CAPITULO XLV. ¿POR QUÉ TENDRÍA QUE CREERTE?

JAYDEEN POV.

Después de despedirme de mi familia salí hacia el bosque, lo menos que quería en estos momentos era quedarme en ese lugar,  ya habían pasado casi una semana desde aquella noche, recuerdo que me había encerrado en mi habitación a sollozar como un imbécil, cuando mujeres como esas no valen la pena; no había podido marcharme luego de aquella noche por que necesitaba organizar mis ideas, y luego vino la visión, pero era marcharme o consumirme en mi dolor, de lo único que estaba seguro era de que debía de regresar para estar con mi familia el día de la batalla contra Victoria, Isabella me mataba si no estaba ahí, además que fuera de eso… mi caso no sería el de Katherine, yo no engañaría a mi familia, como ella hizo con nosotros.

Bufé molesto, “ella se iba y deshacía en un día la cordura que yo había construido en años” pensé arrancado un árbol de raíz para estrellarlo contra una vieja roca.

-Calma Jaydeen- me dije a mi mismo, tratando de regresar a mis cabales.

Caminé a paso humano por el bosque, la verdad era que no tenía intención de llegar a ningún lugar, solo quería… ¿olvidar?, ¡cómo si eso fuera posible!

Katherine había iluminado mi noche, mi oscuridad, como una estrella había llegado a mi vida, y ahora… con la misma rapidez había desaparecido, ella había sido una estrella fugaz en mi oscuridad personal, ¿cómo puedo olvidar algo así?

Me dejé caer al pie de un árbol, levanté la vista al cielo y decidí subir sus ramas, “ver el mundo desde otra perspectiva,… desde lo alto” pensé, claro… ahora que me daba cuenta, era un maldito psicópata, ¿en qué diablos estaba pensando?

Había pasado ya gran parte de la mañana en las ramas de aquel árbol, podía quedarme quieto por muchísimo rato más, y es que no tenía intenciones de hacer algo más, pero un efluvio me llegó…

-Jaydeen- escuché susurrar.

KATHERINE POV.

Casi una semana… una maldita semana; me despedí de Victoria cuando me dijo que debía irse con Riely, claro… el trabajo no era gratis, alguna recompensa tendría,  ¿cómo no imaginarla?, debía admitirla, mi hermana era una perra, ¿cómo diablos le hace algo asía Riely?, yo lo había conocido, él tenía toda su vida por delante, un futuro, y Victoria iba a acabar con su vida con todo lo que hacía.

-Katherine- me llamó Bree antes de irme.

-¿Si?- a esta chiquilla la había conocido al día siguiente de mi llegada, igual que a Riely, no tenía más de 16 años.

-¿Ya te vas?-

-Así es-

-¿Por qué no te quedas?-

-¿Pasa algo?- me acerqué a ella.

-No quiero estar en esto- susurró.

-Ni yo… por eso hay algo que tengo que hacer-

-Vas a traicionar a Victoria ¿cierto?- ¿Qué?

-Calla- pedí tomándola por los hombros.

-No pretendo delatarte… quiero ayudarte-

-No sé si puedas hacerlo-

-Cuentas con mi escudo-

-Mantente siempre atrás mío- suspiré.

Me fui molesta de aquel terreno abandonado, claro que Victoria no lo sabía, sería una estupidez ponerla sobre alerta acerca de lo que iba a hacer, ¿Para qué? ¿Para qué me matara?, no soy una imbécil.  

Corrí junto a Bree a velocidad vampírica por el bosque, debíamos llegar donde Bella, claro que sabía que no nos dejarían hablar a solas, aunque tenía que hacer lo imposible, ella tenía que saber sobre los planes de Victoria, o al menos la parte de cómo planea matarlas a ella y a su hermana, por que si de algo estaba segura era que Isabella no iba a querer que contara eso en frente de la familia, si algo había que Isabella odiaba… eso era que la trataran como inválida, y era precisamente lo que iban a hacer todos si se enteraban de eso, iban a intentar protegerla, cosa que se reduce a no dejarla sola ni un segundo, lo que va a llevar a que Victoria los mate a todos; claro… otro punto a mi favor, debía, es más… TENÍA que hablar a solas con Bella.

-Escucha- frené para hablar con Bree.

-Dime-

-Victoria y yo somos hermanas, hace 16 años los licántropos mataron a su compañero y ella quiere cobrar venganza, así que yo me infiltré en la familia de Bella, una de las vampiresas que Victoria transformó; pero ella me descubrió así que regresé… el plan es tratar de hablar con ella, y decirle todo sobre Victoria-

-Si la traicionaste, ¿por qué ayudarle?-

-Por qué nunca quise traicionarla; me enamoré de mi compañero, cosa que debía evitar a toda costa; este sentimiento me une a su familia… y debo protegerlos-

-¿Cómo quieres que te ayude?- suspiró.

-Aún no lo sé… pero ni Bella ni Samantha podrán luchar, y de seguro ellas no van a querer ni a Edward ni a Jacob cerca-

-¿Por qué?, ¿son sus parejas?-´

-Sí… y es por eso que no los van a querer cerca-

-No entiendo- bufó molesta.

-Bree… cuando uno ama a alguien, buscamos protegerlo por sobre todas las cosas, y no creo que Bella quiera a Edward cerca para verlo morir… por qué no podemos dudar sobre las intenciones de Victoria.

-¿Dices que Victoria quiere matarlo?- se sentó en una roca plana.

-Victoria quiere limpiar la península de Olympic… nadie que apoye a Bella o a Samantha quedará con vida… eso incluye a Edward y a Jacob- suspiré.

-¿En qué dices que puedo ayudar?-

-Tienes un escudo físico ¿no?-

-Así es- asintió.

-¿Puedes extenderlo?-

-No lo sé… puedo aprender-

-Necesito que lo hagas-

-¿Por qué?-

-Por que si lo lograr podemos lograr encerrar a Jacob y a Edward…-

-Por que es lógico que no van a dejar ni a Bella ni a Samantha por su propia cuenta- completó.

-Así es- asentí sonriente.

-Podemos engañar a Victoria- suspiró… eso me gusta.

-¿Cómo?- me interesé.

-Ella no tiene idea de que la vamos a traicionar,… tú prácticamente eres su mano derecha, proponle que acompañarla en el ataque… tú y yo- dijo mirándome.

-Es buena idea…tú te encargarías de Jacob y de Edward, y Victoria seguiría pensando que estás de su lado-

-Exacto… pero hay algo que necesito saber- me vió seria.

-¿Vas a dejar viva a Victoria?-

-Si lo hago, volverá intentar atacar-

-Entonces ve practicando el arte de la actuación- me sonrió mientras se levantaba.

-Va a ser necesario-

-La vas a matar ¿sí o sí?- me miró seria.

-Es lo único que puedo hacer- suspiré para empezar a correr.

Aceleré el paso, a estas horas los chicos debían haber entrado ya al instituto, y Eric debía estar en el hospital; así que debíamos llegar a la casa y rogar por qué Angélica nos escuchara; pero de pronto un efluvio me llegó, uno que conocía muy bien.

-Jaydeen- susurré, lo vi caer de un árbol y mirarme totalmente serio.

-¿Quién es ella?- preguntó mirando a Bree.

-Soy Bree, y supongo qué tu eres Jaydeen- habló totalmente seria.

-¿Me conoces?-

-Katherine acaba de mencionar tu nombre ¿o no?-

-No tengo nada que hablar con ustedes- me dijo obviando el comentario anterior.

-Espera- frené.

-¿Qué quieres?- se volteó para verme.

-Hay cosas que ustedes no saben-

-Isabella ya lo ha dicho todo-

-Hay cosas que ella no sabe- insistí.

-¿Qué cosas?-

-Quiero hablar con todos- pedí.

-¿Por qué tendría que creerte?- se acercó más a mí.

-Por que sus vidas están en mis manos… yo puedo decidir si mueren o no mueren-

-¿Cómo?-

-Tú decides… ¿quieres qué hable o qué calle?- me acerqué más.

-Habla- retrocedió.

-Entonces organiza una reunión, y que sea hoy… por que necesitamos regresar-

-¿A dónde?- preguntó.

-Se trata de Victoria, y no podemos informarles si no estamos al tanto, aunque creemos que la información que tenemos es más que suficiente- respondió Bree.

-Vamos- susurró echándose a correr.

Empezamos a caminar a paso humano cuando llegamos al lindero del bosque que conectaba con el patio lateral de la casa; cuando nos aproximamos Angélica ya nos esperaba afuera, pensé en sacar una especie de pañuelo blanco y decir algo como “venimos en son de paz”, pero Bree se adelantó a hablar.

-Buenos días, yo soy Bree- le sonrió.

-Yo soy Angélica- le sonrió de vuelta-¿A qué has venido?- me preguntó.

-Necesita hablarnos- llegó Jaydeen a su lado.

-No venimos a atacar a nadie, al contrario, debemos decirles algo importante-

-¿Qué tanto?- preguntó Angélica.

-Posiblemente algo que les va a salvar la vida… si así puede considerarse- habló Bree.

-Voy a llamar a los chicos-

-Llama también a los Cullen, mamá- pidió Jaydeen antes de que entrara.

-Pasen- nos guió hasta dentro.

-¿Eric?... Es algo urgente… Llamaré a los chicos… Y a los Cullen… los esperamos- oí hablar a Angélica; no le presté atención a las conversaciones siguientes.

-Jaydeen… necesitamos hablar- le susurré.

-No tenemos nada de qué hablar-

-Por supuesto que sí- insistí.

-Tú nos engañaste a todos- dijo con ira.

-Llegan en una hora- nos interrumpió Angélica con cara preocupada.

-No pasa nada- dijo Jaydeen levantándose; sentí como el corazón se me estrujaba, pero solo esperaba lograr algo con esto,… aunque no fuese su perdón.