EL PRINCIPIO DEL FIN: LA PROFECIA HA DE CUMPLIRSE

Autor: LoreCullenVulturi
Género: Drama
Fecha Creación: 08/12/2010
Fecha Actualización: 25/02/2011
Finalizado: SI
Votos: 19
Comentarios: 93
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Capítulos: 48

TERMINADO

Existe una Profecía, se dice que ella será la elegida, se dice que ella traera al mundo a la heredera al trono de Volterra, "¿lo creen en serio?" había dicho, "nunca dudes de lo que ven tus ojos, Isabella" le dijo Aro, "Las cosas no siempre son lo que parecen" susurró.

Isabella Swan es la hija del magnate de los negocios Harry Swan, vive junto a su padre y su hermana Samantha en Chicago después del divorcio de Charlie y René, sus otros dos hermanos se marchan  a la universidad; a sus 15 años, Isabella conoce a alguien especial, ¿qué pasará cuando ese alguien se valla de su vida?

Ese día fue el más especial de su vida, pero enterarse que jamás lo volvería a ver le partió el corazón, enterarse de que la persona a la que ya había empezado a amar desaparecería en el viento y nunca más lo volvería a ver, dolía,... dolía como mil cuchillos clavados en su espalda..

Y aún cuando el corazón diera su último palpitar, ella lo seguría recordando,....

-Solo tiene 15 años- había dicho él

¿Eso hace imposible que mi corazón se enamore?

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Capítulo 24: LA PROFECÍA

CAPITULO XXIV. LA PROFECÍA

JAKE POV.

Corrí  todo lo que mis patas me permitían, apenas llegué aminoré el paso y asomé mi cabeza por la puerta de la cocina que ya se encontraba entre abierta, una concentración de óxido y sal me pegó directamente mezclado con el olor dulzón, característico de los asquerosos chupasangres.

Sentí una cólera enfermiza, ¡maldita sea!, había llegado tarde una vez más, estaba alerta, sabía que ya no había nadie más en aquella casa, solo yo y dos cuerpos inertes distribuidos en alguna parte de aquella imponente mansión.

Cambié de fase, pero me di cuenta que mi ropa se había hecho trizas, así que caminé decidido al armario del lavandero, donde seguramente encontraría ropa, caminé a paso lento y precavido, cuidadoso de cualquier ataque, había sangre por doquier, había dejado atrás la zona de la cocina, donde antes había visto cuchillos ensangrentados; los muebles estaba hechos jirones, como si los hubiesen destruido adrede; como si todo esto hubiera sido el juego del gato y el ratón; donde el ratón fue más de uno y el gato fue un maldito demonio.

Al llegar a la zona del lavandero lo primero que hice fue buscar algo de ropa, por suerte Phil era algo corpulento, así que su ropa me quedó a la perfección, estaba a punto de darle un último recorrido a la casa cuando un olor familiar me llegó, “Samantha” pensé; pero ella no estaba sola, al parecer venía acompañada por otro dos Cullen; otra vez ella se daría cuenta de que le había fallado, negué enérgicamente con la cabeza, debía hacer algo, no podía permitir que su mente se bañara toda su existencia con tan amargos recuerdos.

-¿Estás segura de esto?- escuché decir a Emmett, supuse que intentaba detener a Samantha.

Subí a paso lento la escalera, seguro de que a estas alturas Alice y Emmett ya hubiesen reconocido un tenue olor a lobo en la parte de debajo de la casa, aunque me pareció raro que no se alertaran continué decidido, no estaba ahí para enfrentarme a nadie, al menos no a ellos.

Cuando llegué a la habitación me abrí paso entre Alice y Emmett que se encontraban parados en la puerta, vi como el grandulón se esforzaba tapándose la boca y la nariz, en cambio la pixie veía con pesar toda la escena. Di unos torpes pasos, vacilando entre evitar lo que Samantha estaba a punto de hacer o no, más cuando me decidí ya no quedaba tiempo, ella ya lo había hecho, la vi palidecer aún más y caerse en la alfombra en el lugar de un enorme charco de sangre que seguía escurriendo de la cama; la escuché sollozar y me dirigí hasta ella, sabía que estaría molesta aún, pero no podía evitar estar ahí con ella, así que la rodeé fuertemente con mis brazos, impidiéndole algún movimiento, pero no lo intentó, a cambio de ello se dejó desvanecer en mis brazos, “Ojo Por Ojo” leí cuando vi una inscripción en un papel en el piso, “Maldita” pensé con furia.

-Debemos llevarla a casa- sugirió Alice.

-Aprovechemos que Carlisle aún no inicia su guardia- dije Emmett antes de salir de aquella habitación.

No dude más, levanté a Samantha en brazos con su ropa aún manchada de sangre y bajé las escaleras lo más rápido que dieron mis pies humanos; apenas las puertas del auto se vieron cerradas, el motor rugió con fuerza y nos incorporamos rápidamente a la carretera, camino a la casa Cullen.

-¡¿Qué ha pasado?!- preguntó alarmada Esme cuando nos vió llegar.

-Fue horrible Esme- se excusó Alice

-Vamos a adentro- ordenó Edward que ya se encontraba a mi lado.

-¿Carlisle?- pregunté cuando el doctor ya había terminado de examinarla.

-¿Qué fue lo que pasó?- preguntó el interpelado antes de responder a mi pregunta.

-Ella los mató- le dije.

-¿Ella?- quiso saber Rosalie.

-La pelirroja- expliqué-quien las convirtió-

-Victoria- dijo Edward.

-¿Por qué?- quiso saber Jasper.

-Ustedes mataron a su compañero y a su amigo- acusó Edward.

-Ojo Por Ojo- susurré entendiendo la situación.

ALICE POV.

-¿Va a estar bien?- quise saber mientras veía a Samantha.

-Si hija- dijo Carlisle-Por lo visto su desmayo se resume a un colapso nervioso-

-No es normal que se desmaye Carlisle- rechistó Rosalie.

-Ella no es normal- concedió Carlisle.

-¿Esperamos que despierte?-

-Es lo mejor, Emmett- dijo Carlisle mientras nos indicaba que saliéramos de la habitación.

Apenas llegamos a la sala perdí la noción del tiempo y el espacio, no escuché nada más, solo lograba ver…

“Isabella caminaba junto a Alec Vulturi por unos pasillos poco iluminados, caminaron en línea recta un poco más y cruzaron una verja, doblaron a la derecha y se plantaron en frente de unas ornamentales puertas marcadas con una V labrada en oro y rubíes. No esperaron mucho tiempo antes de que la puerta se abriera, dejando ver a tres figuras sentadas en tres tronos igual de impotentes que adornaban el otro extremo de la estancia.

-Isabella- saludó el del medio.

-Maestro- saludaron los dos vampiros al unísono mientras realizaban una reverencia.

-Veo que estás bien- observó el vampiro del medio –Eres una vampiresa muy poco peculiar- dijo lentamente.

-¿Poco peculiar?- preguntó extrañada Isabella.

-Nunca eh visto, en mis largos años, a una vampiresa con tan excéntrica belleza y tan deslumbrantes ojos- habló detallándola.

-Tal vez-

-Abran las puertas- anunció cuando escuchó una aclaración de garganta del otro lado de las paredes de la habitación.

Pronto aparecieron por ellas  tres figuras; una vampiresa que aparentaba tener no más de 16 años, rubia y con ojos rojos; otro chico que parecía ser su gemelo; y un vampiro alto de ojos rojos.

Tan pronto como estos tres vampiros llegaron, Isabella se desvaneció en los brazos de Alec Vulturi”

-¿Qué fue eso?- preguntó Edward alarmado

-No lo sé- respondí aún atónita.

-Alice- llamó mi Jass- ¿Qué viste?-

-Isabella- susurré.

-¿Ahora qué?-

-Esto es grave Rosalie- advertí.

-¿Qué pasa?- dijo cambiando su postura arrogante por una realmente preocupada; en realidad no supe por que la razón.

-Bella se encontraba reunida con los Vulturi- comencé.

-Se desmayó- completó Edward.

-¿Cómo es posible?- dijo Esme confundida.

-¿Qué fue exactamente lo que vieron?- pidió Carlisle.

-Bella hablaba con los Vulturi, cuando otros tres vampiros entraron a la sala, y luego ella se desmayó en los brazos de Alec Vulturi- expliqué lo poco que sabía.

-¿Estaba bien antes?- quiso saber Esme.

-Perfectamente-

-Tal vez se deba  a esto- dijo Carlisle mientras abría un antiguo libro que había buscado de su despacho.

“Sola una vampiresa será capaz de heredar los tronos de su reino, su madre sucumbirá en la penumbra por su poder, su padre será capaz de saberlo todo; ella será el fruto de su amor; la verdadera dueña de su mundo” leyó Carlisle.

-¿Es fértil?- preguntó Rosalie confusa.

-Es una profecía muy antigua- afirmó Carlisle.

-Si Carlisle, ¿pero quién será su compañero?- quise saber.

-Aquel a quien ame verdaderamente- dijo mientras posaba su vista en Edward.

    

 

Capítulo 23: OJO POR OJO Capítulo 25: LOS AÑOS PASAN

 


 


 
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