CAPITULO XXV. LOS AÑOS PASAN

BELLA POV.

-Isabella- llamó Alec desde la puerta.

-Pasa Alec- ordené.

-Los maestros han solicitado verte-

15 años habían pasado desde que me transforme en lo que soy ahora, el primer día en el castillo había perdido el conocimiento, después habíamos comprendido lo que de verdad había pasado, o al menos eso era lo que creía Aro Vulturi.

*Flash Back*

“Sola una vampiresa será capaz de heredar los tronos de su reino, su madre sucumbirá en la penumbra por su poder, su padre será capaz de saberlo todo; ella será el fruto de su amor; la verdadera dueña de su mundo” leyó Aro cuando encontró en su biblioteca un libro antiguo.

-¿Creen eso?- pregunté.

-Nunca dudes de lo que ven tus ojos- justificó.

-No todo es lo que parece- susurré.

*Fin del Flashback*

-Isabella- volvió a llamar Alec.

-¿Si?-

-¿Vienes?- preguntó.

-Enseguida voy- dije levantándome de la cama mientras tomaba la capa y me la colocaba para salir al encuentro de los maestros.

-Abran las puertas- escuché ordenar a Aro desde dentro de la estancia.

-Maestro- saludé en una reverencia.

-Isabella-saludó.

-¿Puedo preguntar donde están los otros dos líderes Vulturi?-

-Solo yo quería hablar contigo- se excusó.

-Si es así, Alec- llamé.

-¿Si?-

-Retírate- el interpelado volteó a ver a Aro quien aún seguía sonriendo sin prestarle atención a su mirada.

-Como ordenes- dijo a regañadientes.

Hace años yo había sido designada segunda al mando, la mano derecha de Aro, por así decirlo, desde la lectura de la dichosa profecía Aro había tomado por hecho la absorción de poderes como mi don, y eh de admitirlo, era cierto, pero no por eso atribuía ser la vampiresa mencionada en aquel texto. Más de un vampiro me lanzaba miradas asesinas, en especial Jane, quien toda su vida había sido la consentida de Aro, pero lamentablemente para ella, yo no estaba a su alcance; otros intentaban disimular sus risas cada vez que la derrotaba en los entrenamientos; y mucho más si esta no podía utilizar su don contra mi; pobre ilusa.

-¿De qué quería hablar?- pregunté cuando ya estábamos solos.

-Ya han pasado los 15 años- anunció tomando un maletín que descansaba al lado de su trono.

-Me queda claro-

-¿Has decidido?-

Era cierto, habían sido 15 años los que habíamos dicho, pero esos 15 años ya habían pasado y Aro me había hecho una propuesta, una propuesta tentadora, pero fácil de rechazar para mí.

-Si- dije como si eso fuera suficiente.

-¿Tienes intención de decírmelo?-

-Por supuesto maestro, eh decidido, y la respuesta es no- dije-no tengo intención de para 15 años más aquí- resalté.

-Es una buena decisión-

-Entonces, si me lo permite, tengo cosas que arreglar- dije dándome la vuelta.

-Espera-

-¿Si?- dije volteándome.

-Aquí tienes- dijo entregándome el maletín.

-¿A qué se debe esto?-

-Es una remuneración a todos estos años-

-Claro- dije tomándolo.

-Buen viaje Isabella-

-A sido un placer- dije antes de reverenciarme y partir.

EDWARD POV.

-Edward- llamó Tanya aún envuelta en las sábanas.

-¿Qué pasa?- dije sentando en el borde de la ama, aún sin voltear.

-¿Qué tienes?- susurró rodeándome por la cintura.

-No pasa nada Tanya- le dije bruscamente mientras me levantaba y me vestía.

Ya estaba arto de aquella farsa, maldije el momento en el que me dejé convencer por Rosalie, solo porque todo se resumía a eso ¿unas horas de pasión?, algo que para mí ya no existía, ahora solo la hacía por obligación con Tanya.

*Flashback*

“Edward” llamó mentalmente Rosalie “quiero hablar contigo” pensó cuando se levantó del sillón donde estaba sentada con Emmett y caminó hasta el balcón de la cocina.

-¿Qué pasa?- pregunté cuando llegué.

-Ya estamos artos de verte así-

-¿Quiénes?-

-Tu familia-

-Rosalie…- la atajé.

-No- dijo tajante- escúchame bien Edward, debes de dejar de lamentarte por los rincones por algo que no pudo ser-

-No me lamento-

-¿Ah no?- dijo haciendo una pausa dramática-Bella ya no está, al menos, no para ti-

-¿Qué quieres decir con eso?- le dije molesto.

“Que tú no tienes la menos idea sobre si está o no con alguien” pensó a modo de reproche, “Alice ya no la ve en sus visiones” objetó.

-Basta- pedí.

-No Edward- volvió a decir-Abre los ojos-

-¿Qué quieres Rosalie?-

“Tanya te ama” pensó.

-¿Todo esto es por ella?- dije tajante.

-Siempre te ah demostrado su amor-

Dijo antes de dejarme solo y pensativo en aquel momento, ¿Para qué diablos tenía que seguir esperándola?

*Fin del Flashback*

Y ahora me arrepentía, después de 13 años, ya era tarde para eso; bajé a paso lento las escaleras mientras pensaba en cazar algo.

-Tío Edward- llamó Taylor.

-Hola campeón- saludé alborotando su lisa melena negra.

-Oye, ¿me llevas a la Reserva?- dijo después de peinarse el cabello.

Habíamos llegado a Forks hace dos semanas, una semana después del entierro de René y Phil, aunque habíamos hecho creer haber enterrado también a Bella y a Samantha, nos marchamos a Denali, en Alaska; pero estos últimos cinco años habíamos estado en Nuevo Hampshire estudiando en la universidad; Jacob había designado a Embry como Alfa, debido a que él era el segundo en la manada, pero a su regreso había retomado su lugar, y regresaba con su primer descendiente.

-¿Dónde está Samantha?- pregunté.

-La tía Alice la secuestró-

-Genial- dije mientras caminaba hacia el garaje -¿Necesitas que te busque?- pregunté cuando me subí a mi Audi A3, había cambiado mi volvo; pero esto solo era un pequeño lujo, los convertibles no eran mi estilo.

-No, papá se fue temprano a la Reserva-

-¿Por qué no te llevó?-

-Acompañé al tío Emmett y a la tía Rose de cacería-

-¿Dónde están?-

-Seguían con sed-

-¿Tú no?-

-No, ayer había acompañado a mamá-

Taylor sí que era un misterio, era hijo de una vampiresa y de un licántropo, pero su crecimiento no era ni más lento ni más rápido, era un crecimiento a paso humano, tenía trece años, poco después de haberme casado con Tanya, Samantha lo trajo al mundo, había costado un poco para que Samantha perdonara a Jacob, el pobre había vivido a su sombra dos años, hasta que por fin Samantha decidió darle una oportunidad; luego de su luna de miel en Isla Esme, como regalo de bodas de Esme, vinieron con la noticia del embarazo; cuando Taylor nació no sabíamos que esperar, al principio intentamos alimentarlo con comida humana, pero el pequeño se resistió, así que pese a la cara que puso Jacob ante la idea, Samantha accedió a alimentarlo con sangre humana, donada por supuesto, por lo menos hasta que tuviera edad de cazar; pero para nuestra sorpresa, a los tres años, Taylor se comió un trozo de pizza cuando Emmett había retado a Jasper a alimentarse de comida humana; Taylor es capaz de beber sangre de animales y mantenerse fuerte sin la comida humana, o puede comer comida humana y mantenerse fuerte sin la sangre; en su olor hay algo de licántropos, como si tuviera el gen, y algo de vampiros, como si fuera uno de ellos; es más un híbrido de ambas especies.

-¿Tío?- llamó Taylor.

-¿Hummm?- “¿En qué piensas?” –me distraje un poco-

-¿Aún piensas en la tía Bella?-

-¿Quién te dijo eso?- salté molesto, pero recordé inmediatamente su don, Taylor era capaz de ver en tu mente hasta el más profundo recuerdo, el podía saber todo de una persona con solo imaginar su rostro, no había necesidad de mantener ninguna especie de contacto.

-Es mi don- dijo como si hubiera leído mi mente –No olvides que soy el que más te conoce tío- dijo antes de cerrar la puerta del auto y correr hacia la casa de Sam.

-¡Hey Edward!- saludó Seth.

-Hola Seth- dije bajando del auto.

-Lindo Audi-

-Es un lujo- dije restándole importancia. “vaya que sí” pensó.

-¿Qué haces por aquí?- preguntó.

El tratado seguía sin romperse, los vampiros no podíamos cazar en las áreas cercanas a la Reserva, pero por el lazo entre las manadas y mi familia que nos unía ahora por Taylor y por la propia Samantha, ahora podíamos pisar la tierra del otro.

-Vine a traer a Taylor-

-¿A sí?-

-Sí-

-Pensé que Jake lo había traído- dijo arrugando el ceño.

-¿Dónde está?-

-Se fue con Embry y Sam a recorrer el perímetro- explicó sonriente.

-¿Por qué no estás con ellos?-

-¡Oh vamos!- se quejó –Se nota que no eres humano- “No se puede trabajar con el estomago vacío” pensó.

-Tampoco se puede trabajar con sed- dije mientras me subía al auto.

-¡Nos vemos luego Edward!- gritó mientras corría hacia la casa de Sam, donde Emily ya lo esperaba con una bandeja de comida.

  Pronto escuché mi teléfono sonar, rebusqué en la guantera, “sabía que lo había dejado allí” pensé.

-¿Hola?-

-¿Edward?- dijeron del otro lado de la línea.

-¿Qué pasa Samantha?- pregunté al escuchar su preocupación.

-¿Estás con Taylor?-

-Lo acabo de dejar en casa de Sam-

-¡Oh vamos, Edward, la próxima vez dile que me avisé!- dijo molesta.

-Tranquila Santhi, le diré- suavicé para terminar la conversación.

Seguí conduciendo hasta llegar a casa….