DEMON PRINCE.

Ya te lo dije. Edward. Es ella. Siempre ha sido ella. Papá lo sabe y le ha ayudado en todo lo que ha podido mientras tú estabas perdido en los laberintos de Himrum. 

-¿Pero como va a ser ella Alice? Yo no la amo. Amo a Jo aunque se me deshagan las tripas….a Isabella solo la deseo en mi cama….

 -¿Qué deseas que?.- la voz de Bella hizo acto de presencia como algo fuera de tiempo.

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Capitulo 18.

Bella habia dejado a Jacob Black en la terraza del Restaurant, algo cabreada.

   Le habia dicho mil y una veces que no albergara ningún tipo de esperanza en lo referente a ella. Y él, seguía en sus trece, de una manera u otra.

      Jacob era un hombre excepcional donde los hubiere. Pero ella no sentía nada en pasional en lo que concernía a él.

   Y no es porque él no lo mereciera, ya que era un hombre bien parecido y con un alto nivel intelectual, pero no. Lo amaba como un amigo y eso es lo que sería.

   Casi no había probado bocado y sentía sus tripas rugir mientras subía el ascensor en dirección a la planta donde estaba ubicada su agencia.

   Torció el gesto  cuando las puertas del elevador se abrieron y en recepción: Leah y Sue suspiraban y reían entre ellas, como unas autenticas gilipollas.

 -Buenos días chicas.- Bella les sonrió y guiñó un ojo a sus empleadas.

-Bella.- Leah, fue hacia ella y le asió el brazo con camaradería .- ¿Quién es el Dios que ha venido con Alice? ¡Tienes a toda la plantilla babeando literalmente por él! ¡Y no precisamente por la boca!

  Bella rompió a reir y asintió con la cabeza.

 -Es Edward. El hermano de Alice. Todo lo que tiene de hermoso lo tiene de pedante e indeseable.-Bella caminó el largo pasillo hasta su despacho y volvió a reir cuando oyó , esta vez la voz de Sue.

- ¿Indeseable? ¡Es el hombre mas deseable del mundo! ¡Él mismo la destila!!

  Bella negó con la cabeza y abrió la puerta de su despacho.

-…….A Isabella solo la deseo en mi cama…

  Bella cerró la puerta suavemente y negó mentalmente la frase de aquel hijo de la gran puta que tenía justo al frente.

-¿Qué deseas qué?.- alcanzó a decir con un deje  de incredulidad.

   Ambos hermanos se volvieron y algo asombrados la observaron.

  La hembra con alegría y entusiasmo.

  Y el macho con una mirada hambrienta  y nada avergonzada.

  -Te deseo.- la voz de él, llegó a ella como un arrullo y Bella tuvo que cerrar los ojos azorada.

    Sin apenas darse cuenta el pecho de él casi rozaba el suyo al abrir de nuevo los ojos.

  Su aliento mentolado, la hacia sentirse ligera y mecida por un ambiente puramente sexual.

  Luchó contra aquella sensación y dió dos pasos hacia atrás; abrazándose a si misma.

  Miró a Alice.

-Si tu hermano me va a tocar las narices Alice; te ruego que lo mandes lo mas lejos de mí posible. Por favor.

   Alice dio pequeños saltitos hasta ellos y su boca se ensanchó en una demencial sonrisa de súcubo.

  -Bella….necesitas una persona que te asista. Que lleve tu agenda. Que te acompañe a los diversos eventos sociales. Edward es el indicado sin duda. Quizás no lo sepas; pero mi hermano esta preparado para un denso abanico de posibilidades.

  Bella miró a Edward a los ojos.

-Apuesto a que si…-siseó sin apartar la mirada de aquellos ojos verdes….demoledores.

-Además, piensa que sería bueno que alguien calibrara su opinión en referencia al perfil de los hombres que nos llegan. Edward conoce bien a los de su progénie. Creo que te alegraras de tenerlo entre nosotros.

 -Permíteme que lo dude.- volvió a sisear, sin dejar de mirarlo.

 -¿Acaso me tienes miedo. Isabella Swan? ¿Temes que esté demasiado cerca de ti?.- La voz de Edward volvió a desarmarla por segundos, pero  se mantuvo firme y caminó con lentitud hacia la silla de  su despacho.

   Se sentó y miró a Alice con sobriedad.

   -¿Te importaría dejarnos solos un momento. Alice?

 Alice se quedó de piedra durante unos segundos y miró a su hermano, seria.

  Bella quería hablar con Edward a solas y aquello fuera de ser un peligro, también podría ser una bendición. Sintió escalofríos y  se encogió de hombros como acto reflejo.

  Edward le sonrió y ella  lo imitó achicando los ojos interrogante.

 ¿Qué planes tenia Edward en aquellos momentos?

  ¿Seducirla?

 ¿Asaltarla con su lengua viperina?

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Edward oyó  la puerta cerrarse y bajó la cabeza, intentando ocultar una sonrisa de magnificencia . Aquella mujercilla sentada en aquella colosal mesa de oficina era una presa común y corriente…..Pero….

   ¿A quien pretendía engañar?

   Isabella Swan era diferente a todas.

   Un denso halo de protección la envolvía y él sabia muy bien quien se lo habia regalado.

  Su maldito padre o su hermana la perra súcubo que se lo estaba pasando pipa con aquella situación.

   La enfermedad de Bella habia sido eliminada y no habia ni trasto de aquel olor nauseabundo que ocultaba su verdadera esencia.  Cada vez que inhalaba estando cerca de ella, veía las putas estrellas y casi se corría con cada puta inhalación.

 Caminó hacia ella y le hizo un gesto con la mano, pidiendo permiso para sentarse en la otra silla que habia justo de frente a ella. Separados por la gruesa mesa. Esperó a que ella hablara.

   Ella aceptó y sacó con lentitud una cajetilla de tabaco de uno de los cajones del escritorio.

  -¿Fumas?.- le preguntó a Edward.

  -Si.- Edward alargó la mano hacia la cajetilla de tabaco y rozó sus dedos con los de ella adrede; dejándolos a ambos sin respiración por unos  segundos y mirándose intensamente durante unos instantes.

  Bella carraspeó y él se llevó el cigarrillo a los labios.

  Ella le ofreció fuego con el zippo de plata que habia junto a la mesa y Edward absorbió fuertemente el contenido del cigarro, haciendo que sus cejas se juntaran.

   Observó como ella hacia lo mismo, pero mucho mas elegantemente.

  -¿Y bien?.- Él se relajó y estiró las piernas debajo de la mesa de oficina.

  -Espero que todo esto no tenga nada que ver con Josephine. Ella tiene su vida con Carlisle. Ha pasado página….

  Edward hizo chirriar las patas de la silla e hizo que su abdomen diera con la dura madera de la mesa de caoba.

 -Si estas sugiriendo que quieres que me mantenga alejado de Jo…

Ella lo interrumpió.

-Exacto.

Edward rió entre dientes y volvió a fumar con lentitud sin dejar de mirarla.

 - Todos los que un dia estaban a mi alrededor me aconsejaron que tu hermana no era digna de mi amor. Y ahora les tengo que dar la razón aunque me joda….ella es una puta traicionera de tan malas entrañas que seguramente se folló a tu “enamorado” por el placer de quitártelo. ¿Me equivoco?.- Edward estudió detenidamente las facciones de Bella y prosiguió.- La jugada le salió peor de lo que esperaba y yo no aparecí para llevármela conmigo. Solo fue cuestión de tiempo que se quedara preñada de alguno de los vastagos de ese humano insoportable….Y ahora…me he dado cuenta que ella no vale la pena, que nunca debí fijarme en ella. No la amo.- Mintió Edward sintiendo un retortijón en su estomago.- Te he elegido a ti. Me gustas tú, te deseo a ti. Es a ti a quien quiero hacer el amor todas las noches entre tus sabanas…

-¡Calla!.- El grito de Bella hizo reir a Edward.

-¿No quieres escuchar lo que te haría si me dejaras? Eres tan deliciosa que me excito con tan solo mirarte…

 Bella se levantó de la silla y caminó hacia un rincón del despacho abrazándose a si misma.

-Todo lo que me digas es inútil. Yo no siento nada por ti. Es mas, me repugnas eres todo lo que odio en un hombre; prepotente y falto de escrúpulos. Eres un digno compañero para Josephine…no paro de preguntarme por que coño no volviste a buscarla y nos dejaste vivir nuestra vida a Carlisle y a mi.

  Edward se levantó y asió la silla por el respaldo lanzándola unos metros hacia atrás.

  Bella lo miró horrorizada  y se acurrucó en el rincón presa del pánico.

-No nombres nunca mas a ese hombre. Ese hombre está muerto para ti ¿lo entiendes?...Puedo sentir como lo proteges y también  tu adoración  hacia él, eso morirá en el momento en que sientas mis besos, y gimas mi nombre.

-¡Jamas!.- se armó de valor ella.- Mi amor es de él. Siempre será de él…y ¡Maldita sea no sé que hago discutiendo estas cosas contigo!

  Edward corrió a una velocidad sobrehumana y la alzó levemente cogiéndola de la cintura.

-Maldita tú Isabella Swan  y tu  esencia que me desarma y enloquece.- Edward miró sus labios carnosos y sonrosados. Gimió como un cachorro herido al acercar su boca a la de ella y sentir la tibieza de aquellos labios semi abiertos para él. La besó.

  Fue un beso fiero, con enfado. Deleitándose de aquella boquita perfecta que se abría a duras penas para él.  La abrazó con fuerza y notó como ella, poco a poco iba cediendo a aquel beso de dura posesión.

  Edward bramó interiormente al unir su lengua a la de ella. Era tal caudal de sensaciones, que se sintió etéreo y creyó volar como un puto ángel.

  Se olvidó de su nombre y para qué habia sido concebido, apretó los costados de la muchacha, hambriento de placer. Se preguntaba que si aquello era una puta alucinación con un solo beso, como seria penetrarla y hacerla suya en todos los sentidos.

   Notó como ella se tensaba, y se apartó de sus labios lentamente.

 La mano de ella se estampó en su rostro y fue casi una caricia. La miró con los ojos llameantes.

 -¡Sueltame!.- Bella lo empujó, limpiándose los labios con repugnancia.- ¿Quieres burlarte de mí? ¡No me toques ni una sola vez  mas en tu vida, Edward! …..Si quieres alguien que caliente tu cama…busca a Jo, seguro que ella esta deseosa yo…..

-¡Shhhhh!.- Edward rozó con sus dedos los labios hinchados y rojos de ella.- Escucha bien lo que te voy a decir Isabella, si yo hubiera sido ese débil humano…. solo estando  ciego, sordo o imbécil te hubiese dejado por  otra; y mucho menos por la zorra de tu hermana….

Continuará…..

Chicas en veinte dias no publicaré. Me marcho de vacaciones. Hasta pronto lindas!!!!