, le habia hecho entrar en un misterioso trance.

  Mientras envestía furiosamente, en  forma de macho cabrío, a aquella bruja en celo; su vista se habia apostado en una pareja que follaba como si le fuera la vida en ello, frente a él.

 

  Aquellas caras; fueron transformándose, poco a poco, en Jo y en aquel humano frágil. Carlisle.

   Su ojos rojos, centellearon y comenzó a mecerse con mas y mas fuerza entre las piernas de aquella puta bruja…antes de darse cuenta; su miembro se habia convertido en el de un caballo; y  habia reventado a la mujer, por dentro.

   Con furia se marchó de allí y clavó sus pezuñas en el perfecto sillón de cuero negro.

   Estaba desesperado por  buscar a su hermana ….tendria que hablar con ella.

Aquella visión debia de significar algo. Y no podia confiar en Aro…..

 

 

………………………………………………………………………………………………………………………………… 

-Alice; no hace falta que entres conmigo al probador. De verdad. No hace falta.- Bella tenia un continuo rubor en su rostro. La miradas lascivas de la amiga de su hermana, le hacian ponerse excesivamente nerviosa.

  -Es que necesitas alguien que te asesore; Bella. ¿Has visto lo que llevas puesto? Eso no le acelera el pulso ni a un mosquito…. Confia en mi.

 Bella, tapó su desnudez, con un escaso suéter color frambuesa y miró a Alice con resignación.

-Está bien. Seguiré todos los consejos de tu parte. Pero por favor…sal del probador…Cuando esté vestida, saldré para que me des el visto bueno.

- Bien.

  Alice; apartó la cortinilla del estrecho probador de señoras, y salió de él, con una sonrisa traviesa en sus bellos labios.

   Le encantaba el rubor de su futura cuñada. Le acentuaba sus dulces rasgos virginales….Edward la devoraría viva..sin lugar a dudas.

Comenzó a dar vueltas para escoger una indumentaria perfecta para Bella. Si bien es cierto que en un primer momento solamente iban a comprar un vestido perfecto para la presentación oficial de Edward en casa de la madre de Jo.

 

  Despues pensó que seria mejor renovar todo el vestuario de su futura cuñada. Seria mucho mas divertido, si veía sangrar a Edward por la nariz cada vez que la mirase.

 

Bella salió timida del provador.

  Estaba adorable.

  Aquel fino sueter de pico color azul y aquellos jeans tan pegados, que parecían una segunda piel, le daban un aspecto  delicioso.

  -Espera.- Alice fue en busca de los zapatos de tacon, que  habia visto no muy lejos de allí.

 Bella se los calzó y notó que sus finos tobillos  se revolvían contra ella.

-Perfecta. Ahora pruébate esto, esto….- Alice, comenzó a amontonar cantidades descomunales de ropa encima del cuerpo delgado de Bella.

-Espera Alice. Yo no voy a comprar mas que esto que llevo puesto. No hay mas ropa para mi.¿entendido? .- Bella, puso los brazos en jarras y suspiró al ver el mohín ansioso de los labios de Alice.

-Vale. Está bien. Pero queda el vestido. Te lo regalaré yo. Que menos que ser cortes con quien me ha salvaguardado en su casa sin conocerme de nada…

-Esa ha sido mi madre, y no yo.- espetó Bella; algo seca.

-¿Si no lo hubiera hecho ella, tú no me hubieses abierto las puertas de tu casa?.- Alice frunció el ceño y miró a Bella intensamente.

-No habría dejado que Jo, volviese. Cuando vuelva a marcharse, me tocará a mi recoger los pedazos rotos del corazón de mamá.

-Lo siento; Bella.

-No…No te preocupes..- Bella se apretó las manos; nerviosa.-¿Dónde esta el famoso vestido?. Quiero salir de este centro, ya. Odio ir de tiendas; no sé como me has convencido de venir.

Alice le sonrió y  tendió sobre sus manos un lindo vestido azul turquesa.

-¡Pero si aquí no hay apenas tela!.- gritó Bella al mirar el vestido con una ceja alzada.-¿Dónde quieres que me ponga esto, en un brazo, a modo de brazalete? Creo que no hay  otra opción.- Bella se quedó mirando el vestido horrorizada.

- Mira Bella. Si no quieres que entre yo misma y te lo ponga. Ya puedes probarte esa monada ahora mismo. Seguro que estas para comerte.

Bella la miró por el rabillo del ojos y repasó mentalmente sus palabras.

Seria mejor probarse el vestido ella misma…si; decididamente eso seria lo mejor.

 

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La mente  de Carlisle era una autentica lucha.

 Sus ojos abiertos como platos, no podían obviar la Diosa escultural que tenia ante él.

 Pero en un recóndito lugar de su cerebro, algo chasqueó y no cedió a sus impulsos mas primitivos.

 -Vistete, Jo. No. Esto no está bien. Yo estoy con Bella. Ella es una buena chica, y me ama…y yo también creo amarla.

 Jo, lo miró con ironía y recogió la toalla del suelo; tapando impúdicamente el principio de su pubis. Dejando sus pechos completamente descubiertos.

-Te he echado de menos; Carlisle. He venido para volver a estar contigo…aunque sea la última…- su voz se habia dulcificado.

 Jo, prefirió cambiar de estratagema. Con su desnudez y sus palabras malsonantes. Aquellas que a Edward tanto le agradaban; lo único que habia conseguido es asustar al angelito de Carlisle.

Se acercó a él lentamente y rozó con sus puntas erguidas, el firme pecho de él.

-Pero tú…tú amas a otro hombre….- alcanzó a decir él, ténue como un susurro.

-Esto no tiene nada que ver con el amor, Carlisle.- acarició el duro pecho de él, con ansias.- Esto es deseo. Te deseo. Y quiero que me hagas tuya. ¿recuerdas, cuando lo hacias? ¿ No te apetece, hacerlo ahora mismo? Estamos solos…y con suficiente tiempo, para poder unirnos con tranquilidad.

 Carlisle dio dos pasos hacia atrás y cerró los ojos negando con la cabeza.

-No me tientes; Jo. Dos personas esperan por nosotros. No tenemos derecho a hacerles daño.

  Como una tarada mental; Jo, comenzó a reírse a carcajadas, mirando al hombre como si se le hubiese girado la cabeza.

- Seis días, Carlisle. Seis días y caeras sobre mi cuerpo para taladrarme con tu verga potente y aprisionadora….

  Ella se dio la vuelta, dejando al descubierto sus posaderas esbeltas, banboleandose de un lado a otro, mientras caminaba.

  Aturdido, malhumorado y excitado, Carlisle dio un fuerte portazo antes de salir.

Todavía sentía algo por Jo. Pero también sabia que ella era maligna para él, y para todo el que estuviese a su lado.

Cogió el Audi, para dirigirse de nuevo a su casa. Omitiria aquella visita a casa de Bella. Por el bien de ella, por el bien de él, por el bien de todos……..

 

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-Mira no digas tonterías, Bella. Lo he hecho por que me ha apetecido de hacerlo. No le des mas vueltas a la cabeza. Queria hacerte un regalo, y pues…te lo he hecho.

 Bella se calló la boca, antes de salir de la tienda y asió con fuerza la bolsa de las prendas textiles.

-¿Te parece que comamos algo? ¡Estoy agotada!.- Bella la miró con sorna y cerró los ojos, poniéndolos en blanco seguidamente.

-¿comer? ¿Dónde?.- preguntó Bella, dejando las bolsas en el suelo y haciendo aspavientos con los brazos.

-Allí hay un restaurant. Lo pasaremos bien.- Alice le cogió una manita y cruzaron la calle como si fueran de excursión.

  El chico del restaurant, se quedó embelesado al ver a Alice y aquello hizo que Bella soltara una risilla nerviosa. Seguidamente, las acompañó a una mesita redonda, justo en un lateral de la sala.

 -Un tanto intimo ¿no?.- preguntó Bella.

-Lo suficiente.- Alice la miró con una expresión indescriptible y tomó la carta entre sus manos.

Bella hizo lo mismo y cuando pasaron breves segundos; el chico del restaurant, habia vuelto para tomarles la nota.

-¿Ya han decidido?.- preguntó.

-Si. – contentó Alice, sonriente, mirando el rostro del joven.- Raviolis con setas para las dos…ah..y de beber dos coca- colas.

 Bella alzó las cejas asombrada y dejó escapar un “oh” con su boca.

-¿Cómo sabias?....-comenzó  a preguntar Bella.

-Yo lo sé todo; querida.- explicó Alice de manera indiferente, ajustándose uno de los brazaletes extraños;  en su muñeca.

Bella recapacitó…¿seria aquello cierto? Si bien, ella no hacia nada mas que darle vueltas a la manera en que Alice encontró el inhalador tan rápidamente…como si ella supiera donde estaba guardado desde siempre.

   Quiso dejar zanjado aquel tema y bajó la mirada hacia el plato vacio.

  Buscó su bolsó y lo abrió con nerviosismo. Buscaba el inhalador. Aquella muchacha pragmática, la ponía exageradamente nerviosa…y era un total contrasentido, pues era buena y amable con ella.

   Alice la miró malhumorada.

  Le tocaba las narices que ella se sintiera incomoda. Bella iba a ser su futura cuñada…y estaba tentada a gritarle a los cuatros vientos, quien era y lo cerca que iban a estar la una de la otra; pero sin duda aquello fuera de ser una alegría para Bella; la haría tener un ataque cardiaco como minimo.

  -Alice….

Bella pudo ver como los rasgos de Alice se transformaban y juntó sus dos manos nerviosa, debajo de la mesa.

  Una figura oscura; se paró ante ellas y Bella inhaló profundamente antes de alzar los ojos.

-¡Edward!.- gritó Alice; dando un saltito y agarrándose a los hombros de aquel gigante.

Bella se quedó atónita.

 Reconoció rápidamente el nombre…Edward…aquel debia de ser el hombre con quien su hermana Jo, habia vivido todos estos años.

  Cuando los ojos de él, se pararon en los suyos; ella apartó la mirada algo intimidada.

-Ella…ella es Bella. Edward. La hermana de Jo.- Los ojos  de Alice, chispeaban de felicidad.

-Hola.- dijo tajante; ella.

Edward, habia visto de lejos a su hermana. Y la habia llamado mentalmente. Pero por  alguna razón ella, no le habia hecho ni puto caso.

  Alice estaba acompañada. Y en un primer momento Edward, pensó que podia ser Jo, pero al acercarse, se dio cuenta de que aquella mujer no tenia nada que ver con su amada Jo.

    La habia observado desde la distancia; y casi se habia regocijado en ello.

 Los humanos, tenían una especie de alerta cuando un demonio andaba cerca.  Su tensión aumentaba y así también; su nerviosismo. Y sin duda alguna aquella chica lo estaba.

  Tambien concentró su atención en Alice.

  Se rió mentalmente. Habria jurado sentir en sus venas que aquella chica y su hermana habían creado una especie de vinculo. Pero aquello era técnicamente imposible. Ya que con los únicos que se podían crear vínculos eran con las brujas, las elegidas o las futuras hermanas.

  En ese momento recordó a Jo, y también el porqué él estaba allí. El porqué habia abandonado el Sabbath.

-¿Edward? ¿No saludas a Bella?.- Alice, miraba divertida a Edward; mientras él observaba a Bella con el ceño fruncido.

-Si….Hem…Hola.- Edward apartó la mirada de Bella, con desgana y miró a su hermana, para dirigirse a ella mentalmente.

“¿Dónde coño esta Jo? ¿Y que haces con la hermana?

Alice, fue rápida en contestar.

“Tu amiga me cae como una mierda. Su hermana es muchísimo mas divertida”

“¡Tu deber era estar con Jo, no con esta”. Rugió Edward mentalmente.

“ Mi deber es cuidar de mi futura cuñada y hermana. Y puedo jurar por nuestro padre, hermano, que es lo único que hago”

-¿Molesto?.- La irrumpcion de Bella, fue premeditada; ya que con incomodidad observaba como aquellos dos se miraban sin decirse nada. Se sentía como una gilipollas en aquella mesa.

Alice negó con la cabeza rápidamente y le cogió una de las manos a Bella.

-Tú nunca querida.

Edward se quedó mirando esta caricia, y miró a ambas divertido.

-Ya veo.- sugirió.- Por lo visto no he llegado en buen momento.- Miró a Bella y comenzó a picarle la nariz. Aquella chica, parecía intoxicada de algún tipo de anomalía en su esencia.

-No es nada de lo que imaginas; Edward. Si lo fuera me….

Bella cansada y agobiada por aquella conversación de borregos, arrastró la silla y se levantó.

-Me marcho Alice. Te dejo sola. Te espero en la camioneta.-

Pasó delante de Edward; al que ni siquiera miró y salió del restaurant algo intimidada por la presencia de aquel hombre.

   Algo habia  hecho click en su cerebro, al verlo.

  Tambien, abruptamente recordó la sesión de espiritismo.

 Y recordó el nombre de aquel con el que ella se casaria: Edward I

  Al pasar por el umbral de la puerta del restaurant, negó con la cabeza y se llevó la mano a las cejas; a modo de visera. El sol se ponía…..

Continuará….

Capítulo 5: Capitulo 5 Capítulo 7: Capitulo 7

 
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