CAPITULO XXI. PLATICA CON LOS CULLEN

JAKE POV.

Nos habíamos sentado en la sala de la Casa Cullen después de haberle propuesto matrimonio a Samantha, podía sentir cómo se acercaba la hora de la verdad.

-¿Dónde está Bella?-  preguntó de pronto.

-Bella…- intenté decir.

-¿Segura que no tienes sed?- salvó Rosalie.

-No, Rose- intervino Carlisle-Ella debe saberlo-

-¿Dónde está Bella?- repitió Samantha mientras se levantaba del sillón para encararme.

-Samantha, hay algo que tenemos que decirte- expliqué.

-Me queda claro que sí- dijo con expresión dura, expectante a lo que tuviéramos que decirles los Cullen y yo.

-¿Has notado algo diferente en ti?- comenzó Carlisle.

-Todo- dijo dando a entender lo evidente.

-Rapidez, fuerza, agilidad, ¿te queda claro que eso no es ni la sombra de lo que tenías antes?- prosiguió Jasper.

-¿Qué se supone que soy?- dijo  Samantha.

-¿Recuerdas lo que pasó?- preguntó Rosalie.

-Apenas- susurró Samantha nerviosa.

-Samantha; Bella y tú pasaron por un proceso por el que los de nuestra especie tiene que pasar para ser lo que son- explicó lentamente Carlisle.

-¿Qué especie?- preguntó Samantha, habiendo comprendido el mensaje.

-Vampiros- completé.

-¿Tú sabías esto?- dijo Samantha dirigiéndose a mí.

-Nada es lo que parece- suspiró Emmett para después soltar una sonora carcajada.

-Emmett, silencio- pidió Esme.

-Pero por lo visto, tú no eres el típico vampiro recién nacido, no pareces ser un neófito- contempló Carlisle absorto en sus pensamientos.

-¿Por qué?- quise saber.

-Un neófito es un recién nacido de nuestra especie; es sumamente fuerte sus primeros años, y se llena así no esté sediento- explicó Jasper.

-Pareces tener mucha experiencia- comenté.

-La tiene- dijo Edward, que se había mantenido alejado de la conversación.

-¿Sediento?- inquirió Samantha.

-Nos alimentamos de sangre, es normal en nuestra especie-  respondió Emmett.

-Sus ojos…- intentó decir Samantha antes de verse interrumpida por Alice.

-Son dorados, si, solo los que beben sangre animal poseen este color-

-¿Se puede?-

-Son muy pocos los que lo hacen, a decir verdad, solo nosotros y el Can Denali-

-Los vampiros que nos atacaron…-

-Beben sangre humana, por ello el color de sus ojos-

-Jake- llamó-¿Por qué no me lo dijiste?-

-Lo iba a hacer- dije- pero llegué tarde-

-¿Era eso?- preguntó indignada -¿para eso nos citaste?-

-Samantha- traté de calmarla.

-¡No!- gritó para que la soltara- ¡Por tu culpa Bella no está aquí!- me gritó en medio del llanto; dolió,… dolió demasiado…. Lágrimas rojos enmarcaban su rostro, y sollozaba como jamás la había visto.

-Calma hija- decía Esme mientras la acomodaba en el sillón y dejaba que ocultara su rostro en su cuello.

-Samantha- llamé.

-¡No!- me gritó -¡No te quiero ver!-

-Jacob- llamó Rosalie- Vete-

-No la puedo dejar así-

-Si puedes-

-Rosalie no me….-

-Cállate- interrumpió –podrás hablar con ella, pero no ahora- dijo-no creo que quiera hablar contigo-

La miré por última vez antes de salir de aquella casa, seguía sollozando, era cierto… todo había sido mi culpa.