Demon Prince (+18)

Autor: sistercullen
Género: Espiritual
Fecha Creación: 15/03/2011
Fecha Actualización: 12/12/2012
Finalizado: SI
Votos: 53
Comentarios: 148
Visitas: 183791
Capítulos: 47

Summary: Bella descubre, que la sesion espiritista hecha en su adolescencia,le marca la vida hasta lo altamente imporbable : la aparicion del principe de los demonios: Edward I.

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Capítulo 28: Capitulo 28

                                                  DEMON     PRINCE.

 

   El cielo estaba comenzando a tornarse rojizo y un aroma a azufre , la envolvió haciendo que le picara enormemente la nariz.

   Edward aterrorizado, sintió que el dulce glamour estaba comenzando a desvanecerse. Sin  perder conexión visual con ella, tragó en seco y mojó sus labios, nervioso.

  -Confía en mi.- rogó.

  -¿Qué?

  -Bella mi amor. Confía en mí. Dejáme que me sumerja en tu conciencia. Bella….

  Aquel tono, aquella mirada, aquellos brazos todo poderosos que la envolvían, aquella palabra mágica que habia emergido de sus labios, abriéndolo todo para ella….sin saber porque confió en él y asintió dejando que la voluntad fuese absorbida por aquel ser en el que comenzaba a confiar….

                                                 

 

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Capitulo 28

 

 

   Josephine habia rogado a su madre que fuese unos días para ayudarla con el cuidado de los niños. Carlisle habia salido para hacer una entrevista a la universidad de Columbia y hacia tres días que no sabían nada de él.

    Rió interiormente. Si, todo estaba perfectamente planeado. Metodicamente; mas bien.

     Sus hijos, dos sombras incomodas en su vida al igual que su marido no serian un lastre para llegar hacia él y ser su esclava…..ademas , Josephine tenia plena seguridad de ello. Edward la aceptaría con gusto, sabia lo que debia de hacer para volverlo a sentir entre sus piernas. ¡Y lo anhelaba tanto!

   Subió lentamente las escaleras hacia su habitación de matrimonio y  cerró la puerta sigilosamente. La noche habia caído y llovía copiosamente cuando se acercó a la ventana.

   Cerró los ojos golosa y comenzó a rezar aquella plegaria ilegible que habia escrito la bruja con tinta roja en aquel aspero pergamino.

-“ Los poderes de la tierra, por la presencia del fuego, por la inspiración del aire, por las virtudes del agua, invoco y conjuro a Astaroth, por la fuerza de los corazones sagrados y de las lágrimas derramadas por amor, para que se dirija a Edward I donde está , trayendo su espíritu ante mi Josephine Swan , amarrándolo definitivamente al mío.
Que su espíritu se bañe en la esencia de mi amor y me devuelva el amor en cuádruple. Que Edward jamás quiera a otra persona y que su cuerpo solo a mi  me pertenezca. Que Edward no beba, no coma, no hable, no escuche, no cante a no ser en mi presencia. Que mis grilletes lo apresen para siempre, por los poderes de esta Oración. Astaroth gira use su poder y aleje a Edward de cualquier mujer con que el este en este momento; y si estuviera que llame mi nombre. Quiero amarrar el espíritu y cuerpo de Edward; porque lo quiero amarrado y enamorado de mi  quiero que Edward se quede dependiente de mi amor, quiero verlo loco por mi , deseándome como si yo fuese la última persona de la faz de la tierra. Quiero su corazón prendido a mi eternamente, que en nombre de Astaroth

 

 

 

 

 

 

 

 

 

florezca este sentimiento dentro de Edward dejándole preso a mi , 24 horas por día. OH gran Astaroth has de traer a Edward, para mi  , pues yo a el deseo, y lo quiero deprisa. Por tus poderes ocultos, que Edward comience a amarme a mi Josephine Swan a partir de este exacto instante y que el piense sólo en mi , como si yo fuese la única persona del mundo.
Que Edward venga corriendo hacia mi, lleno de esperanzas y deseo, que Edward no tenga sosiego hasta que venga a buscarme, y vuelva a mi .  Yo te imploro para que me traigas a REO. que Edward me ame mucho, venga manso y como yo deseo.
Yo le agradezco al gran Astaroth. Y prometo siempre llevar su nombre conmigo. OH! Poderosa ley demoniaca, quiero de vuelta mi amado REO que me entristece con su desprecio, que Edward olvide y deje de una vez y por todas todos los otros amores y a los que nos quieran apartar. Que Edward sea desanimado y frío con otras personas, que desanime y sea frío con todas las otras mujeres, que cualquier otra mujer que este con Edward se estrese con el, pelee con el y salga inmediatamente de la vida de el y le tome enojo, odio, aversión y rabia de el y no se retracte de nada. Y que Edward tome enojo, odio, aversión y rabia de cualquier otra mujer que ande con el ahora y que ellos terminen esa relación urgentemente. Que Edward que se sienta solo, humillado, avergonzado de todo y por todos. Que El venga a mi , pida mi amor y mi perdón. Oh! Linda Poderosa ley demoniaca. Que quede sólo pensando en mí y pensando cómo va a hacer para HACERME FELIZ. Necesito , de una señal, cualquier contacto para yo saber si Edward piensa en mi y que me quiere, y me quite de esa oscuridad. Que Edward hable conmigo, que sienta que me echa de menos. Usted es fuerte y poderoso, traiga a Edward a mis pies, para no mas salir, y que venga Corriendo, que deje todo y a todos Y que sólo piense en mi . Linda Poderosa ley demoniaca que con su grande y fuerte poder quite todas las barreras que están impidiendo que Edward ME AME LOCAMENTE y desee unirse a mi . Quiero mi amado, amándome y admirándome siempre. Que el no sienta mas deseos sexuales por ninguna otra persona. Que sus deseos sean sólo para mi , que sus pensamientos, gentilezas y maldades sean sólo para mi  .
Que Edward quiera mucho de verdad que yo  me Quede Con el. Pero además, quiero que usted, poderoso Astaroth, aleje de Edward toda y cualquier otra mujer. Y Que podamos ser felices juntitos. Que el sólo sienta atracción y deseo sexual por mi . Que el me llame por todo, desde ya y a todo instante. Que sienta nostalgia por mi persona, y que sufra lejos de mi  y no aguante mas sufrir. Quiero que el me busque cuando pase la luna. Quiero oír la voz de el, pidiendo verme para quedarse conmigo y volviendo a mi para siempre, diciendo que me ama y que me quiere solo a mi.”

   Josephine plegó el desgastado pergamino entre sus manos e hizo lo que la bruja le habia dicho que hiciera. Buscó una cerilla de madera autentica y lo quemó junto con una de sus prendas intimas. El rezo ya estaba ejecutado..ahora solo quedaba esperar…

 

 

 

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Bella despertó de pronto. Como si la hubieran hipnotizado y no tuviese ningún recuerdo de su situación anterior. Sus parpados pesaban y, tenía la sensación de llevar un peso tremendo en la cabeza. No caminaba. Iba en brazos de alguien. Edward, era Edward.

  Gimió, algo alucinada. Avanzaban por un amplio pasillo y de repente sintió como todas las fibras de su ser tomaban vida propia y se retorcían. Miró los labios de Edward y pudo ver una mueca de disgusto. Pues apretaba tanto la mandíbula que podía tener serio problemas en partírsela. Bella pegó la cabeza a su cuello y lo olió disimuladamente, desprendía una carga tremendamente sexual y su cuerpo se estaba preparando para ello. Sus ojos se encontraron y pudo ver como sus pupilas habían adquirido un tono carmín que la aterrorizó por unos instantes; pero fue solo eso. Un momento, un beso en el coronilla de su cabeza fue suficiente para calmar el nerviosismo que la habia atenazado al observar aquel denso color.

   Alguien abrió unas puertas inmensas y un gran salón apareció ante su vista. De colores ocres y color sangre. Aro. El padre de Alice y Edward, se hallaba de pie como si esperase de un momento a otro sus presencias.

  -¡Que bien que estéis aquí hijos míos…!.- Aro miró a su hijo con detenimiento y suspiró.- Hijo, te aconsejo que dejes a Bella en el suelo.

 Edward estaba en un serio problema. Desde que había aparecido en la puerta del inframundo con su compañera, habia notado como su piel adquiría una nueva dimensión al tenerla a ella cerca. Le dolía la piel, le ardía literalmente por no tenerla con él. Desnudos, tomándose de todas las maneras posibles. Miles de imágenes se habían formado dentro de su cerebro y era inútil intentar evitarlas. Se sucedían continuamente como si alguna vez en tiempos remotos, él y ella hubiesen sido amantes y aquello que pululaba por su mente fueran recuerdos.

   Aceptó la sugerencia de su padre a regañadientes; ya que no quería separarse de ella ni un momento, necesitaba tenerla cerca, respirar su aroma, tomar su aliento.

   -Bella, hija. Como me alegro que por fin estes aquí. Ahora todo será como siempre debió haber sido.- Aro rió, llevándose una mano a la boca.- Pero no te preocupes…supongo que tendras miles de preguntas en esa cabecita tuyo. Pero pronto tendrán su respuesta…aunque lo primero es lo primero…..

   Aro miró de nuevo a su hijo. Edward estaba tenso. Lo notaba, su energía saltaba alrededor de aquel salón como si fuesen chispas de electricidad. Se sintió orgulloso de él, ya que por el momento no había reaccionado igual que su otro hijo :Emmet.

 -¡Guardias!.- gritó Aro de pronto. Edward lo miró extrañado y su padre  alzó una ceja insolente.

 --Me gustaría saber de que va todo esto…..- Bella se habia decidido hablar. Estaba ya hasta las narices. Aunque confiaba en Edward, se sentía como una muñeca que todo el mundo llevaba de un lado para otro sin darle ningún tipo de explicación. Se  agitó la melena e irguió la espalda, sintiendo en ese momento toda su carga sensual por cada poro de su piel. ¿Qué le estaba ocurriendo? ¿Por qué de pronto era tan consciente de su feminidad? Respiró intensamente por la nariz y esperó la respuesta de Aro….pero esta no llegó.

    Edward se abalanzó sobre ella con un rugido bestial, arrancándola gran parte de la ropa que la cubría. Buscó a Aro con la mirada y como si fuese a cámara lenta; dos de los guardias que habia mandado llamar Aro momentos antes ,se precipitaron sobre  Edward, intentando apartarlo de ella.  Bella sintió en sus partes desnudas como la piel abrasadora de Edward le aplacaba aquel dulce tormento que habia comenzado a sufrir al despertarse cargada en sus brazos. Edward se removía , intentando por todos los medios de no separado de ella. La necesitaba y le importaba un rábano que su padre estuviese delante; pero quería hacerla suya porque si no el cerebro, la polla y el pecho le iban a estallar. Era el dolor mas insoportable que habia sentido jamás y dolía…dolía tanto. Rugió de nuevo, lo habían separado lo suficiente de ella y se sentía vulnerable. Bajó la vista a su entre pierna y siseó maldiciones de diestro y siniestro. No estaba duro como una roca. Eso era un término que no se ajustaba a aquella situación. Notaba un hierro ardiente  en sus cojones. Un hierro ardiente, anhelante de enterrarse dentro de su dueña.

-¡Bellaaaaa! ¡Noooooo!.- lo habían  apresado del pecho y del cuello y tiraban de él hacia atrás, haciendo que el carmín de sus ojos se volviese mas pronunciado.- ¡No me separes de ella! ¡Malditoooooooo!.- Lo arrastraban literalmente. Bella estaba horrorizada, pero también icreiblemente excitada. Aquel comportamiento la había calentado como una perra en celo y se sentía tan viva que al pasarse las manos por las muñecas incomoda, sintió como los bellos se le pusieron de punta.

 -No temas Isabella. Y respondiendo a tu pregunta. Estas en mi hogar que será el tuyo. – Aro la evaluó lentamente.- Edward estará bien..de momento. Ven, yo mismo te llevaré a tus habitaciones.

  Ella parpadeó un par de veces asombrada.

-¿Mis habitaciones?

El demonio rió misteriosamente.

 -Por supuesto hija mia. Allí encontraras todo lo que tus necesidades humanas requieren. Avanzaron hacia la puerta y antes de abrirla, se escuchó otro alarido de Edward clamando el nombre de ella.

  -¿Por qué…..que tiene Edward?

  Aro no contestó y rió echando la cabeza para atrás. Bella hizo un mohín terriblemente molesta y lo acompañó sin hablar una sola palabra mas.

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    Bella se sentía incómoda en aquel lecho gigantesco, como también lo estaba su cuerpo que necesitaba las manos ardientes de aquel hombre que estaba gritando su nombre, desde alguna de las habitaciones cerradas por las que había pasado con Aro.

    Lo podía escuchar perfectamente. Y aquello aún la ponía mas nerviosa. La voz de él, suplicante la llamaba una y otra vez. Unas veces anhelante y otras veces demandante y urgente. Rugiendo como un autentico animal.

   Ella se levantó y observó su imagen nada clara en un espejo junto a la cama.

   El camisón blanco de raso, le acariciaba todas las partes de su cuerpo. Sus erectos pezones sufrieron una vez mas al oir su nombre en la descarnada garganta de él. Edward estaba sufriendo porque la necesitaba a ella.

   Bella, completamente húmeda y presa de un deseo ardiente que ni ella misma comprendía, se abalanzó hacia la puerta y corrió por el amplio pasillo rezando porque Edward gritara una vez mas. Queria ayudarlo….si ¡Dios mio, quería ayudarlo!

   Otra vez, su nombre….pero esta vez era un gimoteo, Edward parecía estar ¿llorando?. Corrió intentando llegar al lugar de donde creía que habia escuchado la voz y el sonido de una respiración irregular hizo que abriera la puerta de una de las habitaciones.

  Traspasó el umbral de  la puerta lentamente y se llevó sus dos manos a la boca.

   Edward estaba allí, si. Completamente desnudo atado de pies y manos a una enorme rueda de piedra. Expuesto y precioso…magnifico.

  -Edward….-susurró ella, al dejar que la leve luz que entraba por una de las ventanillas le diera completamente en el rostro.- Edward…

  Edward levantó la cara ; pero las lágrimas no lo dejaban ver. Estaba adolorido y preso de una locura de deseo que lo estaba matando. Pero aquello era necesario. Si montaba a Bella aquella misma noche, él seria un animal y para ella, seria su primera vez y eso no podía permitirlo. Tenia que pasar por aquello…mañana todo seria mas llevadero, habiéndose ya preparado todas aquellas horas anteriores.

    Pero como una aparición, ella estaba allí con aquellos ojos marrones devorándolo y su hinchada virilidad, moviéndose furiosa al reconocer su hogar.

 -Bella…por favor. Por lo que mas quieras, sal de aquí….- su voz jadeante le asombró incluso a él, que no apartó la vista ni un segundo de aquella mirada chocolate.- Ve a tu habitación…¡Corre!

   Bella notaba el cálido néctar de su excitación bajando entre sus muslos. Edward era maravilloso, su cuerpo estaba cincelado magníficamente. Todo era perfecto en él. Debería sentirse escandalizada pero estaba completamente embebida con la v, algo peluda que acababa en el falo maravillosamente erecto, que se convulsionaba de vez en cuando; haciendo que ella se excitara mucho mas al observarlo. Sin darse cuenta se lamió los labios sedienta. Se acercó un par de pasos mas hacia él…olia maravillosamente bien. Se sentía atrapada por aquel cuerpo de pecado y aquella punta en forma de seta de la que emergían pequeñas gotas perladas que anhelaba beber. Se sintió libre por primera vez y descubrió que las ropas le molestaban en el cuerpo. Lo arañaban por increíble que parecieses; pese a ser sedosas.

  Llegó hasta él. Estaba muy cerca, si alargaba la mano podía tocarlo y saciarse de aquel picor insoportable que parecía arrancarle la piel a tiras. Lo necesitaba. Se necesitaban ambos.

  La respiración de Edward era agitada y se sentía al borde del colapso….estaba tan cerca…tanto..

   No quería mirarla; pero se obligó a hacerlo cuando lo sorprendió el salvaje contacto de la palma  de su mano contra su polla hinchada y adolorida.

 -Me has estado llamando por horas Edward. Y ahora que me tienes aquí, casi tan anhelante como tú…¿quieres que me marche?

   Sus ojos se encontraron  y él negó categóricamente, tragando en seco.

  Ella sonrió y apresó entre sus dos el escote de su bonito camisón. Lo desgarró completamente bajo la mirada atónita y embelesada de Edward.

     Sopesó los duros testículos de él entre sus manos, acariciándolos, levantándolos, masajeándolos, hasta que el ronco gemido de él la hizo acercarse mucho mas, repasando con la palma de su mano el tórax sudoroso de aquel hombre, delineó los pezones y los hombros…bajando por los costados y haciéndolo suspirar y maldecir. Su maravilloso falo le rozaba el vientre y su humedad, la hacia sentirse una Diosa.

   Acarició los suaves rizos castaños antes de llegar a su entre pierna y entonces la alojó completamente en su mano tirando de aquel recubrimiento de seda que cubría una autentica barra de hierro candente.

  -¡Bellaaaaa!.- Edward rugió echando la cabeza para atrás.

  Bella sonrió victoriosa como una chica malvada….y volvió a ejercitar aquel dulce movimiento que lo volvía loco, despegando la caliente verga y ocultándola en aquella funda perfecta. Se relamió al ver el dulce rostro de él… aceleró el ritmo y vió como el rostro de él comenzaba a deformarse en una mueca de absoluto placer.

  -No..todavia no…- dijo ella enigmática.

   Edward habia enloquecido. Estaba seguro de ello. Ella era lo que siempre había deseado en una mujer y mucho mas…pero aquella manera de volverlo tan vulnerable le puso la piel de gallina.  Temblaba con cada caricia que ella le daba…convulsionaba.

   Cuando estuvo a punto de correrse, ella, dejó de arrullar su polla tiesa y adolorida para ponerse de rodillas como si él fuera el puto Dios y lanzó su dulce álito a la cabeza roma para que ésta se moviese sola a su antojo; y entonces pasó la punta de la lengua absorbiendo las gotas de semen que había estaba escupiendo por la cachondez que llevaba encima.

  Edward suplicó cuando ella lo alojó completamente en su boca, delineando cada contorno de su polla hasta saberlo de memoria. Degustando su miembro de una manera insoportable para él; porque le dolían las bolas de tanto aguantarse la corrida.

  Y Edward quería eyacular de una maldita vez….

  Pero ella estaba entretenida mordiendo, chupando, absorbiendo y comiendo todo lo largo y espeso que era su nardo.

  Estaba enfurecido por ser tan buena…tan jodidamente buena.

  La estrechez de su boquita no permitió que aguantara mucho mas y se corrió en la boca de ella caliente y estrecha como el mas estrecho de los coñitos….y fue un orgasmo brutal porque pareció no acabarse nunca, Edward gemía y gemía, mientras ella no abandonaba nunca aquella salvaje labor.

  Edward tembló al abrir los ojos y contemplarla. Su boca estaba manchada con la semilla de él; pero ella en un gesto de puta de mierda, se relamió los labios y se  llevó con su legua todo el semen que  no habia entrado en su boca.

Él echó la cabeza para atrás completamente perturbado y con todas sus fuerza arrancó aquellas esposas de sus muñecas y pies. La besó profundamente dejándola sin sentido.

 -Ahora te toca a ti…- le susurró al oído; antes de atraparla entre sus brazos y llevarla en volandas hacia su habitación.

Continuará…

Capítulo 27: Capitulo 27 Capítulo 29: Capitulo 29

 
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