Demon Prince (+18)

Autor: sistercullen
Género: Espiritual
Fecha Creación: 15/03/2011
Fecha Actualización: 12/12/2012
Finalizado: SI
Votos: 53
Comentarios: 148
Visitas: 183828
Capítulos: 47

Summary: Bella descubre, que la sesion espiritista hecha en su adolescencia,le marca la vida hasta lo altamente imporbable : la aparicion del principe de los demonios: Edward I.

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Capítulo 30: Capitulo 30

DEMON PRINCE.

Edward la miró orgulloso y se tendió sobre ella, sin sacar su verga de la estrechez de su llaga.

  La besó delicadamente y sintió la dicha de ver como ella le correspondía con  mucha mas efusividad de la que se esperaba. Se apartó de ella y se acomodó un mechón que le molestaba en su frente sudorosa.

 -¿Qué es lo que piensas…. Bella?.- alzó una ceja divertido y  le besó la frente.

  Ella paseó sus dedos por aquel cabello cobrizo y suspiró.

  -No soy una tarada….

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Capitulo 30.

 

 

 

Rosalie  era una chica lo suficiente segura de sí misma y de las situaciones que ocurrían a su alrededor, para no ceder ante el miedo en aquellas circunstancias; pero debía ser completamente sincera consigo misma. La vulnerabilidad había hecho mella en ella al contemplar el rostro de aquel robusto gladiador que babeaba por ella. Sonrió tímidamente al recordar la escena y se llevó la mano al pecho para arrugar el pedazo de tela que acariciaba su piel con la rudeza de una lija. Ella también había sentido algo muy profundo al mirarlo a los ojos y también al sentir su reacción como suya propia, nunca en sus años de vida, había oído hablar de una reacción así, ni tampoco de que aquel ejemplar de hombre se materializara en su vida … a Emmet, siempre lo había soñado.

    Desde muy pequeña sus sueños se habían tornado oscuros y tenebrosos, pero poco a poco habia logrado vivir con ello, gracias a los consejos de Sulpícia y sus amuletos posados en el cabezal de la cama. 

   En aquellos sueños buscaba algo entre la niebla oscura y gris que no conseguía vislumbrar, pero que sentía. Lo sentía como algo vivo que la hacia sufrir y gozar. Pudo ver alguna de las veces, una silueta en el horizonte y ahora después de haber visto a aquel ser que había sido poseído por la lujuria frente a ella, no le quedaba ninguna duda que era él. El que el marido de Sulpícia habia llamado Emmet, uno de los hijos de ella; de su maestra. Uno de los hijos del Demonio.

   Suspiró profundamente y se despojó de todas sus ropas. Sufría un anhelo físico femenino que colmaba su centro de jugos y la obligaba a pasearse los dedos por las cimas de sus pechos y  de su piel.

   Cerró los ojos gozosa y lanzó un ruego al aire, como si de aquella manera pudiese hacer acto de presencia aquel hombre que necesitaba como el aire y que había esperado por tanto tiempo.

   Miró la cama donde debía descansar y caminó hacia ella lentamente sin dejar de torturarse con sus manos y haciendo su respiración irregular, se arropó hasta el cuello y apagando la luz del quinqué con un ligero soplido suspiró profundamente dentro de  aquella lujosa habitación. No podía cerrar los ojos y se quedó mirando por largo rato la ténue luz que  entraba por una de las ventanas que daban al exterior de aquel mundo sub realista y desalmado.  Cambió de postura, inquieta y de repente notó una presencia cerca de ella; concretamente al lado opuesto de la cama….

….pudo sentir claramente como el colchón se hundía y como el peso de la almohada se hacía firme en la parte izquierda. Se revolvió para encender la mecha del quinqué y un cuerpo enorme y magnífico se volcó encima suyo.

  -Hay la suficiente luz.- susurró el cuerpo que la rozaba. Un cuerpo exquisito y duro que la hizo jadear al notar que él estaba tan desnudo como ella.- No temas Rosalie, soy yo.- Ella cerró los ojos lentamente y disfrutó como las manos de él le acariciaban el rostro.

 Cuando los abrió nuevamente parecía que todo se había vuelto mas claro y podía ver perfectamente el rostro tenso de Emmet, mirando sus labios y el nacimiento de sus pechos con adoración.

 -¿Por qué no habría de temerte?.- le susurró ella; alzando sus brazos  y extendiendo sus manos por aquellos musculosos brazos como columnas  franqueándola a ella.- Después de ver la clase de reacción que tuviste….

Él la silenció con un beso ardiente, tanto; que sus cabezas se movieron en sincronización; devorándose presa del hambre que tenían sus bocas de ellos mismos.

   Emmet la alzó tomándola de los glúteos y la sentó sobre su pelvis; haciéndolos jadear a ambos , sin dejar de besarse.

   Rosalie comenzó a acariciar aquel pecho; recorriendo con las uñas el torso firme , musculoso y haciendo que él gimiera en su boca con cada toque que ella le procesase.  Abrió los ojos un momento para observarlo y se maravilló aún mas de sus facciones. Detrás de aquel  cuerpo de pecado había un alma pura y vulnerable. Lo deseó mucho mas y y se levantó un poco mas de su pelvis para alcanzar su pene estóico que babeaba de anticipación.

  Emmet la miró a los ojos profundamente ante de empalarla completamente dentro suyo.

  Fue de una sola estocada y ella ni siquiera gritó; sólo una lágrima que él se apresuró a limpiar con sus labios cuando comenzó a mecerse haciendo un vaivén delicioso que los hizo gemir a ambos  y besarse con una absoluta ternura.

  -¿Sabes el tiempo que he estado esperándote?.- le susurró él, mientras se adentraba mas en ella y la hacía pronunciar su nombre entre susurros.

 -¿Sabes el tiempo que he estado soñándote?.- le preguntó ella jadeante, mientras de espaldas al colchón abría mas las piernas para que consiguieran un placer máximo.

  -¿ Hemos estado jugando al gato y al el ratón, entonces?.- susurró él, mientras seguía un camino de besos imaginarios y la envestía lentamente haciéndolos a ambos volar.

 Ella rió quedamente y lo estrechó mas contra sí, abarcándolo con sus caderas y haciéndolo gemir de manera ahora mas sensual.

  -No mas juego, hechicera mía. Ahora viviremos nuestro amor real.

  Se irguió lentamente  y pasó las piernas de ella a ambos lados de su cabeza, comenzando una danza que los tuvo presos durante toda la maldita noche.

 

 

 

 

 

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Edward se quedó pensativo unos instantes después de escuchar a Bella decir aquello. Ahora sin lugar a dudas tendría que responder muchas preguntas y no estaba preparado para ello, al menos no, aquella noche. Seguía teniendo tanta hambre de ella que volvió a sentir su pene erecto sobre su vientre haciéndo rodar sus ojos y echar la cabeza sobre la almohada, para acto seguido, reir como un joven colegial atiborrado de hormonas.

-¿Se puede saber de que te ries?.- Preguntó ella , irguiéndose un poco y mirándolo con una ceja alzada.

  Él negó cerrando los ojos, de nuevo y se tapó con la sábana el rostro.

  Bella desvió ligeramente la vista y entonces se dio cuenta de “ el buen humor de Edward” . Se podía ver claramente el bulto de su sexo, sobresaliendo de toda la extensión de su magnífico cuerpo.

  Pero algo hizo “click” en su cerebro, como si de pronto hubiese despertado de un sueño muy real y desesperada quisiera diferenciar lo real de la fantasía de una vez por todas.

   Sabía que algo ocurría con su cabeza. La notaba pesada e inconsciente; como si le costara trabajar….como si estuviese siendo manipulada. Negó interiormente y entonces tuvo plena conciencia de lo que había hecho y con  quien.

  Pegó un salto de la cama jadeando, intentando llevarse consigo la mayor parte de la sábana y dejando a Edward prácticamente expuesto.

 El buen humor de él desapareció como un plumazo y tensó la mandíbula al verla negando con la cabeza en repetidas ocasiones.

  Edward se levantó e intentó calmarla asiéndola por los brazos, pero ella se negó apartándolo y buscando respuestas con sus ojos que él no podía desvelar…no antes de tener completamente su amor.

   -Yo….- ella se pasó una mano por la cabeza.- Las imágenes de  Edward atado por los pies y las manos, como ella lo había masturbado con la boca, como la había hecho suya….como habia sufrido al penetrarla. ¡Como si ella hubiese sido virgen!

   Claro que a todas las de la ley ella no tenía conciencia de haber perdido la virginidad porque no recordaba nada, que no fuera aquella noche y aquel hombre que se hallaba enfrente suyo, era muy extraño que hacer el amor con Edward la hubiese sensibilizado y la hubiera hecho sentir  de una manera tan condenadamente adictiva.

   Notó como se ruborizaba al recordar también como se había entregado y de qué manera había llegado al orgasmo con él…como había venerado la contracción de su rostro al fundirse en la misma marea que ella.

    Como acto reflejo miró la cama y el pene semi flácido de él y se llevó la mano a la boca horrorizada.

   Una mancha roja inundaba el lecho y en sexo levemente inflamado se hallaban los restos de su virginidad que ella creía ya muy lejana.

-¿Pero como puede ser…? ¿Yo… seguía siendo virgen? ¡Yo era virgen!

  Edward comenzó a alarmarse de veras e intentó dar un paso hacia ella, pero  Bella no se lo permitió.

  -¿Quién coño eres tu? ¿Te he entregado mi virginidad? ¡A ti!.- Espetó como si hubiera dicho una palabrota, se llevó la mano al cabello nerviosa y lo miró a los ojos con ira.-  No puedo creer que me haya acostado contigo…

  Edward se revolvió contra ella y  le apresó los hombros con fuerza.

-Te dije que confiaras en mi, yo no soy malo para ti, Bella …yo…

 -¡Eres tan perjudicial como es mi propia hermana! ¿Qué crees que hará cuando se entere que  he sido tuya? No se va a quedar con los brazos cruzados, yo la conozco bien y va a tratar de hacerme la vida imposible y joderme tal y como lo hizo con Carlisle.

-¡Carlisle! ¡Siempre ese maldito hum…! ¿Lo sigues amando, verdad? ¿Es por eso por lo que te jode tanto haber follado conmigo ¿verdad? .- Se acercó a ella y  alzó una mano para descargar la ira que lo consumía en las carnes de su persona mas amada….

   Pero no podia….la amaba demasiado y le era completamente imposible levantarle un dedo y castigarla….estaba  idiotamente enamorado de aquella frágil muchacha que amaba y deseaba a otro hombre.

  -Eres lo mas repugnante que he conocido en mi vida….has tenido la tentación de pegarme….

..quiero largarme de aquí. No     quiero verte mas.

  -No.- rugió él de manera espontánea.

  -No puedes mantenerme prisionera Edward. No puedes….

   -Tu deber es estar aquí conmigo.

   Ella negó nerviosa y envolvió mas su cuerpo en aquella sábana.

   -Bella….a efectos prácticos; ahora eres mi esposa. 

   Bella abrió mucho los ojos y sintió como el cuerpo se volvió flácido; sintió como caía; pero los brazos de él la aprisionaron junto a su cuerpo y cerró los ojos, para sucumbir en el  abismo de oscuridad que dolía.

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   Josephine se habia despedido de sus hijos….aunque no le hubiera importado no hacerlo. Estaba deseosa de llevar a cabo su plan , pero la conciencia le gritaba como una posesa….debía de organizarles algún tipo de comida o fiesta para que siempre la recordaran, para que con el paso de los años tuviesen el recuerdo de una bella y amorosa madre. Y eso es lo que hizo. Les organizó una fiesta con sus amiguitos e invitó a  las madres mas arpías de la comunidad.

   La fiesta fue todo un éxito, pero Carlisle no  se presentó a lo largo del dia….

   Ella sabia muy bien lo que lo tenia tirado en la puta calle todo el dia. A parte de las clases, era ella: Bella.  La muy maldita ahora los tenía a los dos a sus pies…pero eso iba a cambiar muy pronto…

   Despidió a todos los niños y a las madres y acostó a sus hijos dándoles un tierno beso de buenas noches.

    Salió a la medianoche. Caminó hacia el cementerio descalza y con las velas, la sangre y la cruz invertida….había llegado la hora de volver al infierno y tal y como lo iba a hacer,  Edward no podría rechazarla…jamás.

Capítulo 29: Capitulo 29 Capítulo 31: Capitulo 31

 
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