Demon Prince (+18)

Autor: sistercullen
Género: Espiritual
Fecha Creación: 15/03/2011
Fecha Actualización: 12/12/2012
Finalizado: SI
Votos: 53
Comentarios: 148
Visitas: 183813
Capítulos: 47

Summary: Bella descubre, que la sesion espiritista hecha en su adolescencia,le marca la vida hasta lo altamente imporbable : la aparicion del principe de los demonios: Edward I.

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Capítulo 40: Capitulo 40

DEMON PRINCE.

Edward ofuscado buscó los ojos de Bella y algo en él se rompió en mil pedazos…sus orbes chocolate habian desaparecido….ahora aquellos ojos eran del mismo color que los suyos…ella era un demonio….

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Capitulo 40.

Las palabras de su padre todavía resonaban en sus oídos. El eco de los tambores de guerra de sus antepasados se filtró en su mente con una videncia exquisita.

Todavía no se había acostumbrado a su nuevo cuerpo y al mirarse al espejo había reconocido suaves cambios en su rostro….y en aquellos ojos que eran tan parecidos a los de todos ellos…En realidad era cierto aquella locura; todos ellos eran demonios y ahora ella también lo era.

Siempre lo había sido, pero tenía que morir de manera mortal y ser tocada por la afilada daga inmortal que su padre guardaba entre sus tesoros más preciados y ocultos de otras fuerzas demoniacas. Lo único que pudo ser salvado de sus pertenencias cuando fue injustamente asaltado en el pasado.

El daño de Edward y su familia había sido por siglos y lo que habían hecho con ella era como relamerse sin saberlo con las heridas ulceradas de la familia de Baal; otra excusa envenenada para encerrarlos en una mazmorra o cortarles la cabeza y ensalzarlas en palos en cada una de las terminaciones de cada estado demoniaco.

Sin parpadear si quiera, Bella escuchó atentamente como su padre narraba la entrada del ejército Vulturi a palacio. La matanza de los hermanos de su padre y la de su primera esposa Asera.

Sintiendo la ira estallar en su interior, maldijo entre dientes, mientras las imágenes de las decapitaciones y desmenbraciones se sucedían una detrás de otra.

Baal el llamado "Maestro" , "Amo" o el "Titular", degradado a ser un simple mentor del primogénito del asesino de su estirpe.

Señor de más de sesenta y seis legiones de demonios formado de casi doscientos cada una, había sido relegado a un simple maestro en funciones de Edward. El hijo que heredaría el trono de aquél en el que había creído, cuando había necesitado de la ayuda de alguien: Aro.

Y después de escuchar tan sólo una pequeña parte de la historia, se había preparado, vistiendo su cuerpo con las ropas cedidas por Esme y había sentido en su piel el hormigueo de la anticipación. Los gorgojeos de su hija le hicieron ensanchar sus labios y caminar serenamente hacia la cuna llena de puntillas que su padre había hecho con sus propias manos el dia que ella la vió por primera vez, después de despertar de aquel sueño extraño, lleno de sangre y quemazón en su maltrecho cuerpo. Ese dia que se dijo que amaría a su hija aunque su padre fuera un jodido hijo de puta. Aquella niñita, le sonreía y parecía entender casi todo lo que ella le decía. Era lo mejor que tenía en aquella vida que comenzaba, lo más preciado, por lo único que merecía la pena luchar. Su estirpe resurgiría de las cenizass; como un día lo hiciera el ave Fénix, justo como ella lo había hecho.

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-Vuestro tiempo ha acabado, ahora es tiempo que la antigua jerarquía demoniaca lleve las riendas de los tres mundos. Yo, Baal insto a todas las fuerzas a desbancar a la familia Vulturi de todos los estamentos del Consejo, por las buenas….

-O por las malas.

Bella sintió el enorme placer de ver a Aro pidiendo clemencia con la mirada a su padre, sus ojos vagaron hacia la figura atemorizada que se agarraba al cuerpo de su marido; su hermana Rosalie y por último, sus ojos estrellaron en el cuerpo tendido de Alice. No le gustó ver a la pequeña súcubo tendida bajo el filo de una espada y miró foribunda al demonio que la tenia apresada. Un olor amizclado la aturdió y cerró los ojos abriendo con saña las aletas de su nariz. Se giró en redondo para seguir el olor que la estaba perturbando y encontró allí al cerdo de todos sus males: Edward. Lo miró con intensidad y éste se hincó de rodillas sin dejar de mirarla ni un solo momento, arrastrándose hacia ella como un maldito perro de Cancerbero. Se relamió gustosa apresando su labio inferior y dejándolo allí un instante.

La voz de su padre la volvió en sí unos momentos y volvió a inhalar aquella fragancia que Edward despedía….¡Estaba loca de atar! ¡Lo deseaba, como una maldita histérica! ¡Quería agarrarlo y frotarse contra él, hasta que sus ropas se desgastaran y sólo quedaran sus cuerpos desnudos y jadeantes, quería sentir los dedos de él en su coño palpitante que suplicaba por algo de atención en esos momentos, lo necesitaba con su lengua pegada a su clítoris, lamiendo, mamando y masturbándola con sus dedos.

-Aro. Tu hijo se ha rendido.- sentenció Baal de manera escueta y mirando a Aro de manera arrogante.

Bella alzó una pierna y golpeó con saña el pecho de Edward con su tacón de aguja. Él ni siquiera se inmutó, pero su cuerpo salió despedido por los aires, revotando en una de las paredes de piedra. El gimoteo de Alice hizo a Bella tensarse y caminó hacia demonio que la tenía bajo yugo.

-Suéltala. Ella no es peligrosa.- ordenó Bella, mirando a su padre. Baal asintió confiando ciegamente en el buen juicio de su hija.- De quien debéis encargaros es del padre y del hijo…ellos son los que deben ser encarcelados…..

Bella caminó hacia Aro, si el demonio hubiese sido mortal se le hubieran helado los huesos. No quedaba nada de la mujer que su hijo arrastró hacia los infiernos para hacerla suya; sólo aquel cabello con reflejos rojizos y poco más…todo lo otro era una máscara de crueldad.

-Tú. Bastardo. Despojaste a mi padre de todo lo que era suyo y lo degradaste por siglos para hacer de maestro del impotente de tu hijo. La clemencia es una de las virtudes que heredé de mi madre y lo hemos deliberado por mucho tiempo. – Isabella se acercó a él y siseó en el oído de Aro con una sonrisa instalada en su rostro.- Seréis nuestros esclavos durante el tiempo que decidamos y cuando nos cansemos os mandaremos con Himrum…- Bella se carcajeó un momento y luego suspiró como si dijera una nimiedad.- Sabemos que vuestras relaciones no son muy buenas…que digamos.- Se retiró, caminando hacia su hermana y su cuñado que estaban rodeados.

-Rosalie…

Bella miró a su hermana y ésta le giró el rostro escondiéndolo en el pecho de su esposo. Bella se tragó las lagrimas y se volvió para encarar de nuevo a Edward, que yacía donde lo había estrellado, en el suelo y con los ojos abnegados en lágrimas.

Baal miró a los demonios de una de sus legiones y murmuró algo en un idioma desconocido para Bella, bajo la punta de sus lanzas se llevaron consigo a Alice, Emmet, Rosalie y Aro.

Baal le dedicó una mirada de advertencia a Edward antes de salir por la puerta y dejarlo solo con su hija. Había percibido el aroma que desprendía ella y se había colapsado. No había tomado en cuenta el cambio y ella estaba próxima al Hex (primer celo ) con su macho…y por las feromonas que despedía Edward, Baal daba por sentado que era él y no otro el que satisfaría a Bella y la consolaría de aquel dolor… que cuando llegara el momento sería solamente calmado por él. Rechinó los dientes y maldijo al Todo Poderoso….aquello iba a ser más difícil de lo que en un primer momento había pensando.

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-Levántate….estás demasiado patético ahí hincado y llorando como una nena.- Bella caminó hacia el cuerpo de Edward y sin dejar de mirarlo sonrió ladeadamente.- Que ironía. ¿Verdad?, me has arrebatado absolutamente todo. En tiempo pasado el sillón que debería haber ocupado mi padre y mas tarde, mi manera de obrar con absoluta libertad con mi vida.- rió

de manera cruel.- ¡Levántate he dicho, jodido hijo de puta!.- gritó poniéndose a la altura de Edward.

Él lo hizo, serpenteando y suspirando lleno de zozobra. No podía creer que no quedara nada de aquella muchacha que había estado entre sus brazos y amaba…aún habiendo superado el cambio, podía olerla, ella despedía aquella fragancia que sólo podían hacerlo las hembras con su primer celo en puertas, tragó en seco y pese al dolor que sentían su corazón y su cuerpo se sintió tan duro como una roca.

-¿Desde cuando sabías que tendrías que follarme, porque así lo mandaba la tradición de vuestra jodida estirpe de mierda?.- preguntó Bella escupiendo cada palabra.

Edward quiso hablar, pero su mente se lo impidió.

Ella pensaba que él se había guiado por el estricto poder de las leyes para tomarla y ser rey. Seguro que la culpa de que ella pensara de aquella manera la tenia Baal…¡El muy repugnante bastardo! Había jugado una mano de cartas estupendas para que Bella aún lo odiara más, si cabía.

Se llevó la mano al cabello y tiró de él atormentado y sin saber muy bien como comenzar.

-¿Qué sabes de "las elegidas"?.- preguntó él con un brillo de agonía en sus ojos.

Bella lo vió y se dio la vuelta para que no la doblegara. Estaba sintiendo demasiadas cosas con aquel cuerpo nuevo…así como su mente también lo hacía. Frente a Edward, sentía que había algo invisible que los unía, y no tenía nada que ver con la niña.

Sus pezones erguidos como puntas de lanza ardían y necesitaban ser sofocados por los labios y saliva de él, así como el hormigueo imposible que hacía que sus rodillas se doblaran, justo en el centro de su hendidura que lubricada e hinchada estaba lista para que el largo, duro y potente falo de Edward, la embistiera sintiendo cada vena que su polla poseía.

Cerró los ojos víctima del fuego , la lujuria y paladeó de nuevo aquel aroma que solamente él despedía, paseando su lengua por el paladar de su boca y masticándolo. Debía de mantener toda su cordura si no quería lanzarse encima de él y atacarlo de la manera que su cuerpo le mandaba.

Intentó focalizar la clave de todo aquello, el porqué de que ella estuviese ayudando a el demonio que le dijo ser su padre …

Se giró en redondo y se paseó la lengua por los labios…estaba tan hambrienta de carne, que se sentía una golfa en toda regla.

-Las elegidas son híbridos que nacen con una marca en la cabeza. Muy pocas son las que logran vivir después de ser concebidas y muchas menos las que llegan a la edad para ser reclamadas. – enfatizó ella. En aquellos días pasados Esme había sido su maestra en todo lo que era el plano demoniaco. Bella debía de saber todos los detalles del régimen impartido desde tiempos inmemoriables, tanto por la estirpe Vulturi como la de su padre, Baal.

Edward la miró sin comprender. ¿Nadie le había dicho a Bella que ella era una de ellas? Tanto ella como Rosalie…¿o se estaba haciendo la desentendida?

-La esencia de mi elegida debía cantar para mí …y un dia de tantos….- prosiguió Edward, mirándola de reojo para ver sus reacciones.- Olfateé una esencia divina que me hizo volverme loco….- tragó en seco y ensanchó las aletas de su nariz para de nuevo, poder oler aquel perfume a deseo y lujuria que ella despedía, cerrando los ojos un momento.- Fue la primera vez que visité Forks y la casa de Reneé… una vez allí, me sentí algo desorientado porque aquel olor se había esfumado casi al completo…pero lo poco que quedaba de ella estaba en una de las habitaciones de la segunda planta de la casa…fue allí donde ví a Josephine y me deslumbré con ella….porque había en ella algo de aquella gloriosa esencia que me llevó hasta allí, aunque siempre era leve cuando estaba cerca de ella….

Bella tragó saliva y ordenó.

-Sigue….

-Me enamoré perdidamente de ella, instigándola a que dejara a su familia…aunque no me hizo falta ser muy persistente, ella quería huir de allí, le asqueaba aquel pueblo donde nunca llegaría a nada y aquella madre que la cuidaba de manera sobre protectora….- Edward miró a Bella intensamente a los ojos.- De ella surgió la idea de aquel accidente…"sólo así", me dijo, "Reneé me dejará marchar"…pensando que estaría muerta…fuimos felices, hasta que ella decidió volver al mundo mortal para hacerles una visita…creo que el resto de la historia ya la conoces….

-No. No la conozco. Sigue.

Bella tenía los vellos de punta.

Las palabras de Edward la hicieron viajar hasta aquellos días haciéndola recordar.

Flash Back

Bella caminaba por las escaleras hacia arriba , había aprendido a contar los pasos que había hasta la puerta de su habitación. Si el asma le atacaba en su cuarto y no tenia las suficientes fuerzas para abrir los ojos, podría contar los pasos que había de recorrido hasta la cocina y allí abriría el cajón donde estaban guardadas las medicinas y el inhalador.

Al girar el pomo de la puerta , traspasar el umbral abrió la puerta y vió que alguien husmeaba entre sus cosas. Era Josephine.

-¿Qué haces, Jo?

Bella olisqueó la sorpresa en el rostro de su hermana y ésta hizo un ovillo con alzo de ropa y la escondió bajo su brazo derecho.

-Mamá me ha mandado que revise la ropa que huele demasiado de tu armario Bella…- Jo, cerró la primera lama del armario y caminó hacia ella con una sonrisa cruel.- Y la verdad es que lleva razón…Carlisle me dijo el otro dia que debería decirte de manera amable que comiences a usar desodorante Bella…..- Josephine pasó de largo y dio un fuerte portazo antes de salir.

Fin del Flash Back.

"Josephine tomaba sus ropas…para tener algo de mi esencia", pensó ella….

-Tú eras la mujer destinada para mí, no ella…me equivoqué.- Edward se pasó la mano por el rostro abatido.- Aunque ya era demasiado tarde porque me había enamorado de ella y estaba completamente ciego. Mi padre, mi hermana y hasta mi yo interior, me rugía que no era ella la mujer a la que me consagraría….- Edward la miró con ternura y alzó el brazo para intentar tocar el rostro de Bella.

Ella caminó dos pasos hacia atrás y negó.

-Ni se te ocurra tocarme…me asqueas.

Edward alzó el rostro y su hombría de demonio salió a relucir elevando una ceja y sonriendo de manera claramente sexual.

-No estoy tan seguro de eso…ni tú tampoco…puedo olerte…Bella y creo que tú también a mí.- Bella tragó saliva y miró hacia un punto indeterminado de la sala del rey.

-No sé de qué me hablas…sigue tu historia…

Edward caminó dos pasos hacia ella, esos dos pasos que ella había dado para mantenerlos separados.

-Nuestra historia, Bella…- Edward se agarró el puente de la nariz y lo apretó, cerrando los ojos.- Fué después de volver del confinamiento de Himrum….aunque no soportaba como aquel humano débil te tocaba, mucho antes….- rió de sí mismo y abrió los ojos para contemplarla.- Comencé a desearte , a planificar locuras para que Jo volviese a mí, cuando todo eran puras excusas para mantenerme cerca de tí…yo te amaba. Te amaba como un loco y deseaba tu cuerpo como un sediento suplica por algo de el liquido elemento…por eso intenté llevarte por medio de "glamours" hacia mi terreno y hacerte mía….

-Yo no soy tuya, ni de nadie Edward. Quiero que tengas eso muy claro.- espetó ella roncamente.

Edward caminó rápidamente hacia ella y la enredó entre sus brazos para aplacarla con su cuerpo, tirándola al suelo. Justo debajo de él. Paseó las manos por su rostro y metió su dedo gordo entre los labios extremadamente suaves de ella, gimió desesperado y se lanzó contra aquella boca que quería poseer enfurecido. Absorbió su labio inferior y sacó la lengua con sensualidad para ser apresada por la boca de ella de una manera brutal; totalmente sexual.

Continuará….

Capítulo 39: Capitulo 39 Capítulo 41: Capitulo 41

 
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