Demon Prince (+18)

Autor: sistercullen
Género: Espiritual
Fecha Creación: 15/03/2011
Fecha Actualización: 12/12/2012
Finalizado: SI
Votos: 53
Comentarios: 148
Visitas: 183824
Capítulos: 47

Summary: Bella descubre, que la sesion espiritista hecha en su adolescencia,le marca la vida hasta lo altamente imporbable : la aparicion del principe de los demonios: Edward I.

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Capítulo 20: Capitulo 20

                                                             DEMON PRINCE.

Salió de entre las sombras y ambos hermanos se giraron para mirarla.

  Ella simplemente miró a Edward.

-Os dejo solos.- susurró Alice que huyó de allí al ver a la pareja mirándose intensamente.

-Lo he oído. Y no voy a permitir que le arruines la vida a Carlisle ni a mis sobrinos.

Él sonrió ladinamente.

-¿Prefieres que te la arruine a ti?

-Si.

Edward la miró hambriento y alcanzó un codo de ella. La apresó contra sí y susurró cerca de su boca, antes de besarla.

-Te advierto que no quedaran ni cenizas…..

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Capitulo 20.

 

 

 Si Isabella Swan tuviese que definir aquella posesión voraz de su boca y la ávidez con que la lengua de aquel hombre se pegaba a la suya; la hubiera definido como: desesperación hambrienta.

   Lo miraba al rostro, mientras el rostro de él, pegado al suyo, la lamía y la excitaba como nadie recordaba haberlo hecho.

   Él habia cerrado aquellos ojos verdes; cegadores y saboreaba su boca como enloquecido. Lo volvió a oir jadear y sintió las manos de él aferradas a sus caderas , embistiéndola contra su dura erección imposible de ocultar.

   Bella oyó su propio jadeo y el almíbar liquido de su excitación bañó ligeramente sus muslos blancos, haciendo imposible no corresponder a aquel magnetismo sexual…tan cargado de erotismo, que no se reconocía ni a ella misma.

    Pasó la lengua lentamente por los dientes de él sin cerrar los ojos; mirándolo abiertamente y se encontró con la mirada del hombre; hambrienta y desesperada como aquella posesión.

   Los embites de Edward le hacian sufrir descargas sobre su pelvis; anhelando un contacto mucho mas intimo que aquel. Queriendo mucho mas; deseando que él mismo se enterrara dentro de ella.

    Se sintió perdida al notar el contacto de sus manos bajo sus muslos.

   Un leve roce, haciéndose camino lentamente hasta el suave algodón de sus braguitas. Completamente empapadas de su liquido de hembra.

   Ahora todo debería terminar…como terminaba siempre. En el punto álgido. Aunque, debia ser sincera consigo misma. Nunca en toda su vida, habia sentido sus terminaciones nerviosas tan a flor de piel y el anhelo de ser embestida  con la ferocidad que emanaba Edward.

   Volvió a jadear; él o ella. Lo hacian ambos a la vez; ahora.

   Sus bocas entrelazadas se perdían entre las lenguas y las salivas el uno de otro…pero entonces él llegó con uno de sus dedos a su crestita; ahora hinchada y deseosa de atención.

  Bella echó la cabeza hacia atrás; totalmente descontrolada por aquel toque, tan majestuoso y miró a Edward a los ojos completamente asombrada por las sensaciones a la que estaba siendo llevada.

  -¿Te…gusta….Bella….?.- La pregunta de  Edward, con la voz cargada de erotismo,del  deseo ronco, justo después de apartar su boca de la de ella; a duras penas y la miró, como se miran los amantes consolidados. A continuación, rió entre dientes al ver como ella asentía sin dejar de mirar la boca de él.- Voy a regalarte el primer orgasmo de tu vida; preciosa.

   Edward volvió a besarla.

   Estaba como enloquecido. No se reconocía. Cada célula inmortal de su maldita piel de demonio quería mantener contacto con la  piel de aquella mujer mortal que sostenía entre sus brazos.

   Maldijo entre dientes y volvió a prestar atención a la flor hinchada que Bella escondía entre sus piernas perfectas de mujer.

  Movió ligeramente el dedo índice. Acariciando el clítoris; con la pericia de un amante consumado. Lentamente. Buscando el roce perfecto de la perdición de ella y besarla hasta hacerla caer desfallecida.

   Abrió mas sus piernas; ayudándose con una de sus rodillas y tuvo un pleno acceso a aquel área que confinaba la mas deliciosa fruta . Tuvo que contar hasta diez para calmarse y dedicarse solamente al placer de ella. Rodeando con sus dedos hábiles los recovecos de todos aquellos pliegues vírgenes de mujer.

“Mi mujer”

 Pensó. Deshechando ese pensamiento casi en el acto.

  Si, era cierto que la deseaba. La deseaba como nunca en su vida habia deseado a nadie. Rozaba la desesperación. Tenia que ser sincero consigo mismo. Haría lo que fuera por hacerla suya. Por tenerla entre sus brazos, por enterrarse en aquel foso precioso y estrecho que tenia al alcance de un centímetro.

   Suspiró abotargado y alimentado por el sabor de sus besos, el aroma de su sexo hinchado y palpitante y el hervor incontrolado de su falo que rogaba, suplicaba…un poco de atención.

   Oyó como el corazón de ella latía con mas fuerza y rápidez.

   Estaba próxima a estallar e iba a ser entre sus brazos y gracias a ese dedo que no la dejaba respirar ni un minuto. Deseoso de saber la estrechez de su centro se ayudó de otro de sus dedos para  sumergerse dentro de ella y lograr que sus perfectos ojos chocolates lo miraran con abrasadora mirada del deseo.

    Bella estaba perdida en una marea de la que era imposible no dejarse arrastrar.

    Aquello era maravilloso. Subía y subía y no se cansaba nunca de aquella dicha.

    Su conciencia le gritaba que tirara de aquel hombre hacia el suelo y  a horcajadas se clavara en aquella dura protuberancia que la hacia sentirse golosa y mujer.

   De repente no supo lo que le ocurría y comenzó a perderse en una espiral de placer adulto que la hacia sentirse demandante a los largos y suaves dedos de él.

  La penetraba majestuosamente con aquella falange, arqueándola, buscando algo que ella estaba a punto de encontrar. El estallido de placer fue bestial y su búsqueda de Edward con la boca, fue desmedida.

   En aquellos momentos lo quería todo de él. Mientras subía y subía; deseaba no perder contacto ni un momento con aquella boca, aquellas manos…

   -Mmmmm….Bella….eres deliciosa….- Los dedos de Edward se apartaron bruscamente de ella; al aterrizar de aquel vuelo de placer , sorprendida y atontada, abrió la boca al ver como él se llevaba aquellos dedos a la boca y los lamía sin perder contacto visual con ella.- Mas que eso….no tengo palabras para tu sabor…es desde luego lo mejor que he probado en mi larga….existencia.

   Lentamente, las ideas y la mente de Bella volvieron a sentarse en las bases de su conciencia y entonces cerró fuertemente los ojos y se maldijo interiormente por todo lo que habia pasado y peor aún. Lo que habia sentido.

   Bajó la cabeza y miró el desarme de sus ropas. Gimió y  las lágrimas de la indignación comenzaron a brotar en sus ojos.

  Giró su cuerpo algo cansado por el embite del orgasmo y salió corriendo en busca del claustro de su habitación.

   Habia sucumbido a él.

   Y aunque era horrendo e imperdonable, habia disfrutado.

 

 

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   Alice  se mostraba intranquila. El portazo que habia oído desde el otro lado del pasillo no era un buen augurio.

   Era lo suficiente perspicaz como para saber que algo habia ocurrido entre Edward y Bella. ¿Pero quien era el valiente que salía a preguntar?

   Abrió la puerta de su habitación lentamente y bajó como una mortal las escaleras.

  A su nariz comenzó a llegar el hedor del sexo y su boca formó una exultante sonrisa al pensar en lo que muy posiblemente habia pasado.

  -¿Edward?.- preguntó antes de llegar a la cocina. Donde los habia dejado a ambos.

  Traspasó el umbral de la puerta y lo vió allí, todo lo largo que era ,con actitud pensativa, mirando a través de la ventana.

 -¿Qué quieres hermanita?.- dijo él sin volverse para mirarla.

 -¿Qué le has hecho a Bella?

 Edward se giró y torció la boca en un sonrisa ladina.

 -Nada malo. Te lo aseguro.

Alice arrugó la nariz y sonrió sin perder contacto visual con su hermano.

-Huele a sexo. Hermanito.

-Le he regalado el primer orgasmo de su vida….- Alice iba a replicarle; pero Edward  se adelantó en sus reproches.- No. No me digas que ha tenido vida sexual porque sé perfectamente que no ha sido así. Aro me lo ha contado. No la habeis dejado llevar una vida normal, nada de amantes…todo por una infantil idea. Ella no es la mujer que amo. Lo sabes de sobra Alice. Isabella Swan no es la mujer que quería hacer mi esposa…

-¡Estoy hasta las narices Edward! ¡Eres un lerdo! ¡y permíteme decirte que rebajas al lodo a la mujer que hay escondida en una de las habitaciones de allá arriba!. Ella, escúchame bien Edward. Ella, es la elegida y temo que te vas a dar cuenta demasiado tarde de ello. No juegues con ella Edward. Si no la amas; no la ultrajes por venganza….- Alice le dio la espalda a su hemano, para proseguir.- Si la repudias, uno de nuestros hermanos pueden reclamarla como suya….no des lugar a que ocurra eso Edward. Ella cree amar a Carlisle, pero queda muy poco tiempo para que comprenda. No la utilices. Si queda un ápice de sincerad en ti, te ruego que te preguntes que sientes cuando estas con ella y en que sentirías si la tuvieses lejos y a merced de uno de nuestros hermanos.

   Edward rugió y apretó los puños con fuerza.

  -¿Quién osa desear lo que yo deseo?.- bramó; haciendo que sus ojos se tiñeran del carmín de la ira.

 - Emmet.

 

Continuará…..

 Jjajajjajajajajj!!!!!! Guauuuuuuuuuuuu chicas!!!! ¿Qué os

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